¿Alguna vez te has fijado en la cantidad de antenas que hay a nuestro alrededor? Para poder hacer uso de nuestros terminales, todos nosotros tenemos en las inmediaciones unas dos o tres estaciones de telefonía móvil. Cada una con una decena de antenas. Más si vivimos en una gran ciudad.
¿Por qué hacen falta tantas? Hay varios motivos por los que el número de antenas no deja de crecer. Ganar cobertura para los smartphones, dar servicio a futuras tecnologías como el 5G o incluir más antenas para aumentar la velocidad de conexión. Pero, ¿cuántas antenas puede soportar una ciudad?
La nueva conectividad necesita nuevas instalaciones
A medida que smartphones como los nuevos terminales presentados por Alcatel en el MWC18 hacen uso de nuevas tecnologías de comunicación, es necesario cambiar las antenas antiguas. Por ejemplo, teléfonos de cuarta generación como el Alcatel 5 que cuentan con conectividad 4G LTE, que permite hasta 150 Mbps de bajada, exigen la actualización de las antenas a dicha tecnología de transmisión de datos de banda ancha inalámbrica.
En la imagen que abre este artículo, vemos cómo en una torre de telefonía tenemos varios tipos de paneles. Los más finos son monobanda (solo pueden usar una antena y tecnología). Los que vemos algo más abajo, de un ancho mayor, son multibanda. Si miramos estos paneles desde su parte inferior (imagen inferior), podemos ver que algunos ya permiten el futuro 5G (2600 MHz).
Cuando una nueva tecnología llega a una ciudad, pueden ocurrir varias cosas: o bien las operadoras invierten en paneles multibanda con varias antenas dentro o, si tienen espacio, colocan paneles monobanda de la nueva tecnología. Lo único que varía es el impacto visual, que se vean más o menos, pero seguirán sin ser dañinas para la salud.
Las estaciones base de telefonía móvil, claves en la cobertura de las ciudades
Las estaciones base de telefonía móvil, o BTS, son los espacios en los que se colocan las antenas; ya sea en una torre (lo que las operadoras llaman "rural") o sobre azotea ("edificio"). Las de telefonía suelen ser paneles blancos como los que ilustran este texto y acostumbran a estar arriba del todo.
Cuanto más arriba, más cobertura se proporciona a las inmediaciones. De ahí que en los pueblos pequeños se intente poner las antenas muy altas, incluso sobre los montes de la zona. Así, con pocas antenas podremos cubrir una gran área.
Dichas antenas "hablan" con nuestros teléfonos móviles y llevan la información a unos equipos situados más abajo denominados RBS. Estos se encargan de procesar la información, que sale del emplazamiento mediante fibra óptica o a través de radioenlaces.
Los radioenlaces son otro tipo de antena que conecta varias estaciones entre sí cuando alguna de ellas no tiene conexión por fibra óptica. En la imagen de arriba se ven como "tambores" blancos, de ellos depende la cobertura en zonas aisladas. Eso sí, recuerda que la cobertura será peor justo debajo de las antenas que si nos alejamos un poco.
¿Cómo se despliega una tecnología como 4G?
Imagina que vives en una zona con muy baja cobertura 4G. A diferencia del 3G, LTE permite hacer llamadas VoIP mucho más fluidas gracias a su velocidad. También posibilita visualizar vídeos de alta calidad sin que la descarga se corte. Las operadoras tienen mapas de cobertura según las distintas tecnologías para decidir si renuevan o no la infraestructura.
Si una operadora no tiene antenas propias en una zona determinada, tendrá que negociar con comunidades de vecinos para que le permitan instalarlas en su cubierta. De ser el caso, los técnicos colocarán nuevos postes y, sobre ellos, los paneles.
Pero, si ya cuenta con antenas en la zona, puede usar el espacio para nuevas tecnologías. Una opción es instalar antenas multibanda. Otra, retirar las obsoletas, como las de la tecnología 1G (analógicas), e instalar monobandas nuevas con 4G.
Para ahorrar costes, muchos operadores comparten infraestructura
También existe la posibilidad de compartir estación con otros operadores si llegan a un acuerdo. Muchas veces comparten incluso las mismas antenas gracias a componentes llamados diplexores o multiplexores.
Lo cierto es que es raro que un operador elimine una tecnología de un emplazamiento. Incluso las más antiguas dan servicios muy necesarios, como los del 112. Tecnologías como el GSM 900 pueden ser "lentas", pero dan una cobertura en kilómetros mucho mayor que otras más rápidas.
¿Seguiremos instalando nuevas antenas en las ciudades?
Esta sinergia entre tecnología antigua y vanguardista es muy interesante. El 4G de 2010 parece convivir a la perfección con el 2G de los años 90. De hecho, es posible que el 5G a 900 MHz acabe combinado con ese 2G tan antiguo porque sus antenas también funcionan a 900 MHz.
A día de hoy, las redes 2G, 3G y 4G están completamente estabilizadas y desarrolladas, motivo por el que Alcatel hace uso de ellas. Son tecnologías consolidadas y seguras que generan confianza. Por ello, se siguen instalando nuevas antenas de este tipo, para cubrir más y más zonas "a oscuras".
Volviendo a la pregunta que abre este artículo, una ciudad puede soportar tantas antenas como azoteas libres haya para instalarlas. La potencia de emisión es muy baja y está muy lejos de ningún peligro. Además, estas se suman de forma logarítmica:
Pongamos un ejemplo en el que añadimos en un edificio 10 antenas de 10 W cada una, todas mirando al mismo punto. ¿Cuál sería la suma de vatios en ese punto? ¿100 W? Lo cierto es que mucho menos. Al añadir una segunda antena la suma daría 13 W, y tras la tercera la suma sería de 14,8 W.
Todo esto se traduce en que las antenas crecerán en nuestras ciudades por muchos motivos diferentes. El primero de ellos es que no queremos quedarnos sin cobertura. Las antenas no solo están sobre los edificios, sino también dentro de ellos, en túneles o en establecimientos. Incluso la mayoría de los lectores tendrán varias en casa a las que llamamos "WiFi".
Otro motivo es que la tecnología cada vez usa más datos. Las aplicaciones que encontramos en teléfonos como los nuevos Alcatel de las Series 1, 3 o 5 están constantemente compartiendo información para darte servicio. Envían los últimos tuits, la ruta más segura, los whatsapps de tus amigos, etc.
Aunque nos parezcan "feas" y en muchos casos se mimeticen dentro de árboles de mentira y falsas chimeneas, sin antenas no podríamos comunicarnos como lo hacemos... o como lo haremos. De ellas depende nuestro modo de vida altamente conectado gracias al smartphone.
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