Sin presentación en olor de multitudes ni antes que sus teóricos rivales. El HTC 10 quedó al descubierto hace unos días en un evento online con una misión casi imposible: recuperar el pulso entre los grandes terminales con Android del mercado.
En Xataka llevamos una semana probando con todo detalle el nuevo HTC 10, desde su renovada cámara al rendimiento del Snapdragon 820 o cómo han afinado el diseño metálico que ha sido siempre referencia para nosotros. Desde el M7 nos hemos enfrentado con tremenda ilusión a la prueba de cada flagship de HTC, por mucho que cada año nos dejara dudas principalmente en la cámara de fotos. Es uno de los puntos clave en los que han rectificado con este nuevo terminal, ¿le ha llegado por fin la hora al HTC 10 para subirse a lo más alto de la gama alta? Os lo contamos en nuestro análisis del HTC 10.
HTC 10, principales características
El flagship con Android que nos quedaba por conocer este año era el de HTC. Tras hacerse de rogar, hace unos días conocíamos por fin al HTC 10, smartphone de gama alta que presenta unas credenciales que te sonarán seguro pero que incluye bastantes elementos diferenciadores con sus rivales.
HTC 10, características técnicas
Dimensiones físicas
145,9x 71,9 x 3,0 - 9,0 mm,, 161 gramos
Pantalla
SuperLCD 5,2 pulgadas
Resolución
2560 x 1440 píxeles (564 ppp)
Procesador
Snapdragon 820 (4x2.2 Ghz)
RAM
4 GB
Memoria
32/64 GB (con ranura microSD compatible con Flex Storage)
Versión software
Android 6.0 con HTC Sense
Conectividad
LTE Cat 9, Wifi ac, Bluetooth 4.2, NFC, AirPlay
Cámaras
Posterior de 12 MP, 1,55 micrometros por pixel, apertura f/1.8 Estabilización óptica y enfoque láser Grabación 4K Frontal de 5 MP con flash doble tono / f1.8 / 1,34μm / OIS
Batería
3000 mAh (no extraíble) / Carga rápida
Extras
Lector de huellas / Puerto USB-C 3.1
Precio
Desde 749 euros
Con la esperada base de un procesador Snapdragon 820 y 4 GB de RAM, así como la apuesta por una pantalla de 5,2 pulgadas con resolución 2k que lo pone a la par que la mayoría de la gama alta de este 2016, el HTC 10 da valor a quien lo escoja como terminal principal afinando elementos donde tenía importantes errores, como la cámara, o destacándose en otros como el sonido, donde a pesar de perder los altavoces frontales, presenta argumentos para mantenerse como rey del sonido en smartphones.
El HTC 10 no se olvida de la ranura para tarjeta microSD pero también ahí da un empujón extra permitiendo que usemos esa tarjeta como almacenamiento interno de forma completamente transparente. Y sobre la cámara, por fin HTC se ha dado cuenta de que la combinación de la tecnología Ultrapíxeles (que no es otra cosa que optar por un tamaño de sensor considerable) con una resolución equilibrada (12 MP) puede salirle bien. Que va completamente en serio en el apartado de la fotografía queda de manifiesto con los argumentos incluso de la cámara secundaria: 5 MP, píxeles de gran tamaño, apertura f1.8 y hasta estabilización óptica.
HTC 10, análisis en vídeo
Como es costumbre empezamos nuestro análisis del HTC 10 con la review en vídeo donde poder conocer sus detalles, especialmente en el apartado de diseño y funcionamiento.
Un diseño de referencia mejorado pero menos reconocible
Pocos elementos son tan personales y objetivos en un smartphone como el diseño y hasta cierto nivel, el acabado. HTC, desde sus primeros One, ha sido una de las marcas que más ha insistido en dotar a sus equipos de un acabado de primer nivel y con la personalidad que le daban elementos como los altavoces frontales. Esos signos de distinción a veces jugaban en su contra, como ha ocurrido con la inclusión estos años atrás de los altavoces, responsables de determinados deslices principalmente en dimensiones del equipo.
El nuevo HTC 10 no cambia un ápice la apuesta de la compañía por poner en el mercado uno de los mejores smartphone a nivel de acabado. El HTC 10 está increíblemente bien rematado, con materiales de nivel y una atención especial en todos los detalles.
