LG ha pisado el acelerador a fondo. La entrada el año pasado de Samsung en la industria de la fabricación de paneles OLED de gran formato ha propiciado que esta compañía haya sacado la artillería antes de lo que los analistas habían previsto. Su innovación más contundente es la tecnología MLA (Micro Lens Array), que a grandes rasgos requiere la introducción en la estructura del panel orgánico de una matriz que aglutina varios millones de diminutas microlentes con el propósito de incrementar su capacidad de entrega de brillo un 70%.
El televisor que estamos a punto de probar a fondo no incorpora esta novedad, pero esto no enmascara su atractivo. Hemos analizado minuciosamente todos los modelos de la serie C que ha lanzado LG durante los últimos cinco años, y para nosotros esta es la gama con la mejor relación precio/prestaciones de esta marca si nos ceñimos a sus televisores OLED. Este C3 tiene mucho en común con el modelo C2 del año pasado, pero, sobre el papel, lleva un paso más allá la que sin duda es la cualidad diferencial de los televisores con matriz orgánica: su calidad de imagen.
LG OLED C3: especificaciones técnicas
LG OLED65C3 |
características |
---|---|
panel |
OLED evo 4K UHD de 65 pulgadas, 120 Hz, 10 bits y relación de aspecto 16:9 |
resolución |
3.840 x 2.160 puntos |
hdr |
Dolby Vision, HDR10 y HLG |
procesador de imagen |
4K Alpha 9 Gen 6 con IA |
sistema operativo |
WebOS 23 |
modo cineasta |
Sí |
dolby vision iq |
Sí |
conectividad |
4 x HDMI 2.1, 3 x USB 2.0, 2 x RF, 1 x salida audio digital óptico, 1 x CI, 1 x Ethernet, 1 x IR y 1 x salida auriculares/línea |
conectividad inalámbrica |
Wi-Fi 5 / 6E (según versión) |
tecnologías para juegos |
NVIDIA G-SYNC, AMD FreeSync Premium, VRR, ALLM, HDR GiG y GeForce Now |
sonido |
Dolby Atmos |
etiqueta energética |
Clase F |
dimensiones |
1.441 x 880 x 230 mm (con peana) |
peso |
18,5 kg (con peana) |
precio |
LG OLED65C34LA 65", 4K OLED, Smart TV, HDR10, webOS23, Procesador Alta Potencia, Dolby Vision, Dolby Atmos, Gaming, Alexa/Google Assistant
El diseño y el acabado de este televisor son continuistas, y nos parece bien
Si nos ceñimos a su diseño este OLED C3 sigue a pies juntillas el mismo camino recorrido por el C2 el año pasado, y por los modelos C1 y CX antes que aquel. Sus marcos son muy finos y su panel apenas tiene 7 mm de grosor en la parte más estrecha a pesar de que los ingenieros de LG en su momento introdujeron una nueva capa de material en las matrices evo. El módulo en el que reside la lógica de procesado y los conectores incrementa el grosor del televisor hasta los 45,1 mm, pero, aun así, sigue siendo una cifra comedida. Nada que objetar hasta aquí.
Una de las principales señas de identidad de este televisor es su peana. Es muy similar a la del modelo C2 de 2022, y me parece un acierto que los diseñadores de LG hayan mantenido esta base y no hayan optado por una más voluminosa como la de otras propuestas de esta marca. Y es que aunque apenas tiene 47 cm de anchura esta peana garantiza la estabilidad del panel de 65 pulgadas que incorpora la versión de este televisor que hemos analizado. Además, las peanas centrales nos permiten colocarlo sin problema sobre una superficie con un tamaño comedido.
La superficie trasera de este televisor es diáfana, al igual que en las revisiones de años anteriores. Su acabado ligeramente rugoso le da un toque prémium que encaja estupendamente con un dispositivo inequívocamente de gama alta, y el recinto que contiene el panel orgánico es lo suficientemente rígido para permitirnos manipularlo con comodidad cuando lo estamos instalando. Un apunte importante: las cuatro entradas HDMI de este televisor implementan la norma 2.1 y trabajan a 48 Gbps, por lo que pueden transportar señales 2160p a 120 Hz con una profundidad de color de 12 bits y submuestreo 4:4:4.
