Seguro que si echas la vista atrás y miras encima de tu mesa, encontrarás no menos de tres o cuatro mandos a distancia para diferentes equipos de electrónica de consumo. Uno para el equipo de sonido, otro para el televisor, para el DVD, el disco duro, el Media Center ... ¿seguimos? Además, los mandos a distancia de televisores y similares han pasado a ser complejos sistemas de comunicación con más controles que la cabina de un avión. Pero tranquilos, la cosa era peor en los comienzos de esta extensión de nuestra mano.
Así que nos remontamos a hace más de 50 años (1950), justo el momento en que alguien a quien no le gustaba nada levantarse del sofá para cambiar un par de canales, decidió enlazar un controlador a distancia con los mandos de su televisor. Pero lo hizo por medio de cables. Nacía así el primer mando a distancia del mundo, llamado Lazy Bones, y que movía a distancia los controles del televisor con ayuda de un motor. Vamos, alta tecnología para entonces. La empresa responsable de tal hazaña tecnológica fue Zenith Electronics Corporation.
Este Lazy Bones conseguía cambiar de canales, controlar el volumen e incluso apagar y encender el televisor. Pero el cable y la casi nula existencia de canales no auguraban nada bueno para este primer mando a distancia.
Pero el fundador de Zenith tenía claro que la proliferación de canales y sobre todo de molestos anuncios, haría triunfar este tipo de dispositivos. Hacía falta mejorarlo, y todo pasaba por eliminar los cables.
Así fue como llegó el Flashmatic, considerado el primer mando a distancia inalámbrico para televisores, desarrollado por el ingeniero de Zenith Eugene Polley. Corría el año 1955 y el funcionamiento de este mando era cuanto menos curioso.
En las cuatro esquinas del televisor se dispusieron cuatro células fotosensibles, a las que había que apuntar con precisión de francotirador. El problema es que cualquier otra fuente de luz también modificaba los parámetros del televisor. Un fallo pero que abría de par en par la ventana que nos llevaría a un mando más funcional. O al menos que no fallara tanto como el Flashmatic.
Tras este intento, tan solo un año después, en 1956, Robert Adler ideó el siguiente en la línea de tiempo de los mandos a distancia para televisores. Había nacido el Zenith Space Command, que usaba, en vez de luz, ultrasonidos para comunicarse con el televisor. El invento era todo mecánico: cuando pulsábamos un botón, hacía un chasquido y golpeaba una barra que generaba un sonido con una frecuencia determinada que era detectada por los circuitos del televisor. Os podéis imaginar la de situaciones extrañas que podía generar un equipo con esas características. Entre otras, alteraciones en los perros, instrumentos como el xilófono que podían interferir en la señal o personas especialmente sensibles a este tipo de frecuencias. Pero seguíamos avanzando.
La llegada de los transistores abarataba y mejoraba este mando a distancia, e incluso ya se le añadían baterías, como ocurrió en 1960.
En 1970 se incorporaron más funciones a los mandos a distancia, pues los televisores pedían más opciones además de las básicas. La BBC con su Ceefax Teletext fue la artífice de que se renovaran los equipos con un mando a distancia donde además de cambiar de canla, encender o apagar el equipo y subir y bajar el volumen, pudiéramos introducir las páginas del teletexto y cambiar valores como el brillo y la intensidad de color de la pantalla. La BBC encargó a varios fabricantes mandos con esas características, e ITT fue una de las compañías seleccionadas, la cual más tarde daría su nombre al Protocolo ITT de comunicaciones infrarrojas.
Esa es la principal novedad que presentaron los mandos a distancia de ahí en adelante, y poco más han cambiado. La adopción de la tecnología infrarroja por los mandos a distancia a principios de los años 80 supuso un salto cualitativo importantísimo. Ahora cada instrucción se codificaba y el televisor lo podía entender.
En 1987, uno de los fundadores de Apple, Steve Wozniak, dio el pistoletazo de salida al mando a distancia universal con el modelo Core que lanzó una fugaz empresa llamada CL9.
Esa idea ha sido la que más ha ayudado a que en la actualidad no tengamos que usar muchos mandos para controlar diferentes equipos electrónicos. Tecnologías como el HDMI ayudan también a ello enviando señales del mando a distancia además de sonido y vídeo.
En la actualidad, pocas novedades técnicas se van incorporando a los mandos a distancia. Se piensa más en la usabilidad de los mismos, el diseño, y el que sirvan para controlar más de un equipo.
El más actual e impresionante es el Harmony One de Logitech, que incorpora una pantalla LCD táctil y que deja que lo programemos de forma visual. Es la cabeza más visible de los nuevos mandos multimedia y universales que veremos en el siguiente especial.
Para acabar, una imagen que resume todo esta curiosa historia de los mandos a distancia para televisores:
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