El cuerpo es de metal pero no tiene tacto frío. El aluminio usado resulta muy agradable y los bordes son ahora biselados con ligera curvatura que suavizan las formas y le dan mejor agarre. El diseño recuerda sin remedio a los HTC anteriores pero incluye acertados retoques que vimos en el HTC A9, principalmente en la parte frontal. El cristal (2.5D con Gorilla Glass) es el absoluto dominador de esta zona, y la unión del mismo con el borde de metal con acabado mate es perfecta.
El HTC 10 sigue en lo más alto en cuando a acabado y atención por los detalles, pero sacrifica su rasgo más personal, los altavoces frontales
Los dos únicos elementos físicos del frontal son el altavoz superior y el botón de inicio con lector de huellas (rápido y fiable, activándose con un solo toque incluso con la pantalla apagada). Flanqueándolo están los dos botones capacitivos: a la izquierda el de retroceder y a la derecha el de aplicaciones recientes, que puede doblar como botón para menú si lo mantenemos pulsado (y activada esa opción en configuración) . Esos botones podemos configurarlos para que se mantengan apagados hasta que pulsamos sobre ellos, o que se iluminen cuando la pantalla está encendida.
Si al mirar de frente el HTC 10 echas algo de menos, llevas toda la razón. HTC elimina la gran seña de identidad de los anteriores HTC de gama alta: los altavoces frontales. Pero tranquilo, lo mejor de los mismos, la calidad de sonido, no se borra del mapa.
A nivel de diseño esta reestructuración de los altavoces frontales altera la apariencia del terminal, dejándolo más "aséptico" pero no reduce precisamente las dimensiones, algo que hubiéramos esperado. De hecho el HTC 10 es ligeramente más ancho y alto, pero a cambio la pantalla alcanza las 5,2 pulgadas. Habiendo usando el terminal durante esta semana, ese sacrificio de los altavoces habría tenido más sentido aprovecharlo para reducir dimensiones y no aumentar la pantalla.
El HTC 10 no os puedo decir que sea ni extremadamente delgado ni el más ligero del mercado. Ahí están los datos y nuestra experiencia. Al final, en el día a día, resulta un terminal robusto pero no incómodo, destacando además que los controles físicos presentan buen acabado y son perfectamente distinguibles unos de otros.
En la parte trasera nos encontramos con la cámara de fotos, que sobresale en el diseño, y justo a su lado, el LED de doble tono y el sensor para el enfoque láser. A pesar del diseño de una sola pieza y el acabado metálico, el HTC 10 no renuncia a ofrecer una ranura para tarjetas de memoria microSD, cuya bandeja es independiente de la de la tarjeta nanoSIM.
Por último hay que citar el puerto de auriculares, colocado en la parte superior. Aquí dependerá de tus preferencias, pero cuesta acostumbrarse a esa situación. Al menos en mi caso, al sacar el terminal del bolsillo, disponer del puerto de 3,5 mm en la parte inferior facilita el acceso directo al botón de desbloqueo y poder interaccionar antes con el terminal, algo que no ocurre en este caso al tener que girar el terminal nada más sacarlo.
Más pantalla, más resolución
Un símbolo del que HTC se ha ganado presumir en estos años en la gama alta ha sido el de la tecnología SuperLCD para sus paneles. Y repite en el nuevo terminal. La evolución de estos paneles se ha bautizado como SuperLCD 5, y sus argumentos son los mismos que en generaciones anteriores: correcto nivel de brillo y reproducción de color fiel. Para personalizar la experiencia con la pantalla disponemos de dos ajustes de perfil de color: Vivid (en el que viene por defecto) y sRGB. La diferencia es muy poca, pero nos gusta más el resultado de la primera, más intenso sin renunciar a la naturalidad. En cada uno de estos perfiles es posible modificar la temperatura de color.
Lo que es nuevo en la pantalla del HTC 10 es la diagonal y resolución. De las cinco pulgadas de versiones anteriores del flagship de HTC se pasa a un panel de 5,2 pulgadas. Pero también se apuesta por primera vez en la compañía por una resolución de 1440p o 2k. Entre los terminales Android de este nivel era el único que quedaba por dejar de lado la resolución 1080p.
