En todo sistema de cine en casa lo primero que no debe faltar es un conjunto de altavoces situados en el plano principal de la pantalla (en muchas salas de cine comerciales se colocan tras una pantalla acústicamente transparente) que denominamos trío frontal.
Está formado básicamente por dos altavoces frontales principales (derecho e izquierdo) más un altavoz central ubicado en el punto intermedio de dicho plano frontal.
Altavoces frontales principales: Función en nuestro Home Cinema
Situados a izquierda y derecha de la pantalla y apuntando al centro de escucha, estos altavoces son los herederos de los sistemas HiFi estéreo convencionales. Su misión en nuestro sistema de cine en casa será doble. Por un lado, serán los encargados de reproducir la música que tengamos en formatos como CDs en modo estéreo, ya que el receptor o procesador A/V los tomará como los altavoces principales del equipo y les enviará dichas señales.
Además, cuando los usemos para cine, estos altavoces serán los que generen la mayor parte de la escena sonora fundamental, reproduciendo la banda sonora de la película y una gran parte de los efectos especiales, tanto los considerados como principales (disparos, explosiones, golpes, etc.) como ruidos ambientales que nos posicionan en la acción.
Su papel es, por tanto, primordial. Son los más importantes dentro de nuestro equipo y por ello debemos prestarles la mayor atención y dedicarles una gran parte del presupuesto.
Características básicas a tener en cuenta
Podemos encontrar en el mercado dos formatos básicos: los altavoces de suelo o columna y los de estantería. ¿Qué opción es mejor?, ¿cuál debo elegir? Depende de nuestras circunstancias, y sobre todo del presupuesto y del tamaño y disposición de la sala. Lo ideal es que integren drivers de más de 7 u 8 pulgadas o como mínimo de 6 o 6,5, para que sean capaces de bajar sin problemas hasta frecuencias graves sin distorsionar.
Si están bien diseñados, con estos tamaños deberían poder reproducir frecuencias de por lo menos 40-45 Hz (rango hasta el que baja una gran parte de la música convencional) con caídas máximas de entre 3 y 6 dB y un nivel sonoro o presión acústica sin distorsión que pueda llenar la sala sin problemas.
Lo habitual cuando vamos a una tienda es que nos digan que para cine, incluso para música, no es necesario que los altavoces bajen tanto en frecuencia (mucha gente y certificaciones como THX recomiendan cortarlos a 80 Hz), ya que el resto las reproduciremos a través del subwoofer. Sin embargo, cortar un altavoz a una cierta frecuencia no significa que no tenga que reproducir frecuencias inferiores (lo veremos cuando hablemos de frecuencias de corte).
A mí, personalmente, me gusta tener altavoces frontales de rango completo capaces de reproducir todas las frecuencias musicales sin depender de un subwoofer externo (veremos este punto en un posterior artículo). De hecho, tener dos altavoces frontales con drivers grandes de espectro completo es como tener dos altavoces pequeños de estantería para frecuencias medias-altas más dos subwoofers, pero todo integrado en una misma caja.
En cuanto a la potencia, para salas de tamaño medio (entre 20 y 30 metros cuadrados), con una potencia RMS soportada mínima de 60-80 vatios por bafle (potencia musical mínima de entre 120 y 160 vatios) debería ser más que suficiente para obtener presiones sonoras medias de unos 80-85 dB (aproximadamente y hablando en términos generales, pues el nivel sonoro alcanzado dependerá de otros factores como la sensibilidad de los altavoces, su impedancia, el amplificador utilizado, la acústica de la sala, distancia al altavoz, etc.)
Este nivel de presión sonora también es un factor muy subjetivo y que debemos valorar al comprar un altavoz, ya que hay a quien le gusta un volumen de sonido moderado con el que percibir todos los detalles sin fatiga auditiva ni riesgo para la salud de nuestros oídos (algo que conseguimos por ejemplo con niveles de entre 75-90 dB) y hay quien prefiere volúmenes muy fuertes con picos de graves que literalmente nos sacudan el cuerpo, algo que se empieza a conseguir a partir de 105-110 dB.
En este último caso, los requisitos de potencia soportada por los altavoces (y también de potencia entregada por el amplificador) serán mucho mayores, ya que necesitaremos utilizar mucha más potencia para excitar los transductores hasta alcanzar esa presión acústica.
¿Torres o monitores de estantería?
Estos requisitos de potencia y frecuencia nos llevan a la conclusión de que los altavoces de columna, siempre que podamos instalarlos en nuestra sala, suelen ser los mejores candidatos para conformar nuestra pareja de canales principales izquierdo y derecho.
La mayoría de fabricantes opta por dos modalidades de diseño (hablaremos sobre esto con más profundidad en un artículo dedicado): O bien muchos drivers relativamente pequeños para dar mayor presión sonora (por ejemplo dos, tres o cuatro de 6,5 pulgadas) en las frecuencias graves, o bien uno solo o dos pero más grandes (de 8 o 10 pulgadas). ¿Cuál es mejor?
Otra vez, depende del modelo y diseño en concreto, pero por lo general cuanto mayor sea el driver para graves, mejor será la respuesta en baja frecuencia y con menos distorsión ya que la excursión máxima de la membrana no sobrepasará el rango de funcionamiento lineal.
Mi opinión personal es que si podéis escoger entre por ejemplo un altavoz con dos o tres drivers de 6 pulgadas y otro con dos de 8 o uno de 10, vayáis a por estos últimos (a igualdad de precios y condiciones y previa escucha de todos ellos, ya que no deberíamos nunca comprar una caja sin haberla escuchado previamente).
