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Honor 8, análisis: Honor ya juega en la liga de los "grandes"

Honor está cerca de cumplir un par de años como marca 'independiente' de Huawei en Europa y, por tanto, España. Se trata de dispositivos con tecnología algo más asimilada, venta exclusiva online y, por supuesto, precios más bajos y atractivos. Tanto, que llegaron a convencer en hasta 40 millones de ocasiones en 2015.

Lo celebra con el Honor 8, su nuevo teléfono de referencia, llega ahora con un diseño mucho más trabajado y en calidad de materiales y hardware mucho más alta, a la altura de los terminales de referencia de la propia Huawei. Dos años después de probar a fondo el Honor 6, nuevo turno para Honor. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

Honor 8, review en vídeo

El Honor 8 llega en lo que parece el tamaño estándar de pantalla en teléfonos Android. Son 5.2 pulgadas de diagonal, en tecnología LCD y resolución Full HD. Resolución más que suficiente y que solo unos pocos se han atrevido a cruzar, la mayoría de veces para salvar la pérdida de resolución del Amoled en pantallas Pentile.

En el interior tenemos el hardware que vimos con el Mate 8, teléfono de referencia de Huawei, ligeramente vitaminado incluso. En este caso volvemos a ver el procesador Hisilicon Kirin 950 de ocho núcleos con 4GB de RAM, giga arriba. Se trata de una configuración big.LITTLE de cuatro núcleos Cortex A72 (alto rendimiento a 2.3GHz) y otros cuatro A53 para bajo consumo, siempre de 64 bits.

Este Kirin se completa con una GPU de alto rendimiento, Mali T880. Es el mismo diseño de núcleo gráfico que vemos en el Galaxy S7, eso sí, con la diferencia de que éste monta cuatro núcleos y el de Samsung llega a la docena.

Completa además la capacidad interna de 32 GB (única versión en España) con una ranura que es una de las mejores cosas que hace Huawei: las bandejas para la SIM. El Honor 8 es un teléfono dual SIM o con ranura para microSD según se prefiera. Basta con quitar la SD y tenemos en las manos el teléfono perfecto para viajar.

Otra gran baza de Huawei en sus dispositivos es el lector de huellas dactilares. No es algo nuevo: llevan ya varios años sumando enteros con la experiencia en ellos. Esta vez se olvidan del botón extra personalizable que vimos con el Honor 7, pero se incluye en el propio sensor de huellas, que ahora se puede clicar.

Huawei no solo insiste con tecnología ya bien amortizada. Crear buenos teléfonos y superar al resto es difícil compitiendo únicamente en cifras. De esta forma llega la doble cámara que en Huawei descorcharon con el P9, novedad con tan solo unos meses de vida que llega a Honor, el hermano pequeño del gigante chino. El enfoque se repite: conseguir un mejor bokeh que resalte las fotos.

Honor avanza en características, básicas y no básicas. Pero también en precio: de los 299 del Honor 6 a los 399 del Honor 8

En el apartado de conectividad viene también completo. No falta esta vez NFC, WiFi ac y de doble banda, Bluetooth 4.2 o LTE 4G Cat 6. O lo que es lo mismo, con máximos de 300 y 100 Mbps de bajada y subida respectivamente.

El portfolio de Honor avanza en características, básicas y no básicas. Pero también en precio. El Honor 6 llegó por 299 euros, que fueron 349 en el Honor 7 y suben a 399 con el Honor 8. Es normal que, recogido el reconocimiento de sus usuarios vaya llegando el momento de hacer caja. Se trata de la misma estrategia que sigue OnePlus, Samsung e incluso Apple. La pregunta del millón es, ¿compensa? Salgamos de dudas.

