Qué fue del aeropuerto de Ciudad Real: el megaproyecto de 1.000 millones de euros símbolo de los excesos de la burbuja

  • Tras años de retraso respecto a las previsiones, el aeropuerto entró en funcionamiento a finales de 2008

  • Durante su ciclo de vida de tres años se infrautilizaron sus servicios, pero al menos sirvió para rodar películas

Aeropuerto
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En un lugar de la Mancha… se encuentra el Aeropuerto Don Quijote. También se conoció durante un tiempo con el nombre de Aeropuerto Madrid Sur-Ciudad Real y, actualmente, es el Aeropuerto Central Ciudad Real. Es un aeropuerto privado en el que se han rodado películas, fue clave durante la pandemia del COVID-19, hubo sospechas de malversación de fondos y ahora no se sabe muy bien qué hacer con él.

Esta es la historia del aeropuerto de Ciudad Real que no está en Ciudad Real, exactamente.

El sueño de los 90. A finales de los 90, el Aeropuerto de Madrid-Barajas estaba al límite. La T4 todavía no existía, por lo que había momentos de excesiva saturación que impedían que nuevas aerolíneas se establecieran en la capital. Es entonces cuando se empezó a plantear que Ciudad Real tuviera aeropuerto para ayudar a aligerar la carga de Madrid y, además, para enriquecer la región gracias a los vuelos de mercancías. La ubicación de Ciudad Real no deja de ser céntrica y bien comunicada con todos los puntos cardinales, por lo que podría ser utilizada como punto de recepción y distribución de mercancía.

Se empezó a mover el proyecto del aeropuerto, pero se produjeron una serie de retrasos en la construcción por problemas con los permisos oficiales y las autoridades medioambientales, ya que la ubicación planeada entraba en conflicto con una Zona de Especial Protección para las Aves. Por otro lado, Madrid iba a lo suyo y, tras varios años estudiando si crear un nuevo aeropuerto en Campo Real o si ampliar Barajas, se decidió inaugurar tanto la T4 como la T4S. Fue un mazazo para Ciudad Real que, sin embargo, continuó con el proyecto.

Una ubicación controvertida. Más allá de que el aeropuerto estuviera ocupando parcialmente un territorio ZEPA, está en mitad del campo. Concretamente, a 12 kilómetros de Ciudad Real (75.300 habitantes) y a 18 kilómetros de Puertollano (45.100 habitantes). Tiene una única pista de 4.200 metros de largo por 60 metros de ancho, siendo realmente grande porque en la zona no hay limitación de espacio y se esperaba que pudiera manejar dos millones de pasajeros al año.

Estaban previstas ampliaciones para un máximo de diez millones de pasajeros al año y un plan de expansión con áreas de mantenimiento, zona industrial y un enlace con la línea de AVE. Esto permitiría una conexión directa con Madrid (50 minutos) y Córdoba (60 minutos). Sin embargo, esta ampliación nunca se inició. Además, se expropiaron tierras a los habitantes del cercano pueblo de Ballesteros de Calatrava.

Hasta el nombre tuvo polémica. Las polémicas iniciales no sólo se quedaban en la ubicación y hasta el nombre fue motivo de discusión. Hasta 2007, el aeropuerto tenía el nombre de Aeropuerto Don Quijote, pero ese mismo año, el nombre cambió a Aeropuerto Madrid Sur-Ciudad Real. No era un nombre que agradara demasiado a los ciudadrealeños, pero tampoco a los madrileños. De hecho, Madrid amenazó a Ciudad Real con demandas judiciales para que dejaran de usar ese nombre, por lo que se volvió a cambiar al de Don Quijote y, finalmente, a Aeropuerto Central Ciudad Real. Un año después y tras un retraso en la consecución de los permisos medioambientales, el aeropuerto empezó a funcionar. Y lo que empezó mal… no es que mejorara demasiado.

Mil millones. Es complicado estimar el costo de este aeropuerto. En su día, se trató de una construcción moderna, con una terminal que no era muy grande, pero con ciertas expansiones que se empezaron (y no terminaron, como veremos más adelante). El proyecto tenía un presupuesto inicial de más de 200 millones de euros. Hay que tener en cuenta, sin embargo, todos los retrasos que se produjeron hasta su inauguración y hay fuentes que marcan unos costos de construcción de más de 400 millones de euros, mientras que otras ponen la cifra en los 1.000 millones. Puede que en este último caso se tengan en cuenta las deudas que veremos a continuación, pero lo que está claro es que fue un negocio ruinoso. Al menos para ciertas partes involucradas.

Aeropuerto Ciudad Real Durante la pandemia del COVID-19, el aeropuerto sirvió de aparcamiento

Aeropuerto Fantasma. En diciembre de 2008, por fin, abrió sus puertas. Las aerolíneas que operaban en Ciudad Real eran Air Nostrum, Air Berlin, Ryanair y Vueling, por lo que la ciudad ganó vías directas a Gran Canaria, Barcelona, Lanzarote, Mallorca, París y Londres con vuelos muy, muy baratos. Durante el primer mes, la compañía que gestionaba el aeropuerto anunció que se habían superado los 4.000 viajeros, siendo la ruta más popular la que conectaba con Barcelona. En junio de 2010 llegó Ryanair con vuelos a Londres y movió 22.000 pasajeros hacia o desde el aeropuerto hasta el 11 de noviembre de ese mismo año, cuando cesó la actividad de la compañía en Ciudad Real.