Volvemos a fijarnos en la peana. Su mecanizado es impecable, pero esta característica no es ninguna novedad porque la base utilizada en los modelos C1 y anteriores, que era mucho más voluminosa, también estaba muy bien mecanizada. Eso sí, un punto claramente a favor de la peana de las revisiones C2 y C3, más allá del hecho de que es mucho más compacta, consiste en que es más sencillo y rápido instalarla. Probablemente ni siquiera los usuarios que no están familiarizados con el montaje de los televisores de gran formato tendrán problemas para instalar este C3.
La revisión 23 de WebOS, que es la que incorpora este televisor, es muy similar a su predecesora. Su interfaz desde un punto de vista estético me gusta, pero la baza más sólida de este sistema operativo es su rapidez. Nos permite desplazarnos con una latencia mínima, y, además, el tiempo que invierte este software en iniciar y cerrar las apps es moderado, por lo que en este terreno no tengo nada que objetar. WebOS lleva muchos años a muy buen nivel, pero echo de menos un refresco de la interfaz que rompa con el continuismo de las últimas revisiones. Quién sabe, puede que LG nos sorprenda en este ámbito el año que viene.
Como cabe esperar de un televisor prémium, este C3 nos permite manipular un abanico muy amplio de parámetros para sacar el máximo partido posible a su panel orgánico. Viene bien calibrado de fábrica, pero es posible refinar la forma en que resuelve la colorimetría si recurrimos a una sonda y una herramienta de ajuste profesional. Con toda probabilidad pocos usuarios tienen estos recursos a su disposición, pero pueden recurrir a un técnico con experiencia en calibración profesional de dispositivos de imagen. Es evidente que es un gasto más que se suma al precio del televisor, pero nos garantiza que la reproducción del color tanto en SDR como en HDR es fidedigna.
El mando a distancia que nos entrega LG junto a este televisor es el mismo que nos propuso el año pasado y el anterior, y me parece bien porque es un accesorio bien pensado. Nos permite interactuar con el televisor utilizando un puntero e incorpora accesos directos a algunas de las apps más utilizadas. Eso sí, no es un mando lujoso; está fabricado completamente en policarbonato (como el de casi todos los televisores de gama alta). Su único punto débil, en mi opinión, es que en ocasiones pierde la sincronía con el televisor y el desplazamiento del puntero a través de la interfaz se vuelve menos preciso. Aun así, no es grave porque esta incidencia no suele tener un impacto profundo en nuestra experiencia.
Con cine y series despunta. Con videojuegos es un televisor soberbio
Para poner a prueba la calidad de imagen de este televisor recurrí a algunas de las películas en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K que suelo utilizar, entre las que merece la pena destacar 'Dune', 'El renacido', 'La llegada', 'Interstellar', 'Blade Runner 2049' o 'Spider-Man: Lejos de casa', entre otras. También utilicé contenido de Netflix y YouTube que conozco muy bien.
La fotografía que podéis ver debajo de estas líneas la tomé utilizando un microscopio digital, y muestra la matriz de subpíxeles WRGB que conforma el panel OLED evo. A diferencia de los televisores con panel LCD, los dispositivos con diodos orgánicos tienen una alta capacidad de dispersión de la luz, por lo que no necesitan que se coloque encima del panel una lámina de dispersión adicional para ofrecernos unos ángulos de visión muy amplios.
Generación tras generación me sigue sorprendiendo la habilidad con la que los televisores OLED reproducen el color. No obstante, los paneles evo de tercera generación, que llegaron en 2021, dieron un paso firme hacia delante en este ámbito frente a las matrices OLED de segunda generación, que llegaron en 2016. Los paneles evo son más luminosos y duraderos que sus predecesores, pero también reproducen los colores primarios con más pureza. El rendimiento de este televisor si nos ceñimos a la forma en que resuelve la colorimetría es muy bueno, pero, como os he anticipado unas líneas más arriba, una calibración minuciosa puede mejorarlo perceptiblemente.
