Presentado hace unas semanas, el MacBook Pro Retina es el portátil más destacado de la esperada renovación de equipos de la compañía de la manzana. Mientras que el exitoso Macbook Air y el Pro clásico se conformaba con la actualización de componentes internos, el nuevo estandarte de los portátiles de Apple presentaba la novedad de una pantalla asombrosa.
He estado probando el Macbook Pro Retina durante estas últimas semanas y ya he sacado las conclusiones más importantes sobre un equipo especial que todavía no es apto para todo el público. Os dejo con los tres puntos clave para entender el Macbook Pro Retina.
Pantalla: le toca el turno al portátil
De la pantalla de los gadgets nos hemos acostumbrado a hablar largo y tendido – y con mucha polémica – dentro del ámbito de los smartphones y también tablets. Si bien es cierto que los portátiles también se llevaban su cuota de protagonismo respecto a este aspecto, Apple ha vuelto a ser la primera en avanzar que ahora es un elemento que se convierte en esencial. No tengo dudas de que será una tendencia a seguir este mismo año.
Con la coletilla de Retina asociada a la pantalla de este portátil, ya nos podemos imaginar a qué se está refiriendo la marca de la manzana. El nuevo Macbook Pro Retina se ofrece de momento en la diagonal de 15 pulgadas – hay fuertes rumores que hablan de un modelo de 13 pulgadas para más pronto que tarde – y una resolución que rompe absolutamente la que hasta ahora podíamos encontrar en portátiles. Sus 2880 × 1800 píxeles nos dejan con una densidad de 220 ppp, y en calidad, el salto es idéntico al que uno tiene cuando mira la pantalla del iPhone 4S o el último iPad.
Sobra decir que con dicha densidad, el texto, las imágenes y los vídeos cobran una dimensión no vista antes en un portátil. La claridad con que los textos se muestran es realmente espectacular, y no se puede valorar hasta que lo tienes delante y comparas con la pantalla de cualquier otro portátil. Todo parece mucho más nítido en la pantalla del Macbook Pro Retina.
Esta ventaja de la pantalla de Macbook Pro Retina se convierte en desventaja cuando topamos con aplicaciones o páginas web que no aprovechan esa nueva resolución. Apple trabaja a contrarreloj para que esto se vea compensado, y las aplicaciones de su App Store van actualizándose a buen ritmo, pero lo tiene crudo todavía con la web. La diferencia se aprecia simplemente visualizando una web con Safari – que ya sirve las páginas en alta resolución – y en Chrome, cuya versión estable en el momento en que probaba el Macbook Pro Retina no era capaz de aprovechar ese extra de píxeles.
Por cierto, para los que temían que iconos y elementos del sistema quedaran reducidos a miniaturas en el escritorio por tan alta resolución, no hay problema con eso. Y es que la resolución para la interfaz del sistema operativo realmente permanece en los clásicos 1440×900 píxeles para el sistema, pues lo que ha hecho Apple es aumentar el número de píxeles en cuatro a la hora de mostrar esos elementos de la interfaz, el texto … lo que no quita que no podamos aumentar el espacio en pantalla con las diferentes configuraciones de resolución que propone Apple, aunque la opción Retina es la que recomienda Apple y yo también. La única que no podemos asignar es precisamente las nativa, que sinceramente no tiene mucho sentido en una diagonal de 15 pulgadas.
De la pantalla hay que añadir también que su panel es de tipo IPS, con la mejora en ángulo de visión y colores asociada a esta tecnología. También tengo que contaros que sigue manteniendo el acabado brillante pero que con los reflejos me da la sensación de que se comporta mejor que los modelos Pro anteriores.
Macbook Pro Retina y su potencia: ¿el adiós del sobremesa como equipo profesional?
Además de la pantalla, el nuevo Macbook Pro Retina es importante porque prácticamente se ha convertido en el ordenador más potente del catálogo de Apple, sobremesas incluidos. Si sumamos ese aspecto con la resolución de la pantalla y su conectividad, casi que podríamos estar hablando de que la compañía de la manzana ve mejor el futuro en este tipo de equipos, el cual podemos mover a nuestro antojo pero que cumple perfectamente cuando lo dejamos sobre la mesa de trabajo.
El modelo que he probado para Xataka es el de gama de entrada, y pese a ello, la configuración es de nivel: Core i7 a 2.3 Ghz, RAM de 8 GB y memoria SSD de 256 GB. El resultado en nuestras pruebas no ha podido ser más satisfactorio. Programas de edición de vídeo y de fotografía funcionan al máximo rendimiento, como debe ser en un equipo de perfil profesional.
