Comprar un portátil hace unos años era una tarea relativamente sencilla. Había pocas referencias, y estaban categorizadas de un modo claro y diferenciado de acuerdo a criterios como la integración del DVD, o el tamaño y el peso.
De hecho, una categoría era la de los “thin and light” (delgados y ligeros) y otra la de los “desktop replacement” (sustituto del ordenador de sobremesa). Hoy en día, prácticamente todos los portátiles puedes ser “desktop replacement” al tiempo que “thin and light”.
En este momento, comprar un portátil puede convertirse en una de las decisiones más complejas que se puedan tomar. Hay centenares de referencias, muchas de ellas extremadamente similares que hacen que acabemos saturados y desorientados a los pocos minutos de estar en una tienda o de explorar páginas de venta online.
La solución: preguntar al amigo que sabe
En no pocas ocasiones, la solución pasa por preguntar al amigo “techie”. Casi siempre tenemos a nuestro alrededor a un amigo, o el amigo de un amigo, que sabe de tecnología, al que (sin pudor alguno) trasladamos la pregunta del millón: ¿qué ordenador me compro?
Esta pregunta, con todo lo inocente que pueda parecer, está cargada de responsabilidad: lo fácil es recomendar el más caro, uno que resulte imposible que dé problemas de rendimiento, ergonomía, de robustez o incluso de estética. Algo así (no exactamente, pero algo así) como recomendar un Ferrari a una persona que nos pregunta qué coche comprar.
Pero un amigo, o un amigo de un amigo, normalmente optará por dar una respuesta trabajada y a la medida de las necesidades de la persona que confía en nosotros para elegir su ordenador portátil.
La guía básica del prescriptor
Si te sientes cómodo con la tarea de recomendar un portátil, con un método personal para entender las necesidades de la persona que te pregunta al tiempo que seleccionas potenciales candidatos, genial. Si no es así, existen algunas normas generales que se pueden seguir para ir resolviendo incógnitas en esta ecuación.
Lo primero, es usar la empatía. Ponerse en la piel de quien nos pregunta. Un “techie” suele ser más exigente que la media con su tecnología. Sabe cómo sacar partido a todas y cada una de las tecnologías de un equipo, y es exigente con ellas. Pero los usuarios de a pie no necesariamente tienen las mismas exigencias o necesidades.
Y además hay que contar con la variable financiera: no siempre se puede ni se desea invertir una cantidad elevada de dinero en un portátil.
¿Qué presupuesto tienes y qué vas a hacer con el ordenador?
Esta es una buena forma de empezar el trabajo de prescriptor. El apartado económico es determinante para una buena elección. Si no tenemos una limitación en este apartado, la tarea se simplifica mucho y se reduce a responder a la segunda pregunta: “¿qué vas a hacer con el ordenador?”.
Si se trata de un gamer, hay equipos con tarjetas gráficas dedicadas, teclados específicos para gaming y pantallas con una latencia mínima, por ejemplo. Para un usuario que viaja y está fuera de casa habitualmente, hay 2 en 1 o Ultrabooks con pesos mínimos, robustos y rendimientos notables.
Pero si el presupuesto es limitado, entramos en un territorio donde es necesario tener en cuenta cada elemento del portátil y ponerlo en contexto para elegir la mejor opción dentro de los márgenes con los que podemos jugar.
Ejemplo práctico: “mi presupuesto es de 600 euros”
En tecnología, muchas veces hay una relación directamente proporcional entre lo deseable y lo caro. Por ejemplo, si queremos un equipo con el máximo rendimiento y el mínimo de grosor, tendremos que pagar un precio muy alto por ello.
Así que tendremos que renunciar a los extremos y quedarnos con las soluciones de compromiso, ajustando la elección a partir de la búsqueda de configuraciones óptimas en vez de ideales.
Un presupuesto de 600 euros está asociado un uso generalista del equipo. No hay lugar para equipos orientados al gaming, ni a la movilidad extrema, ni para un rendimiento excepcional. Hay que dejar claro este punto al comprador. Pero ello no significa que no se puedan encontrar propuestas muy interesantes.
¿Qué es lo deseable?
Con esos 600 euros nuestro objetivo será encontrar un portátil con un procesador por encima de un Core i3, Pentium, Celeron o un Core M. AMD tiene buenos procesadores, pero el máximo rendimiento por Vatio está en poder de Intel. Los Core i5 son una familia que encaja en el escenario de lo óptimo.
Además, los Core i5 integran gráficos aptos para jugar, siempre y cuando no pidamos el máximo de calidad gráfica ni efectos cinemáticos avanzados.
