Resolviendo el misterioso origen de los etruscos: lo que sabemos del pueblo con más incógnitas de Europa

  • A pesar de que los etruscos conformaron un pueblo influyente, con una rica cultura, historia y un idioma único, aún desconocemos muchas de sus claves

  • El estudio del genoma nos ha ayudado a arrojar luz a uno de los debates más complejos: sus orígenes

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De los etruscos suele decirse que eran un pueblo hábil en el comercio y la metalurgia, competente en el campo de batalla y artífices de una cultura y política apasionantes, pero sobre todo, si algo puede afirmarse hoy de este antiguo pueblo que se asentó en la actual Italia, entre los ríos Tíber y Arno, es que representa un misterio. Un enorme y fascinante misterio que los investigadores llevan tiempo intentando desenmarañar. Ahora al fin podemos asomarnos a sus orígenes.

Y completar, al menos en parte, su asombroso puzle.

En un lugar de Europa… Más concretamente en Etruria, en el centro de la actual Italia, habitaron hace ya un buen puñado de siglos los etruscos, un pueblo tan fascinante como misterioso que vio cómo su civilización urbana alcanzaba el apogeo hacia el VII a.C. y sus ciudades eran absorbidas en el III a.C., por el empuje romano. A lo largo de su historia sus habitantes supieron expandirse, extendieron su influencia por las regiones de Toscana, Umbría y Lacio y dejaron su huella en Roma, tanto a nivel político —con varios reyes etruscos— como cultural.

Importantes, pero desconocidos. Esa es la contradicción que hace de la etrusca una civilización tan fascinante. A pesar de su importancia histórica, de su huella en Roma y de haberse expandido por la península itálica, todavía ignoramos algunos datos clave sobre los etruscos. Conocemos su expansión hacia el norte y la costa sur del mar Tirreno, su alianza entre ciudades, rasgos de su sociedad y arte y la importancia de su comercio, pero nos faltan piezas para completar su puzle.

¿Qué piezas? Quizás la más crucial de todas sean sus orígenes. Heródoto y Helánico de Lesbos aseguraban que los etruscos descendían de anatolios y egeos y llegaron a Etruria antes del año 800 a.C. Otra teoría, abanderada por Dionisio de Halicarnaso, sostiene que sus orígenes son locales y se desarrollaron a partir de población ligadas a la cultura villanovense de finales de la Edad del Bronce.

Por si esa incógnita no fuera suficiente, está su idioma, una lengua muy diferente a la de sus vecinos, de origen no indoeuropeo y que hoy solo entendemos en parte, lo que no ha impedido a los académicos lanzarse al desafío de desentrañarla.

A falta de pistas históricas… Bueno es el genoma, como comprobó en 2021 un grupo de investigadores que decidió recurrir a la ciencia en búsqueda de respuesta. Como detallaron en un artículo publicado en la revista Science Advances, el equipo se dedicó a analizar el genoma de 82 individuos de la antigua región de Etruria y el sur de Italia que datan aproximadamente de entre los años 800 a.C. y 1000 d.C., todo con el propósito de rastrear los orígenes de los etruscos y su huella.

Sus conclusiones resultan reveladoras: el análisis sugiere que los antiguos habitantes de Etruria guardaban una "estrecha relación" con sus vecinos. "Los etruscos portan un perfil genético local compartido con otras poblaciones vecinas, como los latinos de Roma y sus alrededores, pese a las diferencias lingüísticas y culturales de ambos grupos", recoge el estudio, que subraya, contradiciendo a Heródoto: "El acervo genético relacionado con los etruscos no parece haberse originado en movimientos de población recientes de Oriente Próximo".

Louvre Sarcofago Degli Sposi 00 Sarcófago de Cerveteri, urna funeraria monumental etrusca de terracota.
Original Mapa de la península italiana que indica la extensión máxima de los territorios etruscos y la ubicación de los individuos analizados por los investigadores para su estudio.

¿Nos dice algo más? Sí. El estudio detectó una ascendencia esteparia relacionada con los indoeuropeos durante la Edad de Hierro. Y también algo más, igual de revelador: "La falta de una mezcla reciente relacionada con Anatolia". Sus conclusiones dejan botando sin embargo otras dudas, igual de interesantes, como el idioma etrusco. "La persistencia de una probable lengua no indoeuropea aislada rodeada de grupos itálicos de habla indoeuropea, como los latinos, es un fenómeno intrigante y aún inexplicado que requiere más investigaciones", reconocen.

"La persistencia de la lengua etrusca en Etruria indica que esta comunidad de habla se mantuvo pese a una mezcla a gran escala, una situación similar a la de la región vasca de Iberia, donde una lengua no indoeuropea perdura en la actualidad —abundan—. Esta persistencia lingüística, combinada con un recambio genético, desafía las suposiciones simplistas de que los genes equivalen a las lenguas".

Completando el puzle. Hay más. Como señalan desde el Max Planck Institute, la investigación también mostró que el acervo genético vinculado con los etruscos siguió estable durante al menos 800 años, lo que le abarca un extenso período que barca desde la Edad de Hierro a la República Romana. Durante la etapa imperial ese escenario varió: debido a la mezcla con poblaciones del Mediterráneo oriental, el centro de la actual Italia experimentó un cambio genético de calado.

"Las ascendencias del Mediterráneo oriental reemplazaron gran parte del perfil genético relacionado con los etruscos durante el período imperial romano", zanjan los investigadores, que apuntan que ya durante la Alta Edad Media se registra un aporte del norte de Europa por la expansión de tribus germánicas por la península.

Imágenes: Wikipedia 1 y 2 y  Max Planck Institute-Michelle O´Reilly 

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