Un soplo de aire fresco que puede gustar más o menos, pero que nos ha alegrado una cosecha de terminales franquicia bastante "continuistas". Así es el LG G5 que hemos probado en Xataka.
El LG franquicia de este año 2016 decidió que sería una revolución a muchos niveles en vez de una evolución sencilla y ha cumplido con ello. En el LG G5 nos encontramos con novedades en el diseño, la cámara, la pantalla y por supuesto su sistema de módulos que nos acerca a esa idea de un terminal al que mejorar ciertos apartados. Toca análisis del LG G5 en Xataka para contaros si el atrevimiento puede complementar una base que ya era bastante sólida.
LG G5, principales características
Sobre una base que nos es muy conocida este año (diagonal de pantalla, procesador, RAM o memoria interna), el LG G5 se desmarca de parte de la competencia más asentada y conservadora con su batería extraíble (literalmente gracias a su diseño modular) así como con la doble cámara con sensores de 16 y 8 MP. Conozcamos de un vistazo la ficha técnica del LG G5.
LG G5, características técnicas | |
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Dimensiones físicas | 149.4x73.9x7.7 mm,, 159 gramos |
Pantalla | IPS Quantum Display 5,3 pulgadas |
Resolución | 2560 x 1440 píxeles (554 ppp) |
Procesador | Snapdragon 820 |
RAM | 4 GB DDR4 |
Memoria | 32 (con ranura microSD hasta 2 TB) |
Versión software | Android 6.0 con LG UX |
Conectividad | LTE Cat 9, Wifi ac, Bluetooth 4.2, NFC, IR |
Cámaras | Posterior doble de 16 MP (f1.8)/ 8 MP (f2.4) Estabilización óptica y enfoque láser Grabación 4K Frontal de 8 MP con flash doble tono / f1.8 |
Batería | 2800 mAh (Extraíble) / Carga rápida |
Extras | Lector de huellas / Puerto USB-C 3.1 |
Precio | Desde 660 euros (en Amazon) |
Review en vídeo del LG G5
Un diseño de los más personales del mercado en la actualidad, con acabado metálico que presta atención a los detalles, y el sistema de módulos, se merecían un completo análisis en vídeo para conocer muy de cerca a este LG G5.
Nada de este LG G5 es como antes
Cuando os adelantamos en nuestras primeras impresiones en directo en Facebook cómo era este LG G5, una pregunta muy repetida fue la del diseño. La cuestión hacía referencia a si nos gustaba o nos parecía horrendo.
Esa pregunta imagino que llega porque de entrada nada parece igual en este LG G5 respecto al diseño de los anteriores modelos de la compañía salvo un buen aprovechamiento del frontal para la pantalla.
Lo más directo que apreciamos al mirar el LG G5 es que se pasa de acabados discretos en plástico o imitaciones de piel a un cuerpo de metal de una sola pieza. Este diseño puede gustar o no, aquí ya depende las preferencias de cada uno, pero lo que es seguro es su nivel de preocupación por los detalles.
A que este diseño sea bastante personal contribuye en primer lugar la unión de trasera y frontal sin marco clásico o bien delimitado, lo que le da mucha continuidad a la vista. Esa sensación se acentúa mucho más con el frontal asimétrico y para mí muy atractivo, y donde el cristal de protección de la pantalla llega hasta el marco superior y se une a él de forma curvada y muy sutil.
La citada continuidad es casi completa en todo el cuerpo metálico excepto en la parte inferior, donde se esconde el gran secreto de este LG G5. Se ha bautizado como diseño modular y nos adelanta en cierta manera una idea de entender el smartphone donde las mejoras llegan por medio de módulos intercambiables. La implementación en este LG G5 está muy lejos de conseguir esto, pero sí que nos deja una manera cuando menos diferente de dotar de mejoras o funcionalidades al teléfono.
El funcionamiento del sistema modular no tiene secretos: por medio de una pestaña robusta y nada fácil de activar sin querer (no hay nada de peligro de que un módulo se suelte por error o accidente), podemos retirar la parte de abajo del LG G5 para sustituirla por diferentes módulos.
