Otro evolución hacia los interfaces táctiles son las tabletas digitalizadoras, similares en concepto a los lápices ópticos pero usando una superficie distinta a la del monitor para introducir los datos.
El usar otra superficie permite otro tipo de tecnologías para la detección de la posición, además de no necesitar mantener el brazo en alto para trabajar en el monitor, facilitando la tarea de los usuarios. Desde que se inventaron, el uso de las tabletas digitalizadoras se han extendido bastante, popularizándose sobretodo entre diseñadores gráficos, dibujantes,...
Tabletas digitalizadoras
Las primeras tarjetas gráficas usaban el sonido para determinar la posición del lápiz utilizado. Este era el que emitía pequeños ruidos y la tableta disponía de una serie de micrófonos que triangulaban su posición mediante el retardo del sonido. Su problema era principalmente la sensibilidad ante ruidos externos.
Posteriormente se evolucionó hacia el uso de cables en forma de rejilla, los cuales emitían la posición, que era recibida por el lápiz y decodificada. Esto se hace mediante señales electromagnéticas y es, básicamente, la misma tecnología que se usa en las hoy en día, aunque con diferentes evoluciones.
La primera de esta tarjetas fue la RAND Tablet, que se puso a la venta en 1964, aunque no se popularizaron entre los usuarios domésticos hasta la salida del KoalaPad en 1984. Esta tarjeta, diseñada originalmente para el Apple II funcionaba también con otros ordenadores como los Atari, Coomodore 64 o incluso PCs.
Existen dos tipos distintos de tabletas digitalizadoras, las pasivas y las activas. Las activas requieren un lápiz alimentado externamente, normalmente con una pila, por lo que este suele pesar y ser más abultado que las pasivas. A cambio, ofrece una mayor precisión, ya que no requiere que la tableta cambie de emisor a receptor continuamente.
Existen diversos tamaños de tabletas, desde A6 hasta A3, y distintos modos de uso. En modo absoluto podremos usarla como si fuera un ratón, cada punto de la tableta corresponde a su posición en pantalla. En modo relativo podremos mover el cursor por la pantalla arrastrando el lápiz.
Además, la mayoría de tabletas incorpora sensores de presión, pudiendo detectar cuanto pulsamos sobre ella. Con esto, los programas de gráficos suelen variar el grosor del trazo que estamos haciendo o la opacidad.
Más información | Tabletas digitalizadoras en Wikipedia. Más información | KoalaPAd.
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