supernova

La perspectiva es importante y los astrónomos lo saben muy bien.

Desde agujeros negros supermasivos a gases formados por moléculas sencillas y más allá, el universo alberga objetos de todos los tamaños concebibles. También nubes formadas por polvo cósmico.

El telescopio espacial nos dejó un misterio, pero también nos ayudó a resolverlo

El telescopio espacial registró los restos de una supernova con una resolución hasta ahora inalcanzable

“¿A dónde van las estrellas después de morir?” Podría ser el comienzo de un cuento, pero fue la pregunta que un grupo de investigadores de la Universidad de Sidney se hizo hace un tiempo.

En 2017 recibimos la visita de Oumuamua, el primer objeto identificado como procedente del espacio interestelar. El primero en ser identificado pero no el primero en llegar.

No obstante, no tenemos que preocuparnos. No aún. Los modelos más avanzados estiman que la vida en nuestro planeta no se verá amenazada por nuestra estrella hasta dentro de 3500 millones de años. Pero la ciencia nos dice mucho más.

Durante los últimos años las antenas del observatorio ASKAP han estado encontrando extrañas y brillantes nubes con apariencia de anillo en el espacio. Llevan cinco descubiertos, pero el último que han encontrado es distinto a los demás.

El IXPE, que se lanzó al espacio el 9 de diciembre de 2021 a bordo de un cohete de SpaceX, envió su primera imagen. Se trata de una estructura nebulosa gigantesca en la que destaca su profundo color magenta.

Durante 120 días un grupo de astrónomos ha contemplado el fin de una estrella supergigante roja que ha dado lugar a una supernova. El proceso, distinto al que se conocía hasta ahora, arroja nuevas claves sobre cómo es su ocaso.

Literalmente viajar en el tiempo. Vamos a tener la oportunidad de ver la explosión de nuevo, y los momentos previos a la explosión también.