Esta no es la primera vez que probamos esta pantalla con panel OLED flexible. Tuvimos la oportunidad de coquetear con ella a principios del pasado mes de septiembre, durante la última edición de IFA, pero nos quedamos con ganas de más. De analizarla a fondo. Y es justo lo que hemos podido hacer en esta ocasión: probarla durante mucho más tiempo y en nuestras propias instalaciones.
Es evidente que la característica más llamativa de este televisor es su panel OLED evo flexible, pero tiene otras cualidades en las que merece la pena que indaguemos con calma. Y, por supuesto, lo haremos en este artículo. No obstante, antes de seguir adelante merece la pena que hagamos un inciso importante. Para LG esta pantalla es un televisor, pero para nosotros es un monitor.
Tiene sentido contemplarla como un televisor porque, al fin y al cabo, ha heredado esencialmente la misma tecnología que nos proponen los actuales televisores OLED evo de LG. Sin embargo, para nosotros el tamaño de su panel (tiene 42 pulgadas), la posibilidad de curvarlo a demanda del usuario, su ergonomía y sus prestaciones para juegos encajan como un guante con lo que le pedimos a un monitor prémium. Y, por esta razón, en adelante lo trataremos como tal. Una sugerencia antes de empezar: abrochaos los cinturones.
LG OLED Flex: especificaciones técnicas
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características |
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panel |
OLED evo flexible 4K UHD de 42 pulgadas, 10 bits, 120 Hz y 16:9 |
resolución |
3.840 x 2.160 puntos |
hdr |
Dolby Vision IQ, HDR10 y HLG |
procesador de imagen |
Alpha 9 Gen 5 |
sistema operativo |
webOS 22 |
sincronización adaptativa |
AMD FreeSync Premium NVIDIA G-SYNC |
tiempo de respuesta |
0,1 ms |
sonido |
2.2 canales 40 vatios Dolby Atmos |
conectividad |
4 x HDMI 2.1, 3 x USB 2.0, 1 x Ethernet, 1 x salida digital óptica, 1 x entrada RF, 1 x RS-232C y 1 x jack para auriculares |
conectividad inalámbrica |
Wi-Fi 6 Bluetooth 5.0 |
dimensiones |
937,3 x 751,8 x 297,2 mm (con peana) |
peso |
22,5 kg (peana incluida) |
precio |
TV LG 4K OLED evo FLEXible con iluminación de ambiente LED y procesador Inteligente de máxima potencia 4K
LG no se ha limitado a copiarse a sí misma. Este monitor tiene personalidad propia
Si echáis un vistazo con un poco de detenimiento a la tabla de especificaciones que publicamos un poco más arriba comprobaréis que el panel y la electrónica de procesado de esta pantalla son esencialmente idénticos a los de los últimos televisores de esta marca. El panel es una matriz OLED evo en toda regla. Su sustrato es flexible, sí, pero se trata de un panel evo de pura cepa. Además, de procesar las imágenes se responzabiliza el mismo chip Alpha 9 de 5ª generación que podemos encontrar en algunos televisores OLED de LG.
Por otro lado, este monitor puede lidiar con contenidos Dolby Vision IQ, HDR10 y HLG, pero no con HDR10+ (al igual que los televisores de esta marca). Y otra de sus señas de identidad más importantes es la presencia de cuatro entradas HDMI que implementan la norma 2.1 y que nos entregan un ancho de banda completo (48 Gbps). De hecho, esta característica refleja con claridad su vocación de consolidarse como una pantalla atractiva para jugar. En la siguiente imagen podemos ver qué aspecto tiene cuando el panel es completamente plano.
Curvar el panel OLED de este monitor es una delicia no solo por el impacto que la curvatura tiene en nuestra experiencia (indagaremos en ella más adelante), sino por lo bien ejecutado que está este proceso. De hecho, es casi adictivo. Y es que para pasar de una pantalla plana a otra con curvatura 900R lo único que tenemos que hacer es presionar un botón del mando a distancia. Eso es todo. Es un procedimiento completamente automático, y al principio es difícil no quedarse embobado contemplando el mecanismo que se encarga de ejercer y mantener la presión que requiere el panel para preservar la curvatura.
La peana central que se encarga de garantizar la estabilidad del panel es muy sólida y voluminosa. No tiene nada que ver con las peanas de los televisores de LG debido a que en su interior reside la electrónica de procesado de la pantalla y el motor eléctrico que actúa sobre la curvatura de la matriz OLED. Además, la columna de la peana tiene incrustadas varias tiras LED sobre cuyo comportamiento podemos actuar activando uno de los cinco modos de iluminación de ambiente predefinidos. Estos LED también pueden sincronizarse con los gráficos, y, aunque me ha gustado, esta tecnología de iluminación no alcanza la sofisticación ni nos entrega la capacidad de inmersión de Ambilight de Philips.
