Aunque en mi casi llevo probando la Fitbit Force desde inicios de año y no he notado ninguna molestia, las quejas de algunos usuarios (Fitbit dice un pequeño porcentaje) respecto a la irritación de la piel al llevar puesta la última pulsera de Fitbit ha provocado que la compañía paralice su venta.
Fitbit explica que ya está tratando de encontrar la causa de este problema, que en unos casos se debe al níquel usado en la pulsera y en otros a la propia banda o los adhesivos para unir las diferentes partes del producto, aunque afirman que en ambos casos se cumplen los estándares establecidos por la ley.
Fitbit ha iniciado una campaña para devolver el dinero a quienes lo deseen, independientemente de dónde hayan comprado la pulsera o cuando. Seguiremos informando aunque todo parece indicar que este problema retrasará la salida de la Pulse en España.
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