Honor sigue bastante animado en el mercado europeo y su último atrevimiento podemos considerarlo como el smarpthone más ambicioso de su catálogo y donde realiza concesiones que no habíamos visto anteriormente. El Honor 8 Pro que hemos probado en Xataka llega al mercado por 549 euros, unos 200 euros menos que los modelos de referencia de las marcas más consolidadas. ¿Cuánto se nota esa diferencia de precio?
Honor Pro 8, principales especificaciones
Tener un smartphone que sea evolución de un modelo conocido pero con alguna coletilla como la de Pro no siempre significa lo que uno piensa. Pero en este Honor 8 Pro, esa denominación extra sí que se corresponde fielmente con el salto cuantitativo respecto al Honor 8 a secas, abarcando casi todos los apartados donde se puede añadir músculo de forma directa.
El Honor 8 Pro salta en todas sus especificaciones a la parte más noble del mercado actual, con quienes pretende competir. Para empezar la memoria RAM sube hasta los 6 GB, la memoria interna es de 64 GB ampliable con microSD, el procesador es el de más nivel en la actualidad fabricado por la propia Huawei, y tanto batería (4000 mAh) como pantalla elevan también el listón. Que no sea por ficha técnica.
Honor 8 Pro | |
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PANTALLA | 5,7 pulgadas Quad HD (2560 x 1440) 515dpi Gorilla Glass 3 |
PROCESADOR | HiSilicon Kirin 960 octa-core 4x 2,4GHz + 4x 1,8GHz |
RAM | 6GB |
MEMORIA | 64GB + micro SD de hasta 128GB |
SOFTWARE | Android 7.0 EMUI 5.1 |
CÁMARAS | Cámara principal: 12MP + 12MP Cámara frontal: 8MP |
CONECTIVIDAD | Wifi 802.11 b/g/n, 2.4/5GHz Bluetooth 4.2 Sensor de huellas USB Tipo-C USB OTG |
BATERÍA | 4.000mAH Tecnología de carga rápida |
DIMENSIONES/PESO | 157 mm x 77,5mm x 6,97mm 184 gramos |
COLORES | Azul, negro y oro |
PRECIO | 549 euros |
Ahora bien, no nos dejemos engañar de forma fácil por la ficha técnica. Es la base, pero, ¿la corrobora en nuestras pruebas? ¿Hay truco en esos 200 euros menos que cuesta respecto a los gama alta de referencia y similares características? De eso va nuestro análisis del Honor 8 Pro.
Vuelta al metal con apariencia robusta
Salvo quizás por el modelo en color azul, este Honor 8 Pro no te enamorará por su apariencia. Es cierto que no tiene apenas nada de malo en este apartado del diseño pero también me parece que carece de detalles únicos o diferenciadores con los que un usuario se pueda sentir identificado.
Si te gustó el Honor 8, este modelo Pro vuelve a dar un giro más y obvia la combinación de metal y cristal para centrarse en un cuerpo exclusivamente con acabado metálico. En el cambio el Honor 8 Pro sale perdiendo en exclusividad y "efecto llamada" al usuario pero ganamos en resistencia y pulcritud.
El Honor 8 Pro no puede presumir de las mejores medidas del mercado. No juega ahí, pero para que te hagas una idea, tiene idénticas dimensiones que el iPhone 7 Plus, al que se da más que un aire, pero más pantalla: 5,7 por 5,5 pulgadas. No es uno de esos smartphones que actualmente podamos mentar como un alarde de optimización del espacio y reducción de marcos, pero no podemos pensar en su diseño como un aspecto negativo.
Este smartphone no deja detalle de su diseño a medias. El cuerpo es completamente metálico, con carcasa de una sola pieza solo "partida" por líneas de separación para elementos de comunicación tanto en la parte superior como en la inferior, se aprecia mucho gusto por los detalles y gracias al grosor y los bordes redondeados, nos ha resultado un smartphone grande pero muy agradable en mano.
Aunque por apariencia, acabado y dimensiones pudiera parecer un terminal con tendencia a salir disparado de la mano al mínimo gesto, no ha sido así. Y que su cuerpo tenga acabado de metal en vez de cristal y transmita la sensación de gran robustez te deja una agradable sensación en el día a día con él. Actualmente Honor es de las marcas que más seguridad al tacto ofrece en sus terminales, aunque el efecto colateral sea un peso algo elevado que sin embargo queda bien equilibrado por sus dimensiones y el poco grosor, menos de 7 mm. Lástima que no se haya atrevido todavía Honor con la resistencia al agua porque este equipo lo pide a gritos.