En cuanto a la memoria, 4 GB son una cantidad que empieza a ser anacrónica. En este caso, el punto dulce está en los 8 GB de RAM. Cantidad suficiente y óptima ahora y durante bastante tiempo para un uso convencional del portátil.
Para el disco duro, lo deseable es la tecnología SSD. Es rápida, robusta y fiable. Pero no es fácil encontrar este tipo de discos para un presupuesto por debajo de los 800 euros. Eso sí, un disco que no tenga menos de 128 GB, o tendremos problemas de espacio.
Lo ideal para la pantalla es tener Full HD como resolución para el panel. 1.920 x 1.080 es una cifra óptima para casi todos los usos, pero lo habitual en el rango de los 600 euros es tener resoluciones de pantalla por debajo de Full HD, como 1.366 x 768 píxeles.
En cuanto a peso y tamaño, lo deseable es tener el mínimo peso y el tamaño más compacto y delgado, pero bajar de las 15’’ y de los 2 Kg con un presupuesto de unos 600 euros es complicado. A menor tamaño y más ligereza, los procesos de fabricación de hacen más complejos, lo cual repercute en el precio final de los portátiles.
Si vamos a las comunicaciones y conectividad, a día de hoy USB 3.0 es un “must”. Donde entramos en el terreno de lo deseable pero no siempre conseguible, es en la tecnología WiFi donde 802.11ac es la óptima, con una velocidad de transferencia elevada y compatibilidad con las tecnologías anteriores.
Estableciendo prioridades
Dentro de este cocktail de variables, no siempre será posible encontrar una elección que satisfaga todos los requerimientos. Procesador, memoria y disco duro son los más críticos: de poco sirve que tengamos un equipo de un kilo de peso y 1 cm de grosor con un procesador que no nos permita trabajar con soltura, por ejemplo.
Entre más memoria y un disco duro SSD, elegir entre 4 GB de RAM con un disco SSD de 128 GB u 8 GB de RAM con un disco no SSD de 1 TB no es una elección sencilla, con más puntos a favor del SSD que de la RAM.
Otros supuestos que pueden ilustrar las disyuntivas que tendremos que dilucidar para elegir un equipo pasan por los de este estilo: entre Core i3 y 16 GB de RAM y Core i5 y 4 GB de RAM la balanza se inclinaría hacia Core i5. Entre Core i7 y 4 GB de RAM y Core i5 y 8 GB, la elección sería hacia Core i5 con 8 GB.
Llega el momento de elegir
Tras poner sobre la mesa el presupuesto y las variables tecnológicas y de diseño, llega el momento de elegir. Se puede empezar buscando por un entorno de precio y filtrando después por procesador, memoria, disco, etcétera. De ese modo podremos ir eligiendo candidatos posibles.
Es importante realizar búsquedas en diferentes portales, y páginas de los fabricantes en busca de los candidatos. En nuestro ejemplo concreto, un modelo que conjuga de un modo óptimo casi todas las variables en juego es el ACER Aspire E 15 NX.MW2EB.011.
Un portátil de menos de 600 euros con un procesador Core i5, 8 GB de RAM e incluso un SSD de 128 GB. Un repertorio notable, que además deja lugar a tener 16 GB de RAM gracias a la disponibilidad de una ranura de memoria adicional libre.
Aquí la letra pequeña es que el procesador Core i5 es de una generación previa a los nuevos Intel de sexta generación. De todos modos, es una circunstancia que no repercute de un modo significativo en el rendimiento de la CPU.
Temas como la eficiencia energética o el rendimiento gráfico se han mejorado mucho en la sexta generación, pero en conjunto, de la quinta generación a la sexta, para un presupuesto de 600 euros, no hay una diferencia insalvable.
La pantalla de 15,6’’ no es Full HD, y pesa más de 2 KG, pero son variables secundarias si nos ceñimos a nuestro presupuesto. Otra buena noticia es que cuenta con WiFi ac y USB 3.0.
El proceso de búsqueda de un portátil óptimo pasa por conjugar muchas variables. Tendremos que fijar algunas y jugar con otras para las que hayamos establecido una jerarquía de prioridades basada en nuestro criterio y en las necesidades del pariente, amigo o colega que haya recurrido a nosotros para tomar una decisión de compra.
Por fortuna, la tecnología ha mejorado mucho, y será factible encontrar una propuesta óptima, como en este ejemplo. Será difícil no tener que renunciar a algunas características, pero mientras sean aquellas con prioridades más bajas, todo irá bien.
Foto | Corsair
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