Honor 8
Tamaño 145.5 x71 milímetros
Grosor 7.5 milímetros
Peso 153 gramos
Pantalla IPS de 5.2 pulgadas con cristal 2.5D
Resolución Full HD 1.920 x 1.080, 424 ppp
Procesador Octa Core Hisilicon Kirin 950, 16nm
4x Cortex A72 @2.3GHz + 4x Cortex A53 @1.8GHz
Procesador gráfico Mali T880, cuatro núcleos
RAM 4 GB LPDDR3
Memoria 32 GB con ranura nanoSIM/microSD (a elegir) de hasta 2TB
(Máximo disponible actualmente 256GB)
Versión Android 6.0 (Marshmallow)
Conectividad WiFi 802.11ac 2.4 y 5 GHz
Bluetooth 4.2 Low Energy
LTE Cat 6
Cámara Trasera Dual de 12 megapixels con flash dual
Cámara Delantera 8 megapixels de foco fijo
Batería 3.000 mAh (no extraible)
Otros Disponible en colores negro, azul y blanco
Dual SIM sin microSD, 4G y 3G
Sensor de huellas
USB C (2.0)
Puerto infrarrojos
Precio de salida 399 euros en Amazon

Honor recupera su propio lenguaje de diseño

Huawei ya no quiere ser un fabricante más que hace productos muy buenos a precio de derribo. Con el Honor 8 lo demuestra: ya está a la altura del mejor en diseño industrial. Se siente y se toca. La atención al detalle es enorme, y recordemos que hablamos en todo momento de un teléfono que parte de los 399 euros.

Huawei ya no quiere ser un fabricante más que hace productos muy buenos a precio de derribo. Con el Honor 8 lo demuestra: ya está a la altura del mejor en diseño industrial. Se siente y se toca

El Honor 8 recupera el lenguaje de diseño estrenado con el Honor 6. En la pasada iteración decidió probar por el camino de la línea Mate, con un cuerpo completamente metálico y más anguloso en general. Ahora, con su perfil más redondeado, es muy cómodo tanto en mano como de utilizar. De nuevo con dispositivos Huawei, quizás toma demasiados elementos prestados del iPhone: si miramos de medio perfil y fijándonos en su parte superior, es fácil confundirlo con uno. También en la disposición de elementos abajo: jack, puerto de carga y altavoces tras unos grandes orificios en línea.

Metal y cristal. Son los materiales de la gama alta. No busques más. En este terminal llegan dando una sensación de robustez tremenda. El teléfono se siente sólido, incluso algo pesado para su tamaño. Con sus 153 gramos de peso, está solo 4 por debajo del Galaxy S7 Edge, que cuenta con una batería (3.600 mAh) y pantalla mayor.

El Honor 8 da una sensación de robustez tremenda. El teléfono se siente muy sólido, aunque algo pesado.

En lo demás, llama la atención el trabajo sobre el cristal. Delante y detrás, contamos con bordes redondeados o 2.5D. Esto hace parecer al panel mucho más cercano al borde del dispositivo, ya que acaba donde comienza la curva. Además, desde Honor hacen publicidad de un nuevo proceso "artesanal" sobre el cristal trasero, pulido en hasta 15 capas para dar un efecto 'llamativo' a los reflejos. A nivel personal, me recuerda bastante a lo que veo en el S7 Edge —y lo preferiría sin él—, pero es innegable que añade cierto 'efecto wow' al teléfono.

Es ese mismo cristal plano en su parte trasera el que, sin ningún saliente, convierte al Honor 8 en el teléfono más resbaladizo que haya usado jamás. En mano no es un problema, pero resulta hasta peligroso al apoyarlo en superficies también lisas. En mi experiencia con él, basta con que la superficie no sea perfectamente horizontal para que el teléfono se acabe deslizando a costa de pequeñas vibraciones, el propio sonido del móvil o incluso su cargador. Esto último acabó con el móvil en el suelo en una ocasión (es resistente).