Y si eres jugador, he disfrutado de Diablo 3 a tope de resolución y opciones, aunque no he podido llegar a más de 20 fps sin que el portátil pareciera salido de una sala de tortura. Con otros juegos que requieren menos potencia, este Macbook Pro Retina combina de forma casi ideal resolución y potencia, así que no saldrás defraudado de tu experiencia.
Sobre la batería, aunque Apple ha aumentado la capacidad de la que incluye este nuevo equipo en casi un 25%, la autonomía prometida se mantiene en las siete horas del modelo sin pantalla de alta resolución.
En mi prueba, con navegación vía WiFi, no he podido alcanzar las siete horas prometidas y siempre me he quedado por debajo de las cinco horas y media. Por cierto, vete olvidando de cotillear el estado de la batería con los LEDs de modelos Pro anteriores porque Apple lo ha eliminado en este nuevo equipo.
A estas alturas sobra decir que Apple ya tiene decidido quitar la unidad óptica de sus equipos y darles a todos las ventajas de las unidades SSD. Con ello consiguen también que este equipo de 15 pulgadas sea muy manejable para su diagonal, pero todavía está lejos de la ligereza del Air o de los ultrabooks que promociona Intel.
El Macbook Pro retina pesa 2 kg y su grosor es de menos de 2 cm. En la imagen de arriba lo puedes ver comparado con un Pro Unibody de 2008 de 13 pulgadas.
A nivel externo el Macbook Pro Retina trae novedades importantes a nivel de diseño. Empezamos hablando del sistema de refrigeración, que se redistribuye por el cuerpo del equipo y estrena diseño de los ventiladores, con sus aspas asimétricas.
El resultado me ha sorprendido mucho, pues mientras un Air y un Pro de generaciones anteriores, en pleno verano arrancaban ya con los ventiladores a pleno rendimiento, el Pro Retina lo hacía sin poner en marcha ninguno y solo cuando se le daba guerra se activaba el nuevo sistema. El resultado es efectivamente más silencioso, aunque debes tener en cuenta que las rendijas de la parte inferior harán que sea poco agradable tener el equipo sobre las rodillas.
En el apartado de conexiones este Pro Retina configura por fin sus puertos USB como 3.0. Cuenta con dos (uno en cada lateral del portátil) que acompañan a un lector de tarjetas de memoria, salida de auriculares (también hay altavoces integrados en los laterales del teclado, que es retroiluminado y con una disposición que pasa a ser la de los Macbook Air), dos puertos Thunderbolt e incluso un HDMI. Como vemos, tanto en esta última conexión como en el USB, Apple ha retomado el buen camino y nos alegramos.
El resultado es que, en combinación con la gráfica dedicada Nvidia GT 650M, la integrada Intel HD4000 y esos tres puertos, podríamos tener conectados al mismo tiempo hasta tres monitores externos con este nuevo Pro Retina.
No pasa lo mismo con el conector Magsafe, que evoluciona respecto al original y eso significa que el cargador anterior no nos sirve (el nuevo por cierto es sensiblemente mayor). Siempre podríamos recurrir a un adaptador que se vende por separado, al igual que para conseguir un puerto Ethernet, que también ha desaparecido de estos nuevos Macbook Pro.
Macbook Pro Retina, se mira pero no se toca
Pese a que considero que este Macbook Pro tiene un perfil claramente profesional – el precio lo dice todo -, Apple ha sacrificado las posibilidades de expansión y manipulación del usuario hasta el límite de que es prácticamente imposible que el dueño de uno de ellos quiera abrir el portátil para modificar algún componente. Con la memoria RAM, por ejemplo, es directamente imposible ya que va soldada al equipo, mientras que con las unidades SSD, no nos vale cualquiera.
Esta decisión de Apple hace que el consumidor deba decidir de forma clara cómo quiere que sea la configuración de su Macbook Pro Retina, y no hay mucho donde elegir. Tres configuraciones de procesador, dos de RAM (8 y 16 GB) y tres de unidades SSD (128, 256 y 768 GB) para equipos que arrancan en los 2.279 euros.
Tengo claro que Apple ha dado un gran paso con este Pro de asombrosa pantalla, pero por precio y perfil, queda de momento englobado en la gama de equipos profesionales que disfrutarán diseñadores y creadores de contenido, o incluso quien pueda permitirse un capricho nada barato y cuyo interior tiene derecho de admisión.
El portátil ha sido cedido para la prueba por parte de Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas