En "Sueñan los androides con ovejas eléctricas" y su adaptación al cine - Blade Runner - Rick Deckard debía evitar apiadarse de aquellos a los que se dedicaba a cazar, los replicantes. En el futuro imaginado por Dick se había conseguido que estos seres artificiales llegasen a ser indistinguibles de los humanos. Para identificarlos se servía de varios tests - Voight-Kampff, Boneli - capaces de detectar la respuesta psicológica a preguntas, midiendo la emoción que había en ella. En Blade Runner el único punto que separa al hombre de la máquina es la empatía.
Incluso los más optimistas en el campo de la robótica y la inteligencia artificial apuntan a que pasarán décadas - hay quien defiende que nunca se conseguirá - antes de que podamos estar delante de una máquina que se integre en nuestra sociedad con un grado de inteligencia que nos devuelva a la cara la pregunta inversa al test de Voight-Kampff: ¿seremos capaces de sentir empatía por el robot? ¿los aceptaremos o los odiaremos? ¿cómo nos relacionaremos con ellos en que caso de que lleguen a existir tal como hoy día se plantean? Sobre amor, odio y máquinas es de lo que trata esta pieza y sobre lo que hemos intentado investigar qué se sabe a día de hoy. Esto es lo que hemos hallado...
La dificultad de sacar conclusiones a partir de lo que pensamos y sentimos hoy
Dos dificultades: una es que es imposible de predecir cómo serán las máquinas en décadas, de hecho uno ha encontrado demasiado optimismo en la mayoría de propuestas alrededor de la robótica y la inteligencia artificial. Que los robots "serán como nosotros" en el sentido de ser casi indistinguibles permitiendo una interacción muy similar a la que tenemos entre los humanos es una tesis que requiriría una carga de prueba que hoy estamos a años luz de tener.
Otra dificultad es que las interacciones que hoy somos capaces de estudiar entre humanos y máquinas están muy lejos de las que podemos imaginar que serán factibles dentro de unas décadas - insistiendo en que deberíamos desvestir la robótica de tecnoutopismo - y por tanto las conclusiones deberían ser cogidas con pinzas.

En ciencia ficción estamos en situación de conocer al robot, pero ¿será así realmente? Es probable que un robot que nos crucemos sea mucho más desconocido que cualquier otro ser. ¿es autónomo realmente o lo está manejando alguien? ¿es mejor o peor que yo en qué cualidades? ¿a qué está conectado (la nube, los sensores de la calle, la base de datos de la policía) y qué sabe (del mundo y de mi)?
Parece razonable avalar la hipótesis de que robots humanoides compartirán espacio con nosotros (de hecho ese es el gran desafío de la robótica, salir de entornos controlados a escenarios impredecibles) Eso llevaría a que muchas veces nos crucemos con ellos aunque no queramos y que la tendencia de diseño sea a darle formas humanoides (conducir, moverse por la ciudad, subir escaleras). Aún así la decisión sobre la apariencia es un debate aparte ¿qué preferimos?

Tipos de apariencias de robots. Pakrash y otros
Akanksha Prakash y Wendy A. Rogers intentaron dar respuesta a esta última cuestión y los resultados resultaron, cuando menos, llamativos. A la pregunta de si se quería que el robot tuviese una apariencia humana los participantes de más edad decían mayoritariamente que sí, pero los más jóvenes, en cambio, preferían un aspecto "más robótico".
A eso hay que sumar que la respuesta depende de la tarea, ante una más "social" como jugar a algo se aprueba más la apariencia humana, para una de "decisiones lógicas" como invertir en bolsa, la de robot. Para temas muy personales - cuidados de enfermería - la percepción es ambivalente, hay quienes buscan el rostro humano y quienes por percepción de la privacidad preferirían tener una máquina con pinta de máquina.
Experimentos y nuestras ideas y sentimientos hacia la máquina
A la hora de intentar entender qué sentimos hacia las máquinas lo que hoy se hace actualmente es ejecutar experimentos psicológicos - casi siempre en laboratorio - y observar la reacción de la gente a distintos escenarios que implican la presencia, la interacción y la toma de decisiones respecto a robots.
