Los wearable crecen de forma exponencial en un caso sin precedentes donde todos quieren fabricar uno pero pocos parecen tener claro cómo darle valor. Están ahí, los hemos visto, y uno de los que más nos ha gustado en esta feria del Mobile World Congress ha sido el Samsung Gear Fit.
Esta pulsera tiene un aura que nos recuerda a aquellos conceptos en render 3D que vemos en páginas de diseño pero que no terminan de ser ciertos. Ficción virtual que parece no termina de llegar a nuestras muñecas pero la Samsung Gear Fit es muy real y hoy te contamos qué nos ha parecido.
Samsung Gear Fit, os lo enseñamos en vídeo
Materializando el sueño de muchos wearable
Si vemos cualquier render de los que ha distribuido Samsung, el Gear Fit parece una pulsera sin más. Nos recuerda a algunas de las que ya hemos visto recientemente como por ejemplo la de Huawei. Sin embargo las apariencias engañan y una vez la vemos con nuestros ojos sorprende.
Sorprende en el buen sentido por recordarnos a todos esos sueños creados por diseñadores pero no ejecutados finalmente por una cuadrilla de ingenieros que probablemente fruncirían el ceño al intentar llevar acabo semejante gadget imposible. La primera impresión no podría ser mejor.
Es bastante ligera, 27 gramos y gracias a la correa flexible hace que ponerla en la muñeca sea cómoda. Podemos ajustarla según el ancho de nuestra muñeca y el dispositivo que corona a la pulsera no sobresale mucho. No va a ras pero el conjunto no es antiestético.
¿Cuál es el principal motivo por el que decimos que Gear Fit sorprende tanto? Por la pantalla: no sólo es a color y curva sino que es táctil y cuenta con una resolución excelente para lo pequeñas que es. Esta es la principal razón y es que usarla es una gozada a pesar de que es una experiencia que ya conocemos.
Deslizar los dedos, pulsar sobre ella… Nada nuevo pero verla en un factor forma de estas características es una delicia. Eso sí, también hay un par de pegas que no nos han terminado de convencer. Una de ellas es salvable en la versión final pero la segunda no tanto.
Por un lado la pantalla refleja bastante luz. Quizá fuera por la iluminación de la sala, con un excesivo número de focos, pero ver tantos pequeños reflejos acaba siendo molesto. No imposibilitan ver la pantalla, se ve bien en todos los ángulos, pero podemos encontrarnos con alguno que otro en determinados ángulos.
El otro aspecto que no nos ha terminado de convencer el la lectura de la pantalla. El gesto para leer no nos ha parecido muy cómodo y tenemos que mover ligeramente el brazo para ver bien lo que pone en vez de hacer un simple gesto de muñeca. Habrá que ver en el día a día si esto es realmente un problema.
La sincronización con el teléfono funciona bastante bien y nos conecta para enseñarnos notificaciones, responder llamadas, leer extractos de mensajes… También tendremos aplicaciones propias que podremos instalar gracias al gestor Gear que incorporarán los teléfonos.
Se ha replicado la opción del pulsómetro que debutaba en el Samsung Galaxy S5. En la pulsera funciona mejor que en el teléfono ya que no tenemos que estar haciendo ningún gesto en especial, simplemente esperar a que haga el cálculo mientras tenemos Gear Fit puesto.
Primeras conclusiones tras probarlo
Gear Fit ha sido uno de los gadgets que más nos ha llamado la atención este Mobile World Congress. No sólo a nosotros sino a muchos compañeros del sector que estos días se han pasado por la feria de Barcelona. Es atractivo, promete ser útil pero también nos deja algunas preguntas a resolver en un análisis a fondo.
Posiblemente uno de los dispositivos de muñeca, que no sea smartwatch, más atractivos que hemos visto hasta la fecha. Queda ver si más allá de las apariencias es capaz de ser un compañero útil en nuestro día a día. Por cierto, una lástima que en Samsung sigan empecinados con ofrecer sólo compatibilidad con sus dispositivos Galaxy.
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