Romantizar el pasado es un error muy frecuente que cometemos las personas, pero a veces nos “pasamos de frenada” al tratar de entender cómo era la vida en el pasado. Por ejemplo, imaginando a personas de treinta y tantos como ancianos a la espera de una muerte cercana. Lo cierto es que aunque las condiciones de vida influyan cómo envejecemos, el pasado no era exactamente así.
La estadística nos lleva a error. Las estadísticas tienen gran facilidad para inducirnos errores cuando no las entendemos bien. Este es un claro caso de estadísticas que nos llevan a interpretaciones distorsionadas. Así lo señala la bioarqueóloga y profesora de antropología estadounidense Sharon DeWitte en un artículo reciente en The Conversation.
El error se da al utilizar erróneamente la idea de esperanza de vida al nacer. Ésta es la principal medida que utilizamos para medir la longevidad, pero es simplemente la edad promedio a la que las personas de un grupo determinado fallecen, pero no es necesariamente la única o la mejor. Podemos detectarle dos problemas principales.
El primero es que no nos da información sobre cómo envejecemos. Esto puede depender de multitud de factores como nuestra alimentación, el tiempo que dedicamos a dormir, ejercicio y cualquier enfermedad que pueda afectarnos. El segundo es que la mortalidad infantil altera mucho la estadística, y durante muchos años ésta ha sido altísima.
Esperanza de vida a lo largo de nuestra vida. Si la esperanza de vida al nacer es la vida promedio de todas las personas, la esperanza de vida a los 5 años es la cantidad de vida que queda por delante a las personas de 5 años, en promedio. Si utilizamos esta medida (o alguna superior) estaremos evitando contabilizar el exceso de muertes en los primeros meses de vida.

DeWitt pone un ejemplo de esto. Durante el medievo, la esperanza de vida al nacer era de 31,3 años. Sin embargo, la esperanza a los 25 era de 25,7 años, es decir, que una persona de 25 años podría esperar vivir hasta los 50,7. Esto son 19,4 años de diferencia. Si tomamos edades más avanzadas, podemos también eliminar, por ejemplo, los efectos demográficos de la guerra.
Lecciones desde la bioarqueología. DeWitte habla con conocimiento de causa. Como bioarqueóloga se ha topado con diversos ejemplos, como el estudio de restos humanos en Mexico, pertenecientes a los últimos siglos antes de la colonización (desde el s. X al s. XVI). El análisis constató que entre quienes llegaban a la edad adulta era frecuente sobrepasar el medio siglo antes de fallecer.
La historiografía nos da también numerosos ejemplos, seguramente el más llamativo sea el que menciona DeWitte, el del emperador Justiniano, que vivió hasta los 83. Un ejemplo más reciente puede ser el de Luis XIV de Francia, que vivió hasta los 76 años, logrando ser el monarca con más años al mando en Europa, récord que por ahora conserva.
La esperanza de vida en nuestro entorno. La mortalidad infantil se ha reducido mucho en los últimos años. Esto implica que la esperanza de vida al nacer ya no difiere tan radicalmente de la esperanza de vida en etapas posteriores. Es posible comparar las esperanzas de vida de muchos países. España, por ejemplo.
Según datos de Eurostat, en 2019 la esperanza de vida al nacer de los españoles era de 84 años, mientras que a los 65 era de 22 (es decir, una persona de 65 años podría aspirar a vivir hasta los 87). En Francia se pasaría de los 83 a los 87 años, mientras que en Portugal se pasaría de los 81,9 a los 85,6. Como es obvio los números no se igualan pero la diferencia no es muy grande.
Qué ha cambiado en los últimos siglos. El principal motivo del cambio es la reducción en la mortalidad infantil. Su volumen de antaño y el hecho de que se diera principalmente durante el primer año de vida sesgaba notablemente la muestra. Las vacunas, antibióticos y las medidas de higiene tienen mucho que ver también con la reducción de mortalidad infantil y en edades tempranas.
Además de los factores médicos, los socioeconómicos, como la estabilidad alimentaria o la menor frecuencia de los conflictos armados también contribuyen.
La esperanza condicionada, asignatura pendiente. Si no engañarnos completamente, las estadísticas tienen gran facilidad para confundirnos. La esperanza condicionada es la principal fuente de confusión aquí. La esperanza condicionada nos indica (resumiendo un poco) que tenemos que reevaluar las probabilidades de un evento incierto cuando sabemos del resultado de otro con el que está relacionado.
Por ejemplo, nuestra probabilidad de padecer una enfermedad será distinta una vez hayamos dado positivo en un test diseñado para detectarla. Al menos si el test funciona realmente. La estadística bayesiana, la que analiza estas cuestiones está repleta de paradojas, muchas de las cuales afectan a cómo entendemos nuestra salud y nuestro bienestar. Por eso es tan importante detenerse a entender lo que hay detrás de cada uno de estos promedios, porcentajes y tasas.
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goyito666
Yo tengo 57 años y soy el menor de el menor de una familia numerosa, ademas de zona rural. Creo que para entender todo este entuerto hay que ponerse en las condiciones de vida de hace 80 o 100 años. Mis padres, gente de su edad y anterior, pasaban hambre, de la de verdad, no de dieta. He conocido a labradores cuyo sueldo fue un par de sardinas de bota al día y un trozo de pan, que vivian en chozas con suelo de tierra, agua para beber, solo, la misma ropa todo el año. Las familias con hijos, las hembras dormian en casa y los varones en la cuadra o el pajar. Nada de ropa de invierno y verano, la misma, igual para el calzado, rudimentario. Cualquier arañazo infectado y rip, pulmonias, apendicitis,... todo letal. Para médico la curandera, a mi me llevaron también, unos rezos, un escupitajo en la panza y para casa con su bendición. La mortandad en los niños pequeños algo al día, la mitad caian, hoy se muere uno y sale en las noticias. Adultos casi todos desdentaos.
