Son los dos primeros smartphones en atreverse a superar, de salida, los 1000 euros. Además acumulan parte de las novedades más destacadas en los smartphones de 2017. Enfrentamos al Samsung Galaxy Note 8 y al iPhone X.
iPhone X y Note 8: dos diseños que apuestan por reducir marcos
La tendencia clara de este año es el smartphone casi sin marcos. El iPhone X y el Note 8, tanto por esa reducción como por el uso de cristal y un exquisito acabado, son de los terminales más destacados en el apartado del diseño. De Samsung ya estábamos acostumbrados, pero lo del iPhone X ha sido toda una sorpresa viendo lo que teníamos con el iPhone 8 Plus.
A nivel de dimensiones el iPhone X se ha puesto por fin este año a un nivel excelente, e incluso ofrece menos marcos que el Note 8. En el lado menos positivo tenemos el notch o ceja que, pese a que puede convertirse en elemento reconocible del iPhone X, ahora mismo resulta extraño e incluso molesto según qué aplicaciones y en modo vídeo. Tampoco la protuberancia de la cámara, más evidente incluso en este diseño del iPhone X, no nos cuadra.
¿Es este diseño sin marcos y buen acabado en ambos terminales motivo suficiente para pedir más de 1000 euros por ellos? Cuesta verlo así. Xiaomi, LG ... hay más fabricantes ofreciendo algo muy similar en bastantes aspectos del diseño y están más abajo en precio. ¿Entonces?
Un panel OLED y dos maneras de plantear la pantalla
La tecnología OLED es la auténtica protagonista tanto del Note 8 como del iPhone X. En realidad lo es mucho más en el teléfono de Apple, que cambia su perenne panel IPS por un OLED fabricado por Samsung pero que ha calibrado él y aplicado tecnologías propias como True Tone en busca de resultar más natural sin perder el atractivo de la intensidad de colores de la tecnología OLED, también con sus inconvenientes.
Si nos fijamos en el tamaño, el Note 8 tira hacia más allá de las 6 pulgadas (6,3 exactamente) mientras que el terminal de Apple se queda en 5,8 pero aprovechando mejor las dimensiones. Sí, suena hasta extraño hablar así de un teléfono de Apple, pero es así. En mano el iPhone X resulta más cómodo que el Note 8 y de manera efectiva no hay mucha diferencia entre contenido en pantalla, la cual exageradamente alargada en el modelo de Samsung.
S-Pen frente a gestos (y Face ID)
Tanto el Galaxy Note 8 como el iPhone X son los terminales más diferentes del mercado a la hora de interaccionar con ellos. El modelo de Samsung tiene un elemento capital en el S-Pen, apoyado en el software de su capa sobre Android. Su uso es optativo, pero comparando con el Galaxy S8 Plus, es junto con la doble cámara el elemento que desnivela la balanza de su lado.
También exclusivo del iPhone X es el control por gestos, aquí obligatorio por la pérdida del botón Home. Tiene una curva de aprendizaje, pero no es grave. Y una vez que te acostumbras, el uso del teléfono es bastante rápido.
Otra gran diferencia entre el iPhone X y el Galaxy Note 8 es el sistema de identificación biométrica. Apple se lanza a la piscina con Face ID, que por ahora nos está pareciendo estupendo, mientras que Samsung por ahora y pese a introducir un errático modo de reconocimiento facial e iris, mantiene el sensor de huellas, el cual ha tenido que colocar en la parte trasera. Y hay que acostumbrarse a su nueva y alta situación.
Las dos cámaras doble de referencia
A nivel fotográfico no hay duda de que estamos ante dos terminales de referencia, muy igualados desde hace un par de años aunque Samsung dando pasos de gigantes. Este año la igualdad se antoja todavía más grande, pese a que el iPhone X estrena la estabilización en la lente tele y que por los sensores para Face ID se puede permitir también el modo retrato en la cámara de selfies.
Ese elemento que usan de argumento para estar en un nivel de precio bastante alto ya parece menos con los rivales tan fuertes que estamos viendo. Ahí tenemos el asombroso Pixel 2 XL con una de las mejores cámaras que hemos probado nunca en un teléfono móvil o el prometedor LG V30 con su modo de vídeo. O Huawei, que con el Mate 10 también ha demostrado buenas maneras. Y veremos si Sony regresa en 2018 a donde siempre ha debido estar.
Interior de máximo nivel ... y el precio también
Repasadas las principales diferencias entre el Note 8 y el iPhone X, no hemos hablado del interior. Aquí, salvo detalles como el procesador, estamos muy igualados: rendimiento similar en el día a día, batería con un comportamiento a priori similar, carga inalámbrica, 64 GB de almacenamiento interno con el modelo básico ....
Otro cantar es el precio. Aunque en su lanzamiento sí que eran parecidos (1010 euros el Note 8 y 1159 euros el iPhone X), la política de precio fijo de Apple y la de bajada temporal de Samsung nos deja ahora mismo un escenario interesante para quien apueste por el teléfono coreano: el Galaxy Note 8 ya se puede conseguir por poco más de 800 euros, aunque son versiones de otros países.
¿Con cuál te quedas tú si decidieras hacer esa fuerte inversión?
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