Entre la amplísima oferta de pulseras medidoras de actividad, Fitbit tiene modelos en casi todas las opciones que puedas pensar. Tras el más completo Fitbit Blaze, su apuesta por mantenerse como número uno en los modelos más básicos se llama Fitbit Alta.
Este nuevo modelo deshecha funciones avanzadas como la medición de pulsaciones o el GPS para concentrarse en lo esencial de una pulsera cuantificadora: medición precisa de nuestras actividades, comodidad de uso y autonomía. En el análisis de la Fitbit Alta que ya hemos hecho en Xataka te contamos cómo ha sido usarla durante varias semanas, repasamos las novedades a nivel de software/app así como la tecnología que la convierten en una de las mejores opciones dentro de su gama en la actualidad.
Fitbit Alta: como no llevar nada
Ya os lo adelanté en la guía de compras reciente sobre pulseras cuantificadoras: si con contar pasos, sueño y calorías es suficiente, lo primordial en una pulsera cuantificadora es que sea cómoda de llevar. Que te olvides de que la llevas.
Esa premisa la cumple a la perfección la nueva Fitbit Alta. Este modelo viene de serie con banda de plástico, flexible y muy agradable, liso por abajo y con relieve en la parte exterior pero sin que suponga un problema para mantenerla bastante limpia. Esas bandas se pueden retirar de forma fácil mediante un mecanismo de tipo clic que me parece muy robusto.
El sistema de cierre de la pulsera es por presión, y a priori no debería haber problemas de aperturas accidentales. En las tres semanas que hemos usado a diario la Fitbit Alta, incluso con chaquetas, no hemos sentido que la pudiéramos perder por una apertura no deseada. Dado que no te la quitarás a menudo, nos parece un sistema equilibrado.
La apariencia más informal y deportiva de la Fitbit Alta con la pulsera de plástico, disponible de forma acertada en varios colores (algo clave para atraer al consumidor), se puede complementar con modelos con acabado en cuero o metal. Los modelos de colores de plástico tienen un precio de 30 euros mientras que ir a cuero o metal sube bastante: 70 y 100 euros respectivamente.
En nuestro caso hemos podido probar las dos opciones y en todos los casos nos parecen de los modelos más cómodos que hemos podido ponernos. Realmente te olvidas de que llevas algo en la muñeca y con su sistema de cierre y tres tamaños de bandas, no sentirás que no se ajusta a tu muñeca.
La única pega a nivel de diseño que le pondría a la Fitbit Alta tiene que ver con la resistencia al agua. La compañía indica que puede aguantar salpicaduras, el sudor o la lluvia, pero nada de poder ir a la piscina con ella. Tampoco está recomendado ducharse con ella (Fitbit argumenta que es mejor así para mantener la piel de debajo de la pulsera seca) con lo que ya hay situaciones diarias en que debes retirarla. Hubiera preferido que esa resistencia al agua, aunque hubiera sido de apenas tres metros, estuviera en su ficha de especificaciones.
El segundo pilar de la Fitbit Alta a nivel de comodidad de uso en cuantificación está en la batería. Fitbit ha podido presumir siempre de excelentes y fieles datos en este aspecto y con la nueva Alta lo vuelve a lograr. En las cifras oficiales Fitbit pone cinco días de autonomía, dato que en nuestro caso se queda incluso corto: hemos conseguido hasta siete días sin tener que pensar en cargar el Fitbit Alta.
Lo del uso de cargadores propietarios en otro cantar. El del Alta es uno con formato de pinza, fácil de colocar aunque no directo (hay veces que los conectores parecían bien enganchados pero no era así). El tiempo de carga es una hora, una excelente cifra para este tipo de dispositivos.
Una pantalla para mirar y tocar poco
Pese al diseño compacto de la Fitbit Alta, esta pulsera cuenta con pantalla de tipo OLED. Está apaisada pero podemos configurar que los datos los muestre en vertical u horizontal.
La visibilidad de la pantalla es muy justa en exteriores. Su funcionamiento le hace estar siempre apagada y encenderse en determinadas situaciones, lo que dado su tamaño y posibilidades de mostrar datos, nos parece la mejor decisión pues nos permite estirar bastante la autonomía de la Fitbit Alta.