Eso si, el que resistia las duras condiciones fortalecía la raza. La selección natural al 100%. En un futuro no muy lejano notaremos su ausencia, si no ya. También había quien no pasaba hambre, quien tenía la suerte de estar en una familia con recursos. A ellos solo la cuestión de las enfermedades, aunque bien alimentados tenían mas oportunidades.
Djinn Hache
¡¿QUEEEEEEEE?! ¡¿Me estás diciendo que una media no significa que todos moriremos al alcanzarla?! Me quedo muerta marichocho.
Ya no podré hablarles a los que me recomiendan la medicina oriental de cómo subió la media de vida en Japón cuando llegó la medicina occidental
jaimejames
Es simple, ahora hay más gente que vive más años y eso no se veía antes.
También hay más gente que no aparenta la edad que tiene, una persona de 50-60 años se ve menos vieja que una persona de 50-60 años de hace 100 años.
JuanAR
En el medievo si lograbas llegar a los 25 la esperanza era de 25,7.
Pues si aún habiendo quitado los peores años la esperanza era llegar a los 50,7 y ahora ya de nacimiento está por encima de los 80 pues sí, vivimos más ahora.
Y sí, claro que si no mueren tantos niños sube la esperanza de vida al nacer, pero es que es una época que hay que pasar, por lo que no veo por qué quitarla.
Tron
Gran engaño sera para el autor. Y si, en el pasado SI que se vivian menos años que en la actualidad, a pesar de lo que insinua el titular.
Y que la esperanza de vida no indica a que edad muere la gente esta claro.
sanamarcar
Terrible leer el titulo y deducir todo el contenido. Clickbait time...
Radio23
Las estadísticas no confunden, es nuestra lectura la que nos puede inducir a una conclusión errónea. Los datos positivos son datos sin más, hechos con las pocas fuentes documentales disponibles de esas épocas. Dudo mucho que con el muestrario de datos tan pequeño expuestos por la bioarqueóloga se puedan sacar conclusiones generales. La mayoría de nosotros no somos sociólogos, ni mucho menos expertos en estadística. En historiografía demográfica la lectura es casi la misma para todos los historiadores: la mayoría de la gente no llegaba a viejo, pero tampoco era impensable que se alcanzasen edades altas. Sobre todo, si como Luis XIV o Justiniano, contaban con lo más "avanzado" en medicina que había en su época, así pasaba con las clases altas. Lo normal para el 90% de la población era morirse entorno a las cifras que dicen los índices demográficos, datos que se sacaban sobre todo de los censos parroquiales y de recaudación de impuestos, cuando se hacían.
wallmar
Creo que el autor quiere decir que es un mito la creencia que en la Edad Media todos morían en un rango de edades aproximadas entre los 25 y 40 años. Muchos morían al nacer o al poco de nacer, pero la gran mayoría de los que estaban vivos en la Edad Media tenían más de 40 años. Las edades que digo son para explicar el concepto, es muy probable que no sean las reales.
muscardino
La cosa es bien simple. En cualquier población animal la mortalidad natural preadulta es enorme. Centrándonos en los vertebrados superiores terrestres (en peces, insectos y demás es muchísimo mayor) únicamente llegan a la edad adulta en torno al 5-10 % de los individuos que nacen. Es decir, en el año o años que pasan desde que nacen hasta que adquieren la madurez sexual y pueden reproducirse, que es el tiempo de adquirir la experiencia necesaria para sobrevivir, mueren por no tener la habilidad necesaria para procurarse el alimento –sobre todo en el invierno- y por no haber sabido esquivar el ataque de los predadores. Si un individuo consigue llegar a la edad adulta –un año en el caso de pequeños pájaros, unos meses en los pequeños roedores, varios años en grandes aves y mamíferos- la probabilidad de llegar a viejo es muy alta. Al decir esto me refiero a llegar a la edad límite conocida para la especie.
En el hombre se ha conseguido rebajar la mortandad preadulta –infantil- hasta límites muy bajos y, por otra parte, en las últimas décadas se ha logrado llevar a una gran parte de la población hasta edades inimaginables hace medio siglo. Mi padre, por ejemplo, falleció con 102 años. Y hasta dos días antes del óbito caminaba por la calle.
Saludos.
Adrián
Casi no reclamo a los editores, pero ahora si se pasaron con el titular y el razonamiento.
Es que el que no le entienda a la estadística de esperanza de vida, nadie lo engañó, mas bien debería de regresar a los estudios básicos porque es un tontito que no sabe interpretar ni la estadística más básica.
davicito.com
que coj... tiene que ver el vídeo de google lens con este artículo?... bendito Brave y su full block!
kawjones
¡Menudo disgusto le acabéis de dar al ministro Escrivá! Le habéis subido tres años más de pagar pensiones para los que se jubilan con 65 años
jaranorrr
Es simple,
Un gato doméstico dura 20 años y uno de calle 6 años.
Ahora sacar las diferencias y sabréis que es lo mismo en la humanidad a través de los avances, vacunas, medicina y cuidados ya no morimos a los 30 años de apendicitis o de una infección de muela, por lo que la esperanza de vida sube notablemente.