LG G5 frente a Huawei P9: comparativa fotográfica de los smartphones de doble cámara

En el mundo de la fotografía móvil, pasada la fiebre por los megapíxeles, hemos alcanzado un punto de equilibrio interesante. Dentro de la gama alta y en muchos de los principales terminales, el nivel es tan parecido a nivel de consumidor tanto en resolución como en opciones de control e interfaz, que aunque haya alguno que destaque por resolución (Sony) o en escenas de poca luz (Samsung), la igualdad es la mayor que nunca hemos visto en el apartado fotográfico.

Siendo esa faceta una de las más importantes en un smartphone, ¿qué pueden hacer las marcas para destacar o salir del más de lo mismo en fotografía? Este año tanto el LG G5 como el Huawei P9 nos han enseñado uno de los posibles caminos a seguir: la doble cámara. Esta tendencia creemos que irá al alza en la gama alta, así que hemos enfrentado en una comparativa fotográfica las dos propuestas más diferentes en la actualidad para enseñarte cómo funcionan sus sistemas y qué resultados nos permiten obtener.

Sistemas de doble cámara: en que se diferencian

Como os hemos adelantado en los respectivos análisis del LG G5 y el Huawei P9, la mayor diferenciación de las cámaras de estos terminales está en el sistema de doble sensor que usan. Pero ahí acaban las similitudes pues, como os contamos en este One to One sobre los sistemas de las cámaras de estos smartphones, cada fabricante se vale de la tecnología y duplicidad del sensor para objetivos diferentes.

El primero en llegar al mercado fue el sistema de doble sensor del LG G5. Aquí contamos con uno de 16 MP, el principal, encargado por sí solo de hacer las fotos "clásicas". Junto a él se ha situado un segundo sensor con la mitad de resolución pero una gran diferencia: con él se consigue un gran angular de 135 grados.

El doble sensor del LG G5 ni penaliza ni mejora la calidad de la cámara principal, pero nos deja un gran angular muy divertido de usar. El Huawei P9 sí combina los dos sensores para captar más detalle y luz

El planteamiento contrario vemos en el sistema de doble sensor del Huawei P9, que toma el camino más lógico para este tipo de montajes. Aquí los dos sensores tienen la misma resolución (12 MP) pero no son iguales exactamente.

Uno de ellos solo permite captar información para obtener una imagen en blanco y negro, mientras que el otro es un RGB clásico. La combinación de ambos produce en teoría una imagen con más luz, permite jugar con la apertura de forma simulada, al tiempo que podemos usar si queremos solo el sensor de blanco y negro para fotos con esa característica.

Las fichas técnicas de las cámaras

Pese a que las cámaras de los Huawei P9 y LG G5 lo apuestan todo a un sistema de doble sensor, ya te hemos adelantado en el One to One en vídeo que las propuestas son completamente diferentes tanto por cómo usan ese doble sensor como por las características técnicas del conjunto.

LG G5 Huawei P9
Resolución sensor 16+8 MP 12+12 MP
Tamaño sensor -- --
Dist. focal 28 mm 27 mm
Apertura f1.8 (16 MP) f2.4 (8 MP) f2.2
Enfoque Láser Láser
Cámara secundaria 8 MP (f2.0) 5 MP (f2.2)
Estabilización óptica No
Vídeo 4K 1080p

El módulo de cámara del LG G5 escoge no penalizar la cámara principal. Ahí encontramos un sensor de 16 MP con apertura F1.8 y estabilización óptica. Con él se pueden realizar fotografías de forma "individual", sin que el segundo afecte en nada.

Más allá del apartado técnico, la gran diferencia de la cámara doble de LG G5 y Huawei P9 es que en el segundo caso sí hay siempre una combinación de los dos sensores para obtener la imagen final

La calidad de esas instantáneas, como vimos en su análisis completo en Xataka, está a la altura de los mejores del mercado en la actualidad, con buen detalle, rango dinámico y rendimiento óptimo (pero no el mejor) en escenas nocturnas. Además hay que sumar la interfaz más completa para nosotros, con controles manuales y modo RAW. La grabación de vídeo también cumple con creces, pudiendo optar por calidad 4K.

