Microsoft Surface Studio 2 ya está disponible oficialmente en España. Aunque por fuera es esencialmente idéntico al modelo original, esta revisión del «todo en uno» de los de Redmond incorpora novedades jugosas por dentro con un propósito claro: incrementar nuestra productividad y ofrecernos una experiencia más satisfactoria cuando lo utilizamos para crear contenidos, que es la vocación más clara que tiene esta máquina.
Las dos bazas con las que cuenta este equipo para diferenciarse de otros «todo en uno» avanzados que podemos encontrar en el mercado son su peana abatible y su excelente pantalla multitáctil. Este último componente recurre a un panel LCD IPS que, según Microsoft, es capaz de entregar un 38% más de brillo que el modelo anterior, y también tiene una tasa de contraste nativo un 22% más alta. Este equipo da para hablar largo y tendido, así que, tras la toma de contacto que tuvimos con él en el CES, aquí tenéis nuestras primeras impresiones después de haberlo probado con cierta calma durante su puesta de largo oficial.
Microsoft Surface Studio 2: especificaciones técnicas
Antes de que indaguemos en sus especificaciones me parece importante dedicar unas líneas a un apartado al que difícilmente hacen justicia las fotografías que ilustran este artículo: el acabado de este equipo. Su chasis es íntegramente de aluminio y está impecablemente mecanizado. La elección de este material no responde únicamente a razones estéticas; también destaca por su elevado coeficiente de conductividad térmica, que refleja su capacidad de transportar la energía disipada en forma de calor por los componentes que más se calientan, como el panel LCD IPS, la CPU o la GPU.
En la fotografía de portada podéis ver que este «todo en uno» tiene dos módulos claramente diferenciados: la pantalla y la base. La placa de circuito impreso y los principales componentes, como la CPU, la GPU, la memoria principal o la unidad SSD, residen en el interior de la base y no detrás del panel LCD, a diferencia de la estrategia por la que suelen optar otros fabricantes de equipos «todo en uno». Esto permite que el chasis de la pantalla sea más fino, y, además, facilita la evacuación del calor que disipan, por un lado, los diodos LED que retroiluminan el panel LCD y el propio panel, y, por otra parte, la CPU y la GPU.
Una de las señas de identidad más contundentes de este ordenador de sobremesa es su pantalla con panel IPS multitáctil. Tiene un tamaño de 28 pulgadas y su resolución, si somos estrictos, no es 4K: es 4,5K. Y es que utiliza una matriz de 4.500 x 3.000 puntos en vez de la retícula de 3.840 x 2.160 puntos habitual en los dispositivos 4K UHD. Este dato, además, nos permite entrever algo interesante: la relación de aspecto de la pantalla de este equipo no es 16:9, es 3:2.
La pantalla LCD de este «todo en uno» recurre a un panel IPS multitáctil de 28" con resolución 4,5K, una densidad de 192 puntos por pulgada y relación de aspecto 3:2
Los ingenieros de Microsoft se han decantado por este formato porque creen que facilita la interacción del usuario cuando utilizamos el lápiz óptico o las capacidades táctiles de la pantalla. Es posible que tengan razón, pero me temo que durante la demostración de Microsoft no pude utilizar este equipo el tiempo suficiente para formarme una opinión sólida en este terreno. En cualquier caso, en lo que concierne a la ergonomía y su impacto en la productividad la última palabra la tenemos siempre nosotros, los usuarios.
Los microprocesadores Intel Core i7 de sexta generación que podíamos encontrar en la primera versión de Surface Studio han dado paso en esta revisión a los chips Core i7-7820HQ de séptima generación fabricados con litografía de 14 nm, y que tienen 4 núcleos y 8 hilos de ejecución (threads). Sin duda, es una CPU interesante, pero me llama la atención que Microsoft no se haya decantado por un procesador de Intel equivalente, pero de octava generación.
El subsistema de memoria principal ha sido resuelto en la configuración básica integrando 16 GB DDR4, pero las más ambiciosas cuentan con 32 GB DDR4. Con el almacenamiento secundario sucede lo mismo: la versión básica de este equipo incorpora una unidad SSD de 1 TB con interfaz NVMe M.2, y la más cara la reemplaza por una unidad de 2 TB con la misma interfaz.