El frontal del Honor 8 Pro es muy sobrio, sin botones físicos. La misma línea sigue la parte trasera, donde encontramos tan solo el lector de huellas, muy bien integrado en el cuerpo, y la doble cámara (con un sensor RBG y otro monocromático, ambos de 12 megapíxeles) acompañada de un flash de doble tono. A nivel de conexiones, en el lateral izquierdo hay lugar para la ranura SIM y microSD y el derecho queda para los botones de subir/bajar volumen y encendido/apagado.
En la parte inferior podemos encontrar tanto el puerto de carga y conexión USB-C como el minijack de 3,5 mm para conectar nuestros queridos auriculares. Algo queda de lugar para el altavoz, que no es estéreo pero que rinde estupendamente gracias a un sonido bastante potente y bien de graves. Y para quien esté interesado, hay puerto de infrarrojos en el borde superior y LED de notificaciones integrado en el auricular superior.
Sensor de huellas que también es touchpad
La tendencia que inició LG al colocar el botón de inicio y luego el sensor que huellas en la parte trasera va poco a poco teniendo más sentido ahora que parece que lo siguiente en el mundo de la gama alta es dejar el frontal de los teléfonos casi exclusivamente para las pantallas.
El Honor 8 Pro, pese a sus marcos todavía generosos, coloca el sensor de huellas en esa parte trasera como marca de la casa Huawei, patrona de Honor. En equipos con estas dimensiones es cómodo que el sensor esté en la parte trasera aunque como ya os hemos contado más de una vez, tiene el inconveniente de que no podemos desbloquear con ese método sin coger antes el terminal. Por lo demás, muy buen funcionamiento de la identificación del sensor: rápido y precio. Justo como debe ser, aunque no es el sistema que más rápido nos ha funcionado.
Como miembro de la familia Honor, el sensor de huellas también hace las veces de una especie de touchpad. Es una de las tendencias que vamos a ir viendo probar cada vez a más fabricantes. En este Honor 8 Pro funciona de la siguiente manera (si lo activamos): deslizando hacia abajo en el sensor nos abre el panel de notificaciones, el cual podemos volver a recoger deslizando otra vez o eliminar pulsando dos veces.
También podemos con el sensor de huellas pasar a la foto anterior o posterior cuando estamos viéndolas en modo pantalla completa o disparar en el modo de foto. Este modo de manejo del terminal se nos ha quedado incluso corto y si te acostumbras, es una manera bastante cómoda de ir realizando determinadas acciones sin mover más que un dedo (y no sobre la pantalla) en terminales de grandes dimensiones. Veremos si se animan a evolucionarlo o al menos ampliar sus posibilidades.
Dejen paso a la pantalla QHD
No son precisamente muchos los fabricantes que, fuera de los líderes claros y más conocidos, se atreven a dar el paso y colocar un panel QHD o 2K en un terminal que no se dispara de precio. Ciertamente el Honor 8 Pro es espectacular cuando estamos reproduciendo vídeo tanto por el nivel de la pantalla como por el casi 80% que ocupa en el frontal.
El panel escogido es un IPS en vez de AMOLED, el cual responde perfectamente al tacto y está integrado sin problemas en el diseño, con la ya necesaria curvatura en los laterales y que tan bien queda en las fotos.
Pero la verdadera peculiaridad de este Honor 8 Pro, porque no es lo habitual en la compañía, es la elección de una resolución QHD para ese panel IPS. Ciertamente se agradece porque disponemos de los contenidos con un nitidez fantástica (más de 500 ppp), y al final, como os iré contando, no pasa factura ni en rendimiento ni en autonomía. Y es un factor bastante determinante a favor de la elección de este Honor 8 Pro y que da valor a ese apellido que el fabricante le ha incluido.
La pantalla del Honor 8 Pro, protegida por Corning Gorilla Glass 3, tiene un brillo alto y contraste de bastante nivel pese a no ser panel AMOLED. La visibilidad en exteriores es buena aunque no se pueden evitar los incómodos reflejos y sensación de que necesita algo más de brillo en momentos puntuales.
El punto más débil está en la reproducción del color, que resulta llamativa pero poco equilibrada según el tono, con algunos evidentemente saturados. Honor incluye opciones de configuración asociadas a la pantalla que incluyen desde el filtro de luz azul, tan de moda ahora, como la temperatura de color, cuyo control se puede personalizar a mano o usar alguno de los tres modos predeterminados. Nosotros nos hemos sentido más cómodos con el modo predeterminado.
