Está orientado a que conozcamos mejor nuestro cuerpo. También para que deportistas de resistencia optimicen su suplementación. Es curioso, pero no para cualquiera
Si algo me enseñó Superlópez en los noventa fue el sentido de la responsabilidad, el humor y el trabajo en equipo. Solo así se explica que cuando mi compañero Enrique me comentó que nos habían ofrecido probar el Ultrahuman M1, un glucómetro que pinchar en tu piel durante dos semanas aunque no seas diabético, dijera "sí".
La responsabilidad de contar a nuestros lectores de qué va eso de usar un glucómetro sin ser diabético, el humor de asumir el pinchazo sin que me vayan a subir el sueldo a cambio y el trabajo en equipo de hacer que no le tocase pasar por ahí a ninguno de mis compañeros.
Vamos al lío.
Qué es. Un glucómetro como el que usa cualquier diabético para controlar su glucosa en sangre en todo momento gracias al filamento que alcanza el espacio intersticial, una red subcutánea donde la glucosa aparece tras llegar a la sangre. Algo común para diabéticos desde hace casi diez años.
Se conecta con el smartphone y envía la información por Bluetooth. Técnicamente el glucómetro es uno genérico de farmacia, lo que aporta Ultrahuman es la aplicación y la gestión de los datos.
- Ultrahuman es una empresa que lanza productos en la intersección entre tecnología y salud. Es famosa por su anillo, el Ring Air.
No es para diabéticos. El enfoque de Ultrahuman es para cualquiera que quiera conocer mejor su cuerpo y entender lo que le produce picos de glucosa: comidas, cantidades, esfuerzos... En los últimos años se ha extendido una preocupación creciente por controlar los picos glucémicos y sobre todo que no se extiendan demasiado. También puede ser (más) útil para deportistas de resistencia que quieran optimizar su suplementación.
Esto es la teoría. Vamos con la práctica antes de sacar conclusiones.
Cómo se pone. En la caja que llega a casa está el glucómetro, su aplicador y varios parches con el logo de la marca.
Ponerse el sensor uno mismo con el aplicador que trae es tan fácil como estamparse un cuño, no tiene misterio.
Algunas de las preguntas más habituales que me han hecho en las dos semanas que lo tuve en el brazo, sobre todo quien no tiene un diabético en su círculo cercano:
- ¿Duele cuando te lo pones? No, no notas nada más que un pequeño pinchazo.
- ¿Es molesto llevarlo? En absoluto, directamente me olvidaba de que lo llevaba puesto. Solo en dos momentos lo recordaba a las malas: en la ducha al frotar y caer en que lo tenía puesto y debía ir con cuidado, y al salir de la ducha y secarme con la toalla.
- ¿No te lo puedes poner en otro sitio? Hubiese preferido colocarlo en una zona más discreta, pero Ultrahuman recomienda que sea exactamente ahí. Quién soy yo para contradecir.
Al rato de ponérnoslo la aplicación empieza a mostrar la gráfica con nuestros niveles de glucosa en sangre, actualizados cada pocos minutos.
Nunca había llevado un glucómetro, así que era curioso comprobar los efectos que tenía ahí cada tipo de comida que hacía o cada esfuerzo físico.
Ultrahuman tiene aplicación para móvil y para reloj, así que podía ver mi glucosa en tiempo real sin siquiera entrar en la app. Bastaba con mirar la pantalla de bloqueo del móvil o la esfera de mi reloj.
Entendiendo la glucosa. La glucosa en sangre es un indicador clave para nuestra salud. Su valor se mide en mg/dL. Los valores normales son entre 70 y 100 mg/dL en ayunas y por debajo de 140 mg/DL en las dos horas posteriores a una comida.
La aplicación es muy intuitiva y está pensada para ser útil aunque quien la use no tenga conocimientos sobre la glucosa: sus gráficas, colores, notificaciones y explicaciones internas se encargan de hacernos entender si la tenemos en valores normales, demasiado bajos o demasiado altos.
Eso sí: Ultrahuman quiere que aprendamos conceptos a medida que usamos el lector, pero es muy insistente. En dos semanas con él me han llegado:
- 34 correos.
- 154 notificaciones.
Es decir, una media de dos correos y once notificaciones al día. Los correos invitan a descubrir conceptos y pueden ser interesantes, pero se hacen demasiado insistentes. Las notificaciones avisan sobre todo de picos de glucosa o de informes autogenerados. En ambos formatos llegan anuncios comerciales sobre ofertas para renovar el lector o cosas similares. Ugh.
