Llevo tres meses con el «pequeño» de los Pixel 8 y en ningún momento se me ha quedado corto
Es una elección acertada para quien busque un gran teléfono muy contenido en tamaño
Los móviles pequeños han pasado completamente de moda, aunque no está todo perdido: si sois como yo, de esas personas que prefieren un teléfono manejable a pesar de que la pantalla disminuya en su diagonal, aún quedan ejemplares a los que echar el guante. El Samsung Galaxy S24 me pareció excelente en ese sentido, también el Pixel 8 que nos ocupa. No he echado de menos nada más.
Llevo bastante tiempo con los dos móviles que Google presentó en octubre de 2023. Y, si bien el Google Pixel 8 Pro sobresale en muchos aspectos con respecto a su hermano sin el tercer apellido, la realidad es que el Pixel 8 a secas se comporta prácticamente igual, así me lo ha demostrado. A falta de conocer cómo será el Google Pixel 8a, del que ya conocemos bastantes filtraciones, el protagonista de este artículo me parece una excelente elección para cualquiera. Incluso para el que necesite una buena cámara.
Índice de Contenidos (11)
- Ficha técnica del Google Pixel 8
- Diseño: es un Pixel, no hay ninguna duda
- Pantalla: sólo echo de menos el refresco adaptativo
- Biometría
- Sonido: perfecto como reproductor multimedia
- Potencia: perfecto a falta de subir un escalón
- Batería: sin grandes alardes y contenido en gasto
- Software: los siete años de actualizaciones hacen que el Pixel 8 suba de valor
- Cámara: sobresale por méritos propios, aunque no en todos los ámbitos
- Google Pixel 8, la opinión de Xataka
Ficha técnica del Google Pixel 8
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Google Pixel 8 |
---|---|
pantalla |
Actua Display OLED de 6,2 pulgadas 1.080 x 2.400 píxeles Refresco de hasta 120 Hz Brillo máximo de 2.000 nits Gorilla Glass Victus 2 |
procesador |
Google Tensor G3 Chip de seguridad Titan M2 |
ram |
8 GB LPDDR5X |
almacenamiento |
128 / 256 GB UFS 3.1 |
sistema operativo |
Android 14 7 años de actualizaciones Android |
cámaras traseras |
Principal: 50 megapíxeles, f/1.68, OIS Ultra gran angular: 12 megapíxelesm f/2.2 Night Sight en foto y vídeo |
cámara frontal |
10,5 megapíxeles |
batería |
4.575 mAh Carga rápida a 27 W Carga rápida inalámbrica a 18 W Carga inalámbrica inversa Sin cargador en la caja |
conectividad |
Doble SIM (SIM física + eSIM) 5G Wi-Fi 7 Bluetooth 5.3 NFC USB-C |
dimensiones y peso |
150,5 x 70,8 x 8,9 mm 187 g |
otros |
Lector de huellas bajo pantalla Reconocimiento facial Certificación IP68 Altavoces estéreo |
precio |
Desde 799 euros |
Google Pixel 8 - Smartphone Android libre con Cámara Pixel avanzada, batería con autonomía de 24 horas y potentes funciones de seguridad - Verde Liquen, 128GB
Diseño: es un Pixel, no hay ninguna duda
Google decidió separarse del resto de marcas apostando por un exterior tan particular, que basta con ver la cara trasera del teléfono para saber la familia a la que pertenece. La banda posterior de los objetivos, cruzando de lado a lado el cuerpo, es característica, también en el Pixel 8. A mí me gusta, aunque reconozco que sobresale demasiado del móvil.
El cuerpo de aluminio arroja solidez y un excelente tacto de calidad. Compacto y muy contenido en las dimensiones, éstas son dos de las cualidades que más he apreciado durante los tres meses que llevo con el móvil: el Pixel 8 se muestra muy manejable. Y sólo le he encontrado una pega en el tacto: la unión de la cara trasera de cristal al metal no está del todo pulida, ya que el dedo se agarra al pasar por esa zona. El acabado no es excesivamente irregular, pero esa rebaba desentona.