En la siguiente fotografía podemos ver con más detalle cómo es el mecanismo que se encarga de curvar el panel. Como es lógico, el revestimiento de la matriz es dúctil. De lo contrario se fracturaría al ejercer presión sobre él. Sin embargo, y esto me ha sorprendido gratamente, no transmite la más mínima sensación de fragilidad. De hecho, nada en este monitor es endeble. Es una pantalla con ambición prémium y un precio prémium, y habría sido un error muy grave que LG no mimase su construcción. Pero sí, lo ha hecho. Su acabado es sobresaliente.
La peana está impecablemente mecanizada en aluminio y es bastante estilizada. A quien se haga con esta pantalla con la intención de utilizarla como monitor no le costará colocarla en su escritorio siempre que, eso sí, no pase por alto que un panel de 42 pulgadas tiene más de 90 cm de anchura. Un apunte interesante en el que indagaremos más adelante: las microperforaciones de la peana delatan que en su interior residen los altavoces de este monitor. Es una ubicación peculiar, así que en unos minutos comprobaremos qué tal rinden.
Esta experiencia es única. Va bien con todo, aunque se luce con los juegos
Esta pantalla comparte con los últimos televisores de LG un ingrediente importante: su sistema operativo. WebOS 22 nos ofrece en este OLED Flex exactamente la misma experiencia que nos propone en el OLED C2, que es para nosotros el televisor OLED más equilibrado de esta marca hasta ahora.
Es una interfaz bastante rápida, y el tiempo que invierte en ejecutar y cerrar las apps es asumible, aunque el control con el puntero del mando a distancia no es siempre preciso. De hecho, en ocasiones he tenido que apuntar fuera del monitor para llevar a cabo la acción que quería desencadenar. No es grave, pero es algo que LG debería refinar.
Por otro lado, aunque por su tamaño, su diseño, y también por la posibilidad de curvar la pantalla, encaja estupendamente en el escenario de uso de un monitor, no prescinde de ninguna de las prestaciones que nos proponen los televisores OLED de LG. De hecho, su capacidad de ofrecernos lo mejor de estos dos mundos es una de sus virtudes más atractivas.
Por un lado webOS pone a nuestro alcance una abanico enorme de apps, y, como hemos visto, esta pantalla puede lidiar con los formatos HDR más populares (solo se le escapa HDR10+). Esta flexibilidad es poco habitual en los monitores, y, desde luego, es muy bienvenida.
En la siguiente sección de este análisis pondremos a prueba su calidad de imagen tanto con películas como con videojuegos, pero vaya por delante algo importante: este monitor sale muy bien calibrado de fábrica. De hecho, en este apartado me recuerda muchísimo al televisor OLED C2 que analicé en abril de 2022.
La buena noticia en este ámbito es que apenas hace falta tocarlo para disfrutar plenamente su calidad de imagen. Y la mala es que si queremos exprimir su panel al máximo, al 100%, lo ideal es recurrir a una sonda y un software de calibración profesional. Con videojuegos no me parece necesario, pero si queremos afinarlo para cine y podemos permitírnoslo, sin duda es una buena idea.
Como he mencionado unos párrafos más arriba la máxima curvatura que puede adoptar el panel de este monitor es 900R, pero esto no significa que debamos optar necesariamente por la planicidad total, o bien por esta curva. Este monitor nos permite escoger entre 20 niveles de curvatura diferentes, de modo que, por ejemplo, podemos utilizarlo con un factor de forma plano para procesar fotografías, con una curvatura sutil para editar vídeo, y con la máxima curvatura para jugar. Pone en las manos del usuario la libertad de elegir qué curvatura encaja mejor en su escenario de uso y resuelve mejor sus preferencias, y esta flexibilidad, una vez más, juega claramente a su favor.
En la siguiente fotografía de detalle podemos ver el menú que aparece en la parte inferior de la pantalla cuando necesitamos actuar sobre la curvatura. Por supuesto, este ajuste podemos llevarlo a cabo utilizando el mando a distancia, y, además, el monitor nos permite guardar la nueva curvatura personalizada para recuperarla posteriormente cuando necesitemos volver a ella.
La posibilidad de memorizar varias curvaturas y activarlas en cualquier momento de forma automática está muy bien y refuerza la idea de que este dispositivo es, en realidad, una pantalla que aglutina las capacidades de un televisor y un monitor.