La CPU y la GPU de este equipo han sido actualizadas a procesadores Intel Core i7 de séptima generación y GeForce GTX 10 para ofrecernos un rendimiento más alto que el del Surface Studio original
Otro componente crítico que también ha evolucionado notablemente si comparamos el nuevo Surface Studio con la versión original es el procesador gráfico, que abandona la familia GeForce GTX 9 de NVIDIA y apuesta por las más potentes GPU de la serie GeForce GTX 10. La edición más accesible de Surface Studio 2 tiene un procesador gráfico GeForce GTX 1060 con 6 GB de memoria GDDR5, y las más avanzadas cuentan con una GPU GeForce GTX 1070 equipada con 8 GB GDDR5.
Para resolver la conectividad física de este equipo Microsoft se ha visto obligada a aprovechar el espacio disponible en el perfil trasero de la base, una decisión por otro lado coherente si tenemos presente que la lógica reside en su interior. Aunque el espacio disponible no abunda, la dotación de conexiones de este «todo en uno» no está nada mal. Tiene 4 puertos USB 3.0 de tipo A, un puerto USB 3.1 de segunda generación y tipo C, una ranura para leer tarjetas SD de tamaño completo, el aún conveniente puerto RJ-45 y la salida de 3,5 mm para auriculares.
MICROSOFT SURFACE STUDIO 2 | Características |
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PANTALLA | LCD IPS PixelSense de 28 pulgadas, multitáctil de 10 puntos con resolución 4,5K (4.500 x 3.000 puntos), 192 ppp y relación de aspecto 3:2 |
MICROPROCESADOR | Intel Core i7-7820HQ de séptima generación (4 núcleos, 8 hilos de ejecución, litografía de 14 nm, frecuencia de reloj base de 2,90 GHz, frecuencia máxima de 3,90 GHz y caché L3 de 8 MB) |
PROCESADOR GRÁFICO | NVIDIA GeForce GTX 1060 con 6 GB GDDR5 |
MEMORIA PRINCIPAL | 16 GB DDR4 |
ALMACENAMIENTO SECUNDARIO | Unidad SSD de 1 TB con interfaz NVMe M.2 |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 802.11ac Bluetooth 4.0 |
CONEXIONES | 4 x USB 3.0 tipo A 1 x USB 3.1 Gen 2 tipo C 1 x lector de tarjetas SD de tamaño completo compatible con SDXC 1 x Gigabit Ethernet 1 x jack de 3,5 mm para auriculares |
COMPATIBILIDAD CON PANTALLAS EXTERNAS | Hasta dos 4K UHD (a 30 Hz) o una 4K UHD (a 60 Hz) |
SEGURIDAD | Chip TPM 2.0 para seguridad empresarial Protección de clase empresarial con inicio de sesión facial con Windows Hello |
SISTEMA OPERATIVO | Windows 10 Pro |
PERIFÉRICOS INCLUIDOS | Lápiz para Surface, Surface Keyboard y Surface Mouse |
ACCESORIOS DISPONIBLES | Surface Dial, Surface Precision Mouse y Surface Ergonomic Keyboard |
DIMENSIONES | Pantalla: 637,35 x 438,90 x 12,50 mm Base: 250 x 220 x 32,2 mm |
PESO | 9,56 kg |
PRECIO | Desde 4.149 euros |
Marca la diferencia con su pantalla 4,5K multitáctil y su peana abatible
Durante el evento de Microsoft en el que pude probar este equipo no tuve la oportunidad de analizar la calidad de su panel IPS utilizando mis herramientas de test habituales. Aun así, mis sensaciones son muy positivas porque la pantalla de este Surface Studio 2 se ve realmente bien. La densidad de 192 puntos por pulgada de este panel es lo suficientemente alta para que el nivel de detalle sea fantástico si utilizamos el equipo, por ejemplo, para retocar fotografías o editar vídeo. Además, la combinación del panel de 28 pulgadas y la resolución 4,5K pone a nuestra disposición un escritorio realmente inmenso.
En lo que concierne a la reproducción del color rinde como cabe esperar de un panel IPS de buena calidad: de maravilla. Las fotografías y los vídeos que pude ver «en acción» durante esta sesión de pruebas me convencieron de que la pantalla de este equipo está a la altura de lo que puede exigir un usuario que va a utilizarlo para infografía, edición de vídeo o procesado de fotografías, por ejemplo. En este contexto no debemos olvidar que el panel además es multitáctil (admite hasta 10 puntos simultáneos de contacto), y su sensibilidad es equiparable a la que nos ofrecen las tabletas digitalizadoras profesionales.
