La tecnología y el sexo no tienen por qué llevarse mal. Es incluso probable que tanto ellos como ellas vean en esta combinación algo extremadamente excitante y con posibilidades, especialmente si añadimos a la mezcla la palabra gadget.
Así que, ¿por qué no aprovecharlo más allá de vibradores básicos, pensarán los fabricantes? Y lo están haciendo, de hecho desde hace tiempo. Si te animas, no olvides la máxima cuando hablamos de sexo y gadgets: tener el gadget cargado. Si has superado el primer obstáculo de todo inicio de relación, el dolor de cabeza, y ya vas a por todo, lo que menos querrás es que te digan: “trata de encenderlo, por dios Carlos, trata de encenderlo”.
La tecnología: ni cansancio ni dolores de cabeza
¿Qué compañero/a está siempre disponible a la hora que sea, sin cansancio o dolores de cabeza mediantes? Exacto, la tecnología. Sí, esa fiel compañía en las noches solitarias, en esos sábados sabadetes de esperanza que ahora ya no tienen por qué acabar como lo empezamos, insatisfechos.
Una primera y lógica aplicación de la tecnología tenía que ser la autosatisfacción. No todo el mundo está preparado o piensa en un gadget como compañero de sus aventuras sexuales, así que en la intimidad, solos el hombre o mujer frente a la máquina, el milagro se produce y se pierde el miedo o vergüenza porque algo con baterías sea participe de nuestra gran noche.
Los vibradores han sido siempre los grandes aliados de los solitarios. O de los que no lo son tanto. El modelo sencillo, aunque fuera con varios niveles de vibración y modos de funcionamiento, ha dado paso a propuestas más cómodas y potentes.
Anticipándose a la moda de los weareable, el Hello Touch es lo máximo llevado al mundo de los vibradores. Este accesorio se compone de una muñequera donde va alojada la batería, y que alimenta a dos elementos vibradores que se colocan en los dedos y pueden acariciar y masajear la zona que deseemos como una extensión más de nuestras manos.
Los dos elementos vibradores, lavables, para uso interno y externo, y resistentes al agua, incluyen un motor individual que puede configurarse de diferentes maneras con unos sencillos controles incluidos en la muñequera. El precio de este Hello Touch de Jimmyjane es de 65 dólares.
La vibración también se puede llevar puesta ... literalmente. OhMiBod presentó en la pasada edición del CES de Las Vegas su nuevo masajeador BlueMotion, cuyo principal atractivo es que se puede colocar en la ropa interior de forma discreta y controlar a distancia.
El vibrador funciona vía bluetooth, y se controla completamente con un smartphone, ya sea Android o iOS. Es el primer producto de la compañía que saca partido de la aplicación exclusiva que permite, usando acelerómetro, pantalla táctil o botones de control de volumen, crear patrones de vibración en tiempo real, personalizarlos o incluso usar sonido ambiente o que hemos grabado nosotros para generar vibración acorde con ese ritmo. Este producto llegará en marzo y costará 129 dólares.
Esta compañía se ha especializado en vibradores controlados a distancia, y tienen por ejemplo varios modelos que son capaces de vibrar al ritmo de la música que le indiquemos.
Con el público masculino en mente, RealTouch es uno de esos productos relacionados con el sexo que más partido sacan de la tecnología. Este masturbador masculino (Gizmag lo ha analizado), cuyo precio es de 200 dólares, deja el control del mismo a a diferentes contenidos de vídeo exclusivos o directamente a modelos (tanto masculinos como femeninas) con las que se puede chatear.
Si optamos por los vídeos, el sistema "va sincronizado" con la acción que vemos en los vídeos, mientras que en la otra opción, tras concertar una cita online, el/la modelo controlará el RealTouch con un mando a distancia. En ambos casos, además del producto físico, debemos tener una suscripción a este portal.
Minna también estrenaba hace poco su nuevo masajeador íntimo. En este caso no hay conectividad inalámbrica ni alardes de tecnología. Aquí triunfa la sencillez, el diseño y algo que nos ha gustado: según lo fuerte que aprietes a Limon, así se intensificará la vibración. Además, este pequeño y discreto vibrador es capaz de memorizar una sesión de vibración para poder reutilizarla las veces que queramos o sin estar concentrados en todo momento en apretar.