En teoría dispone de tecnología táctil para que con un toque puedas activarla y conocer hora o datos de cuantificación. Pero en la práctica es algo que no vas a querer usar porque su funcionamiento deja mucho que desear. Rara vez logras activar la pantalla al primer toque, y no es cuestión de tocarla con más o menos fuerza. Hemos probado de todas las formas posible pero habitualmente solo acabada activándose tras varios toques. Y nunca el mismo número.
Ese mismo sistema de toques sobre la pantalla se usa para ir pasando de datos que se muestran, así que nada de deslizar sobre ella. Una vez activada, el toque funciona mejor que desde el estado apagada, pero tampoco nos parece todo lo afinada que querríamos.
Lo que sí que funciona bien es la activación de la pantalla por giro de la muñeca. La Fitbit Alta detecta bastante bien cuando haces el gesto de mirar la pantalla y la activa, por lo que es bastante útil como reloj, contando con la hora y fecha por defecto.
La utilidad de la pantalla más allá de conocer la hora o repasar hora de alarmas que tengamos activadas (las alarmas silenciosas por vibración son de las mejores ideas de este tipo de pulseras) y pasos dados no es mucha. La Fitbit Alta admite recibir notificaciones de llamadas y mensajes, pero son solo avisos por vibración y apenas pasa el texto de un mensaje por pantalla y listo.
En la pantalla, con las novedades que han llegado en la última versión de su aplicación, podemos recibir avisos para movernos, algo curioso y motivador. El objetivo es alcanzar al menos los 250 pasos por hora.
Software y app que no paran de mejorar
Fitbit hace muy buenos dispositivos cuantificadores, es líder del sector con bastante diferencia, pero si ahora mismo tuviera que escoger un solo motivo para preferir sus modelos a otros sería sin duda el software y aplicaciones.
La apariencia de la aplicación no ha variado apenas, pero se van incluyendo novedades interesantes que completan la comunidad, los retos y las estadísticas. La más relevante es la que detecta actividades que realizamos sin tener que indicarle nada. Lo hace de forma bastante correcta con senderismo, carreras y bicicleta.
La configuración debemos afinarla correctamente en las opciones porque si no, por defecto si realizamos alguna salida de casa de más de 15 minutos andando, lo tomará como ejercicio. Y a la hora de llevar un seguimiento, no nos cuadra con otras salidas que sí son para ejercitarnos.
En cuanto a los datos que la Fitbit Alta puede o no recopilar, no hay frecuencia cardíaca puesto que no lleva lector integrado, pero tampoco existe la medición de plantas subidas. La ausencia de altímetro me parece un error porque es una de las motivaciones principales para consumidores no deportistas que quieren cuantificarse, y Fitbit, por medio de insignias, lo tiene muy bien implantado.
Con la Fitbit Alta tenemos mediciones bastante precisas de pasos, distancia, calorías quemadas y minutos de actividad. También incluye cuantificación del sueño, algo que hace de forma automática y con acierto, aunque nos gustaría que profundizara más en cómo dormimos. Detecta sin problema incluso las siestas si eres de los que le dedica más de 15 minutos.
La última novedad relacionada con el sueño es una especie de programa en el que establecemos una meta de sueño diario y podemos crear tanto recordatorios de irnos a la cama como alarmas silenciosas para levantarnos.
Pese a lo dicho, Fitbit, ante la competencia de gigantes como Apple o Samsung, tiene mejoras que incluir principalmente en el ámbito de la salud más pura y no tanto en el ejercicio. No es el caso de este modelo que no cuenta con medidor de pulsaciones, pero ahí lo dejamos para que tomen nota.
Con una fuerte presencia en el mercado empresarial y de salud, Fitbit ha renovado recientemente sus gamas más completas con equipos más cercanos a relojes deportivos que a cuantificadores, pero también con este modelo Alta, refuerza un segmento con cada vez más competencia en precio y modelos.
Manteniendo un diseño muy cómodo y ahora potenciado del lado de la moda y los accesorios, la Fitbit Alta concentra su valor no en el precio sino en su autonomía y una aplicación completa, con la mayor comunidad en cuantificación y mejoras continuas.
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