Aumentar la resolución hasta QHD permite al Honor 8 Pro presumir de densidad de píxeles con la que disfrutar de la realidad virtual. Y no es solo presumir. Honor incluye en su caja un elemento que podemos montar fácilmente y convertir en unas gafas 3D de tipo cardboard. Buen detalle.
6 GB de RAM y EMUI 5.0: a toda velocidad
Uno de los secretos de Huawei (y Honor) para conseguir precios tan competitivos en algunos terminales lo podemos buscar en el uso de sus propios procesadores. Pero no es la única ventaja, pues que los chips Kirin los pueden crear de acuerdo a sus necesidades concretas les permiten también optimizar determinados aspectos.
El Honor 8 Pro combina de forma muy acertada el procesador Kirin 960, el mismo que la matriz Huawei incluye en el superior Mate 9, con la GPU Mali-G71 y 6 GB de memoria RAM, que es el salto más contundente respecto al Honor 8 a secas. Elevar el nivel de estos componentes brutos le hace un gran bien a la experiencia con el Honor 8 Pro, que es en todo momento excelente. Fluidez total, respuesta inmediata y cualquier acción ya sea juego o navegación con múltiples pestañas es una gozada. Muy satisfechos de este punto del Honor 8 Pro.
Honor 8 Pro | Huawei Mate 9 | iPhone 7 Plus | Galaxy S7 Edge | OnePlus 3 | LG G6 | |
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Antutu | 142372 | 125649 | 172644 | 136675 | 141995 | 141347 |
SlingShot | 2913 | 2255 | 2806 | 2890 | 2523 | -- |
PCMark Work | 7385 | 6409 | -- | 5707 | 6805 | -- |
GeekBench | 1853/6175 | 1910/5863 | 3457/5608 | 2117/6063 | 2378/5465 | 1734/4163 |
La memoria interna de este Honor 8 Pro se fija en 64 GB, una buena cifra para el precio que pagamos por el terminal, pero si queremos podemos ampliarla con tarjetas microSD.
Personalización más acertada de Android 7.0
El estreno de Android 7.0 en el Honor 8 Pro no ha sido de cualquier manera. Huawei ha acertado al evolucionar la capa EMUI hasta la versión 5.1 con numerosas mejoras no solo visuales que no nos cuadraban en la que vimos en sus terminales del año pasado bajo Android 6.0. Esto ya es otra cosa e incluso hará replantearse a algunos usuarios el rechazo a una capa oriental.
La nueva EMUI 5.1 que estrena el Honor 8 Pro sigue siendo una capa potente pero que cada vez se acerca más a las evoluciones de Android sobre las que se mueve. Ya hay por ejemplo cajón para las aplicaciones, el menú de notificaciones es más práctico e incluso productivo, y llegar a la mayoría de opciones no requiere más de un par de pasos. Hay más claridad y eso es bueno.
Otra alegría es que, al menos en el modelo que hemos podido probar y que es una unidad comercial, no hay aplicaciones de terceros instaladas más allá de SwiftKey y las de Google. Nada de bloatware que además de incómodo ocupa un espacio que cada vez es más precioso. De los 64 GB de serie, al usuario, con el terminal recién sacado de la caja, le quedan unos 52 GB para contenido propio y aplicaciones que cada cual quiera instalar.
Parte de la fluidez de todo el equipo la tiene la propia capa del Honor Pro 8. Hay mejor gestión de recursos y memoria, y un sistema de optimización basado en el uso y en la que Huawei/Honor confía mucho. Quizás sea solo sugestión pero estos días con el Honor 8 Pro teníamos la sensación de que, al contrario de lo que suele pasar, el terminal mejoraba en rendimiento con el paso del tiempo.
Eso se agradece especialmente en la multitarea, muy bien solucionada en EMUI y donde es realmente interesante poder usar dos aplicaciones a pantalla partida en esta diagonal simplemente manteniendo pulsado sobre la aplicación en el sistema de tarjetas de la multitarea bajo Android y llevando hacia arriba. Luego basta tocar la segunda aplicación para tener una pantalla dividida. Y si pulsamos dos veces sobre el botón multitarea, podemos ir alternando de forma rápida entre las dos últimas aplicaciones usadas.
De las funciones que Honor añade a su capa nos gusta la que nos deja usar dos cuentas al mismo tiempo de servicios como Facebook o Whatsapp. Si la aplicación lo admite, nos aparecerá en la sección correspondiente del terminal. También hay elementos para la gestión del espacio, permisos de aplicaciones … muchas de las cuales pueden ser accesorias para determinado perfil de usuario, pero otros muchos pueden ver cómo se les facilita el uso y gestión de aspectos del terminal de manera más transparente para ellos.