Honor 8 es el teléfono más resbaladizo que haya usado jamás. En mano no es un problema, pero resulta hasta peligroso al apoyarlo en superficies también lisas

Es por ello que Honor 8 es sinónimo de un "cómprate una funda, y hazlo rápido". También, por la parte que le toca a la suciedad y las huellas que se marcan en el teléfono. Aunque es curioso, cuanto más tiempo lo uso menos parece ensuciarse. Supongo que, además, se notará menos en el modelo blanco. También es habitual en este tipo de teléfonos que los arañazos inunden su parte trasera, así lo han reportado algunos con éste. De momento mi unidad cuenta con uno, muy pequeño y que apenas se ve; pero ahí está.

Es también en su parte trasera donde encontramos el sensor de huellas dactilares, que tan bien le ha funcionado a Huawei desde el Mate 7. Sin duda es una de las tecnologías que más ha hecho por nuestra seguridad últimamente. Ahora todos bloqueamos el móvil. Para mí, que uso un S7 Edge a diario desde hace ya unos cuantos meses, acostumbrarme al sensor de huellas en la parte trasera ha sido muy fácil. De hecho, es ahora cuando vuelvo al Samsung e intento poner el dedo en la cámara, sin éxito.

Entre lo poco que le falta a este Honor 8 en materia de diseño es la resistencia al agua, con la que Huawei todavía no se ha atrevido. Doy por seguro que llegará pronto. Mientras tanto, esperamos. Tampoco apostaría por que la incluyan en un teléfono 'súper gama media' como este, inmediatamente tras estrenarla.

 La pantalla a seguir de cerca para la gama media es ésta

5.2 pulgadas es el último estándar en pantallas de móviles. Salvo Apple, son muchos los fabricantes que ponen en esa diagonal (o muy cerca) la base de sus teléfonos de referencia. De Sony a Samsung, pasando por HTC. Para otros, 5.2 ya se merecen el apellido 'mini'. Aunque soy más de teléfonos grandes, es un tamaño que veo adecuado, con espacio más que suficiente para pasar mirando las varias horas que pasamos al día con un teléfono, sin sacrificar demasiado el bolsillo.

Su tecnología es IPS, en resolución Full HD (1.920 x 1.080 puntos). Se trata de la mejor decisión que ha podido tomar aquí Huawei. Una buena resolución (424 ppi), en un buen tamaño con una tecnología muy madurada y más que decente. Y es que las pantallas ya no son lo que eran: son varias veces mejores, y más baratas.

Hoy en día casi cualquier terminal tiene acceso a un panel que llegue a un buen compromiso en términos de rendimiento y precio final. El Honor 8 entra al club cómodamente

Hoy en día casi cualquier terminal tiene acceso a un panel que llegue a un buen compromiso en términos de rendimiento y precio final. El Honor 8 entra al club cómodamente en lo básico: muy buenos colores, ángulos de visión e incluso brillo máximo, que son checkpoints para 'leer' la mediocridad de un dispositivo.

Pero también en lo no tan básico. Hay dos detalles que a menudo se escapan. Se trata de la cercanía del cristal al panel LCD, que genera una buena sensación cuanto menor es; y la propia latencia desde que pulsamos la pantalla hasta que el teléfono procesa esa pulsación. Muy a menudo van de la mano y en este caso no estamos frente a una excepción.

En el Honor 8 encontramos un cristal bastante pegado al panel, y muy firme. No se nota plasticoso, sino que mantiene la sensación de robustez que vemos en todo el teléfono. Además, completa con una latencia táctil muy baja, por lo que será más cómodo (o simplemente posible) escribir a toda velocidad. Realizar tareas como un simple scroll también se notan más naturales con latencias bajas.

Un fallo ahí se percibe a menudo como un rendimiento tirando a pobre, aunque tengamos dentro el mejor de los procesadores disponibles. Hemos criticado este apartado anteriormente, también en teléfonos de gama alta de Huawei, y es sin duda una buena noticia.

Es en materia de representación del negro donde esté tipo de pantallas flaquea con respecto a rey: la tecnología OLED. En el Honor 8 sí encontramos negros que blanquean con el ángulo de inclinación, algo completamente normal.