Un ejemplo de esta aproximación es la de Bartneck y Omar Mubin, que hacían una propuesta peculiar a los voluntarios participantes: primero les decían que debían valorar a un robot para determinar si por su valor merecía ser replicado y les dejaban jugar con él unos minutos. Pasados éstos volvía el técnico a su sala y les decía que el robot con el que estaban no "cumplía el estándar" y que debían destruirlo. Les deba un martillo junto a la frase "mata al robot"
El objetivo del estudio era medir el grado de destructividad que puede alcanzar la gente con un robot de una apariencia mínimamente inteligente. La unidad de medida era el número de martillazos.
También hay estudios que intentan medir sentimientos desarrollados hacia máquinas reales que ya estamos utilizando. Un ejemplo de ello es este de Julie Carpenter que apunta a que los soldados acaban teniendo afecto por sus compañeros robóticos, a los que suelen poner el nombre de una novia o una famosa y sobre los que acaban desarrollando un sentimiento de pérdida si el enemigo los abate.

Por su lado el profesor Nass intentó estudiar si los humanos podríamos sentir reciprocidad respecto a ordenadores. En su estudio los usuarios eran sentados delante de máquinas y se les decía que estas les iban a responder a todas las preguntas que necesitasen para una tarea (algo que el ordenador hacía con desigual fortuna). En un momento dado, la máquina les pide ayuda a ellos en tareas rutinarias como emparejar colores "para mejorar su rendimiento". ¿Cómo se comportaron los sujetos? Cuanto más les había ayudado la máquina, más dispuestos estaban a ejecutar estas tareas (NPR). Dicho de otra forma, estaban dispuestos a tener relaciones de reciprocidad.
Otro estudio destacable es el desarrollado por Peter Khan, Kanda, Ishiguro y otros que intentaron hacer una aproximación a si los niños podían llegar a considerar que los robots puedean tener estados mentales (inteligencia, sentimientos), ser seres sociales (ser amigos, guardar secretos) y si merecerían ser salvaguardados del maltrato psicológico.
Para ello reúnen al niño con un robot de autonomía aparente y hacen que jueguen a una especie de "escondite". En mitad del juego aparece un técnico y dice que es hora de que el robot vaya al baño, a lo que éste responde que es injusto porque se encuentra en mitad de un juego genial. El técnico le apaga, lo encierra y desde el baño se empieza a escuchar lamentos del robot del tipo "tengo miedo de estar aquí sólo, está oscuro".
Es interesante subrayar que la mayoría de niños del estudio atribuía estados mentales propios al robot, del que pensaban que debía ser salvado del maltrato psicológico al que aparentemente le sometía el técnico, pero que podía ser vendido y comprado, podía ser, por tanto, un esclavo de sus dueños a los que pertenecía.
Lo que queda todavía en la ciencia ficción es el amor por el robot, aunque haya quien diga hay robots que merecieron ser amados.
El robot, mi esclavo
La esclavitud requería, en las sociedades que la permitían, el entendimiento de que los individuos a los que se sometía eran inferiores: por raza, procedencia o rasgos... no podían ser "humanos iguales a nosotros". Esta forma de deshumanización se nutría de las diferencias en el progreso cuando una civilización "descubría a otra" y no hallaba en ella lo que consideraba como "humanamente avanzado": la escritura, la tecnología o la organización en forma de estado.
Hoy en día todos consideramos execrable el no dar los mismos derechos a quienes tienen la misma inteligencia, capacidad de decisión y autonomía, incluso hay corrientes que defienden que algunos de estos derechos se deberían trasladarse a los mamíferos más evolucionados. Lo que no está en el debate, a la vista del estado primitivo, sin inteligencia y casi nula autonomía en las decisiones de los robots es si debemos pensar en ellos como algo más que esclavos.

