La industria espacial ya está perfilando cómo será el futuro del turismo de lujo. Y pasa por los globos

Cápsulas de lujo para vuelos por el límite de la estratosfera por 127.000 dólares: turismo de lujo de altos vuelos

Globo Espacial
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El turismo espacial está más cerca que nunca en convertirse en realidad gracias al trabajo de desarrollo de nuevos sistemas de propulsión recuperable que están llevando a cabo empresas como SpaceX, y a los esfuerzos por abaratar costes de Blue Origin o Virgin Galactic, que ya han llevado a los primeros turistas al límite espacial.

Sin embargo, viajar en una de esas naves espaciales tiene poco de glamouroso y, por lo que sea, los millonarios prefieren ver la curvatura de la tierra disfrutando de un relajante baño en un jacuzzi o mientras degustan los platos que un cocinero con estrella Michelin ha preparado para ellos. Turismo de altos vuelos, en definitiva.

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Nada de naves, el futuro del turismo espacial son los globos. Cuando hace una década Felix Baumbargartner saltaba desde un globo a 39.045 metros de altura no se imaginaba que su aventura, además de marcar un récord de altura, también marcaba el camino para el turismo espacial.

El futuro del turismo espacial en la tierra no pasaría por el lanzamiento de cohetes espaciales, bastaría con un globo aerostático equipado con una cápsula presurizada para llevar a adinerados turistas a una altura de unos 30.000 metros para que experimenten la sensación de ingravidez disfrutando de unas vistas espectaculares. A diferencia de las experiencias que ofrecen Virgin Galactic y otras empresas aeronáuticas, no pueden elevarse mucho más debido, precisamente, a la falta de atmósfera que sustente el globo.

Tres empresas ya venden billetes para pasar 6 horas en los límites de la atmósfera. En el mundo ya hay dos empresas estadounidenses y una francesa que ofrecen experiencias de turismo espacial a un precio igualmente estratosférico para el común de los mortales.

World View es la más asequible, y por 50.000 dólares por pasaje ofrece un paseo de ocho horas para ocho personas por la estratosfera a una altura de 30.000 metros. Una de las ventajas de este sistema es que no se necesita tanta infraestructura de lanzamiento como un Starship de SpaceX, por lo que la empresa asegura que se pueden lanzar desde lugares icónicos como el Gran Cañón, el Amazonas brasileño, el Serengeti en Kenia, la Gran Muralla en China y las Pirámides de Giza en Egipto.

Ryan Hartman, fundador de World View decía en una entrevista a CBS News, “estamos vendiendo una vista panorámica de la tierra, por lo que la ventana debe ser perfecta. Durante el vuelo tienes tiempo para asimilar todo lo que estás viendo. Verás que el día se convierte en noche; verás cómo se forman tormentas y cambia el tiempo bajo tus pies”.

Al espacio por todo lo alto. Las propuestas de Space Perspective y la francesa Zephalto apuntan a una experiencia de viaje espacial mucho más lujosa. Por 127.000 dólares por pasaje el viajero podrá subir en 2025 a bordo de la cápsula Céleste de Zephalto y experimentar un vuelo de seis horas en un espacio privado y equipado con todas las comodidades y una deliciosa comida elaborada por un cocinero con estrella Michelin del que todavía no se ha revelado el nombre.

Según la compañía, los 19 m2 de la Céleste la convierten en la cápsula más espaciosa. Ha sido diseñada para acomodar hasta seis viajeros en tres cabinas, cada una equipada con un gran ventanal de 3 metros de largo para disfrutar de las mejores vistas de la tierra. Literalmente.

Space Spa Space Spa de la Neptune: un baño de lujo a 30.000 metros de la Tierra

La propuesta de la cápsula espacial Neptune de Space Perspective tampoco se queda corta. El precio del billete para esta experiencia baja ligeramente hasta los 125.000 dólares, y planea realizar el primer vuelo a finales de 2024. Lo más llamativo de la propuesta del Neptune es su baño Space Spa.

"Una de las preguntas que recibimos cuando la gente se entera de que nuestro vuelo espacial dura seis horas es si habrá un baño a bordo", dijo en un comunicado Jane Poynter. La compañía anunció la semana pasada un nuevo baño “Space Spa” con control mejorado de “sonido y olores” y sus propias ventanas para no perder detalle de las vistas ni en los momentos más intimos, evitando la mala experiencia de tener que usar un pañal o usar inodoros de vacío. Lujo en su máxima expresión.

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Imagen | Space perspective

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