HTC sigue apostando por la reproducción de color fiel de sus paneles SuperLCD, aumentando además la diagonal y colocando un panel con resolución 2k
Esa mezcla nos deja una pantalla con densidad de píxeles superior a 550 ppp, así que la lectura o reproducción de contenido multimedia es fantástica. Con este HTC ya puedes subir la resolución de los vídeos porque podrás sacarles provecho. También es cierto que para muchas tareas con el terminal, esos 100 dpi de diferencia respecto a una pantalla con 1080p no es nada crítica, pero al menos ni en rendimiento ni en autonomía hay que lamentar este paso adelante de HTC.
De la pantalla del HTC 10 hay que destacar también la respuesta táctil, muy veloz y precisa, pero debe mejorar en visibilidad en exteriores, donde acusa los reflejos y un contraste y brillo mayor no le habría venido nada mal.
En la pantalla HTC incluye una serie de gestos que podemos aprovechar, como el doble toque para activarla o desactivarla, o el doble deslizamiento hacia abajo para lanzar la cámara de fotos con el terminal bloqueado. Ambas implementaciones funcionan pero no nos convencen: las soluciones con botones físicos nos gustan más a la hora de lanzar y tener disponible la cámara de fotos y en el caso del doble toque sobre la pantalla, no se acerca en experiencia a la que hemos visto en teléfonos como los Motorola. Hay que pulsar con mucha energía y no siempre obtenemos respuesta.
El más potente del mercado es el HTC 10
HTC repite con Qualcomm para su nuevo gama alta y la jugada le ha salido bien. La elección del procesador Snapdragon 820 con 4 GB de RAM hacen que todo vaya rápido y sin retrasos, y se coloca en los test como el smartphone más rápido del año en la mayoría de los test. Traducido al lenguaje coloquial, no hay retrasos ni nada que te haga sentir que es necesaria más potencia en ningún aspecto del uso del teléfono, ya sea juego, multitarea o un navegador con muchas pestañas abiertas.
HTC 10 (Snapdragon 820)
Nexus 6P (Snapdragon 810)
Xiaomi Mi5 (Snapdragon 820)
Galaxy S7 Edge (Exynos 8)
Antutu
129634
61623
110011
112920
Geekbench (Single/Multi)
2354 / 5338
1342 / 4778
2234 / 5412
2117 / 6063
Si estabas preocupado con el calentamiento, aquí ha habido un gran trabajo por parte de Qualcomm y HTC y ni cuando le exigimos lo máximo hemos apreciado nada de calor excesivo en la zona del procesador. Incluso cuando está cargando o transmitiendo muchos datos, situación en que rivales directos sufrían de bastante calentamiento, el HTC 10 se ha inmutado.
El HTC 10 consigue los mejores datos en benchmarks del año y ese rendimiento se traslada a la experiencia con un HTC Sense más cuidado y el extra de poder usar las tarjetas de memoria microSD como almacenamiento interno de forma transparente
La suavidad de la capa Sense de este HTC 10 ayuda a que el funcionamiento sea así de fluido. El fabricante se ha contenido bastante y reduce en esta octava generación tanto la personalización de la interfaz como las aplicaciones duplicadas sin necesidad o el software preinstalado. Los añadidos son muy bien bienvenidos, entre ellos la posibilidad de aplicar temas que incluyen fondos, iconos y hasta tipografía.
De las aplicaciones propias más interesantes está Boost+ para, de forma intuitiva, realizar una revisión de archivos innecesarios o memoria ocupada. Sin llegar a lo que Samsung nos ofrece en su Galaxy S7, este HTC 10 también busca cuidar la experiencia jugando y en algunos de los más conocidos aplica una reducción de la resolución a 1080p para controlar el gasto de batería.
Otro buen detalle de la integración de Android 6.0 en este HTC 10 está relacionado directamente con la posibilidad de ampliar la memoria interna con tarjetas microSD. Los modelos base ofrecen 32 o 64 GB (en el modelo de 32 GB que es el que hemos probado quedan libres para el usuario unos 22 GB de fábrica), y en ambos casos la capacidad de la tarjeta de memoria microSD se integra con la interna de manera transparente.