Fantástica imagen tomada con el LG G5 en modo automático

El segundo sensor del LG G5 reduce su resolución hasta la mitad y ya no incluye ni estabilización ni una apertura de referencia. Su objetivo no es combinarse con el primer sensor para mejorar las fotos sino complementarlo con dos propósitos principales: conseguir fotos con angular de 135 grados (el ojo humano tiene unos 120 grados de visión periférica) y simular un zoom digital.

Esta segunda cámara se activa directamente en la interfaz y es muy divertida de usar. Insistimos que no penaliza (ni tampoco mejora) a la cámara principal, pero sí que nos deja una calidad de imagen final claramente por debajo de la de 16 MP. Aquí no busques ampliar la imagen o tener mucho detalle. Estas imágenes con gran angular nos deja escenas perfectas para compartir con un punto de vista no visto hasta ahora en cámaras de smartphones.

En el extremo contrario está la doble cámara del Huawei P9. Aquí los dos sensores tienen la misma resolución y se combinan para obtener la imagen final. Esos sensores son de 12 megapíxeles sin OIS y con una apertura f2.2. Menos por la resolución, son claramente valores alejados de lo que podemos encontrar en la gama alta y que Huawei dice poder compensar combinando ambos sensores. La grabación de vídeo, por cierto, se queda en 1080p, otro handicap a priori frente a los terminales con los que pretende competir.

La principal diferencia entre los dos sensores del Huawei es que uno es RGB y otro monocromo. Uno captura la toma en color mientras que el otro recoge la misma imagen en blanco y negro. La combinación debería proporcionar una escena final con más detalle y luz. Otras consecuencias de la combinación de los dos sensores es que podemos modificar de forma simulada la apertura y conseguir una máxima de f0,95 que nos deja, si la podemos gestionar adecuadamente, unas tomas con una profundidad de campo límite. Pero como vemos, nada muy diferenciador de lo que otros terminales punteros en la cámara como el LG G5 pueden conseguir con su f1.8.

A la izquierda, el Huawei P9 con apertura f0.95 simulada. A la derecha, el LG G5 con f1.7

Por último hay que decir que la cámara del Huawei P9 es una alianza con Leica, la cual certifica el trabajo realizado con las lentes y el procesamiento de la imagen pero no hay fabricación de ningún tipo.

En las imágenes tomadas con la cámara principal del LG G5 y la doble del Huawei P9, el modelo de LG gana en detalle gracias a su resolución y buen procesamiento con luz, aunque el Huawei P9 mantiene el tipo, eso sí, con excesivo procesamiento al combinar ambas imágenes, lo que nos llevaba a un resultado un tanto artificial cuando observábamos los detalles de cerca en zonas de mucha y variada información.

Los detalles de estas dos cámaras en diferentes situaciones las veremos con detalle en la próxima comparativa fotográfica con los mejores smartphones del año.

Blanco y negro como no has visto en un smartphone o angular de 135 grados

Vistas ya las posibilidades clásicas de las cámaras del LG G5 y Huawei P9, donde el modelo coreano presenta más calidad de resultados basándose en su punto de partida técnico más completo y actual, toca enfrentar a estos dos "atrevidos" de la fotografía móvil en duelos que tengan en cuenta dos de sus principales particularidades, concretamente las que no afectan sobre el papel al resultado global.

Más allá de que mejoren o no los resultados globales, las aportaciones de las cámaras dobles tanto en el LG G5 como en el Huawei P9 nos ofrecen la posibilidad de obtener fotos originales y diferenciales con el smartphone

El punto fuerte del Huawei P9 es la toma de fotografías en blanco y negro como nunca antes habíamos visto en un smartphone. Aquí no hay edición a posteriori sino que el propio sensor que recoge la información es de tipo monocromo. Los resultados son bastante mejores que los que conseguimos aplicando un filtro o editando en blanco y negro a posteriori.

La cámara del Huawei P9 saca todo el partido al sensor monocromo y tanto en contraste como en grises (no hay predominancia de luces y sombras sino de una gama amplia de tonos) y sobre todo textura, no hay rival en el mundo de los smartphones. Es un modo muy llamativo y con el que escenas de alto rango dinámico o con poca luz, nos darán resultados muy aceptables. La contrapartida de este modo de disparo es que al usar exclusivamente el sensor monocromático, solo podemos obtener esa imagen, nada de la versión en color.