La disposición de botones es la habitual en los modelos de la empresa: en el borde derecho con el de encendido por encima de los de volumen. Todos quedan accesibles con una mano y son más cómodos de pulsar que en el Google Pixel 8 Pro. También el agarre es más cómodo, aunque ambos sufren el mismo inconveniente: la doble cara de cristal resbala mucho en la mano, conviene comprar una funda junto con los teléfonos.
Bandeja para la nano SIM en el borde izquierdo (es doble SIM, pero la segunda tarjeta es eSIM), altavoz secundario en el área superior del auricular y primario en el canto inferior y compartiendo posición con el USB C. Todos los orificios son simétricos. Y no impiden la protección IP68 del Pixel 8, toda una ventaja añadida.
Por detrás se encuentra el detalle clave del que hablaba, ese elemento de diseño que caracteriza a la familia Pixel: el módulo fotográfico con forma de banda. Ocupa una parte significativa del área superior, sobresale unos tres milímetros del cuerpo y aparece coloreada en el mismo tono que el cristal; lo que incrementa la sensación de gran acabado.
Dentro del módulo fotográfico se encuentra la doble cámara trasera, el flash LED, el micro de grabación y el sensor láser para el autoenfoque. Como detallaré en el apartado de fotografía, Google no ha terminado de solucionar un inconveniente de este diseño modular: los destellos o «flares» en las capturas. No me ha fastidiado por completo ninguna foto, incluso el «bug» a veces fue «feature»: alguno de los destellos enriqueció la imagen resultante. Sin que esto sirva de excusa para evitar el tirón de orejas, que los Pixel arrastran el defecto desde el Google Pixel 6.
La sensación es de tener un móvil a la altura de lo que uno esperaría por la gama alta a la que pertenece. Y sin que las dimensiones se hagan exageradas, algo que para mí es un acierto: el Google Pixel 8 ofrece lo mejor de la familia en un tamaño que da gusto llevar encima. Eso sí, no por ello es ligero, que se va a los 187 gramos. Es lo que tienen el aluminio y el cristal.
Pantalla: sólo echo de menos el refresco adaptativo
La pantalla es de gran calidad, con un panel OLED de 6,2 pulgadas que se ve perfectamente en todas las condiciones. Muy fluido, excelente reproducción de color, con un gran contraste y con los negros puros habituales de este tipo de pantallas. Los ángulos de visión son muy buenos, aunque se aprecia un ligero cambio en la tonalidad con la inclinación, hacia un temperatura algo más cálida.
La pantalla ofrece muy buen ajuste de color con dos opciones: colores naturales o adaptativos. En mis Pixel suelo dejar activo el primer modo, aunque en este Pixel 8 aprecio cierta frialdad por defecto. Con el modo adaptativo la pantalla añade saturación sin que los colores resulten exagerados, me quedé con esta opción.
Si bien la tasa de refresco máxima alcanza los 120 Hz, el Pixel 8 no incluye el panel LTPO de su hermano, el Google Pixel 8 Pro: sólo se mueve entre los 60 y los 120 Hz. Las diferencias son notorias, vale la pena mantener activar la «Pantalla fluida». Bajo mi opinión, y dado el precio del teléfono, Google habría hecho bien montando un panel con refresco variable, como el de su hermano mayor (y que hasta Samsung tuvo en cuenta este año para todos los S24).
El brillo es suficientemente alto para todas las situaciones, incluso en exteriores: durante estos últimos tres meses he estado usando el teléfono incluso bajo el sol sin percibir dificultades en la lectura del contenido. El ajuste automático es preciso, muy gradual y mantiene un brillo mínimo que no deslumbra en exceso bajo completa penumbra (una imagen en blanco sí llegaría a ser molesta).
