A Sony no le pilla de nuevas crear memorias y venderlas, sea con formatos establecidos o propietarios, pero la realidad es que no se había interesado demasiado en las unidades SSD en el formato más tradicional que conocemos - hubo algo, serie M -. Ahora vemos que le mete mano al asunto con unas soluciones muy profesionales.
La firma japonesa está tan metida en el mundo de la producción audiovisual que le interesa tener bien servidos a sus clientes con los accesorios necesarios. Grabar en 4K a la calidad que lo hacen sus cámaras necesita de soportes de almacenamiento robustos y rápidos, pero también relativamente asequibles (ellos tienen soluciones profesionales más caras, SxS).
Inicialmente se proponen dos tamaños: 960 y 480GB, ambos con una velocidad de lectura de 550 MB/s, y escritura de 500 MB/s. Pero su fuerte no está en el tamaño o la velocidad, está en su duración en el tiempo y seguridad de que va a funcionar bien.
Para que sepamos que se trata de un producto profesional, Sony las etiqueta dentro de su categoría de productos más alta, la llamada “G Series Professional”. En estas unidades podremos escribir hasta 2.400 terabytes de información.
Prometen que en el modelo más capaz - SV-GS96 960GB - no habrá un fallo, trabajando cinco días a la semana, durante diez años. En el más pequeño esa tasa de fallo se reduce a la mitad.
La idea es rodear a una tecnología de memorias tan conocida como es SSD de protecciones a golpes, caídas en la lectura de velocidad o alimentación, y conectores que pueden aguantar 3.000 operaciones sin mayor problema. Hablamos de seis veces la tolerancia de un SATA normal.
Todo esto hay que pagarlo, y Sony ofrece la unidad de 960GB por 540 dólares - una de otra marca puede costar poco más de 300 dólares -, mientras que la de 480GB saldrá por 290 dólares - por 200 dólares las hay en otras marcas -. Salen a la venta en mayo de este año.
Más información | Sony
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