En el Reino Unido hoy se enfrentan a un debate que está suscitando bastante controversia. A medio día, la cámara de los comunes votará si legalmente se permite que un bebé pueda tener tres progenitores, es decir, el ADN de tres personas diferentes. Médicamente es posible, así que el debate vira más a aspectos sociales, religiosos y éticos. Si bien en primera instancia se votó en contra, hoy tendrá lugar una votación definitiva y libre en el parlamento.
El motivo de esta votación es decidir si se modifica la ley de reproducción asistida del país para permitir una técnica que tiene por objeto evitar que determinadas enfermedades degenerativas se transmitan a los bebés. En uno de cada 6.500 casos esa enfermedad es muy grave y puede acabar en muerte.
Si finalmente el Reino Unido aprueba este gran paso, sería el primer país en hacerlo y dejaría el camino libre para que hasta 150 parejas del país pudieran ser padres. De hecho, si se aprueba hoy mismo esta ley, en un año ya habría nacido el primer bebé con tres progenitores.
Bebés con un 0.1% de ADN de la segunda madre
El tratamiento de fecundación in vitro que quiere usarse en el Reino Unido no es nuevo. Ya hace unos años se realizaron algunas pruebas en EEUU que resultaron un éxito, con una primera hija de tres progenitores. Posteriormente, esta técnica se prohibió en el país.
En el Reino Unido esta técnica de fecundación in vitro se realiza en la Universidad de Newcastle. La misma consiste en la modificación genética del embrión incorporando ADN de una segunda mujer. El objetivo es evitar enfermedades mitocondriales con herencia materna que suelen afectar a órganos vitales del bebé.
El bebé engendrado con esta técnica llevaría la gran mayoría del ADN de sus padres, pero también un 0.1% del ADN de una segunda mujer con sus mitocondrías sanas. En el óvulo de la mujer sana se incluiría el núcleo del óvulo de madre verdadera, incluyendo todos los cromosomas de la madre y las mitocondrías sanas. Ya solo quedaría añadir a los espermatozoides del padre.
Con esta técnica se sustituyen los orgánulos enfermos de la madre por los sanos de una segunda persona, evitando que el problema de generación de energía para las células más importantes del bebé (cerebro, músculos o corazón) sea problemática.
En el debate sobre el uso o no de esta técnica se enfrentan principalmente asociaciones y entidades católicas y protestantes con la mayoría de la comunidad científica, respaldada por 40 líderes científicos de 14 países encabezados por el premio Nobel de Medicina, el británico John Sulston.
Para los primeros, esta técnica no es viable porque destruye el embrión y pone las bases para la creación de bebés a la carta, mientras que los segundos (a los que apoyan el 40% de británicos frente al 30% que está en contra) la defienden por la oportunidad que da a madres con problemas mitoncondriales de poder tener bebés sanos.
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