Este televisor incorpora un procesador de imagen Alpha 9 Gen 6, un chip capacitado para ejecutar algoritmos de inteligencia artificial que sobre el papel es un poco más capaz que el procesador de quinta generación que incorpora el modelo C2 del año pasado. Es difícil concluir si el procesado de imagen del C3 es más refinado que el de su predecesor sin enfrentarlos cara a cara, pero si he de mojarme apostaría que el chip Alpha 9 Gen 6 consigue combatir el ruido de alta frecuencia mejor que el procesador del año pasado. De hecho, lo hace absolutamente imperceptible. Cuando la señal de vídeo tiene cierta calidad las imágenes que nos entrega este televisor tienen una limpieza impoluta.
Los paneles OLED de segunda generación entregan a pantalla completa 135 nits, mientras que las matrices OLED evo se mueven entre 160 y 180 nits (entre un 20 y un 30% más de brillo). Estas cifras reflejan algo que es fácilmente perceptible cuando tienes delante este televisor: se siente extraordinariamente cómodo con los contenidos HDR. En mi opinión sobresale cuando tiene que lidiar con los metadatos dinámicos de Dolby Vision, lo que unido a los negros abisales que es capaz de entregarnos nos garantiza una experiencia muy cinematográfica. Eso sí, su calidad de imagen se resiente si hay mucha luz ambiental. El gran 'pero' que le pongo en este ámbito es el mismo de siempre: no procesa de forma nativa contenidos HDR10+.
Otra área en la que este televisor está, en mi opinión, un paso por delante de los modelos OLED que nos propuso LG el año pasado es su capacidad de recuperar detalle en las regiones en sombra. En las secuencias más oscuras de 'Dune' y 'El renacido' nos entrega mucho detalle en las zonas menos iluminadas. Y, además, consigue hacerlo minimizando el ruido. El mérito de los algoritmos de procesado está fuera de toda duda, pero será interesante averiguar cómo resuelve estas secuencias el modelo G3, que, a diferencia de este C3, incorpora el nuevo panel OLED evo dotado de microlentes.
La capacidad autoemisiva de los subpíxeles que conforman la matriz orgánica de este televisor le permite resolver las áreas que tienen un contraste muy marcado sin evidenciar el más mínimo rastro de blooming (es ese defecto que se manifiesta bajo la forma de unos halos que rodean las zonas más iluminadas de cada fotograma).
Además, sus negros, como cabe esperar, son extremadamente profundos, una cualidad que refleja que este televisor tiene un brillo residual muy bajo y una capacidad de entrega mínima de luz ínfima (probablemente se mueve en la órbita de los 0,0005 nits con los que también coquetea el S95C de Samsung).
Eso sí, su circuito ABL (Automatic Brightness Limiter), que se responsabiliza de ajustar y limitar el nivel de brillo para prevenir el marcado del panel, es en ocasiones agresivo, por lo que en esta área este televisor tiene margen para mejorar.
Por fin llegamos a un escenario de uso en el que este televisor se siente no cómodo, sino comodísimo: los videojuegos. En esta área lo tiene todo: cuatro entradas HDMI 2.1 con ancho de banda completo; sincronización adaptativa VRR, NVIDIA G-SYNC y AMD FreeSync Premium; ALLM; un tiempo de respuesta de solo 0,1 ms... Además, su calidad de imagen al habilitar el modo para juegos no se resiente lo más mínimo.
Lo he probado a fondo con nuestra Xbox Series X y varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’ y ‘Ori and the Will of the Wisps’, y he medido una latencia tanto a 1080p como a 2160p de entre 10 y 11 ms a 60 Hz, y de tan solo unos 6 ms a 120 Hz. No son unas cifras de récord, pero son buenísimas. Actualmente este C3 es uno de los mejores televisores para jugar que podemos comprar.