Bien en batería, excelente en carga rápida
No presumir de una excesiva delgadez ni poco peso permite al HTC 10 integrar una batería de gran capacidad con la que compensar que hay más pantalla y más demandante de energía para gestionar.
Sin poder extraerse, la batería de este HTC 10 suma mAh hasta alcanzar la cifra de 3000, una de las más altas en esta categoría. Con ella hemos podido superar de forma holgada el día de uso intensivo e incluso alargarlo a veces hasta el día y medio con una gestión de la energía más cuidada. El resultado está en la línea de otros smartphones de gama alta de este año sin formato phablet, por lo que sí te planteas la compra de este HTC como terminal principal, la batería no debe estar entre tus preocupaciones.
El HTC 10 recurre a su batería de 3000 mAh y la eficiencia del Snapdragon para superar con facilidad el día de uso intensivo. Pero lo mejor ocurre cuando lo cargamos de nuevo
Como otros fabricantes, HTC incluye elementos para una gestión más precisa de la energía, con un modo de ahorro que podemos activar de forma manual o automática desde ciertos umbrales (50 a 5% de batería restante). Con ese modo, el sistema reduce el uso del procesador, baja el brillo de la pantalla y desactiva localización y vibración del terminal.
Donde sí que marca diferencias el HTC 10 es en la carga rápida. Su batería de gran capacidad se carga de forma completa en menos de una hora (nosotros hemos medido la carga del 5 al 100% en 52 minutos), pudiendo alcanzar el 50% desde cero en solo 28 minutos, dentro de la promesa de media hora que hace el fabricante. Lo que no hay es carga inalámbrica.
En el apartado de conectividad, el HTC 10 es uno de lo mejor preparados. Tiene WiFi ac (con menos alcance que otros gama alta que hemos probado este año), NFC, Bluetooth 4.2 y la novedad de contar con AirPlay. Este extra de conectividad se suma a Miracast o DLNA, y es una buena noticia para usuarios de dispositivos como el Apple TV porque no cierra esa puerta para compartir contenido en la gran pantalla. Y no nos podemos olvidar del puerto de carga y conexión, que es el USB-C 3.1. Como ya hemos comentado en otros análisis, aquí hay claros beneficios pero hay que tener en cuenta el hándicap de no contar por ahora con un ecosistema de cables y accesorios compatibles.
Un valor extra que hay que darle al HTC 10 es la calidad de sonido en las llamadas, no tanto en la recepción como en la captura, de donde se vale de micrófonos con cancelación de ruido que también tendrán su rol en la grabación de vídeo.
Sigue siendo el rey ... del sonido
Como hemos visto, la pantalla del HTC 10 ha subido a las 5,2 pulgadas sin que las dimensiones se vean afectadas negativamente por ello. Para conseguirlo HTC ha hecho desaparecer el doble altavoz frontal que tanta personalidad le daba a HTC en sus terminales de gama alta.
La manera en que desde la compañía han lidiado con esta modificación sin que el sonido externo del nuevo HTC 10 se viera afectado ha sido un acierto. No hay descenso relevante de la potencia de los nuevos altavoces y a nivel de diseño, salvo por la personalidad, creo que ha salido ganado el nuevo terminal.
La nueva configuración de los altavoces consta de uno superior insertado en el cristal (y que resulta un imán para almacenar polvo y suciedad) y otro justo en el borde inferior, junto al puerto USB de carga. De partida no estamos ante una configuración estéreo, pero sí de buen rendimiento y que busca imitar la que nos encontramos en sistemas de sonido clásicos.
Que no te preocupe que hayan desaparecido los altavoces frontales. HTC ha realizado un gran trabajo tanto con los externos como con la salida de auriculares, incluyendo incluso un par certificados con audio Hi-Res
El altavoz superior se encarga de los tonos medios y agudos mientras que el inferior es el responsable de los graves. El resultado es que tenemos la potencia más alta en un smartphone pero a la vez una buena separación y definición que nos ha gustado mucho para ver vídeo en su pantalla. Pero no se trata exclusivamente de situación o potencia de los altavoces. La tecnología HTC BoomSound usa un amplificador dedicado en cada uno de estos altavoces.