No queda claro, eso sí, si la protección en los cristales viene de Corning. Huawei ha reconocido que en algunas de las versiones, dependiendo de la región, sí cuentan con Gorilla Glass 4. No sabemos por tanto si es el caso del que se venderá en Europa o España.

Mucho músculo y propio, también para Honor

Por el camino que lleva recorrido últimamente, Huawei sigue avanzando a paso firme. La semana pasada vimos como le pisa los talones a Samsung en España, donde está a punto de alcanzarle en ventas. Lo hace además con mucha tecnología propia: nada de comprar todos los componentes a otros y hacer el mismo teléfono pero con distinto diseño.

Sucede con los procesadores. Su división HiSilicon lleva ya unos años produciendo procesadores con diseños licenciados de ARM. Esto les permite alcanzar un muy buen rendimiento y, más importante: reducir costes. El Kirin 950 que vemos dentro del Honor 8 es idéntico al que teníamos en el Mate 8. Básicamente es el mismo que el 955 del P9, simplemente estos son una selección (bineado), de las unidades con mejor rendimiento energético y que alcanzan, por tanto, mayores frecuencias manteniendo el consumo a raya.

De esta forma, el Kirin 950 es un un procesador de ocho núcleos en configuración big.LITTLE. Cuatro funcionarán a pleno pulmón para tareas de alto rendimiento (Cortex A72 hasta 2.3GHz, en el Kirin 955 llegan hasta los 2.5GHz), mientras que otros cuatro ahorrarán batería con tareas más sencillas (Cortex A53 hasta 1.8GHz). Hablamos siempre de 64 bits y 16 nanómetros, fabricados con el proceso FinFET+ de TSMC.

Se incluye también en el chipset el coprocesador i5, otra pequeña unidad de cómputo que se encarga de tareas todavía más sencillas y que tengan que estar funcionando por largos periodos de tiempo. Son, por ejemplo, la reproducción de música o el control de los sensores que mieden la actividad física. Por último, completan con una poderosa Mali T880 de cuatro núcleos (bien, pero también podrían ser más), 4GB de RAM LPDDR4 y 32GB de memoria interna para el modelo que se venderá en España.

Históricamente, Huawei se ha quedado atrás en potencia gráfica. El Kirin 950 fue un muy buen salto adelante con esa Mali T880 MP4, aunque queremos más y queda mucho recorrido hasta la cima

Tenemos por tanto los ingredientes suficientes para hablar de un super gama media aquí: alto rendimiento (sobre el papel, de momento), venta principalmente online y precios agresivos. Todavía le falta un paso para competir con la gama más alta en materia de rendimiento, y por supuesto pasa por no llegar con un chipset de casi un año de vida.

Históricamente, la mayor pega de los chipsets HiSilicon ha sido su potencia gráfica, a menudo muy limitada. El Kirin 950 fue un muy buen salto adelante con esa Mali T880 MP4, pero todavía se encuentra bastante por detrás de los grandes referentes del mercado. Siento repetirme, pero de aquí a los 12 núcleos del Exynos 8890 del Galaxy S7, todavía hay un trecho: su rendimiento gráfico es entre dos y tres veces superior. Por supuesto aquí no contamos son resoluciones QHD con las que lidiar, lo cual es un punto para este Honor.

Honor 8
Kirin 950

Honor 7
Kirin 935

Huawei P9
Kirin 955

Galaxy S7
Exynos 8890

Antutu 6+

94.000

49.500
(
Antutu 5)

97.400

112.900

Geekbench
(Single/Multi)

v4: 1.715 / 5.376

v3: -

v3: 1.779 / 6.491

v4: 1.879/5.403

Vellamo:
- Chrome
- Metal
- Multicore

3.336
2.991
3.491
2.853
1.410
2.015
-
2.861
-
6.434
2.944
3.389

GFX Manhattan 3.0 1080p Offscreen

13 fps

28 fps

3DMark:

- Slingshot 3.1
- Ice Stor Ultd.
951
19.985
-
11.722
643
-
1.906
28.800

PCMark Workbench

6.558

7.275

4.940

Memoria

Interna:
184MB/s lectura
104MB/s escritura
RAM: 6.260 MB/s copia

Interna:
278MB/s lectura
37MB/s escritura
RAM: 16.990 MB/s copia

PCMark Battery

8 horas 25 minutos

Vemos que, por tanto, el rendimiento de este teléfono es bueno, aunque flaquea en algunos apartados como el gráfico que adelantábamos frente a otros gama alta. Sorprende bastante gratamente eso sí que sea capaz de competir de cerca con el Galaxy S7 en velocidad de memoria instalada. Eso repercute directamente en el uso del terminal, todo cargará antes.

En general, el Honor 8 funciona bastante bien sobre Android 6.0 Marshmallow. Se mueve muy fluido, aunque tiene algo de truco. Al igual que Apple, Huawei ha decidido poner aquí transiciones algo más lentas de lo que el teléfono es capaz en muchos escenarios. De esta forma, cuando algo 'tarda', no te enteras porque estás viendo la transición a la que estás acostumbrado. Digamos que estabiliza los tiempos de carga, alargando los más cortos para que los más largos no lo parezcan tanto.

Con una batería de 3.000 mAh, esperaba una batería capaz de llegar sobrada al día de uso intensivo. Lo hace, pero justo, e intenta compensar con la carga rápida.

Con su batería de 3.000 mAh, que es básicamente la línea de entrada para cualquier teléfono que se precie en Android, podríamos esperar una batería algo más que decente. Más cuando el teléfono cuenta con procesadores y ayudas por software que favorecen el ahorro energético. Desafortunadamente, no es así. No hay gratas sorpresas, y el teléfono se queda en un día de batería, sin más.

Mi uso al analizar teléfonos es idéntico al que tendría en mi teléfono convencional. Todas las aplicaciones que utilizo, con redes sociales, mensajería, alguna foto y reproducción de música. Siempre tengo, además, algún accesorio Bluetooth emparejado. En ese escenario, no se han sobrepasado las 3h y media de pantalla activada en ninguna jornada, bien porque se acababa mi día o porque tenía que volver a cargarlo.

Este uso es, por supuesto, muy intensivo. Seguramente haga el día para muchos, pero no tenemos ninguna maravilla delante. Eso sí, el Honor 8 viene con carga rápida y su cargador de 18w (con el nuevo USB C) puede ser la salvación para el resto. Con él, el teléfono se carga de 0 a 25% en 13 minutos y medio. En una media hora, lo tenemos al 50%.

Quizás sea mi unidad, pero no me ha gustado que este teléfono se caliente con relativa facilidad. Pasando los propios benchmarks, la temperatura alcanza los cuarenta grados con facilidad. Claro que, eso no es uso real. Lo que sí es uso real es que al menos en un par de ocasiones el teléfono se calentó demasiado, llegando a acercarse al umbral del dolor: según los termómetros internos, la CPU llegó a los 60ºC y la batería a los 47ºC. Vistos los antecedentes recientes, apagamos el teléfono y lo dejamos enfriar las dos ocasiones.

El sonido del Honor 8 es muy bueno, potente y con buenos graves.

Algo que comenté mas arriba son los grandes orificios para altavoces en su parte inferior, similares a los del iPhone. No queda ahí, y los paralelismos llegan hasta la calidad: el altavoz en el Honor 8 es muy bueno. Volumen más que decente, y con unos bajos agradables que se alejan y mucho del típico sonido enlatado de smartphone. La experiencia en este sentido ha sido muy buena, por encima del Galaxy S7 de Samsung y similar al teléfono de Apple.

Otra de las tecnologías propias de Huawei son, por supuesto, sus antenas. Como proveedores de las grandes operadoras en España, faltaría que hubiéramos tenido algún tipo de problema con la cobertura. En este sentido, no hay de que preocuparse. Eso sí, la única SIM con 4G/LTE es la primera. La que comparte ranura con la microSD se queda en 3G.