La siguiente fotografía está tomada intencionadamente a oscuras para evaluar la cobertura antirreflejos que incorpora el modelo C3. El tenue destello del centro de la imagen lo lancé desde el flash de un smartphone colocado a escasos centímetros del panel, y, como podemos ver, la cobertura antirreflejos logra atenuarlo con mucha eficacia. Nada que objetar en este ámbito.
Durante nuestras pruebas el consumo de este televisor con panel orgánico arrojó en algunos instantes picos superiores a los 260 vatios coincidiendo con la restitución de aquellos fotogramas que requieren una mayor capacidad de entrega de brillo. Su consumo medio, no obstante, es muy inferior (aproximadamente 115 vatios).
Su sonido cumple, pero no está a la altura de su calidad de imagen
Las prestaciones sonoras de este televisor son esencialmente calcadas a las del modelo C2 del año pasado. Resuelve bien las voces; logra mantener la distorsión bajo control siempre que no se nos vaya la mano con el nivel de presión sonora y genera una escena sonora amplia. Sin embargo, su extremo grave apenas tiene pegada y su resolución al reproducir las frecuencias más altas es comedida.
En mi opinión para bordar la experiencia que nos ofrece con cine y videojuegos lo ideal es recurrir a una buena barra de sonido, o, mejor todavía, a un equipo multicanal dedicado. LG nos propone una barra de sonido, la SC9S, que ha sido diseñada expresamente para trabajar codo con codo con este televisor (se acopla a la perfección a su peana). Tuve la oportunidad de probarla brevemente durante la presentación en Madrid de los nuevos televisores de esta marca, y aunque no he podido formarme una opinión sólida acerca de su rendimiento creo que merece la pena tenerla en cuenta.
LG OLED C3: la opinión y nota de Xataka
Este televisor lleva el adjetivo 'todoterreno' a un nuevo nivel. Su calidad de imagen con cine, series y videojuegos es sobresaliente, especialmente una vez que ha sido calibrado minuciosamente para optimizar su reproducción del color. Además, rinde de maravilla con los contenidos Dolby Vision y WebOS 23 es rápido e intuitivo, aunque, eso sí, le vendría bien un refresco estético para el año que viene. No obstante, no puedo dejarme en el tintero el excepcional rendimiento que nos entrega este televisor con videojuegos gracias a su mínima latencia e ínfimo tiempo de respuesta.
Los puntos a mejorar no abundan, pero a los usuarios nos interesa tenerlos en cuenta. Al igual que los demás televisores OLED de LG, este C3 no procesa contenidos HDR10+. Por otro lado, el ABL en ocasiones tiene un comportamiento algo agresivo; su sonido no está a la altura de su gran calidad de imagen; y, por último, no todas las versiones de este televisor cuentan con conectividad Wi-Fi 6E (algunas implementan Wi-Fi 5). Pese a estas características a mejorar es una opción muy apetecible que merece la pena tener en cuenta si ante todo buscamos un televisor que nos entregue un rendimiento de primera división tanto con cine como con videojuegos.
9,3
A favor
- Su calidad de imagen global es sobresaliente tanto con cine como con videojuegos
- Una vez calibrado minuciosamente su reproducción del color roza la perfección
- Rinde de maravilla con los contenidos HDR, especialmente con aquellos en formato Dolby Vision
- WebOS 23 es rápido, pulcro y muy intuitivo
- Es una delicia con juegos por su baja latencia, mínimo tiempo de respuesta y soporte completo de la norma HDMI 2.1
- El módulo de optimización para juegos es ambicioso y muy práctico
En contra
- No procesa contenidos HDR10+
- El ABL en algunos momentos es algo agresivo
- Su sonido no está a la altura de su gran calidad de imagen
- No todas las versiones de este televisor cuentan con conectividad Wi-Fi 6E; algunas implementan Wi-Fi 5
LG OLED65C34LA 65", 4K OLED, Smart TV, HDR10, webOS23, Procesador Alta Potencia, Dolby Vision, Dolby Atmos, Gaming, Alexa/Google Assistant
Este televisor ha sido cedido para este análisis por LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.
Más información: LG
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 14 Comentarios