Pero ¿qué sucedería si esos robots llegasen a ser ciertamente autogestionados, capaces de tomar decisiones y de ponerlas en práctica? ¿cómo deberíamos considerar o tratar a unos robots que alcanzan esa autonomía humana? En su libro Robot Futures, Illah Reza cita al profesor de ética empresarial Jhon Hooker que traza precisamente un paralelismo entre esclavos y robots y concluye con una atrevida tesis: tan pronto como percibamos autonomía y capacidad de decisión en un robot, desde un punto de vista ético deberíamos darle los mismos derechos que al resto de seres humanos.
Claro que hay un punto de desencuentro entre ambos dilemas éticos, los humanos compartimos naturaleza, los robots - incluso los replicantes de Blade Runner que eran criaturas biomecánicas - no. Sin embargo el dilema seguirá estando ahí, como estaba para Rick Deckard: si estamos delante de un ser inteligente, autónomo y capaz de tomar decisiones y no lo tratamos como tal, ¿no dirá nuestro comportamiento algo acerca de nosotros? ¿es posible considerarnos justos, éticos... siquiera humanos?
Ver 20 comentarios
20 comentarios
royendershade
Muy interesante. Llevo un tiempo trabajando en asuntos de inteligencia artificial (y aun sigo) y voy a compartir mis opiniones por si le interesan a alguien:
(Aunque primero decir que el estudio ese de los martillazos es absurdo, no se puede sacar ninguna conclusión del número de martillazos, eso depende de la persona y podría apostar a que las mujeres de media dan menos martillazos, lo cual nos indica que eso depende de la personalidad)
De entrada empezare por el hardware. Este es lo de menos de cara a la inteligencia. Mi opinión es que la mayoría de robots no serán humanoides nunca porque no lo requeriran, sino que estaran adaptados a sus funciones a menos que exijamos cierta versatilidad para reaccionar ante cualquier situacion, sobre todo si esta involucra a seres humanos.
Al final, lo mas improtante esta en el software, podremos tener hardware mas o menos potente, pero lo esencial, la inteligencia, esta en la estructura del lenguaje que emplee el robot para "pensar". De hecho lo que he observado todo este tiempo es que la clave de la verdadera IA esta en conseguir que una maquina sea capaz de entender y procesar lenguajes como nosotros, aparte de la potencia de calculo en la que ya hemos superado a los humanos. De esta forma, en un futuro, incluso veremos muchos robots que no seran mas que hologramas (no queda nada para estos como nos mostro hp), por ejemplo para informar, pero lo importante esta en el programa, no siendo el hardware mas que un soporte.
Dicho esto, añadiré que precisamente cuanto más humano sea un robot, sobre todo en forma, más simpatía u odio podrá provocar en nosotros. Dependiendo del grado de parecido, pasando por el valle inquietante, puede causar todo tipo de reacciones, pero en cualquiera de las fases se pueden dar ambos sentimientos. Al fin y al cabo le cogemos aprecio a un objeto muy a menudo, cuánto más en la medida que pueda interactuar con nosotros... Pero al final, somos nosotros los que ponemos el afecto. Mucha gente ama también a los animales, pero estos no nos aman a nosotros (la frase sobre el tigre en la vida de PI es muy acertada, solamente vemos nuestra humanidad reflejada en sus ojos). Lo mismo sucede y sucederá con los robots, jamás podremos hablar de amor recíproco aunque lo parezca.
En qué me baso: La libertad. De igual lo que hagamos, no podremos construir jamás un sistema libre realmente. Para ello tendríamos que ser capaces de hacer que el sistema pueda tomar decisiones aleatorias. Pero aleatorias completamente, no condicionadas por nada, es decir: No nos vale un numero aleatorio basado en el numero de particulas que hay justo en en este instante en el aire, porque aunque para nosotros sea practicamente aleatorio, no lo es en realidad. Y es que no es posible hablar de nada aleatorio en todo el universo, sino de elementos que no tenemos datos o capacidad para predecir, lo cual no implica que haya aleatoriedad real. De hecho, el único momento en que se puede hablar de aleatoriedad absoluta en toda la historia del universo es justo antes del Big Bang, y (requiere estudiarse aparte) en la conducta humana. Ni siquiera a nivel de quarks existe la aleatoriedad real. De esta forma, podemos construir un sistema tan bien que nos engañe completamente, a nosotros y a un numero indeterminado de pruebas, pero jamas que sea libre, ni mucho menos que nos ame, porque toda su conducta por compleja que sea, al final no será más que un programa, como digo tan complejo que no detectamos. Aunque no hace falta mucho para cogerle cariño a algo, como se ve con los objetos(una muñeca por ejemplo) y los animales, estamos predispuestos a humanizar cualquier cosa con el tiempo suficiente.