Pantalla prácticamente simétrica en sus marcos sin que éstos sean demasiado gruesos, agujero en la parte superior para la cámara frontal y con una respuesta perfecta al tacto. Además, el panel está protegido con cristal endurecido Gorilla Glass Victus 2: durante estos tres meses aún no le hice ningún arañazo, y eso que lo he llevado sin protector de pantalla.
Biometría
Aparte de servir como excelente soporte multimedia, el Google Pixel 8 ofrece desbloqueo seguro por huella dactilar bajo la pantalla. Bajo mi experiencia, esta última generación es la que mejor sensor monta: los errores de lectura se han reducido y ofrece mayor fiabilidad (en exteriores, y de día, puede dar algún error). No está a la altura de un lector de huellas capacitivo fuera del panel, pero, al menos, no desespera.
Además del escáner dactilar, Google ofrece el siempre bienvenido desbloqueo facial: lo tengo configurado y aceleró en buena medida la entrada al teléfono. Dicho desbloqueo permite autorizar algunas funciones de seguridad, como el inicio de sesión en las aplicaciones o la instalación desde la tienda Google Play. Me resulta muy cómodo y con cierta cercanía al Face ID del iPhone; sin su seguridad, que todo el proceso en el Pixel 8 se basa en una imagen plana obtenida de la cámara frontal.
Sonido: perfecto como reproductor multimedia
El Google Pixel 8 es un teléfono que suena a las mil maravillas, tanto por su pareja de altavoces estéreo como utilizando auriculares. En este segundo punto hay que dividir los auriculares entre los Bluetooth y los que hacen uso del cable: para utilizar el puerto USB C se necesita un adaptador a Jack de 3,5 mm que disponga de DAC. Google no incluye salida analógica de audio a través del puerto, aunque tenemos una alegría en cuestión de vídeo: Google por fin ofrece Display Port en sus teléfonos. Logré activar la salida de vídeo con la actualización trimestral de febrero: poder conectar el Pixel 8 directamente a la tele, y con un cable USB C-HDMI, elevó mi experiencia con el móvil.
El sonido externo es de excelente calidad, suena con suficiente fidelidad, no es estridente (los agudos chirrían ligeramente a niveles altos) ni tampoco retumba. La pareja de altavoces logra un gran trabajo, incluso en volumen máximo: tras medir la reproducción de música utilizando varias canciones, el móvil alcanzó un máximo de 90 dB. Como extra, Google incluye el «Sonido adaptable» para los altavoces externos: con esta mejora de software el audio en reproducción se ajusta automáticamente al ruido y acústica del ambiente.
Ni le encontré pegas en el audio sin auriculares como haciendo uso de este accesorio: me parece un excelente reproductor musical. Sonido nítido, con un rango de frecuencias amplio, equilibrado en el balance, con los agudos perceptibles y de graves algo necesitados de bajos, aunque sin exagerar. El Pixel 8 es compatible con una amplia variedad de códecs Bluetooth sin que le falten el elenco de aptX (normal y HD, sin TWS), LC3, LDAC ni el habitual AAC.
Dejando de lado el inconveniente del adaptador USB C y el hecho de necesitar un DAC, la reproducción con cable es excelente y en línea de lo que debe ofrecer un buen smartphone para la escucha de audio. Además, el Google Pixel 8 ofrece audio espacial en la conexión por cable, también en aquellos auriculares Bluetooth compatibles con esta tecnología. Como los Google Pixel Buds Pro; auriculares que llevo utilizando con el móvil los últimos tres meses. Estoy encantado.
Las llamadas se escuchan muy bien por el auricular y también la otra persona obtiene una buena comunicación, incluyendo la ausencia de ruido: el Pixel 8 cancela suficientemente bien el ruido ambiente y el viento para que la voz se entienda. Incluso en situaciones muy ruidosas.