No podía dejar pasar la oportunidad de conectar mi ordenador portátil a este monitor para comprobar qué tal se porta cuando lo usas para editar texto, trabajar con hojas de cálculo, retocar fotografías y navegar en internet. Hacer todo esto en una pantalla OLED 4K UHD de 42 pulgadas con una calidad de imagen tan alta y un parpadeo tan reducido es una delicia.
A mí me encaja totalmente en este escenario de uso, pero, honestamente, creo que en este terreno no es la solución ideal para todos los usuarios. Si os apetece conocer con todo detalle la experiencia de alguien que ha utilizado un OLED C2 de 42 pulgadas para trabajar os sugiero que leáis el artículo de mi compañero Javier Pastor. Ahí va un espóiler: no le convenció.
Eso sí, con videojuegos este monitor no se siente cómodo; se siente comodísimo. Y es que tiene todo lo que los entusiastas podemos pedir a una pantalla para gaming: cuatro entradas HDMI 2.1; sincronización adaptativa mediante VRR, FreeSync Premium de AMD o G-SYNC de NVIDIA; un tiempo de respuesta de menos de 1 ms...
Da igual si lo conectas a un PC equipado con una tarjeta gráfica de AMD o NVIDIA de última generación, a una Xbox Series X o S, o a una PlayStation 5; con todos estos equipos va a entregarnos un rendimiento excepcional. Nosotros lo hemos probado con nuestra Xbox Series X, y hemos utilizado varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’, 'Cuphead' y ‘Ori and the Will of the Wisps’.
Y, como esperaba, la experiencia que nos propone con todos estos juegos es esencialmente calcada a la que nos entrega el OLED C2 de LG, que, en mi opinión, es uno de los mejores televisores que podemos comprar actualmente para jugar. Según mis medidas la latencia oscila entre 10 y 11 ms, lo que unido a un tiempo de respuesta inferior a 1 ms provoca que el control que nos entrega con los juegos más exigentes sea fantástico. En este ámbito se codea de tú a tú con los mejores monitores para gaming, y esto no está ni mucho menos al alcance de cualquier pantalla.
Además, al igual que los últimos televisores de esta marca incorpora un panel específico para juegos que nos permite consultar de un vistazo los parámetros más relevantes en este escenario de uso. No obstante, desde este componente podemos hacer algo más que consultarlos; también podemos actuar sobre todos ellos sin necesidad de bucear en el menú de configuración global del televisor.
Algunas de las cosas que podemos hacer son activar las tecnologías de refresco adaptativo, habilitar el modo de baja latencia de entrada o actuar sobre algunos parámetros que condicionan la calidad de imagen, como, por ejemplo, el nivel de brillo que limita el detalle que es posible recuperar en las regiones en sombra. Como veis, este panel para juegos no pinta nada mal.
Por último, el mando a distancia que nos entrega LG junto a este monitor es casi idéntico al de sus últimos televisores. Tiene botones de acceso directo a cuatro plataformas de vídeo vía streaming, y, como he mencionado más arriba, el control del puntero en ocasiones es poco preciso. Un detalle interesante: el botón que nos permite manipular la curvatura del panel es el que está colocado en el centro del mando a distancia, justo encima del botón de activación del micrófono.
Su calidad de imagen y sonido es soberbia tanto con cine como con videojuegos
Para poner a prueba su calidad de imagen y sonido recurrí a algunas de las películas en 4K UHD que suelo utilizar en mis análisis de televisores, entre las que merece la pena destacar 'El renacido', 'La llegada', 'Interstellar', 'Blade Runner 2049' o 'Spider-Man: Lejos de casa', entre otras. Algunas de estas cintas destacan por su cuidada fotografía, pero todas ellas son útiles para identificar cómo resuelven el panel y el procesado de la imagen parámetros cruciales como son el detalle en las regiones en sombra, el ruido de alta frecuencia o la limitación automática de la entrega de brillo.
La secuencia inicial de 'Blade Runner 2049' es muy útil, precisamente, para evaluar qué nivel de detalle es capaz de recuperar un dispositivo de visualización en las regiones en sombra, y este monitor OLED ha superado este reto con nota. Sus negros son extremadamente profundos, que es lo que cabe esperar de un panel orgánico, pero, además, recupera mucho detalle en las zonas menos iluminadas de cada fotograma. Cuando lo utilizamos para reproducir películas la experiencia que nos entrega esta pantalla si apagamos las luces es estupenda.