El sistema de anclaje es seguro pero hay que ser contundente con el cierre. Si no es así es fácil que no quede perfectamente encajado. Esperábamos un sistema algo más sofisticado y que no recurriera solo a la fuerza bruta para el acople y desacople.
Algo que conviene saber es que cada vez que cambiamos de módulo el sistema de reinicia pues no hay batería integrada, y aunque no será algo que hagamos muy a menudo, es un inconveniente que debería haberse solucionado con algún tipo de pequeña batería interna que mantuviera el sistema activo mientras procedemos al cambio de módulo.
Los accesorios disponibles por ahora son bastante escasos. Solo dos usan el sistema modular, aunque los LG Friends que ha llamado el fabricante coreano incluye las gafas de realidad virtual o la cámara 360 grados, entre otros.
LG Hi-Fi Plus. De la mano de B&O este módulo ha sido creado para quienes buscan más calidad de sonido. Incluye un Hi-Fi DAC de 32 bits y amplificador.
LG Cam Plus. Básicamente es un grip que nos proporciona una batería extra de 1.200 mAh para compensar el gasto de energía en sesiones fotográficas más intensas. Añade también algún botón físico para el disparo, la grabación de vídeo y un modo de zoom que se aprovecha del doble sensor para simularlo
LG espera ofrecer algunos módulos más, así como otros de terceros fabricantes. Es una apuesta compleja y arriesgada y una inversión quizás demasiado grande para el ciclo de vida actual de un terminal de gama alta para ciertos usuarios, seguramente los interesados en este tipo de conceptos. Además hay módulos que se podrían haber mejorado bastante, por ejemplo el de cámara, pues más batería y botón físico nos parece poco ambicioso.
En todo caso este sistema no altera para nada el funcionamiento del terminal, lo que supone seguramente su mayor atractivo, y podemos optar por el LG G5 incluso aunque no tengamos intención de aprovechar el sistema de intercambio de módulos. Que exista la posibilidad y LG se haya atrevido a ofrecerla de forma comercial es una muy buena noticia, aunque el resultado final por diseño y ejecución nos genere dudas.
Por ahora lo más aprovechable del sistema Magic Slot es precisamente que tenemos una batería extraíble en un cuerpo metálico de una sola pieza con el único compromiso de que es un terminal no resistente al agua.
En mano el LG G5 es muy agradable, suave y con bordes muy redondeados. Y pese a ello no hay excesivo deslizamiento y el agarre, sin ser de los mejores, es suficiente. En dimensiones, especialmente peso, altura y anchura, lo encontramos muy equilibrado.
El formato con todos los controles en la parte trasera varía ligeramente en este LG G5. Ahora las teclas de volumen se sitúan en un lateral mientras que el botón de inicio se queda en la parte trasera. En el uso diario hay que realizar un reinicio de nuestra forma de ver un LG, que primero nos pasó todo botón físico a la parte trasera y cuando nos acostumbramos, va y nos lo cambia.
En la parte trasera está el otro elemento que llama poderosamente la atención y será seña de identidad de este terminal es la cámara doble. En esa ligera protuberancia muy bien disimulada quedan recogidos los dos sensores principales de la cámara, el flash LED doble y el láser para el enfoque.
El borde inferior está protagonizado por el puerto USB-C, otro micrófono y el altavoz principal. El sonido que nos ofrece es bastante potente, con buena definición del sonido pero también algo de distorsión si apuramos el volumen al máximo. En el borde superior están el puerto de infrarrojos, un micrófono y el puerto de 3,5 mm para auriculares. Respecto a la calidad de audio de este terminal, hay soporte para aptX HD para sonido de 24 bits vía bluetooth, por si eres de los que usar altavoces externos inalámbricos.
En cuanto a parte frontal, el cristal cubre la parte superior, donde LG ha colocado un altavoz, el gran sensor de 8 MP de la cámara secundaria y un LED de notificaciones configurable.