Potencia: perfecto a falta de subir un escalón
Google sigue confiando en sus Tensor para potenciar los Pixel, un procesador que está fabricado por Samsung y desarrollado a partir de los Exynos. El no contar con lo más potente en Android, que este año recae en los Snapdragon 8 Gen 3, resta cierto potencial sobre el papel a los Pixel 8. Este inconveniente marca de manera más notable al Pro que al 8, no en vano el precio debería influir en la calidad de componentes que uno recibe a cambio. Y sin que yo haya notado carencias con respecto a otros smartphones de gama alta, que he ido analizando varios mientras tuve el Pixel 8.
Dejando claro que el rendimiento máximo del Tensor G3 incluido en los Google Pixel 8 debería ser mejor, lo cierto es que yo no me he encontrado con inconvenientes durante mis pruebas, más bien al contrario: el smartphone se mostró en todo momento resolutivo, capaz, muy rápido y también fluido; tanto en las tareas propias del sistema como en el salto entre apps y arranque de juegos.
Durante mis pruebas de rendimiento en juegos de alta calidad gráfica el Pixel 8 se mantuvo a la altura en resolución máxima sin demasiadas caídas en los frames más allá de alguna bajada en los cambios bruscos de perspectiva y animaciones de peleas. Es perfecto para juegos en 3D, para títulos casual y para tareas de Inteligencia Artificial.
A continuación dejo los resultados de benchmark comparando el Google Pixel 8 con otros compañeros de gama y de precio. Las cifras evidencian ese escaloncito por encima en términos de rendimiento bruto, también aqueja cierto throttling en los tiempos largos de ejecución a máximas. No he apreciado un calentamiento reseñable: el sistema de refrigeración pasiva es adecuado.
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GOOGLE PIXEL 8 |
IPHONE 15 |
Xiaomi 13 |
ONEPLUS 12 |
SAMSUNG GALAXY S24 |
---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Google Tensor G3 |
Apple A16 Bionic |
Snapdragon 8 Gen 2 |
Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3 |
Exynos 2400 |
RAM |
8 GB |
6 GB |
12 GB |
12 GB |
8 GB |
GEEKBENCH 5/6 (SINGLE/MULTI) |
1.532 / 4.099 (6) |
2.587 / 6.423 (6) |
1.422 / 5.173 (6) |
2.248 / 6.987 (6) |
2.140 / 6.650 (6) |
3D MARK Wild Life Unlimited |
8.670 |
11.807 |
11.101 |
20.281 |
14.520 |
3D MARK Wild Life Stress Unlimited |
9.013 / 7.266 |
11.646 / 8.280 |
11.186 / 11.171 |
20.321 / 13.754 |
11.692 / 9.055 |
PCMARK WORK |
12.447 |
- |
14.350 |
20.467 |
17.348 |
El Google Pixel 8 es un móvil que se muestra muy veloz en todas las tareas, no hay diferencias con respecto a su hermano mayor, el Pixel 8 Pro. Amplia compatibilidad con redes inalámbricas incluyendo WiFi 7, posicionamiento GPS rápido y fiable (alcancé una precisión con margen de error de 3 metros en sólo 8 segundos), el almacenamiento podría ser algo más rápido (se queda en UFS 3.1 en lugar del UFS 4.0 habitual de la gama alta) e incluye compatibilidad con doble SIM (nano SIM y eSIM).
Batería: sin grandes alardes y contenido en gasto
Los Google Pixel no se caracterizan por baterías gigantescas, aunque esto tampoco implica que la autonomía sea mala: el sistema tiende a rentabilizar en buena medida el gasto energético. Es lo que ocurre con el Pixel 8.