En el tema de la libertad humana, como no quiero entrar mucho en ello, solo diré que para una aproximación rápida puede servirnos esto: ¿Cual es el programa básico de todo animal? ¿Lo que condiciona absolutamente su existencia siempre que no tenga fallos geneticos? La supervivencia de la especie, y después la del individuo. Cualquier acción que haga estará condicionada por esto, y es imposible saltarsela si el animal no tiene defectos mentales o genéticos. Sin embargo, como humano, uno podría matarse conscientemente con la única intención de demostrar que podemos ir contra ese programa. Aparte dejo el tema del alma, para los que crean en algo, que es otra característica que justificaría la libertad y que nos diferenciaría directamente de los robots en dignidad, de cara también a la pregunta de si podrían ser esclavizados. A lo que en cualquier caso respondo que sí, puesto que jamás sería esclavizar pues apra ello antes deberían tener libertad y dignidad, lo cual no surge de la autonomía ni de la inteligencia.
No se puede hablar con ética de los robots en ningún caso, siempre que esta no vaya dirigida al final hacia los humanos. Ejemplo: ¿Estaría mal destruir un robot indistinguible de un humano? En sí mismo nunca. Pero si es propiedad de alguien sí, salvo que sea en defensa propia.
Pero claro, para eso antes tendríamos que ver que consideramos etica y si existe una objetiva, porque de lo contrario hablaríamos de convenios morales, no de bien y mal.
Aunque todas estas preguntas se volverán más difíciles de responder o al menos causarán más interés cuando los robots además sean biológicos...
No me extiendo más, porque es un tema que da para mucho. Gran artículo.
chamaruco
Excelente artículo.
Me ha sorprendido que no haya ninguna referncia a la Teoría del Valle Sombrío o Valle Inquientante.
Ésa que se postuló precisamente a partir de tratar de medir la afinidad que sentían los humanos hacia las formas de robot y que decía que la afinidad iba creciendo en la horizontal hacia modelos más parecidos a los humanos, hasta que llegaba un punto en el que caía de golpe y se sentía un rechazo profundo, por formas que el cerebro detectaba como "falsas"... volviendo a subir de nuevo cuando la apariencia era indistinguible del ser humano.
Hay un artículo muy interesante al respecto en la wikipedia bajo el epígrafe "Valle Inquietante".
degen.steam
A veces Xataka saca este tipo de notas y me hacen querer mas y mas esta pagina.
Toñín
Yo soy más de la visión de Asimov en "Yo, robot" (el libro, claro, nada que ver con la película), donde está prohibido que haya androides en la Tierra (sólo se pueden usar en el espacio y en otros planetas). Además un androide sólo tiene sentido por la gracia de recrear un humano, ya que no es ni mucho menos el diseño más práctico para un robot.
En el futuro estaremos rodeados de robots, pero probablemente serán con aspecto de "electrodoméstico" ya que los robots humanoides tienen a crear una fuerte sensación de rechazo entre los humanos
Joferval87
Bueno, respecto a todo esto, siempre se trata el tema desde el mismo punto de vista. Como interactuaremos los humanos con los robots en el futuro, cuando estos adquieran inteligencia y consciencia similar a la nuestra.
Pero hay un punto bastante obvio en este aspecto, que casi siempre se pasa por alto. Cuando tengamos la tecnología para hacer a los robots tan avanzados o mejores que nosotros, es lógico pensar que la apliquemos a nosotros mismos. Quien haya visto últimamente ROBOCOP, sabrá de que estoy hablando. Y cuando esto suceda, nuestra mente sufrirá cambios. Se deshumanizará, nuestra forma de reaccionar respecto al mundo basada en las necesidades biológicas, comer, respirar, aparearnos, ya que no tendríamos genero.
