Si siempre has sentido que el tiempo pasa más despacio cuando haces ejercicio, la ciencia tiene algo que decirte

Todos tenemos una percepción del paso del tiempo, y algo común es que pensamos que haciendo ejercicio pasa más despacio

tiempo y deporte
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Antes de subirnos a la bici o empezar a correr, nos planteamos un objetivo de tiempo y sabemos que es factible. Si son 30 minutos, sabemos que, realmente, pasan enseguida. Sin embargo, cuando empezamos a hacer el ejercicio aeróbico, empezamos a mirar el reloj y hay veces que parece que va hacia atrás. No es un secreto que, cuando estamos haciendo una actividad aeróbica, nos parece que el tiempo avanza a una velocidad menor.

Y un nuevo estudio nos ha sacado de dudas: tenemos razón cuando pensamos así.

El reloj interno. Tenemos un reloj interno que tiene una gran influencia en nuestro día a día. Se trata del ritmo circadiano, algo que determina la hora de las comidas, el sueño e incluso la hora a la que vamos al baño. Si eres de los que va al baño una hora después de despertarte, no lo has decidido tu: lo ha hecho tu cuerpo. Y salirse de esa rutina puede tener efectos adversos.

Se pueden hacer pruebas para determinar, más o menos, cómo funciona nuestro reloj biológico, pero de forma aproximada, los humanos (y cualquier otro ser vivo, pero con un conocimiento menos exacto del paso del tiempo) podemos saber cuánto tiempo ha pasado sin necesidad de mirar el reloj cada dos por tres. Ahora bien, hay eventos que distorsionan nuestra percepción natural del paso del tiempo y que nos hacen pensar que el tiempo va más deprisa cuando algo nos gusta o cuando nos hacemos mayores y más despacio cuando algo es tedioso.

La relatividad. Expresiones como "se me ha hecho eterna esta hora" o "el tiempo vuela" tienen bastante sentido cuando vemos estudios como el que han realizado un grupo de psicólogos de países Bajos y Reino Unido. Afirman ser los primeros en demostrar “de manera concluyente que la percepción del tiempo se ralentiza durante el ejercicio” y es algo que todos los que entrenamos sabemos (esos entrenamientos que, a veces, se nos hacen larguísimos), pero que ahora se ha medido.

Para el experimento, los investigadores tomaron como muestra a 33 adultos activos a los que se les pidió adivinar cuándo había transcurrido un periodo de 30 o 60 segundos. Esto "contando" con ese reloj interno. En estado de reposo, los participantes creyeron que esos segundos habían pasado un poco antes de lo que realmente ocurrió, pero luego se subieron a una bicicleta y el mismo periodo de tiempo "corrió" más lento.

Brb33471 Fig 0001 M Desviación del tiempo pre, durante y postejercicio en la tabla 1. Desviación del tiempo durante cada periodo del ejercicio durante la tabla 2.

Un 8% más lento. La prueba consistió en tres intervalos de bicicleta simulando un trayecto de 500 metros, 1.500 metros y 2.500 metros. Se midió la percepción del tiempo en reposo antes del ejercicio y entre las pruebas, pero también durante las propias pruebas y el resultado es el que se puede observar en la tabla superior.

En los periodos pre y post ejercicio, el tiempo parece pasar más rápido que durante los ejercicios, y es algo que se repite de manera consistente en las tres pruebas. Aunque las distancias cambian, los participantes percibieron de media que el tiempo pasaba un 8% más lento en las pruebas de 500 metros y 1.500 metros, y un 9% más lento en la prueba de 2.500 metros.

La competitividad. Para el análisis, además, se realizaron diferentes tipos de pruebas. Con el software Velotron 3D se recreó un entorno virtual en el que el sujeto veía su avatar y se realizaron varios escenarios. En uno de ellos se representaba una contrarreloj en solitario, en otro una contrarreloj con un avatar de oponente pasivo y en la tercera, una contrarreloj con un avatar de oponente activo y con la instrucción de ganar la prueba.

Lo curioso es que no se midieron diferencias significativas entre las tres pruebas. Es decir, en un entorno competitivo, los participantes seguían pensando que el tiempo pasaba más lento que en un entorno en solitario. Y esto puede tener que ver con la toma de decisiones que tenemos en cuenta durante nuestros entrenamientos. Es decir, si estamos en un entrenamiento HIT o que requiera que tengamos en cuenta el tiempo, tomar decisiones en función de nuestro reloj biológico puede no ser la mejor idea porque no va a ser preciso, distorsionando el tiempo y pensando que pasa más despacio de lo que realmente está sucediendo.

Matices. No es el primer estudio que explora esa distorsión temporal, pero si el primero que establece que no importa la intensidad o la competitividad: el tiempo pasa más despacio cuando hacemos ejercicio, independientemente de los condicionantes. ahora bien, los propios investigadores admiten que su estudio tiene una muestra pequeña y, además, dejan la puerta abierta a que una persona más experimentada tenga una percepción del tiempo diferente.

Afirman que "aunque el estudio actual proporciona conocimientos impactantes, es necesario realizar nuevas investigaciones para desentrañar el papel de los estímulos externos, la intensidad del ejercicio y su duración en la percepción del tiempo". Lo que sí parece claro es que, para el común de los mortales que realizan ejercicio de manera amateur, esa percepción lenta del tiempo puede ser algo común. En un profesional o en alguien muy habituado a ese ejercicio, la percepción puede ser distinta.

Por tanto, si haces una cantidad moderada de ejercicio y cuando te subes a la bicicleta estática piensas que ese rato es una eternidad, lo bueno de este estudio es que no te pasa nada malo: nos pasa a todos.

Imagen | Jozsef Hocza, Alejandro Alcolea

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