Y no queda ahí el asunto del sonido. Hay un tercer amplificador en la salida de auriculares, de 3.5 mm y situada en la parte superior del terminal. El sonido que podemos obtener es Hi-Res 24-bit/192kHz, así que HTC ha completado la experiencia incluyendo de serie unos auriculares certificados para sonido Hi-Res.
Estos auriculares son cómodos, de calidad y con buena respuesta tanto de tonos agudos como graves, bastante potenciados por el driver de 13 mm, de más tamaño que lo habitual en este tipo de auriculares. El rango de frecuencia de trabajo es de 10 a 40000 Hz.
Aunque dependerá de tus preferencias de escucha y de si eres capaz de distinguir el sonido Hi-Res, en general con la salida amplificada conseguimos una potencia mayor y sin distorsión que con otros auriculares, con mucha claridad y la seguridad de que en toda la cadena de audio está presente el trabajo del DSP y DAC de 24 bits. Si tu apuesta es el sonido Hi-Res, el HTC 10 es el terminal que deberías escoger.
La experiencia de sonido cuidado se remata con el software. El nuevo HTC 10 nos permite una configuración de perfil de sonido personal con la que tener diferentes ecualizaciones y modos de escucha que podemos asociar a diferentes auriculares. La personalización de la escucha la podemos realizar siguiendo nuestra preferencia de escucha, edad o tipo de música que más escuchamos, o mediante una prueba que se centra en la capacidad auditiva de cada oído por separado y en diferentes rangos de frecuencia.
Llegó la hora de la cámara con Ultrapíxeles
Primero fueron poco megapíxeles, luego demasiados y a la tercera por fin HTC ha encontrado el equilibrio que más sentido tiene en la cámara de un smartphone: sensor de tamaño considerable pero sin demasiada resolución.
La cámara del nuevo HTC 10 se presenta con la resolución estándar de este año: 12 megapíxeles. Parece ya casi definitivamente que será el valor sobre el que se equilibren las tecnologías que iremos viendo esto años venideros, principalmente con apuestas de doble cámara. Lo que aporta HTC es colocar sus grandes fotodiodos para captar más luz y poder conseguir mejores fotos en escenas nocturnas.
El tamaño de los píxeles de la nueva cámara de HTC es de 1,55 micrometros, lo que unido a la apertura F1.8 y la estabilización óptica hace que captar luz, la base de la fotografía, sea un hecho. Incluso a veces demasiado.
Durante el día la cámara del HTC 10 nos deja instantáneas con un color muy fiel, suficiente detalle y en general, bien expuestas salvo que haya cielos luminosos o zonas muy iluminadas que acaban sobreexpuestos con facilidad. Aquí conviene jugar con el control de la exposición para compensar ligeramente esa tendencia de la cámara a recoger excesiva luz, pero el problema es que la manera en que lo ha implementado resulta incómodo y muy lento. Cuando enfocamos aparece un potenciómetro que cuesta horrores desplazar de forma rápida.
Una opción que funciona bastante rápida y de forma eficaz es el bloqueo de la exposición y el enfoque. Basta mantener pulsado un par de segundos donde queremos realizar dicho bloqueo y listo.
Gracias a su potencia bruta y los buenos componentes, la cámara del HTC 10 nos permite realizar fotos de forma muy veloz, tanto en disparo (excepto en RAW, que se toma un par de segundos en procesar la toma) como en enfoque. La tecnología escogida por HTC para esta funcionalidad es el láser, situado justo debajo del flash de doble tono.
Respecto al enfoque por láser, hay que llevar cuidado con tapar dicho elemento porque nos daría error por bloqueo de ese elemento. Nos ha ocurrido varias veces, algunas de ellas sin estar realmente tapándolo, así que conviene que estemos atentos a este punto y, como hay que hacer con la propia lente, antes de tomar alguna foto, nos acostumbremos a limpiar ese elemento para evitar errores cuando menos los queremos. El gran tamaño del cristal protector de la cámara nos ha dejado la sensación de recoger huellas con demasiada facilidad.