Con un precio de 119 dólares, este Limon es sumergible y recargable, incluyendo su propia base.
El toque social en estos de los vibradores, aunque los usemos de forma individual, no podía faltar a nuestro repaso. WorldVibe es la apuesta más contundente. Lo básico no es precisamente novedoso: un vibrador (con dos motores individuales)que puede controlarse a distancia. Lo interesante de esta propuesta es la aplicación que lo acompaña, que además de darnos muchas posibilidades creativas (solo o en compañía), permite compartir los patrones de vibración que hemos creado o descargarnos los de la comunidad para nuevas experiencias.
El precio del WorldVibe es de 120 euros y por ahora solo podrán sacarle provecho quienes tengan un terminal Android, pues no hay versión de la aplicación para iOS.
Sí, sí .. umm .. ahí, ahí … un poco más arriba … de la pantalla del smartphone
Si estamos decididos a no quedarnos en placeres individuales y queremos compartir la experiencia con otra persona, sea pareja o no, lo primero que vamos a tener que hacer es conseguir una cita. No voy a hablaros hoy de webs o aplicaciones para conseguir pareja. Bueno, permitidme que lo haga con la que está arrasando ahora, Tinder, aunque uno no puede dejar de pensar si quienes salen en el vídeo de promoción realmente necesitan de esta aplicación para ligar. ¡Salid a la calle y ya veréis la cola!
Una vez conseguida la cita, toca pasar a la acción. Con suerte podremos tener una noche especial en plan "muerte por kiki", pero es probable que a la mañana siguiente, él o ella tengan que volver a su vida y ésta esté lejos de nosotros/as. La tecnología también nos ayuda - mucho - en esa situación.
Vibease es un vibrador compacto, lavable y recargable vía USB (con tres horas de autonomía) que permanece conectado a nuestro smartphone Android o iOS, y en él podemos escuchar historias eróticas (o no, que hay gente para todo) que provocarán diferentes patrones de vibración. Lo interesante es que esas vibraciones las puede realizar a distancia nuestra conquista de la noche o pareja habitual aunque esté en otro continente.
El segundo lote de este vibrador comenzará a enviarse a partir de marzo y su precio es de 79 dólares.
El sexo a distancia con ayuda de la tecnología es uno de los retos superados, aunque lo mejor está por llegar. Fundawear es un proyecto de Durex que busca fabricar prendas íntimas que reaccionen en tiempo real a lo que la pareja realiza en la pantalla del smartphone. Por ahora no es más que eso, un proyecto, ya veremos a dónde llegan, pero el camino de la tecnología y el sexo tiene ahí una buena ruta.
LovePalz lleva a su territorio el tema del sexo con nuestra pareja cuando estamos separados. Sus dos artilugios, llamados Hera S y Zeus S, funcionan de forma sincronizada. Uno es para ella y otro para él, imagínate cómo funcionan. Es sencillo. Su precio, nada asequible, es de 189 dólares por accesorio.
Se mira pero no se toca: realidad virtual y realidad aumentada
Esto de los gadgets está muy bien hasta que el sexo llegue de forma seria a la realidad virtual y realidad aumentada. Lo tengo clarísimo. Hasta la sensación del año pasado en el mundo de la tecnología, Oculus Rift, tiene su aplicación correspondiente. Mucho lugar a la imaginación no han dejado en el vídeo demostrativo:
Otro adelanto tecnológico que no deja pasar la oportunidad de relacionarse con el sexo es Google Glass. Yo ya me imaginaba con una aplicación a modo de mapa de las zonas erógenas de la pareja pero por ahora, Glass and Sex no es del todo mala idea para quien no quiera quitarse las gafas de Google antes del tema.
Glance es una aplicación para que, llevando puestas las Google Glass, podamos ir cambiando de punto de vista y ponernos en el papel del otro en plena acción. Tendrás que acordarte del control por voz correcto, así que igual una chuleta no te viene mal.
La aplicación también permite dar instrucciones para controlar las luces, poner música o incluso que las propias Glass de Google sean el tercero en un ménage à trois y nos proponga qué siguiente paso dar.
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