El aeropuerto ya estaba en dificultades financieras y Vueling fue la única aerolínea que se mantuvo hasta octubre de 2011, mes en el que dejó de operar. Con más de 300 millones de euros de deudas, en 2012, el aeropuerto se declaró en quiebra y de 2012 a 2019 no se realizaron vuelos. Se estima que en 2009 se movieron 53.557 pasajeros. En 2010, la cifra cayó sobremanera con 33.520 pasajeros y no conseguiría remontar. Por contextualizar, la Cámara de Comercio pensaba que habría 3,2 millones de personas en un horizonte optimista y 1,1 millones en un escenario conservador. Tremendamente lejos de la realidad.

Cóctel mortal. Con tantos retrasos acumulados, el aeropuerto entró en funcionamiento justo en el peor punto de la crisis financiera reciente en España. Es algo que afectó a todos los aeropuertos, pero sobre todo a uno con el volumen del de Ciudad Real. Además, la crisis se llevó por delante al principal accionista del aeropuerto: Caja Castilla La Mancha. Fue el primer banco rescatado que no sólo había invertido en el aeropuerto, sino en varias de las constructoras tanto locales como nacionales que participaron en la obra. En total, se estima que la empresa debía 158 millones a Caja Castilla la Mancha, 31 millones a Cajasol y 18,8 millones a Cajasur. 208 millones de deudas con las cajas y otros 90,3 millones con los demás proveedores.

Se estima que la caja tenía un 70% de la participación y hasta la BBC se hizo eco del desastre. Está la sospecha de contratos inflados en las empresas que participaron en "la construcción y un antiguo trabajador comentó que "nunca funcionó como un negocio". Carlos Otto, periodista local, aseguró que "la única ganancia en este aeropuerto fue su construcción", y es algo que parece indicar el informe oficial de la quiebra: "Los préstamos obtenidos fueron suficientes para cubrir la fase de construcción, pero no se pensó en las inversiones necesarias para que funcionara como un negocio. La propia construcción del aeropuerto supuso un beneficio para los inversores que firmaron contratos para sus propias empresas de construcción".

Pues para hacer películas. Uno de los empleados afirmó que "hacíamos carreras con cualquier cosa con ruedas, incluso con las máquinas pulidoras. Estábamos muy aburridos". Los empleados no son los únicos que echaban carreras, ya que como el aeropuerto no se usaba, se utilizó como escenario para rodar cine y televisión. Entre 2012 y 2013 se utilizó el aeropuerto para filmar tomas de la película 'Los amantes pasajeros', de Pedro Almodóvar, un anuncio de Volvo Trucks y un programa de Top Gear en el que Jeremy Clarkson, James May y Richard Hammond condujeron un McLaren 12C, un Audi R8 y un Ferrari 458 en la pista. Y sí, hicieron bromas sobre el estado del aeropuerto.

El corredor sanitario con China. Tras la quiebra, se sacó el aeropuerto a subasta por un mínimo de 100 millones de euros. El precio se redujo en varias ocasiones debido a que nadie estaba pujando, pero en 2015 la empresa china Tzaneen International presentó una oferta: 10.000 euros por el aeropuerto y una intención de invertir 100 millones para remodelarlo y convertirlo en un centro logístico para envíos desde China. El Tribunal de Comercio lo rechazó debido a que era una oferta muy baja y, en 2016, una nueva empresa llamada CR International Airport compró el conjunto.

Y tras tantas polémicas, algo bueno tenía que tener el aeropuerto: en junio de 2020, en plena pandemia del COVID-19, se instauró un corredor sanitario entre Ciudad Real y el aeropuerto de Guangzhou por el que se podía transportar material desde China. Eso facilitó la entrada de 26 millones de mascarillas. Además, debido a la capacidad de la pista, durante la pandemia compañías como Vueling, Iberia o Virgin Atlantic aparcaron sus aviones en el aeropuerto.

¿Hay futuro? Esa es, actualmente, la gran pregunta. Tras la entrada de CRIA no se han reanudado los vuelos comerciales, pero parece que el aeropuerto sí puede ser un centro de mantenimiento, almacenamiento y reciclaje de aeronaves. En noviembre de 2023, un A350-900 llegó al aeropuerto para realizar labores de mantenimiento y, más allá de eso, la pista se sigue utilizando para actividades que poco tienen que ver con el propósito inicial, como entrenamiento de los GEO de la Policía Nacional, simulacros de emergencia y la intención de que las instalaciones sirvan como set de rodaje.

Recientemente, los responsables de CRIA se han reunido con el presidente de la Diputación Provincial para transmitir de un proyecto fabricación aeronáutica. Y quién sabe si el aeropuerto previsto para Casarrubios del Monte (localidad al sur de Madrid) será una pequeña bomba de oxígeno para el de Ciudad Real. Al menos, eso afirman los promotores que están empujando la construcción de este aeropuerto que estará operativo para 2030 si se cumplen los plazos.

Imagen | kallerna

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