Tras bastantes semanas pasando el día a día de un editor de Xataka con el Nexus One como teléfono principal (experiencia aderezada con otros terminales más volátiles), pasar a un iPhone 4 era un reto para mi.
La experiencia está siendo extraña, y aquí me tenéis en un intento continuo por deslizar la pestaña de notificaciones de Android en el iPhone 4 o tratando de añadir accesos directos pulsando sobre el escritorio.
¿iPhone 4 o un buen teléfono con Android 2.2? Decisión nada elemental querido Watson, porque, con los sistemas más cerca que nunca, uno acaba apreciando a lo que se está acostumbrado. Sin ánimo de ser todavía un análisis en toda regla del iPhone 4, del primer round entre el iPhone 4 y el Nexus One hay unas cuantas conclusiones que quiero compartir.
Android está más cerca que nunca de iOS
Apple ha renovado su sistema operativo pero lo ha hecho tímidamente. Carpetas, multitarea, videollamada … son mejoras pero a cuentagotas. Aunque se diga que son más de cien mejoras respecto a la versión anterior, el usuario básico se queda con las mediáticas y las que más usa.
La experiencia de usuario sigue siendo ligeramente superior a la que ofrecen sus rivales (perdón, su rival, al menos hasta que Meego acabe de consumar con los NSeries de Nokia) pero la versión 2.2 de Android sobre un teléfono que lo mueve bien poco tiene ya que envidiar a nada. Ya es cuestión de gustos y de acostumbrarse a un sistema.
En el iPhone 4 echo de menos de forma muy intensa el sistema de notificaciones de Android y su pantalla de inicio. Ahí Apple tiene mucho trabajo por delante. Su sistema de avisos no es muy funcional para mi y tener una pantalla de inicio sin información no me vale hoy en día.
Sobre la fluidez de funcionamiento, ninguna diferencia he notado de momento que sea crucial. Y del tema de aplicaciones me gustaría tratarlo en otro momento con mayor profundidad, aunque adelanto que poco a poco, una vez que uno se ha hecho con las aplicaciones básicas que necesita y no presta atención a los juegos, Android ya no está tan lejos del sistema operativo de Apple. En mi caso el Nexus One le lleva ventaja a iOS 4 en la integración de servicios de Google, que es algo importante para quien prefiere el correo Gmail al sistema Mail de Apple.
Eso sí, siempre habrá diferencias en las opciones. En Android hay un par de aplicaciones para Twitter decentes mientras que en Apple la elección es más complicada por la cantidad de soluciones.
iPhone 4, mejores materiales pero sensación de inseguridad
Lo comentaba ayer en Twitter y lo certifico: la carcasa trasera de cristal del iPhone y el acabado general del iPhone 4 está muy conseguido, y aunque sobre el papel es mas resistente que el plástico usado hasta ahora en el teléfono de Apple, la sensación de inseguridad con el terminal para mi caso es grande, y de hecho, invita más que cualquier otro teléfono del mercado, a protegerlo con una funda, negocio redondo para Apple y el resto de su ecosistema.
Por cierto, pese a que parezca lo contrario, el iPhone 4 no es para nada grande. Lo tengo metido en la funda oficial del Nexus One a la espera de la carcasa negra (me niego a llamarlo bumper y alimentar una nueva palabra made in Apple, manías de uno) que regala Apple, y le viene bastante holgado. De hecho, a la que te descuidas, resbala y te ves realizando un ejercicio de salto mortal para agarrarlo en el aire antes de que la casualidad ponga a prueba ese cristal resistente del que presume.
Retina Display por aquí y por allá
La verdad, tanto había oído hablar de la dichosa Retina Display (la siguiente ya sabemos que será denominada SuperRetina Display de la muerte) que cuando encendí el iPhone 4 y no se me curó la miopía que sufro, me sentí defraudado.
Volviendo a la Tierra, es cierto que la nueva pantalla del iPhone 4 y su inmensa cantidad de píxeles amontonados hace que el texto y la resolución de las imágenes sea impresionante. No te das cuenta de ello hasta que lo comparas con otros teléfonos, aunque mi sensación es la de que es resolución en parte desaprovechada ya que seguramente no lleguemos a apreciar toda la mejora que supone. Sí que es muy sobresaliente la visualización de la nueva pantalla en exteriores, a años luz de lo que ofrecen la mayoría de sus rivales.
Personalmente considero que la tecnología Retina Display dará lo que tiene dentro cuando se aplique a equipos como el iPad, pues ahí sí quiero leer y aprovechar la mayor densidad de píxeles que me ofrece.
iPhone 4, sin problemas de antena pero con peor cobertura
A falta de que pasen los días y el iPhone 4 se acostumbre a los lugares que frecuento, el tema de la cobertura, las rayas perdidas y la carcasa única no me preocupan en exceso. Incluso con ayuda hemos tratado de poner el mayor número de manos encima del iPhone 4, le hemos lanzado indirectas sobre sus problemas de la antena en EEUU pero al final el dichoso teléfono de Apple no quiere perder cobertura de golpe.
Eso sí, aunque muy ligeramente, la sensación de cobertura me parece menor que la que obtengo con el Nexus One, ambos terminales con Vodafone y por la zona del sur. Me pasa sobre todo con la conectividad 3G y el tráfico de datos, pero es algo que quiero probar más a fondo en los próximos días.
No existe el teléfono perfecto
Vale, tras todas las palabras anteriores, ¿con qué teléfono te quedas? Pues siento decirte que de momento no lo tengo decidido tras esta primera toma de contacto. En mi caso me haré con los dos porque mi trabajo en Xataka me lo exige (sufridor que es uno) pero lo que me va quedando claro es que la guerra Windows-Mac se está repitiendo con iOS y Android, solo que con los papeles cambiados.
Cuando salió el iPhone 2G al mercado, sí que supuso una revolución básicamente por la experiencia de usuario que daba a los teléfonos táctiles, en una nueva dimensión que nadie estaba preparado para contrarrestar. Lo más innovador era el HTC Sense sobre Windows Mobile, así que pensar en cambiar al iPhone era tarea sencilla para quienes, aprobando lo que Apple les proponía con su modelo, querían disfrutar del teléfono móvil en una nueva era que empezaba.
Hoy, con el iPhone 4 en la calle y Android arrasando en el mercado gracias al número de teléfonos que lo incorporan (aunque con muchas cosas que mejorar también), el cambio entre sistemas ya no está tan claro ni es a mi parecer tan vital para disfrutar del teléfono.
Y es que el teléfono perfecto no existe, sino que cada uno debe buscar su teléfono perfecto, con el que se sienta más cómodo. Y con total libertad y sin presiones, que a veces no es nada sencillo.
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