App de uso activo o pasivo. Si la usamos de forma pasiva muestra la curva de la glucosa y nos va dando información sobre su evolución que asumimos en silencio. De forma activa vamos introduciendo ciertos "eventos" que contextualizan la curva. Lo que hemos comido, o una descripción subjetiva de lo que nos ha pasado.
Los entrenamientos y el sueño los agrega de forma automática. La lista de alimentos es algo USA-céntrica y poco compatible con un usuario mediterráneo. Lo bueno: se sincroniza con aplicaciones más globales, como MyFitnessPal.
La suplementación. Hago deporte de dos formas: entrenando fuerza en el gimnasio y corriendo sobre asfalto. No necesito suplementación para ninguna de las dos cosas, suelo correr entre 7 y 15 kilómetros la mayoría de las veces.
Sin embargo, para una media maratón sí empieza a ser interesante esa suplementación, tanto para llegar a la carrera con una cierta carga de hidratos como durante la misma para no desfallecer antes del final. Corrí una durante estas dos semanas. Y ahí entró en juego el glucómetro.
Ocurrieron dos cosas llamativas:
- Me suplementé en exceso, temeroso de no tener suficiente energía para el final. La gráfica lo refleja bien.
- La primera caída coincide con el final de la carrera. El repunte posterior tiene que ver con las dos Coca-Cola full azúcar que me hice según terminé. Arriba la glucosa.
Luego llegó la caída abrupta (hipoglucemia reactiva).
Un aprendizaje: aunque soy de complexión grande, no necesito tanto gel energético antes y durante la carrera como creo. Con un gel menos y pasar a optar por los de 30 g en lugar de 50 g seguramente será suficiente. La sobresuplementación no es recomendable.
Este tipo de información acumulada me ha dejado varias lecciones por el camino:
- Correr 10 kilómetros con el estómago vacío es diferente a hacerlo con un simple plátano un rato antes.
- La comida basura hace honor a su nombre en lo que se refiere al afecto sobre nuestra glucosa en sangre: la dispara de forma más sostenida.
- Las cenas tardías también tienen un impacto negativo.
- El estrés, más de lo mismo: con menos estrés o una mejor gestión, la glucosa es más estable.
- El azúcar ya está lo suficientemente demonizado, pero ver su impacto en tiempo real es un disuasorio aún mejor.
Algunas consideraciones finales. Un glucómetro conectado a una aplicación como la de Ultrahuman puede tener sentido en no-diabéticos: es interesante conocer mejor nuestro propio cuerpo y los efectos de ciertos elementos en él. Ahora bien, es invasivo, el glucómetro solo dura dos semanas antes de tener que tirarlo a la basura y reemplazarlo por otro... y es muy caro.
- Dos sensores (cuatro semanas) cuestan 142 euros.
- Seis sensores (doce semanas) cuestan 404 euros.
Y además requieren Ultrahuman X, una suscripción de 30 dólares al año.
Las consideraciones sociales. Llevar esto en manga corta implica que la gente te hará preguntas. Y no todo el mundo conoce los glucómetros. Una mujer del gimnasio pensaba que era una kinesiotape de fisioterapeuta, mi compañera Jody creía que estaba dejando de fumar y el resto se dividían entre los de "no sabía que eras diabético" o un simple "qué c*****s es eso".
No es algo que vaya a recomendar a todo el mundo. Solo a quien tenga una predisposición previa a usar algo así. O a deportistas de resistencia que requieran una suplementación optimizada. Para esos grupos, es una opción interesante y divertida de usar si están dispuestos a un método algo invasivo y costoso.
Para quienes no están ahí seguramente puedan esperar a que lleguen los relojes que midan la glucosa de forma no invasiva, aunque no ocurrirá mañana. Además, en personas sanas y sin una patología no creo saludable obsesionarse con la glucosa, el cuerpo la regula dentro de unos límites y podemos caer en comportamientos contraproducentes por un exceso de recelo.
El tono de Ultrahuman, empezando por el nombre de su marca, o por las constantes alusiones a que nos convirtamos en un cyborg gracias a sus productos, alimenta esa delicada tendencia.
Me divertí con el Ultrahuman M1 y aprendí algo sobre mi cuerpo gracias a él, pero no es para cualquiera.
Imagen destacada | Xataka
Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Ultrahuman. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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