Optimizado en el gasto en segundo y plano con la pantalla apagada, el móvil puede aguantar hasta los dos días con un uso muy básico. Según se enciende la pantalla, y aumenta las interacciones con las apps, el porcentaje desciende, siempre sin que lo haya notado poco apto para la jornada diaria. Y a la hora de pasarlo de vueltas, el Tensor G3 pierde jugo de manera veloz: en juegos de alta carga gráfica puede dejarse entre un 10-12 % cada media hora. Sin que lo haya apreciado muy caliente ni después de más de una hora a máximas.
El Pixel 8 viene completo a nivel de opciones de carga: un máximo de 30 W con USB C sin que incluya el cargador en la caja, ofrece carga inalámbrica de hasta 18 W y carga inalámbrica inversa de 5 W. Lo de reivindicar un cargador en la gama alta es una batalla perdida, aunque he de dejar mi queja por este hecho: que haya móviles que valen menos de la mitad, e incluyan carga rápida por encima de los 50 W, debería hacer recapacitar a Google (y a otras marcas). Por no incluir cargador y por una carga rápida tan lenta.
Dado que Google no incluye una forma de cargar el teléfono (sólo cable USB C y adaptador de USB A a USB C), realicé las pruebas de carga con una batería externa que muestra la potencia de salida. Logré casi los 27 W como máximo durante el tramo inicial y medio de carga. Con los siguientes tiempos:
- 5 minutos de carga: 10 % de batería.
- 10 minutos de carga: 20 % de batería.
- 20 minutos de carga: 38 % de batería.
- 30 minutos de carga: 54 % de batería.
- 50 minutos de carga: 83 % de batería.
- Total: 77 minutos.
Software: los siete años de actualizaciones hacen que el Pixel 8 suba de valor
Los Pixel se caracterizan por su limpieza en lo que respecta a Android, siempre manteniendo más personalización de la que aparentan (que es mucha). La generación reciente no varió esta estrategia, incluso se ha visto potenciada: Google decidió subir el número de años de actualizaciones garantizadas hasta los 7. Mi Pixel 8 se actualizará hasta Android 21, se llame como se llame dicha versión. Igual que los Samsung Galaxy S24, los coreanos son los únicos que hasta ahora se han decidido a equiparar tal garantía.
Más años de soporte y más Inteligencia Artificial, éstas son las señas que distinguen a la generación 2023/2024; sin que suponga una ruptura enorme con la experiencia previa en la familia, que herramientas como Rodea para buscar no aportan un cambio radical. Y me he topado con un aspecto positivo: pese a que el Pixel 8 no ofrecía la IA de Gemini Nano a nivel local, Google cambió de opinión y sí va a traerla. Me parecía absurdo que el Pro pudiera ejecutarla y el Pixel 8 a secas no, el hardware es idéntico.
Gemini Nano va a terminar llegando al Pixel 8, pero Google mantiene otra notoria diferencia a nivel de software entre el «básico» y el Pro: la aplicación de cámara ve recortadas las opciones manuales en el Pixel 8. Es una decisión de marketing para regalar atractivo de manera artificial al modelo más caro, porque llevo usando desde hace tiempo la cámara de Google y el salto obtenido en esta última generación es abismal; en lo que se refiere a posibilidades manuales y siempre restringiendo el radio de acción al Google Pixel 8 Pro.
Android 14 y perfectamente actualizado con los parches de seguridad mensuales, Google va ofreciendo nuevas opciones cada cierto tiempo con las llamadas actualizaciones Feature Drop, el launcher ha visto ligeramente pulida la interfaz y los iconos, más opciones de personalización para los fondos de pantalla y herramientas de IA que se suman a las que ofrecía Google de serie; como el citado Rodea para buscar o las respuestas según el contexto en la aplicación de Mensajes.
Rodea para buscar me parece la evolución lógica de Google Lens, ya que permite el uso directo de una herramienta que siempre estuvo algo escondida. Bajo mi experiencia estos últimos meses, poder pausar la pantalla con mantener el dedo sobre la barra inferior, y señalar lo que quiero que Google identifique, acelera el proceso de búsqueda en unos segundos que terminan marcando la diferencia. Y hay otro punto que ha mejorado aún más la herramienta: Google introdujo recientemente la traducción instantánea en Rodea para buscar. Es perfecta.