En un futuro lejano, no habrá una diferencia clara entre lo que es una máquina y lo que es un humano. Salvo por la diferencia de que los humanos, descenderemos de un pasado biológico y las máquinas no.
También, se pasa un tema por alto, y es que se esta avanzando en gran medida en hibridación de lo artificial con lo biológico, ya existen máquinas que funcionan con cerebros celulares biológicos, y en el futuro, esa frontera puede estar aun más diluida, construyendo robots con partes biológicas y otras no. Y también mejorándonos los humanos con partes mecánicas y otras biológicas mejores que las nuestras.
Imaginad por un por un momento, en un futuro lejano, un hombre de avanzada edad al que ya no le funcionan bien el cuerpo (la máquina que mantiene vivo su cerebro), y se lo ofrece la posibilidad de seguir vivo en un cuerpo totalmente artificial, como ROBOCOP. El individuo que lo considere una aberración por creencias, o simplemente porque este cansado de vivir, no se someterá a este proceso. Pero si decide hacerlo, tendríamos un cerebro vivo dentro de un cuerpo mecánico. Incluso puede que ese hombre, decida que tener forma humanoide, no le resulta práctico y prefiere tener una forma totalmente diferente.
Bueno en resumen, este tema es muy complicado, porque lo estamos tratando desde la perspectiva tecnológica de principios del tercer milenio. No se sabe lo que sucederá, en realidad, puede que en un futuro, las máquinas no se revelen contra los humanos simplemente porque los humanos también seremos máquinas.
alberto-abuin
Buen artículo. En 'Blade Runner' la empatía que siente Deckard hacia Rachel (o al final Roy hacia él) es porque él también es un replicante (queda más claro en el director`s cut, aunque en el montaje original ya se sugería). Scott está harto de repetirlo, con lo que el tema de los sentimientos va más allá. Un humano puede amar a una máquina, y entre máquinas puede haber sentimientos humanos.
bernatserra
Sale entero en portada!
frg92552
Antonio, un artículo excelente. Da gusto leer un artículo currado y que vaya mas allá de las eternas reseñas de móviles o consolas.
A pesar de lo que han indicado en alguna entrada yo si creo que habrá muchos robots humanoides. No por nada, sino porque si deben mezclarse con la población y utilizar infraestructura y aparatos diseñados para seres humanos de una forma versátil no va a quedar mas remedio. Por ejemplo, subir por una escalera, pasar por una puerta, etc. Otra cosa serán aquellos robots hechos para actividades específicas (minería, industria, drones de vigilancia, etc) donde evidentemente la forma humanoide aporta poco
Por otra parte, como también se ha comentado en otra entrada, poco a poco se irán difuminando las distinciones entre hombre y máquina. Ya vimos hace poco el prototipo de prótesis robótica de brazo que transmite sensaciones de tacto al usuario. Prototipos de chips para implantes oculares para la cegera, implantes cocleares (que ya son una realidad), etc. Creo que cada vez iremos viendo mas hibridación entre lo biológico y lo "mecanico" y eso ira disminuyendo la separación entre ambos mundos.
Y finalmente... dependerá de cada uno. No es mi caso, pero conozco mucha gente que le coge cariño a las máquinas. Hoy un compañero de la oficina estaba jodido porque va a tener que cambiar su coche, que tiene desde hace casi 17 años, y le tiene muchísimo cariño.
En fin, creo que nos queda mucho por ver. Y habrá de todo, como siempre. Igual que ahora que hay personas que frecuentan este tipo de blogs y tienen discusiones encendidas sobre que SO de móvil es mejor... mientras que hay otras personas que si usan móvil es para llamar por teléfono y punto.
luishp
En mi humilde opinión la cosa es mucho más sencilla:
Los seres humanos somos capaces de desarrollar sentimientos por un robot, por una mascota, por una marioneta y hasta por un oso de peluche.
La intensidad y riqueza de esos sentimientos es otra cosa.
royn6
Si os interesa el tema os sugiero ver la recién estrenada película "Her". Amor hombre-máquina o mejor dicho hombre-Sistema Operativo. Excelente.