Doble cámara, mitad de argumentos para usarla

Al igual que vimos con el P9, el Honor 8 repite doble cámara, ambas de 12 megapixels. Esta vez, eso sí, no han metido a Leica en el ajo y no hay ningún tipo de certificado a la vista. Sin este acuerdo, se queda fuera también el diseño de interfaz estilo Leica que veíamos con el P9, que le daba un aspecto old-school bastante agradable.

La cámara del Honor 8 es capaz de grabar vídeo Full HD (nada de 4K). Eso sí, lo hace en hasta 60 fotogramas por segundo, por lo que podemos captar mejores clips de escenas en movimiento. Si bajamos la resolución a 720p, es posible grabar en 120 fotogramas por segundo como máximo, otros llegan hasta 240.

Cuenta con enfoque mixto, por contraste y láser, donde funcionan ambos a la vez para ajustar mejor y supuestamente más rápido el enfoque de nuestras escenas. La realidad es que el Honor 8 queda lejos de ser una cámara con enfoque rápido, sin ser malo. Su flash es de doble tono, para compensar las capturas nocturnas blanquecinas, normalmente a personas.

Tanto en la toma de fotografías como el de vídeo cuentan con un modo Profesional, que permite elegir todos los ajustes habituales en una cámara avanzada de forma independiente. Este modo permite desbloquear al completo el potencial de la cámara, y que sea el usuario quien haga uso de ella.

Además, el Honor 8 tiene modos interesantes, que ya veíamos en algún modelo anterior, como el de light painting, que permite dibujar en el aire con la luz. Es curioso también ver qué es posible conseguir con un teléfono no demasiado avanzado en cámara cuando está permitido jugar con él y no es únicamente un point & shoot.

El Honor 8 multitud de opciones fotográficas, demasiadas. Eso llega a resultar confuso e incómodo, llegando a parecer que están desordenadas

La interfaz de la cámara es similar a la que vemos en el resto de teléfonos de Huawei. Tiene multitud de opciones y en general es cómodo acceder a ellas, de no ser porque tiene demasiadas y eso llega a resultar confuso e incómodo, llegando a parecer que están desordenadas. Son demasiados los modos de disparo, así como añadidos innecesarios como stickers a lo Snapchat o filtros, modos para comida o 'belleza'. En general, prefiero una foto original fiel a la realidad y aplicar todos estos efectos con aplicaciones de terceros a posteriori.

Os dejo con unas muestras directas desde la cámara:

En escenas con iluminación 'fácil' el detalle recogido es bueno y el procesado es ligero y muy natural
En algunas imágenes vemos la delicadeza del procesado, que otros fuerzan demasiado, aquí es natural
Con 12 megapíxels, el Honor 8 tiene una cantidad de detalle más que suficiente para un móvil: no hace falta irse hasta los 20
Cuando la escena se complica, se ve claramente que el rango dinámico del sensor es bajo. Ni el modo HDR es capaz de salvarlo. Tendremos que elegir bien donde exponemos
El modo manual permite sacar fotos de donde hay apenas luz, si tenemos un trípode o un soporte firme donde apoyar el teléfono
Con trípode, incluso las fotos nocturnas pueden salir con una gran cantidad de detalle. Eso sí, cuidado con las altas luces: quemarán la foto
El modo profesional nos deja jugar con la exposición tanto como queramos. Hasta 30 segundos de exposición lo equiparan aquí con cualquier cámara de objetivos intercambiables
En el Honor 8 también tenemos 'light painting' y los resultados son muy buenos si apoyamos el móvil durante la captura

Cámara dual

Vistas las capturas como cámara 'convencional', queda claro hasta dónde es capaz de llegar este Honor 8. Estamos en un punto donde casi cualquier móvil es capaz de alcanzar unos resultados decentes en situaciones fáciles, por tanto el margen de mejora se reduce al resto.

