Es sorprendente lo poco que sabemos sobre la biodiversidad de los entornos urbanos y, más aún, lo poco que sabemos las biodiversidad en las viviendas. Hasta ahora creíamos que, tras años de insecticidas y productos químicos, era relativamente limitada, pero un reciente estudio ha sacado a la luz que, aunque ni se nos pase por la cabeza, cada día convivimos con más de doce especies distintas de insectos en nuestras propias casas.
Aunque es aún limitado, el primer censo de bichos típicos del hogar, en su estimación más conservadora, arroja entre 32 y 211 morfoespecies, y entre 24 y 128 familias de artrópodos por casa. Una auténtica barbaridad lo miremos por donde lo miremos. No quiero ni imaginar las reuniones de la comunidad de vecinos si a los insectos les diera por hablar.
En efecto, el estudio de Bertone y colaboradores (2016) se ha realizado en un grupo de viviendas de Carolina del Norte por lo que no debemos esperar que las proporciones sean exactamente iguales (ésta guardan una relación directa con en entorno medioambiental). Pero, mientras esperamos que alguien repita el estudio en otros países y latitudes, sí que nos sirve para comprender un poco mejor el inmenso mundo que vive tranquilamente bajo nuestro mundo.
Según los resultados del censo, con un 23%, las moscas y mosquitos aparecen como el artrópodo más común en las cincuentas casas estudiadas. No se puede decir que sea una sorpresa. Les siguen las arañas (19%), los escarabajos (16%), himenópteros - hormigas, abejas, avispas, etc... - (15%), piojos (4%), hemípteros - pulgones, cigarras o chinches - (4%).
Curiosamente, de las 93 especies identificadas por el estudio muy pocas de ellas eran lo que normalmente consideramos plagas (cucarachas, pulgas o chinches). "De hecho, nos encontramos con una relativa escasez de plagas típicas del hogar", dicen los autores. Es decir, que la mayor parte de insectos pasan desapercibidos. La opción más probable es que la mayoría de estas especies haya co-evolucionado con nosotros y su vivamos en una intensa simbiosis.
Sobre este tema, precisamente, sabemos muy poco. Nuestro gusto por exterminar bichos está, en general, injustificado: ni conocemos los posibles beneficios, ni conocemos las posibles desventajas de convivir con más de una docena de artrópodos de forma habitual. Tampoco sabemos el impacto, las potencialidades y las consecuencias que esto tiene para la arquitectura y el diseño urbanístico. Lo que sí está claro es que "la biodiversidad en los paisajes urbanos es mucho más rica de lo nos pensábamos".
Imágenes | PeerJ, OakleyOriginals
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