¿Cómo es usar el iPad Pro exclusivamente como tablet o como sustituto del portátil? Estos son dos de los principales usos que un potencial comprador del iPad Pro de Apple tiene en mente. Por eso nuestro tras un mes de uso con el gran tablet de Apple se ha centrado en estos dos enfoques.
Si tenías dudas sobre el comportamiento del iPad Pro en estos dos escenarios, sus ventajas así como sus inconvenientes, ya tienes aquí el tras un mes de uso con el iPad Pro de Xataka.
Usando el iPad Pro como tablet
Tras este mes de uso del iPad Pro, algo me ha quedado bien claro: estamos ante un gran producto (en todos los sentidos) para consumo de contenido en casa. La pantalla es una gozada, tanto por calidad del panel como por resolución. Si eres un ávido consumidor de vídeos, comics o revistas, el iPad Pro es fantástico y la batería aguanta sin problema más de 10 horas, por lo que son al menos 3 días los que podemos estar sin cargarlo con un uso de unas 3-4 horas al día.
Estos días con el iPad Pro como elemento principal de consumo de contenidos, incluso por encima del televisor en algunas situaciones, hemos podido comprobar que el sonido de anteriores iPad era efectivamente bastante mediocre. En el nuevo iPad Pro Apple colocó cuatro altavoces en las esquinas y en modo vídeo resultan un complemento ideal a la calidad de la pantalla.
Ahora bien, esa experiencia satisfactoria en modo tablet de consumo no es plena por su diseño. No nos referimos al tamaño de la pantalla, que es uno de sus grandes valores, sino que que en términos generales es bastante incómodo usar el iPad Pro cuando no lo tenemos o apoyado sobre las piernas o sobre una mesa.
Precisamente por eso no entendemos que Apple no haya integrado alguna solución para poder colocarlo sin necesidad de funda sobre una mesa. Podemos optar por estos accesorios, pero ninguno nos da la flexibilidad de poder ajustar de forma precisa el ángulo de inclinación, que en las fundas que hemos probado, tanto de Apple como de terceros, solo es una y centrada completamente en escribir y no en consumir contenido.
Por cierto, el iPad Pro es un tablet que he usado el 99% de las veces en modo apaisado y sin embargo hay muchas aplicaciones que solo están pensadas para ser usadas en vertical, y en las de tipo lectura de contenidos es algo que se desaprovecha.
Esa pantalla de gran tamaño se aprovecha mucho cuando queremos usar la multipantalla, aunque no todas las aplicaciones la soportan plenamente, o con el sistema PiP que nos ha enganchado para poder estar viendo vídeos mientras trabajamos en algún tema. La pantalla se aprovecha por ejemplo para poder tener Twitter a mitad de pantalla o un tercio con un aplicación de televisión o vídeo al mismo tiempo.
Una libreta para tomar notas a mano
Si no eres creativo ni dibujante, es complicado entender el valor del Pencil de Apple. Pero incluso un usuario que no sea habitual dibujante puede sacarle provecho si opta por comprarlo.
En mi caso el lápiz de Apple lo he usado intensamente para escribir y realizar bocetos, donde ha sido muy preciso. Por el tamaño de la pantalla, es muy comodo tomar notas; es como hacerlo con una libreta A4 a tamaño real y podemos apoyar la mano de la misma manera que con el papel. En todo este mes, y lo hemos usado mucho con el lápiz, no hemos tenido problema alguno con tomar notas o dibujar como lo haríamos en un papel.
Como la pantalla del iPad Pro se ensucia que da gusto por el uso continuado que hacemos de los dedos sobre ella para movernos por la interfaz y opciones de las aplicaciones, al final, cuando no estaba tomando notas o tratando de aprender a dibujar, me he visto usando el lápiz a modo de sistema táctil sobre la pantalla. No era algo con lo que contara en un principio, y no hay un razonamiento concreto; no hay interfaz en iOS que no se maneje de forma precisa con el dedo, pero el tacto del stylus es agradable y si lo tienes cerca, puedes tender a usarlo para estos menesteres.