Cuesta justificar una segunda cámara cuando todavía hay tanto espacio para mejorar una primera simplemente optando por un mejor sensor

Aquí hablo por supuesto de situaciones de baja luz, alto contraste (rango dinámico) o enfoques rápidos —sí, aquellas donde corre peligro incluso perder la foto—. Aunque el procesado de Huawei es bueno, me cuesta justificar esa segunda cámara cuando todavía hay tanto espacio para mejorar una primera simplemente optando por un mejor sensor.

Al final, el modo de enfoque acaba siendo algo parecido al modo comida, que puede que no usemos más allá de los primeros días —y si eso—. Pero se trata de un modo que compromete el precio del teléfono y los resultados son los que veis más abajo: si la escena es simple será algo curioso y sorprendente —al menos las primeras veces—; si no lo es será un completo desastre.

La premisa es buena: con los móviles no se consigue el nivel de desenfoque que vemos en las cámaras réflex. Además, su apertura es fija y no podremos jugar con ella, por muy manuales que sean los controles. Así, se busca crear ese desenfoque de forma artificial, desde f/16 (prácticamente todo enfocado) a f/0.95 (alto nivel de bokeh o poca profundidad de campo para resaltar solo una zona).

Esto se hace de forma automática cuando seleccionamos el modo de doble cámara: toma varias imágenes a distintos enfoques y recoge información de profundidad de nuestra escena. A posteriori es cuando podemos elegir si cambiar el punto de enfoque o acentuar la apertura 'simulada'. En general, las escenas con bordes complejos tendrán un resultado demasiado artificial: lo contrario de lo que se busca. Sin embargo, cuando apuntamos a una persona o sujeto redondeado, el efecto está muy conseguido.

Este Honor 8 merece algo más que EMUI 4.1

El Honor 8 llega con Android 6.0 (Marshmallow), la penúltima versión disponible, y la que vemos practicamente todos los teléfonos que se siguen lanzando con el sistema de Google. No por eso está mal, es una versión ya muy madura y estable. Realmente, lo sorprendente sería ver Android 7.0, solo disponible de momento en el LG V20 y los Nexus de Google.

EMUI es a Huawei lo que Touchwiz a ha sido a los Galaxy de Samsung durante muchos años: lastre. No es una capa muy intrusiva, pero es poco atractiva y lleva años estancada en lo que es. En esencia, tiene una personalización que quizás sea demasiado 'asiática' por aquí, con muchos puntos en común con MIUI de Xiaomi. Quien haya probado ambas, sabrá de lo que hablo: escritorio sin cajón de aplicaciones, apiladas en carpetas, panel de notificaciones partido (interruptores y notificaciones no comparten el mismo espacio).

Sin demasiado que aporte valor, EMUI es básicamente lastre, aunque su funcionamiento sea bueno. Es confusa y todavía viene con demasiados artificios que complican la experiencia innecesariamente

Pero Huawei sigue todavía preinstalando todavía demasiadas aplicaciones. Una propia carpeta para juegos, donde encontramos varios completamente instalados. Podemos 'desinstalarlos' aunque no recuperaremos el espacio, se quedan ahí para que en caso de formatear el teléfono vuelvan a su sitio. Una pena que un teléfono de 32GB llegue con tan solo 22.5GB disponibles al usuario.

Encontramos muchas utilidades también, y tienda de temas para 'personalizar' el teléfono. Lo cierto es que ojeándola lo mejor que se me ocurre es instalar otro lanzador de aplicaciones (Nova, por ejemplo) y ponerle un pack de iconos que os guste (Moonshine, quizás). O, al menos, dedicarle unos minutos a organizar los iconos de nuestro escritorio para evitar lo peor: el caos.

Me vuelvo a encontrar "limpiadores de memoria", y utilidades - de dudosa utilidad para mí -, que no creo que deban venir preinstaladas de serie. Como aplicación Espejo, una dedicada a la linterna (ya está en el panel de notificaciones) e incluso la tienda de temas. Otras sí son interesantes, como la de mando a distancia. Recordemos que el Honor 8 llega con puerto de infrarrojos.