Por lo demás, no hay muchos más cambios notorios: lo que hacía característico a los Pixel continúa caracterizando a los Pixel 8. Bajo mi opinión, y pese que las herramientas de IA subrayan el excelente (y minimalista) software del teléfono, Google debería fijarse más en capas como One UI o HyperOS para añadir opciones extra al usuario. Un modo de escritorio a lo DeX estaría bien (uno estable y que no se mantenga en beta), por ejemplo, u opciones de duplicado de apps. Aun así, en la limpieza hay virtud: tener una capa libre de software superfluo, y que las opciones incluidas resulten de utilidad, también me parece digno de mención.
Otro gran valor en software es el acceso a las betas de Android y las actualizaciones de sistema nada más se liberan al mercado. Ningún otro Android se equipara a los Pixel en este aspecto, debo remarcarlo.
Cámara: sobresale por méritos propios, aunque no en todos los ámbitos
Google se toma muy en serio la fotografía en sus móviles, también el vídeo. Esto atañe tanto a la gama alta como a la media, porque los Pixel a son de lo mejor a la hora de hacer fotos. Especialmente en el procesado, punto que tiene sus luces y sus sombras en el modelo que nos ocupa: el Google Pixel 8.
Empecemos por las características: veamos al detalle el hardware fotográfico del Pixel 8.
- Cámara principal. Sensor de 50 megapíxeles con un tamaño de 1/1,31 pulgadas. Anchura de 1,2 µm para cada píxel, apertura f/1.7 con distancia focal equivalente a 25 mm, enfoque láser y PDAF Dual Pixel, estabilización de imagen OIS y zoom digital hasta 8x.
- Cámara gran angular. Sensor de 12 megapíxeles con un tamaño de 1/2,9 pulgadas. Anchura de 1,25 µm para cada píxel, apertura f/2.2 con distancia focal equivalente a 11 mm, ángulo de visión de 125,8º con corrección de lente y autoenfoque.
- Cámara frontal. Sensor de 10,5 megapíxeles con un tamaño de 1/3,1 pulgadas. Anchura de 1,22 µm para cada píxel, apertura f/2.2 con distancia focal equivalente a 20 mm, ángulo de visión de 95º y enfoque fijo.
Hay dos diferencias fotográficas clave entre el Pixel 8 y el Pixel 8 Pro: el telefoto a nivel de hardware y los controles manuales en el lado del software (el gran angular del Pixel 8 Pro ofrece mejores características, otro detalle a reseñar). Echo mucho de menos ambos cuando salgo a la calle sólo con el «pequeñín», y eso que la cámara de Google no hace mal trabajo con el zoom digital. Al menos hasta los 5x.
En lo que respecta al sensor principal, esos 50 megapíxeles unidos a un objetivo gran angular de amplia apertura logran un comportamiento todoterreno más que adecuado. Es una excelente cámara para cualquier situación, ya sea de día y en exteriores como de noche bajo la luz tenue de unas velas. El procesado no se comportará siempre de la misma manera, obviamente, aunque sí que hay algo que compartirán todas las imágenes: el sobreesfuerzo de la Inteligencia Artificial por crear una composición lo más artística posible.
El empeño por obtener tomas estéticamente logradas suele acompañar a toda la experiencia de captura. El Pixel 8 toma una foto y después tarda unos segundos en procesarla y guardarla; tiempo que se extiende algo más cuando se dispara en 50 megapíxeles (mi toma por defecto en los Pixel 8, la activé el primer día). La cámara de Google tiende a equilibrar el rango dinámico sin sobrexponer las zonas luminosas, lo que suele dejar algo oscuras las áreas con menos luz. El detalle es bueno y se aprecia el sharpening en algunos contornos, sobre todo a media luz.
