En 2004, los profesores André Geim y Kostya Novoselov, de la Universidad de Manchester, se apuntraron el descubrimiento del grafeno, que les valdría el premio Nobel en 2010. Ahora, el equipo de esta misma universidad acaba de dar el paso que faltaba para entrever como serán los primeros circuitos de este material.
El equipo de Kostya y Novoselov ha logrado por primera vez encapsular el grafeno en otro material (Nitrato de Boro) un paso ineludible para lograr estructuras complejas que incluyan transistores y, por tanto chips.
El resultado ha sido una estructura de cuatro capas formada por dos mallas de grafeno y dos de nitrato de boro a la que sus creadores han apodado ‘Big Mac’. El encapsulado permite eliminar muchos inconvenientes derivados de la delgadez molecular de las mallas de grafeno a la par que facilita a los científicos el controlar mejor sus propiedades electrónicas.
Por otra parte, el ‘Big Mac’ de grafeno era también una prueba necesaria para ver cómo se comportaba este material al estar completamente envuelto por otra sustancia.
El gobierno británico ha invertido 50 millones de libras en la creación del Graphene Global Research and Technology Hub, un laboratorio en torno al grupo de Manchester que busca crear aplicaciones comerciales en torno al grafeno. Según el profesor Geim, los primeros transistores de grafeno son ‘cosa de pocos meses’. Este tipo de avances es lo que suele pasar cuando los gobiernos invierten en ciencia. A ver si otros se aplican el cuento.
Vía | Europa Press
Más información | Universidad de Manchester
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