A por los dos días de autonomía
Una de las mejoras más significativas del Honor 8 Pro la hallamos en la batería. Incrementando la potencia así como la diagonal y resolución de la pantalla respecto al Honor 8 requería ese esfuerzo dada la experiencia previa con los procesadores Kirin y la gestión de la energía. En términos generales, y es algo que han mejorado bastante, no podemos hablar de que sean los que mejor tratan la batería de sus equipos.
Esos 4000 mAh sorprenden nada más pensar en ellos por lo bien integrados que están en un cuerpo no muy grande (misma capacidad que el Mate 9 que es más grande). Así que ese posible hándicap quede solventado de entrada. Luego, en el día a día, confirma que ha sido un acierto por parte de Honor otorgarle esa ventaja.
Resulta sumamente complicado acabar con la batería del Honor 8 Pro en un solo día de uso. Incluso si eres un usuario muy intensivo. Cuenta con ese día seguro, pero también puedes hacerte a la idea de que no tendrás que cargarlo hasta mitad del día siguiente como mínimo, rozando las cinco horas de pantalla de media.
En el test de PCMark, calibrado, nos ha ofrecido una cifra por encima de 7 horas, cifras consistentes con nuestra experiencia con el Mate 9, quien sale más beneficiado por la menor resolución de su pantalla y terminal con el que un usuario normal puede llegar a dos días de batería.
Algo imprescindible en terminales de gama alta con estas baterías enormes y prestaciones de locura es la carga rápida. Supere o no el día de uso, uno siempre va a querer tener la posibilidad de que, llegado el caso, en cualquier situación se pueda optar por recargar la batería por encima de un 50% en no excesivo tiempo. En este Honor 8 Pro hemos quedado muy satisfechos, con una carga del 10% en menos de 5 minutos, alcanzando el 25% en solo 16 minutos, el 50% en 35 minutos y la carga completa en 92 minutos, una cifra muy lograda para esa capacidad.
Con el sistema de carga rápida del Honor 8 Pro (no es el más rápido de Huawei, viene con cargador 5V/2A de serie) ocurre algo a lo que conviene acostumbrarse en estos tiempos: mejor cargas rápidas que completas. Esto hace que en realidad contemos con batería de un día de uso (incluso aunque nos quede al 40% por la noche) y que podremos recargar no necesariamente mientras dormimos, sino que para aguantar otro día más, bastará una media hora de carga por la mañana porque es en esos primeros momentos de la carga cuando el sistema es realmente eficiente.
El Honor 8 Pro dispone de varias opciones para la gestión de la energía (lo habitual es limitar resolución de pantalla o su brillo y rendimiento) y poder estirar la autonomía en caso necesario. Es bastante completo en cuanto a información sobre cómo se consume la batería según aplicaciones, hardware … es de gran ayuda para detectar casos que realmente perjudiquen el buen uso del terminal.
Para casos extremos, pues no conozco mucha gente que realmente llegue a usarlo, Honor también habilita un modo de ahorro de energía ultra que convierte el terminal en un móvil muy básico.
La cámara: de nuevo el eslabón más débil
¿Dónde está el truco de un terminal tan completo como este Honor 8 Pro a un precio tan competitivo? Al inicio de esta review nos hacíamos esa misma pregunta. Sin ser un fabricante tipo Xiaomi, en algún lado debía estar, es lo que se escucha al referirse a smartphones un peldaño, muy pequeño, por debajo de los de siempre. Lo habitual es que ese desliz lo encontremos en la cámara de fotos, como así ha sido con el Honor 8 Pro.
EL último smartphone de Honor se planta en nuestra prueba final con buenos argumentos: doble cámara de 12 megapíxeles con la combinación habitual de Huawei, es decir, un sensor RBG y otro exclusivamente monocromo. Algo que nos aseguramos es que la fotografía en blanco y negro no tendrá igual salvo en otros modelos con el mismo sistema, como así ha sido.
No ocurre lo mismo con el resto de fotografías. A plena luz del día el Honor 8 Pro es rápido enfocando y disparando, pero los resultados no dejan de ser los mismos que en otros teléfonos incluso de gama media. Hay corrección y punto. Ni el detalle es para presumir (ahí los 12 megapíxeles se nos quedan cortos) ni hay seguridad en que tras un disparo, la foto, incluso con buena luz, vaya a salir siempre bien.