Entremos en materia con ejemplos. En la foto superior se aprecia el músculo del HDR equilibrando el rango dinámico. El Pixel 8 deja subexpuestas las áreas oscuras sin perder detalle, la naturalidad de los colores y del balance de blancos es notable. Y todo con una textura artística que la cámara se empeña en mantener con todas las tomas, sea la que sea. A veces arruinando la foto con ese empeño.
Uno de los grandes problemas que los Google Pixel llevan padeciendo desde que se introdujo la banda trasera de objetivos es el flare o destellos de luz que deslucen la imagen por la colocación de las ópticas y del cristal en el teléfono. El Pixel 8 no lo acusa en tanta medida como mi Google Pixel 6, pero se aprecia en las tomas donde el sol incide en diagonal sobre las cámaras. Dependiendo del ángulo y de la intensidad de la luz el destello puede ser más o menos molesto, incluso hasta destrozar la foto. Hay que tener en cuenta este defecto antes de abrir la cámara, especialmente de día y en exteriores (también sucede con farolas y similares).
El gran angular del Pixel 8 es una cámara secundaria que, si bien permite capturar un mayor campo de visión, las tomas no acostumbran a ser las mejores. Se aprecia la deformación óptica de la lente sin que el procesado logre equilibrar la perspectiva. El nivel de detalle no es malo a primera vista y con algo de zoom, el balance de blancos y los colores se mantienen con respecto a la cámara principal y de noche el procesado nocturno de Google puede lograr salvarle los papeles. Si en la escena no hay abundante luz se aprecian las acuarelas con sólo ampliar ligeramente la imagen, incluso en primer plano.
El modo noche del Google Pixel 8 es muy bueno, tanto en áreas con cierta iluminación uniforme como cuando toca rescatar el más mínimo fotón de una escena oscura. En el primer caso acostumbra a crear tomas equilibradas en el rango dinámico, muy llamativas y algo exageradas con respecto a la realidad (de nuevo aparece la vena artística del procesado).
En el segundo caso donde más se aprovecha el modo noche es en las escenas a oscuras. El Google Pixel 8 se apoya en el estabilizador de imagen mecánico del objetivo principal y en la velocidad de obturación (aparte de en la IA de Google) para rescatar el máximo de luz de la toma. Los resultados están a buen nivel como norma general, aunque a menudo no pueden escaparse de las lógicas trepidaciones: algunas de las fotos del modo noche están ligeramente desenfocadas. No hay mayor queja, las circunstancias son difíciles y el modo noche ejerce su trabajo con buena nota.
La aplicación de cámara de los Pixel es una de las mejores en Android por su procesado neuronal y su capacidad para sacar buenas fotos incluso con sensores regulares, pero nunca fue especialmente buena en opciones de captura, especialmente para quienes queremos personalizar cada parámetro de captura. Esto cambia con la familia Pixel 8, aunque sólo en el Pro: el Pixel 8 se queda sin los controles manuales y sin el disparo a los 50 megapíxeles. Para mí es un grave error; que puede paliarse en buena medida instalando una GCam actualizada.
Dejando de lado el empeño por hacer más bueno el Pixel 8 Pro recortando las opciones del Pixel 8, la app de cámara en ambos permite disparar rápido con un toque, seleccionar los distintos modos deslizando el menú inferior, ofrece el barrido de movimiento que introdujeron los Google Pixel 6 para crear instantáneas con sensación de movimiento y permite guardar las imágenes en RAW. Eso sí, a los 12,4 megapíxeles tras el procesado del Pixel Binning, nada de a los 50 megapíxeles que captura el sensor. Esto queda reservado también para el Pixel 8 Pro.