Al final creo que he acabado usándolo así por el problema de que no haya sitio seguro o lógico donde guardarlo. Si Apple lo considera tan importante, qué menos que haberle dado un sitio en el diseño o por qué no, en algún accesorio más allá de que pueda quedar pegado ligeramente a su Cover en la parte exterior imantada.
Nosotros no lo hemos perdido pero sí que hemos estado cerca de un ataque al corazón en determinados momentos en que no sabíamos a ciencia cierta dónde lo habíamos dejado. Además, nos ha resultado muy largo para colocarlo en lugares habituales donde colocamos bolígrafos, por ejemplo en mochilas o pequeños bolsillos. Y su acabado no transmite la idea de lo que cuesta.
iPad Pro como sustituto del portátil
No tengo nada claro que el iPad Pro se posicione como un sustituto del portátil, pero con un teclado y dependiendo de a qué te dediques, puede tener sentido. En mi caso, mitad docente mitad editor, es un producto que puede encajar bastante por aplicaciones de las que dispongo y por basarse el trabajo básicamente en tareas de ofimática y navegación web.
Pero incluso en ese caso, a nivel de aplicaciones hay bastante donde avanzar. No basta con tener aplicaciones en pantalla dividida o muy buenas si no aprovechan toda la pantalla y algunos procesos básicos requieren de un máster en combinar diferentes acciones, al menos comparando con una versión de sistema operativo de escritorio. Aquí, por ahora, para ser realmente productivo o al menos trabajar de la forma habitual, un sistema móvil tiene todavía bastantes desventajas respecto al escritorio y especialmente en cómo nos hemos acostumbrados a trabajar en esta generación.
Otro tema es el teclado. El de Apple no me ha gustado demasiado, y hay soluciones como la de Logitech que están varios niveles por encima. Las teclas son más cómodas, tienen mejor recorrido, el acabado es de más calidad y además se trata de una solución retroiluminada.
En todo caso, tras este mes de uso me parece que la mejor combinación es disponer de una funda clásica o protección de la pantalla y que sirva de stand para el tablet, y recurrir a un teclado externo por bluetooth, que los hay muy buenos y asequibles. Al final, visto lo visto, casi ocupan lo mismo que los teclado funda de terceros pero nos dan mucha flexibilidad de colocación y modelos donde elegir.
Dicho esto, los puntos fuertes que he valorado en el uso de iPad Pro como portátil están claramente del lado de la portabilidad, la calidad de la pantalla y la autonomía. La pantalla del iPad Pro es mejor que la inmensa mayoría de las que podemos encontrar en un portátil, tanto a nivel de resolución como brillo o reflejos. Y se puede tocar. En cuanto a la comodidad de llevarlo de un lado a otro, sin comparación con un portátil al uso. Pese a ser grande, es realmente ligero para su diagonal de pantalla y muy delgado, aunque necesitarás una mochila grande para llevarlo.
Por último tenemos la autonomía, que se nos ha ido a toda una jornada de trabajo sin problemas, quedándonos tiempo de sobra para bastantes horas de ocio. Y todo ello sin renunciar en ningún momento a potencia. En este mes de uso, el increíble trabajo de Apple con su procesador A9X y los 4 GB de memoria RAM nos han demostrado que ni multitarea ni aplicaciones por muy demandantes de potencia que sean, se traban en el día a día.
¿Para quién encaja entonces el iPad Pro? Si buscas que te sustituya al portátil o como equipo principal para trabajar, son muy escasos los perfiles que se encontrarán a gusto pese a las ventajas que os he contado. Aquí Surface Pro con su Windows nos parece muy superior.
Todo lo contrario me parece el iPad Pro como tablet de consumo de contenidos. Si el uso que le vas a dar se ciñe casi siempre a casa, su gran pantalla y mejor sonido son una gozada que se nutre del mejor ecosistema para tablets con diferencia.
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