Es muy difícil conseguir que una fotografía refleje con una fidelidad absoluta las características de las imágenes que nos entrega una pantalla "en vivo". El siguiente fotograma de 'Troya' es muy puñetero porque obliga al panel a entregar mucha luz en una porción muy amplia de la matriz. Este monitor lo ha resuelto de una forma convincente, aunque, como podemos ver, el nivel de detalle en las regiones más iluminadas flaquea y el color queda un poco lavado. Aun así, su rendimiento en este apartado es muy parecido al del OLED C2, por lo que su calidad de imagen global en la mayor parte de las escenas es sobresaliente.
La calidad de imagen que nos entrega con videojuegos esta pantalla es fantástica. Reproduce el color con una gran riqueza, y, además, su capacidad de entrega de brillo máxima se acerca mucho a los 900 nits del OLED C2, por lo que los juegos con HDR son una auténtica gozada.
Un inciso importante: en ‘Forza Horizon 4’ la pantalla curva incrementa claramente la capacidad de inmersión si nos sentamos cerca del monitor. A una distancia aproximada de entre 50 y 80 cm la curvatura 900R es mi favorita, aunque merece la pena probar otras opciones para que cada usuario dé con la curva con la que se siente más cómodo.
Es muy difícil poner pegas a esta pantalla cuando la utilizamos con videojuegos. Su calidad de imagen global en este escenario de uso es muy alta, y, además, como hemos visto, su latencia es muy comedida y el panel OLED tiene un tiempo de respuesta bajísimo. No importa lo exigente que sea el juego que le entregamos si nos ceñimos a su acabado gráfico o su control; este monitor no es de los que se arrugan fácilmente. Disfrutar un título tan adictivo como 'Cuphead' en este OLED Flex es una delicia, sobre todo si tenemos en cuenta lo exigente que es este juego con el control.
En la fotografía de detalle que publicamos debajo de estas líneas podemos intuir los altavoces que LG ha integrado en la peana de este monitor. Su arquitectura es de 2.2 canales, la amplificación entrega un total de 40 vatios y procesa sonido Dolby Atmos. Más allá de sus especificaciones lo realmente importante es que suena muy bien.
De hecho, resuelve este apartado mejor que ningún otro monitor que yo haya analizado hasta ahora porque consigue entregarnos un nivel de presión sonora máximo importante sin que la distorsión se desmande. Incluso suena mejor que muchos televisores prémium de más pulgadas. Aun así, si queremos un sonido más dinámico y unos graves con más pegada (el extremo grave de esta pantalla es limitado) es una buena idea apostar por unas cajas acústicas externas, una buena barra de sonido o unos auriculares de calidad.
LG OLED Flex: la opinión de Xataka
Este monitor es un soplo de aire fresco. Como hemos comprobado a medida que hemos ido avanzando en este análisis aglutina las características más atractivas de los televisores OLED que nos ha propuesto LG en 2022 y nos las entrega en un dispositivo con un factor de forma y una ergonomía que encajan como un guante con los que suele proponernos un monitor de gran formato. Como idea no está nada mal, pero no podemos pasar por alto el impacto que tiene en nuestra experiencia su panel flexible.
La posibilidad de actuar sobre la curvatura de la matriz OLED con tanta libertad tiene sentido
Y es que la posibilidad de actuar sobre la curvatura de la matriz OLED con tanta libertad tiene sentido. Lo ideal es que cada usuario adapte la curvatura a la distancia a la que se sienta de la pantalla, y también al escenario de uso en el que la utiliza en un momento determinado. Yo agradezco mucho la curvatura con juegos porque nos ofrece una mayor capacidad de inmersión, aunque tengo dudas de su utilidad en otros escenarios de uso siempre y cuando tenga la opción de sentarme a una distancia que me permita mirar el panel con comodidad cuando está en formato plano.
Por otro lado, la calidad de imagen global de esta pantalla con películas y juegos es muy similar a la que nos entrega el televisor OLED C2 de LG. Palabras mayores. Incluso suena bien. La única pega de cierta entidad que le pongo es la misma que reclamo desde hace años a los televisores de esta marca: no procesa contenidos HDR10+. Solo una cosa más. Su precio lo coloca claramente fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios, y es una lástima. Confiemos en que poco a poco las pantallas con panel flexible se popularicen y los fabricantes puedan proponérnoslas con un precio mucho más asequible que el de este monitor.
TV LG 4K OLED evo FLEXible con iluminación de ambiente LED y procesador Inteligente de máxima potencia 4K
Este monitor ha sido cedido para este análisis por LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.
Más información: LG
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