Algo de lo que hay que hablar con detalle es el sensor de huellas. Su tamaño se ha reducido considerablemente, tanto que incluso la yema de un dedo como el mio, en mano no muy grande, es mayor que la superficie disponible.
Tras unas primeras horas con bastantes problemas de identificación a la primera, nos acabamos acostumbrando a la colocación natural del dedo para identificarnos y una vez asimilada la situación del lector, resulta un sistema muy rápido y que no requiere de pulsar el botón sino solamente posar el dedo sobre él, incluso con la pantalla bloqueada. Pero no creo que esté al mismo nivel de utilidad que los lectores de huellas frontales por mucho que parezca que esa sea su posición natural.
Pantalla de 5,3 pulgadas con buena visibilidad en exteriores
No notarás apenas el cambio pero el LG G5 estrena diagonal de pantalla, la cual los coreanos han reducido desde las 5,5 pulgadas que han caracterizado al franquicia de la compañía en los últimos años hasta las 5,3 del nuevo modelo. La diferencia no es apreciable y nos deja unas dimensiones más que correctas en la línea de lo que hemos visto en anteriores franquicia de LG, sin duda la compañía que mejor ha tratado en su gama la proporción de pantalla respecto al frontal del terminal.
A lo que no renuncia LG es a la resolución QuadHD que ha sido también seña de identidad de los LG G anteriores. Ganamos densidad de píxeles para superar los 550 ppp, que es nitidez absoluta para nuestros ojos, y todo ello manteniendo una tecnología IPS para el panel, que repite tecnología Quantum para ofrecer un contraste más alto que compense las diferencias en ese sentido con las pantallas AMOLED. Lógicamente no llega a los niveles de un SuperAMOLED pero especialmente los negros nos han gustado bastante.
Lo que no acaba de potenciar LG en sus paneles con tecnología Quantum es un brillo contundente sin recurrir a impulsos puntuales. En el uso habitual no estamos ante una pantalla especialmente llamativa en este apartado, se queda en correcta, pero pese a ello y recurriendo a un potenciador del brillo cuando incide luz directa sobre el panel, la pantalla del LG G5 se ve bastante bien en exteriores. Mejor tener el modo automático activado porque es el que nos da un extra de luz para que, combinado con el contraste, facilitar que podamos usar con toda tranquilidad el LG G5 por la calle.
Una novedad que ya resulta imprescindible en la gama alta y que están incorporando los grandes protagonistas menos el iPhone, es el modo Always On. El LG G5 lo construye sobre tecnología LCD pero en nuestras pruebas no hemos apreciado que haya un consumo extra que repercuta en la autonomía a nivel global ni como para obviar esta función que nos parece tan práctica. La implementación que hace LG nos gusta porque es completa (en el sentido de que no limita qué aplicaciones o servicios pueden poner avisos en la pantalla bloqueada) y agrupada. No podemos ver adelantos de las notificaciones pero sí que nos da información visual de notificaciones pendientes y de qué aplicación las ha originado.
Máxima potencia y excelente carga rápida
La configuración interna del LG G5 no trae sorpresas. Combina un Snapdragon 820 con 4 GB de memoria RAM por lo que tanto en pruebas sintéticas como en el día a día se ha mostrado de lo más potente del mercado, sin retrasos ni complicaciones de ningún tipo. Las cifras que hemos obtenido en las pruebas con diversos benchmarks mantienen a este LG G5 entre lo mejor del año a nivel de rendimiento sin que, como ya hemos comprobado en varias configuraciones este 2016, haya problema alguno de sobrecalentamiento.
HTC 10 (Snapdragon 820) | LG G5 (Snapdragon 820) | Xiaomi Mi5 (Snapdragon 820) | Galaxy S7 Edge (Exynos 8) | |
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Antutu | 129634 | 125499 | 110011 | 112920 |
Geekbench (Single/Multi) | 2354 / 5338 | 2277 / 4137 | 2234 / 5412 | 2117 / 6063 |