Del lado del LG G5, el uso del segundo sensor y lente nos proporciona una escena con un angular de 135 grados, unos 15 más que la capacidad del ojo humano. En este caso actúa el sensor y de 8 MP, por lo que no hay tanto detalle ni calidad final como con el principal, pero a nivel estético y de diferenciación, como pasa con el monocromo del P9, obtenemos imágenes que no podemos conseguir con otros terminales. Fijaos la diferencia de amplitud de la escena tomada con el segundo sensor del LG G5 y el Huawei P9.

Huawei P9 en modo automático
LG G5 con el modo de 135 grados gracias a su segundo sensor de 8 MP

La otra diferencia del LG G5 con el Huawei P9 por el doble sensor está en el modo de realizar zoom. El LG G5 presume de poder ejecutar uno con más calidad que el que hemos estado viendo hasta ahora con el uso de un único sensor. Y efectivamente, sin llegar a la calidad de un zoom óptico, los resultados con el LG G5 son bastante aceptables.

Imagen panorámica con el sensor de 8 MP
La que obtenemos con el sensor principal, de 16 MP, es la de mejor calidad con diferencia
Con el zoom al máximo, éste es el resultado

El doble sensor en escenas nocturnas

Tras los usos específicos y únicos del sistema de doble sensor del P9 y el LG G5, va siendo hora de comprobar si la teórica ventaja del doble sensor del modelo de Huawei para escenas nocturnas es tal. La lógica nos dice que con la ayuda del sensor monocromo, centrado en captar el nivel de luz, el segundo sensor RGB podrá utilizar esa información para conseguir una escena final con más detalle y menos ruido.

Estabilización óptica y más apertura frente a la combinación de dos sensores: ¿Quién saca mejores resultados cuando hay poca luz?

Aquí Huawei enfrenta su sistema de doble sensor con la lógica que se aplica hasta ahora en smartphones para lograr captar más luz: estabilización óptica y apertura grande. El LG G5 recurre a los dos métodos (F1.8 y OIS). Veamos los resultados de la comparativa.

En una escena general de noche, con zonas poco iluminadas y otras mucho, se ve claramente ya la tendencia de que el LG G5 puede recoger más luz de forma global. Sus resultados nos dejan más dificultad para no sobreexponer las zonas iluminadas como el interior de la heladeria, pero por otro lado tenemos más detalle y menos procesamiento.

Por su parte, el Huawei P9, que dispara en escenas nocturnas de forma considerablemente más lenta (e incluso cuando hay poca luz nos pide mantener estático el terminal tras el disparo para mejorar el resultado), controla mucho mejor la exposición general pero perdemos excesivo detalle y hay un procesamiento excesivo.

En una escena más sencilla para los smartphones, con una fuente de luz bien definida y pocos detalles en la imagen, vemos mucha más igualdad ... de lejos. A la derecha está la imagen reducida del LG G5 y a la izquierda, la del Huawei P9.

Si recortamos al 100% y miramos cómo resuelve el detalle del letrero, el LG G5 ya se impone claramente:

En general, en las escenas nocturnas donde hemos puesto a prueba estos dos terminales, no apreciamos que haya un beneficio real del uso del doble sensor. No al menos al nivel de poder competir con los mejores smartphones del mercado, los cuales ya llevan un par de generaciones con un buen procesamiento y estrategias (tamaño del fotodiodo, apertura, estabilización) que ahora mismo se han mostrado más eficaces para mejoras las escenas con poca luz que la que plantea Huawei con su P9.

Imagen interior nocturna con el LG G5 y captura 100%
Imagen en las mismas condiciones con el Huawei P9 y recorte al 100%

Una consecuencia de la ausencia de estabilización y apertura más grande en el doble sensor del Huawei P9 es que en modo automático, en algunas situaciones, el sistema tiende a escoger un tiempo de exposición alto, lo que nos deja fácilmente fotos movidas.

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