No, Google no se ha vuelto loco hoy. Si has entrado a la página principal del buscador, habrás podido ver un original doodle en el que una batería se va cargando y termina por iluminar las letras que dan nombre a la compañía. ¿Por qué? Porque tal día como hoy, 18 de febrero, en 1745 nacía de Alessandro Volta, un físico italiano al que tenemos que agradecer el haber desarrollado la primera pila eléctrica.
Gracias a la pila eléctrica, hoy tenemos pilas mucho más evolucionadas y baterías que permiten que nuestros gadgets funcionen con autonomía. A comienzos del siglo XIX, Napoleón, emperador de Francia por aquella época, supo ver el potencial de este invento y recompensó a Volta, que desde entonces es recordado como uno de los físicos más reseñables de la historia. Pero ¿sabías que todo comenzó con unas ranas?
Las pilas nacieron gracias a... ranas
Aunque Volta se fijó primero en la electricidad, pronto centró su carrera profesionan en la química, consiguiendo descubrir y aislar el gas de metano. Sin embargo, todo esto cambió Luigi Galvani, un científico amigo suyo, experimentó algo singular con una rana muerta. Unos dicen que fue su mujer, al cocinarla, la que notó algo raro. Otros aseguran que fue él, al tenerla enganchada en un gancho metálico y diseccionarla. Lo que importa es lo que pasó: sin estar conectados a ninguna fuente de electricidad, y simplemente al tocarlos con dos metales, los músculos de la rana se cotrajeron.
Para Galvani, eran los propios músculos de la rana los que generaban electricidad y por eso se movían. Es a lo que llamaron "electricidad animal". Sin embargo, y tras muchos experimentos después, Volta no lo veía tan claro y creía que la contracción del músculo era una respuesta a un shock eléctrico. En lugar de dar protagonismo a la rana y a sus tejidos, para Volta los que producían la electricidad eran los propios metales y la rana era una mera conductora.
En realidad, y como se demostró después, el origen de dicha corriente no era el contacto entre metales como creía Volta, sino la reacción química. Dicha energía química se transforma en energía eléctrica y fluye por los electrodos de la pila si ésta se encuentra conectada.
La primera pila voltaica
Volta estaba convencido de su teoría, así que se propuso replicar algo similar a lo que proponía Galvani pero sin tejido animal de por medio. Tras varios experimentos, nació la pila voltaica, que consistía en varias pareja de discos de zinc y de cobre (los electrodos), separados por unos discos de cartón o paños empapados en salmuera (electrolito).
La corriente que daban sus experimentos era pequeña y los aparatos de la época no conseguían medirla, así que Volta decidió recurrir a otro sistema de medición: su lengua. En función del dolor que sentía, sabía si se estaba produciendo más o menos corriente. Lo mismo con su cuerpo: si ponía una mano en la base de la pila y otra a la mitad, notaba menos calambre que al poner la mano en la base y la otra casi al otro extremo. A mayor número de discos, mayor carga.
La gran diferencia respecto a las Botellas de Leyden es que la pila voltaica producía corriente continua y perdía poca carga cuando no se utilizaba. La primera pila, tan cual la había ideado Volta, seguía teniendo sus problemas: apenas tenía autonomía (una hora como mucho) y, al presionar los discos metálicos entre sí, la capa con salmuera quedaba reducida al mínimo y había filtraciones del electrolito. Esto último fue solucionado por William Cruickshank, que decidió poner la pila en horizontal.
A pesar de estos problemas y de que la pila no era práctica y sí peligrosa de manejar por aquella época, los descubrimientos de Volta fueron el punto de partida para las pilas y las baterías tal y como hoy las conocemos. Su pila voltaica fue la primera en proporcionar una corriente continua y científicos y físicos posteriores trabajaron en optimizarla. No sólo eso, sino que otros como Michael Faraday, la utilizaron para sus propios experimentos, ya que les permitía utilizar corrientes eléctricas que podían activar y cortar según lo necesitaran.
Imágenes | Pete Slater, Luigi Chiesa, GuidoB
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