Entonces, ¿los altavoces de estantería no me valen como canales frontales? Claro que sirven, hay modelos muy válidos. El único problema que tienen es que, por lo general, no soportarán tanta potencia como los de columna, ya que incorporan drivers más pequeños (lo normal son 6 pulgadas, aunque también los hay de hasta 8 pulgadas) y en menos cantidad (habitualmente uno aunque hay modelos con más).
Las cajas o monitores de estantería serán nuestra opción si no tenemos espacio en la sala para colocar unas buenas columnas o si nuestro presupuesto no llega para ello. (A igualdad de presupuesto es mejor comprar dos buenos monitores de estantería que dos columnas de mala calidad).
Eso sí, deberán cumplir los requisitos anteriormente mencionados de contar con drivers de por lo menos 6 pulgadas y para mi gusto una respuesta en frecuencia un poco más relajada, bajando hasta unos 50 o 60 Hz. El resto de frecuencias graves las enviaremos al subwoofer, como veremos en el artículo correspondiente.
Canal central: ¿Es realmente necesario tener un altavoz central?
La misión del canal central en los sistemas de cine 5.1 o superiores es la de reproducir los diálogos principales de la película, de forma que éstos queden siempre claros y localizados a pesar del resto de música y efectos de la banda sonora.
En un principio, los cines reproducían los diálogos por los altavoces frontales principales izquierdo y derecho, con resultados muy dispares en función de la posición del oyente, de ahí la incorporación de un canal central que permitiese la mejor localización del sonido en el centro de la pantalla.
Hay quien afirma que en los equipos domésticos de home cinema se puede prescindir por completo del altavoz central, siempre que los altavoces frontales ofrezcan una buena imagen sonora. Esto es cierto, pero sólo a medias. Si vamos a escuchar una película en una sala nosotros solos y nos situamos en el punto de escucha “dulce” (en el centro de la señal procedente de todos los altavoces) probablemente la imagen sonora será adecuada y no notemos problemas.
Pero si como suele ser habitual somos varios oyentes cada uno en una posición que puede llegar a ser muy diferente con respecto a este punto de escucha ideal, podemos perder precisión espacial y dar la sensación de que las voces salen de la izquierda o la derecha y no del centro de la pantalla.
De ahí que sea recomendable en la mayor parte de los casos contar con un altavoz central que se encargará de centrar, de localizar los diálogos y otros efectos sonoros principales de la película.
Características de un buen altavoz central
¿Cómo debe ser este altavoz? En un caso ideal tendría que ser exactamente igual que los altavoces frontales principales, de forma que el timbre de la escena sonora se mantenga constante.
Imaginad por ejemplo un actor que vaya de izquierda a derecha de la pantalla hablando. Si la respuesta en frecuencia del canal central es muy diferente al resto de altavoces notaremos como la voz cambia de forma brusca al pasar del canal izquierdo al central y luego otra vez del central al derecho. Y de forma similar sucede con otros efectos de disparos, coches que pasan, etc.
Como en la mayor parte de las salas domésticas no es posible tener los tres altavoces principales iguales, debido a problemas para ubicarlos correctamente, a muebles que molestan, estanterías y cosas similares, por lo menos deberíamos buscar que el altavoz central sea de la misma gama y/o modelo que los dos frontales.
Dada su gran importancia, ya que se encargará de reproducir las voces de los actores, es importante que no escatimemos a la hora de comprar un altavoz central, ya que uno de baja calidad puede hacernos bajar muchos enteros en la calidad global del equipo, pues si distorsiona, no tiene suficiente potencia o es demasiado brillante lo notaremos rápidamente.
Como siempre, lo mejor es que escuchéis varios modelos antes de decidiros. No obstante, ahí van mis recomendaciones personales: Procurad que tenga drivers de por lo menos 6,5 pulgadas para que baje sin problemas hasta los 40 Hz. Esto debería permitirnos tener suficiente flexibilidad a la hora de elegir la frecuencia de corte óptima de la banda enviada al subwoofer.
Que no sea demasiado brillante (medios y agudos muy marcados), ya que aunque esto se puede corregir con ecualización, no todos los usuarios saben hacerlo y puede que lo que en un principio os llame positivamente la atención a medio plazo os acabe cansando y produciendo fatiga auditiva.
Que soporte una potencia RMS de por lo menos 70-80 vatios (musical de al menos 150 vatios) para salas de tamaño medio (unos 25 metros cuadrados), ya que con potencias inferiores probablemente no conseguiremos llenar (como he dicho antes, esto depende de otros factores como la sensibilidad) satisfactoriamente el volumen de la sala a niveles de presión sonora adecuados y sin distorsión.
En cuanto a su configuración, lo habitual es que cuente con dos drivers para medios y agudos situados a derecha e izquierda y un tweeter en el centro (también es frecuente ver disposiciones de dos drivers laterales y uno de frecuencias medias bajo el tweeter).
Hay quien opina que esta disposición no es la ideal para dispersar el sonido horizontalmente por la habitación y prefiere utilizar un monitor de estantería, generalmente igual al usado en los canales frontales.
Es otra opción, aunque como siempre todo depende de si lo vamos a poder situar correctamente debajo o encima de la pantalla que usemos para ver las películas. Además, este tipo de monitores al contar con menos drivers que un altavoz central en configuración convencional, por lo general soportará menos potencia, con lo que si queremos grandes volúmenes pueden llegar a quedarse cortos.
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