Lo que le interesa a los bancos cuando conceden una hipoteca es asegurarse de que recuperarán el dinero. La edad es uno de los factores de riesgo más claros y por ello los bancos tienen establecida una edad máxima por la cual las conceden.
Este límite no es directo, sino que se suma la edad a la cual se quiere pedir la hipoteca con la edad que tendrás cuando se termine de pagar. Es decir, es lo mismo pedir una hipoteca con 40 años y pagarla a 30 años, que pedir una hipoteca con 60 años y pagarla en 10 años.
No hay límite legal, pero sí general: 75 años. Actualmente no existe una limitación concreta por ley para la edad máxima de obtener una hipoteca. Si un banco en concreto decidiera concederlas hasta, pongamos, los 120 años, podría hacerlo, bajo su propio riesgo y criterio.
Sin embargo, sí hay un plazo generalizado que se repite en la mayoría de grandes bancos de España: los 75 años. Esto es, la edad del solicitante de la hipoteca más el plazo no puede superar los 75 años. Siguiendo esto, una persona de 55 años como máximo podría solicitar un plazo de 20 años. Si se quiere pedir la hipoteca a 30 años, como máximo se podrán tener 45 años.
Qué bancos lo cumplen. Caixabank, Kutxabank, Bankinter o ING establecen el plazo de la operación a un máximo de 75 años. Si bien hay algunos bancos que intentan diferenciarse apostando por otra edad límite.
Por debajo tenemos a BBVA con un plazo máximo de 70 años y por otro lado el Santander alcanza hasta los 80 años.
La edad del titular más joven. Hay una letra pequeña en esta edad máxima que merece la pena tener en cuenta. Cuando se aplica esta limitación, es diferente si hay un segundo titular. El caso es que si tu eres demasiado mayor para devolver la hipoteca, el segundo titular quizás no lo sea. Por ello, el plazo que se tiene en cuenta es la edad del titular más joven de los dos. Es decir, dos personas de 45 y 50 años podrían pedir una hipoteca de 30 años. Porque pese a que la más mayor sobrepasa el límite, la menor no.
Préstamos casi inviables para personas mayores. Los mayores de 65 años tienen muchas dificultades para acceder al dinero. Si ya es difícil para los jóvenes, quienes están cerca de jubilarse directamente solo pueden acceder a las condiciones más restrictivas.
Si nos fijamos en la edad, una persona de 65 años únicamente puede solicitar una hipoteca de 10 años. Lo que deja una cuota realmente elevada. Por encima de los 65 años, es casi virtualmente imposible obtener una hipoteca tradicional, pues el mínimo recomendado por el Banco de España para las hipotecas es de 10 años.
Otro producto financiero que se está intentando popularizar para este sector de la población son las hipotecas inversas, donde se concede un préstamo ligado al piso. Con la diferencia de que cuando el dueño fallece, la banca se queda con la propiedad.
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