Cuando menos efectivo se ha mostrado el enfoque automático ha sido en primeros planos, donde se mostraba incapaz de realizar el enfoque. En esas situaciones nos ha dado mejor resultado pasar a modo Pro y controlar de forma manual el enfoque, lo que nos daba más margen de acercamiento al objeto a fotografiar. En todo caso, la gran apertura (F1.8) de la cámara del HTC 10 nos permite realizar desenfoques de fondo muy atractivos y naturales.
Es escenas de interior con poca luz y nocturnas, el sensor con grandes fotodiodos y la estabilización óptica hacen que sea posible conseguir fotos bastante luminosas, colocándose en algunas escenas incluso a la par que el Galaxy S7 por capacidad para registrar luz. Esas imágenes de noche no pecan de ruido excesivo aunque sí que pierden algo de detalle.
En la siguiente escena podéis ver que una de las situaciones en que siempre ponemos a prueba a las cámaras en nuestras reviews, el ruido queda muy controlado y el texto sobre el lomo del libro azul se puede leer perfectamente, algo que sólo nos ha ocurrido este año con un par de terminales de alto nivel como el Galaxy S7 Edge y el Lumia 950.
El punto flaco en escenas nocturnas nos lo dejan los focos de luz potentes. En esas situaciones conviene detenerse un poco más de tiempo y tratar de compensar la exposición excesiva.
La llegada de controles manuales y el formato RAW gustará a quienes pretendan sacar más provecho de la cámara del HTC 10. La interfaz nos ha convencido, teniendo en un solo toque control sobre los principales parámetros (enfoque, velocidad de obturación, sensibilidad, compensación de la exposición y balance de blancos). A un lado disponemos del modo automático y a lo largo de la pantalla, los potenciómetros de cada valor, que podemos hacer aparecer o desaparecer sobre la previsualización de la pantalla.
También en el modo llamado Pro podemos activar la toma de imágenes en formato RAW, pero solo podemos escoger en jpg o RAW, nada de los dos formatos al mismo tiempo.
La interfaz de la cámara principal es bastante sencilla, teniendo acceso en la parte superior a los otros modos (se mantiene el Zoe, las panorámicas o los selfies, incluyendo el vídeo) y al control de la resolución o el temporizador. De forma directa hay posibilidad de controlar el flash y el modo HDR, que nos ha resultado bastante contenido.
Los mismos defectos de sobreexposición con puntos de luz fuertes los hemos notado en la grabación de vídeo, que puede ser 4K y resulta de bastante calidad, incluyendo el audio, que nos deja escoger entre Hi-Res o normal.
Otro apartado muy destacado del apartado fotográfico del HTC 10 es su cámara secundaria, siendo la compañía que mejor la cuida al darle una resolución de 5 MP que incluye estabilización óptica y una apertura de F1.8.
La gama alta de referencia de 2016 ya está completa. Y vaya nivel. El HTC 10 ha sido el último en llegar y esta vez no ha decepcionado. Mantiene su gran nivel en la pantalla, que ahora es 2K para igualarse a la competencia, ofrece un rendimiento máximo, y encima la batería cumple y se recarga en un santiamén.
¿Y la cámara? Lo que otras generaciones le ha jugado un revés destacable a los gama alta de HTC se convierte en este HTC 10 en un buen argumento para el cambio. Los resultados, con algunos matices, son buenos incluso en escenas con poca luz, a lo que hay que añadir controles manuales y buena interfaz. No es la mejor cámara en la actualidad pero presenta argumentos muy serios para que optes por ella sin excesivos contratiempos.
Pero sin duda las dos grandes bazas del HTC 10 están su diseño y acabado, así como en el sonido, donde vuelve a ponerse con mucha diferencia a la cabeza. Si tu prioridad es disfrutar de calidad de audio ya sea con altavoces o auriculares, debería ser tu elección pues este año esa decisión no tiene por qué significar descuidar de forma inconsciente algún apartado importante del terminal.
Diseño
9,25
Pantalla
8,75
Rendimiento
9,75
Cámara
9
Software
8,5
Autonomía
9
A favor
Excelente nivel de acabadoo
Cámara de fotos de nivel, tanto principal como secundaria
Buena autonomía y carga muy rápida
El mejor sonido en un smartphone
Rendimiento y ampliación de memoria con tarjetas microSD
En contra
Pantalla equilibrada pero no deslumbrante
Algunos problemas con enfoque y exposición en la cámara