Uno la mira y piensa que es la máquina de escribir perfecta que usarían en la isla de la serie televisiva 'Lost'. Muy rollo Dharma Initiative, no sé si me entendéis. Pero no. Hemingwrite no es en absoluto un invento televisivo. Es una máquina de escribir real y, eso sí, de lo más original.
Sus creadores tenían una sola cosa en mente cuando la crearon: poder contar con un dispositivo orientado a ofrecer un entorno de escritura libre de distracciones. Existen multitud de aplicaciones que tratan de emular ese escenario en nuestros PCs o portátiles (o tablets, o smartphones), pero esta máquina de escribir está específicamente destinada a eso: a escribir.
Hemingwrite tiene para empezar un diseño singular en el que las dimensiones son mucho más compactas de las que tienen las máquinas de escribir tradicionales. No hay papel implicado -nada de hacer bolas de papel con borradores decepcionantes, lástima-, pero sí unos acabados que respetan esas líneas hasta cierto punto.
En lugar de papel nos encontramos con una pantalla de tinta electrónica de 6 pulgadas y una resolución de 300 puntos por pulgada, y en lugar de esas teclas características de las máquinas de escribir nos encontramos con un teclado mecánico con interruptores Cherry MX personalizables para cada estilo de escritura. Y por si fuera poco, otro detalle curioso: su conectividad WiFi y Bluetooth LE permiten entre otras cosas conectar nuestras redacciones con Google Docs y Evernote para mantener copias de seguridad constantes de todo lo que creamos en Hemingwrite.
La construcción parece a priori realmente sólida, y todo el diseño está protegido por una carcasa de aluminio de aspecto robusto. En la parte superior encontramos diversos controles flanqueando la pantalla de tinta electrónica que permiten echarle un vistazo a la batería disponible o a los botones e interruptores físicos que permiten crear nuevos documentos, por ejemplo.
No hay precio ni fecha especificados para una máquina de escribir que sin duda atraerá a todos esos usuarios que no saben cómo evitar la procrastrinación: será difícil no tratar de centrarse con Hemingway. Estaremos atentos a su evolución, desde luego. Y puede que los protagonistas de Lost también.
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