Siempre le he tenido gran respeto al mundo de los portátiles fuera de las grandes marcas, debido, principalmente, al mal montaje y la mala calidad de las carcasas. Pienso que el diseño externo, plasmado principalmente en la propia carcasa del equipo, no tiene por qué ser uno de los atributos principales de un portátil, pero siempre le doy gran valor a que ofrezca al menos un mínimo de calidad.
El Mountain Performance 15 es un portátil que precisamente me ha llamado la atención por la carcasa. Es negra y mate pero muy sólida. No es un Macbook en términos de diseño, pero da una sensación mucho más consistente que la de muchos de los equipos que muchos grandes fabricantes venden. Construida en plástico, ofrece todo lo que podemos exigir a un ordenador portátil actual: USB 3.0, salidas HDMI y DVI y teclado completo, incluyendo el pad numérico.
Dentro de una buena carcasa lo ideal es tener un buen conjunto de buenos componentes. En nuestro equipo de pruebas, además de buenos, están equilibrados: Intel Core i7, 8 GB de RAM DDR3 y una gráfica NVidia GT 555M. ¿Lo mejor? Un Intel SSD 320 con el que el equipo vuela, a pesar de que no es uno de los SSD más potentes del actual mercado.
Mountain Performance 15, resumen del análisis
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Mountain Performance 15, análisis (II), benchmarks y pruebas en juegos
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Mountain Performance 15, análisis (y III), conclusiones finales
Mountain Performance 15, características técnicas
Nuestro equipo de pruebas nos llegó con la siguiente lista de especificaciones técnicas:
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Intel Core i7-2630QM
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Intel HD Graphics 3000
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NVidia GeForce GT 550M
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8 GB Memoria RAM DDR3 Kingston 1.333 MHz.(2 × 4 GB)
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Intel SSD 320 de 120 GB
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Pantalla de 15.6 pulgadas, 1920×1080 píxeles de resolución.
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Salidas VGA y HDMI
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Placa base Clevo W150HRM
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Audio alta definición compatible con THX TruStudio Pro
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Batería de 6 celdas, webcam 2.0 megapíxeles, lector de tarjetas flash.
Un ordenador muy decente y para jugar
Las dimensiones son las de un portátil común, 15 pulgadas, pero la resolución de 1920×1080 píxeles ayuda a la hora de diferenciarlo respecto de otros, siendo en algunos casos incluso excesiva: en ocasiones algunas páginas web en su tamaño de letra predeterminado parecen lejanas. Ídem con el escritorio de Windows o ciertas aplicaciones.
Los juegos se adaptan perfectamente a esta resolución y lucen muy bien, siendo además una de las resoluciones más comunes en monitores de escritorio actuales. Como ya comentamos anteriormente el Mountain Performance 15 dispone de dos tarjetas gráficas, con lo que podemos alternar su uso dependiendo de la tarea que vayamos a realizar: la NVidia para juegos y aplicaciones gráficas potentes, y la integrada para todo lo demás. Existe una gran diferencia entre una y otra en términos de rendimiento, con lo que será fundamental que nosotros elijamos en cada momento cuál activar. Esta tarea puede realizarse automáticamente mediante NVidia Optimus (requiere una cierta configuración previa) o manualmente, pulsando un botón del teclado.
La IGP del Intel Core i7, una Intel HD Graphics 3000, se queda bastante corta a la hora de jugar, al menos en los títulos más exigentes del mercado. Por ello es ideal activarla cuando estemos navegando por Internet, con aplicaciones offline de tipo ofimática o labores multimedia.
La NVidia GT 555M es la contrapartida de la Intel, ofreciendo una excelente potencia que nos permitirá disfrutar de cualquier juego a calidades decentes. No es la más potente del mercado, pero sí reconozco que me ha sorprendido muy gratamente. Supuestamente es una gama media, aunque en la realidad hará funcionar prácticamente cualquier juego en cualquier calidad, salvo contadas excepciones.
En posteriores entradas trataremos más a fondo el rendimiento en juegos a través de benchmarks y pruebas reales.
Primeras impresiones del Performance 15
Las primeras impresiones tras usar el Mountain Performance 15 son bastante buenas. El diseño del equipo es sólido, los materiales empleados son buenos aunque quizá algo burdos, pero de buen ver. En el interior el hardware funciona muy bien, con un rendimiento tal que nos permitirá jugar a cualquier título del mercado. Ni Crysis 2 se le resiste, aunque le falta potencia para llevar el juego a la configuración máxima.
Un interesante detalle es que el ordenador es completamente silencioso cuando se están realizando tareas convencionales, y con la GPU integrada. El ruido es imperceptible. Cuando activamos la NVidia ya empiezan a funcionar los ventiladores para sacar todo el calor generado, que no es poco. Estos ventiladores no son excesivamente molestos, pero ahí están: se hacen notar.
Quizá como gran punto negativo está el cargador, de enormes dimensiones – me recuerda al de la Xbox 360 – y bastante pesado. El portátil no es demasiado ligero por si mismo, como para llevar un cargador tan grande junto con él. Es sin duda alguna el punto más débil del equipo, su gran “contra”.
Por ello, quizá el Mountain Performance 15 no sea el portátil más portátil del mercado. Está enfocado a aquellos que busquen un equipo de buena potencia para también moverlo de vez en cuando. En este sentido es mejor que uno de 17 pulgadas, pero también más incómodo que uno de 13.
En la próxima entrada tocaremos los benchmarks y las pruebas sobre el sistema operativo y videojuegos.
El portátil Mountain Performance 15 ha sido cedido para la prueba por parte de Mountain. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
En Xataka | Mountain Performance 15.
Más información | Mountain.
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