En general Huawei se está distanciando cada vez más de la palabra Android. Ya ni siquiera lo pronuncian en sus presentaciones. No sería un mayor problema, de no ser por que en su intento por diferenciarse del resto convierten la usabilidad de los teléfonos en algo más complejo de lo que ya es a veces. En el Honor 8 tienen rediseñados los ajustes, escondiendo en una carpeta de 'avanzados' muchos de los habituales, con redundancias y aplicaciones encubiertas en secciones tan básicas como el almacenamiento y la batería.

Simplificar la experiencia y que reduzcan los iconos, secciones y aplicaciones preinstaladas a lo mínimo imprescindible. Y siempre bajo el criterio de que aporte valor al usuario

Se echa en falta una vuelta lo básico. Simplificar la experiencia y que reduzcan los iconos, secciones y aplicaciones preinstaladas a lo mínimo imprescindible. Y siempre bajo el criterio de que aporte valor al usuario. ¿En qué momento han decidido que Puzzle Pets es algo relevante para sus usuarios?

Algo interesante que encontramos en el Honor 8 es el botón dedicado y programable. En la pasada edición lo encontrábamos en forma de botón dedicado, y ahora viene incluido en el propio sensor de huellas, que ahora se puede clicar. Hay tres pulsaciones posibles, y así es como las configuré yo: una pulsación para abrir la cámara (una vez allí, otra para disparar), dos pulsaciones seguidas para hacer una captura de pantalla y mantener pulsado para ir directamente a Google Now.

El Honor 8 llega con su propia —y muy básica— aplicación a lo Fitbit, con cuantificación de pasos y a partir de ahí estimación de distancia y calorías quemadas. Hace seguimiento del peso y podemos registrar ejercicios —de momento correr, andar y bici— mediante GPS, e incluso establecer un objetivo por tiempo, distancia o calorías quemadas. Eso sí, al ir en el propio móvil, perdemos los pasos que hacemos en casa. En mi caso, cuenta en torno al 10-20% menos que la Fitbit.

Honor 8, la opinión de Xataka

El Honor 8 es sin duda un gran teléfono. Habla fuerte y claro: Huawei ya no es un quiero ser. Huawei ya es. Con él vemos que no solo saben hacer teléfonos más asequibles que el resto, o con un diseño industrial cuidado al detalle. Saben hacer ambas cosas a la vez.

Habla fuerte y claro: Huawei ya no es un quiero ser. Huawei ya es

Y lo hacen aportando valor en hardware al usuario, más allá de rendimiento puro y duro, que es por donde atacan muchos. Aunque nos hubiera gustado ver una generación más agresiva, por ejemplo, a nivel gráfico. Vemos un sensor de huellas dactilares que es de lo mejor del mercado. O la doble cámara, para quien se sienta atraído por ella. O el altavoz, de muy buena calidad. Y sin perder el soporte dual SIM.

El Honor 8 se porta genial con todo tipo de aplicaciones, con memoria de sobra y procesadores de sus gamas más altas. Una pena que se caliente más de lo deseable o que la batería no sorprenda.

La pena es que se pierda algo el foco con una personalización sobre Android que no está a la altura, aportando realmente poco, o una cámara que por colgarse el cartel de innovadora deja atrás un rendimiento más exigente para el día a día, los atardeceres y las fotos nocturnas.

8

Diseño 8.75
Pantalla 7.5
Rendimiento 8.5
Cámara 8
Software 7.25
Autonomía 8

A favor

  • Fácilmente el mejor sensor de huellas es éste
  • Diseño cuidado al detalle
  • Sonido claro y potente
  • La bandeja SIM/microSD
  • 32 GB de interna y 4 de RAM

En contra

  • Precio ya no tan atractivo
  • La trasera se resbala con facilidad
  • La cámara merece más, pese a ser dual
  • EMUI está todavía en deberes pendientes
  • Se calienta con facilidad
  • Se espera algo más de autonomía, aunque tenga carga rápida

En este artículo ha colaborado Pedro Santamaría con la realización del vídeo.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Honor. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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