En realidad su punto claramente débil es el rango dinámico, por debajo de lo que uno esperaría en el mejor smartphone de Honor. En cielos luminosos es donde mejor se aprecia, y pide a gritos activar el modo HDR. Aquí no podemos hacerlo de forma directa desde el modo de cámara principal, y algo tan básico y recurrido actualmente como el HDR, en este Honor es un modo de disparo que hay que buscar. Y es algo que nos molesta mucho. Lo recomendable aquí será abrir la cámara por defecto con el modo HDR porque la mayoría de imágenes mejoran, aunque tampoco esperes milagros.
El sufrimiento del Honor 8 Pro con las luces altas ocurre incluso en situaciones que parecen controladas como interiores. También ahí hay que afinar con el sitio donde queremos medir la exposición.
Salvando esas situaciones, el comprador del Honor 8 Pro quedará satisfecho por supuesto en las tomas en blanco y negro y en bastantes de las clásicas, aunque no son de las fotos ante las que uno quede impresionado.
Cuando la luz escasea volvemos a comprobar las diferencias con los mejores terminales del mercado. Aquí pesa la poca luminosidad de la cámara, solo f2.2 a estas alturas, y no contar con estabilización óptica. Ni tan siquiera en el modo de vídeo, que puede ser 4K pero solo nos ha resultado correcto con resolución 1080p cuando hay movimiento con el que lidiar.
Sin una luz perfecta el enfoque es más perezoso e incluso falla en ocasiones, y hay que tener buen pulso y paciencia para sacar el mejor partido de la cámara. Los resultados fueron al final mejor de lo que esperábamos cuando tomábamos las fotos en directo, así que conviene no fiarse de lo que aparece en la previsualización de la imagen porque hay tratamiento destacado posterior. Pese a ello, las escenas son muy poco luminosas y donde apenas hay luz perdemos toda la información.
Para poner en contexto la cámara del Honor 8 Pro conviene pensar desde el punto de vista manual y de toda la creatividad que pone a nuestro alcance. La interfaz es estupenda, rápida para llegar a todos lados deslizando simplemente a uno u otro lado. Y el número de modos y controles manuales nos da margen de maniobra amplio. Por ejemplo con el desenfoque que, en determinadas situaciones, queda realmente bien (y en otras no tanto). Es claramente una cámara en la que hay que trabajar y esforzarse por sacarle partido.
En escenas complicadas de luz toca remangarse y probar dónde debemos exponer para conseguir el mejor resultado. Es algo que algunos estamos dispuestos a asumir pero que pasa factura y cara para quien quiere un terminal que le ofrezca lo máximo en el modo apuntar y disparar. Éste no es el mejor terminal para ellos.
Más allá de que personalmente no me guste estéticamente la doble cámara diferenciada en la parte trasera del Honor 8 Pro, su situación me parece excesivamente cerca del borde, tanto lateral como superior, por lo que hay que llevar una especial atención al agarrar el Honor 8 Pro para hacer fotos y evitar así que aparezcan sombras o algo de nuestros dedos en las intantáneas cuando la fotografía ya no tenga solución, por no hablar de las posibles huellas.
Honor 8 Pro, la opinión y nota de Xataka
Huawei no se conforma con tratar de ser alternativa a los de siempre en la gama alta. Logrado el asalto global en determinados mercados como fabricante que más vende, su cuenta pendiente sigue siendo el terminal franquicia, el de referencia.
Sus smarpthones bajo la marca Honor, bastante similares pero incluso con mejores precios gracias en parte a la apuesta por venta online casi exclusivamente, no se olvidan tampoco de esa tarea. El Honor 8 Pro hace gala de empaque en el diseño y pantalla (que incluso se atreve con el 2K), músculo en su ficha técnica y una mejora muy necesaria a nivel de interfaz sobre Android 7.0. Ahí nada que objetar.
Pero el Honor 8 Pro sufre un traspiés donde casi todos: la cámara. Ya no vale con cumplir, con tener una de las mejores interfaces, controles manuales o doble sensor. Quien invierte bastante dinero en un smarpthone de gama alta espera no tener que preocuparse por la cámara. Ahí están los 200 euros de diferencia. Y ya ocurre demasiadas veces.
A favor
- Robusto, delgado y muy bien acabado
- EMUI práctico y que por fin suma
- Autonomía y carga rápida de lo mejor del mercado
- Rendimiento fabuloso
- Pantalla 2K
En contra
- Cámara por debajo de las mejores y que necesita de dedicación
- Sin resistencia al agua o polvo
- Los marcos podrían mejorar
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