El modo retrato es una de las grandes ventajas del procesado que realiza la cámara de Google: estas fotos suelen imitar las fotos de estudio. Los resultados acostumbran a ser buenos en el recorte de los contornos y en su difuminado, al menos hasta que se cruzan con un mechón de pelo rebelde; con un bokeh natural que puede ser algo exagerado por defecto (es modificable a posteriori en Google Fotos). El tratamiento de los rostros suele ser natural y acostumbra a respetar los tonos. Incluso mantiene las imperfecciones; por más que lave ligeramente el rostro.
Todos los ejemplos de la cámara, así como muchas otras tomas y grabaciones, están disponibles sin retoques en este álbum de Google Fotos.
La grabación de vídeo es muy buena en términos generales, ya que el Google Pixel 8 acostumbra a realizar un tratamiento adecuado de la imagen. Ésta es nítida, la naturalidad de las fotos se mantiene en el vídeo, el estabilizador del sensor principal logra tomas móvil en mano sin excesivas trepidaciones (en el modo súper estable la trepidación se reduce al aplicar OIS+EIS, aunque sólo puede usarse en 1080p y 30 fps) y la resolución máxima que alcanza el móvil es 4K con 60 fps, tanto en el sensor principal como en el gran angular. La cámara frontal también graba a esa resolución y tasa de frames por segundo.
Google Pixel 8, la opinión de Xataka
Tengo ambos Pixel 8 desde hace varios meses, los uso como móviles personales y no puedo estar más contento con ellos. Con ambos: me parecen teléfonos excepcionales en todos los sentidos, siempre con sus lógicos defectos. Y creo que el más pequeño de los dos es el que mejor relación calidad/precio ofrece, sobre todo con el coste en oferta que suele tener últimamente: por unos 600 euros el Pixel 8 es una auténtica bestia.
El rendimiento no me dejó tirado en ningún momento, ni usando el móvil para las tareas diarias ni cuando busqué relajarme con juegos de alta demanda gráfica: aunque es cierto que el Tensor 3 no está a la altura de los procesadores más potentes de Qualcomm, no puedo decir que esa diferencia la haya notado en mi rutina diaria. Y sin que haya echado nada de menos otros aspectos de hardware, ni en pantalla ni en comunicaciones ni, por supuesto, en cámara.
Google es de los pocos fabricantes que se abstiene de colocar cámaras de relleno en el teléfono: una cámara principal más que solvente para cualquier situación y un gran angular que sí deja algo que desear. El conjunto me gustó el primer día, me convenció el segundo y lleva dándome alegrías desde entonces: no necesito nada más para saber que conservaré los mejores momentos en las mejores condiciones. La captura multimedia, los siete años de actualizaciones, lo compacto que es el Pixel 8 y su excelente pantalla son las cuatro patas sobre las que se sostiene una de las mejores experiencias Android que he tenido en mucho tiempo.
Las dimensiones del Google Pixel 8 me han convencido: a pesar de que el Pro tiene un mejor hardware, el «pequeño» obtiene el primer puesto en ergonomía. Al final terminé apreciando los móviles compactos, sobre todo cuando el fabricante se empeña en incluir un hardware de gama alta. Y, a pesar de que Google ha jugado algo sucio reduciendo prestaciones del Pixel 8 por software, me sigue pareciendo mejor opción que el Pixel 8 Pro.
8,8
A favor
- Ser contenido sin sacrificar demasiadas prestaciones es de agradecer.
- Siete años de actualizaciones Android garantizadas y puntuales. Bien, Google.
- Muy buena cámara.
En contra
- No tener las opciones avanzadas en la app de cámara empaña los excelentes resultados de captura.
- El procesador está algo lejos de su competencia directa.
- Sin cargador y con carga rápida algo corta para el precio: 30 W:
Google Pixel 8 - Smartphone Android libre con Cámara Pixel avanzada, batería con autonomía de 24 horas y potentes funciones de seguridad - Verde Liquen, 128GB
Imagen | Xataka
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Google. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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