El mecanismo que une la pantalla de este equipo a la base es sin duda una de sus bazas diferenciales. La peana abatible es idéntica a la de la versión original de Surface Studio, pero sigue sorprendiéndome por la eficacia y la sencillez con la que nos permite modificar la altura y la inclinación de la pantalla para adecuarla a nuestras necesidades en un momento dado.
Si, por ejemplo, estamos redactando un documento con un procesador de textos podemos colocar la pantalla en posición vertical, tal y como estaría colocada en un «todo en uno» convencional. Y cuando necesitemos utilizar sobre el panel el lápiz óptico para, por ejemplo, dibujar a mano alzada o tomar notas, lo ideal será que abatamos el equipo, de manera que la pantalla quede colocada en su posición más baja y casi paralela a la superficie de la mesa. Como si fuese un cuaderno de notas.
La peana abatible también nos permite adoptar cualquier posición del panel intermedia entre las dos que acabo de describir, por lo que podemos transformar el equipo en un atril interactivo sobre el que podemos apoyarnos para trazar sobre el panel con el lápiz óptico, que, por cierto, está incluido en el equipo, o bien para interactuar con él utilizando nuestros propios dedos, como si se tratase de un tablet convencional.
Una característica del mecanismo de la peana que es fácil pasar por alto pero que tiene mucha importancia, y a la que seguro que los ingenieros de Microsoft han prestado mucha atención, es la resistencia que ofrecen sus ejes a la rotación. La fuerza que tenemos que hacer para modificar la altura y la inclinación de la pantalla es lo suficientemente leve para que podamos ajustarla sin esfuerzo, pero, al mismo tiempo, los ejes ofrecen la resistencia apropiada para que no movamos la pantalla sin querer cuando estamos utilizando el lápiz óptico o nuestros dedos para interactuar con ella.
La mejor experiencia la obtenemos si nos dedicamos a la creación de contenidos
Las especificaciones de este equipo son lo suficientemente ambiciosas para que pueda ser utilizado prácticamente para cualquier tarea. Incluso para jugar. Durante las pruebas que me han permitido escribir este artículo solo pude jugar unos minutos, pero la GPU GeForce GTX 1060 del modelo básico debería ser suficiente para poder jugar a 1080p con bastante solvencia. Aun así, este «todo en uno» tiene una vocación muy clara de ordenador para creación de contenidos. De hecho, Microsoft lo propone sobre todo para artistas digitales, ingenieros, arquitectos o cualquier otro profesional que pueda sacar partido a las prestaciones que he descrito en la sección anterior.
Un accesorio que adquiere un rol muy especial en este último escenario de uso es Surface Dial, una especie de potenciómetro magnético que podemos colocar tanto sobre nuestra mesa como sobre la propia pantalla del equipo para actuar sobre el software de una forma muy intuitiva. Lo único que tenemos que hacer es girarlo tal y como si se tratase de un potenciómetro de volumen para, por ejemplo, modificar el zoom sobre el objeto con el que estamos trabajando o elegir una herramienta concreta entre una paleta, entre muchas otras opciones posibles. Surface Dial se adapta al software que estemos utilizando, por lo que su función cambiará de una aplicación a otra.
Este accesorio es una chulada. Creo que, efectivamente, puede tener un impacto beneficioso en nuestra productividad porque nos permite acceder a las herramientas de una forma rápida e intuitiva. Pero hay una mala noticia: Surface Dial no está incluido con Surface Studio 2. Y, además, es un accesorio caro (cuesta 109,99 euros). Que sea o no interesante comprarlo dependerá de las necesidades de cada usuario, pero sumar 110 euros más a los 4.150 euros que cuesta, al menos, la versión básica de este equipo, duele. Al menos un poco.
Microsoft Surface Studio 2: la opinión de Xataka
Es difícil utilizar este equipo y no acabar seducido por él. Es bonito, está bien construido, rinde bien, y, lo mejor de todo, se adapta como un guante a nuestras necesidades de interacción con su pantalla multitáctil gracias a la flexibilidad de su peana abatible. Si en el futuro se pone a tiro la oportunidad de probarlo en nuestras propias instalaciones podremos contaros muchas más cosas sobre él y evaluar con mucha más precisión y de forma objetiva tanto su rendimiento como la calidad de su panel IPS.
¿Pegas? Pocas. Habría sido una buena idea que incorporase un procesador Intel de octava generación, que ya llevan mucho tiempo en el mercado, y no de séptima. Además, también sería de agradecer que tuviese al menos un puerto USB 3.1 de segunda generación adicional. Y, puestos a pedir, también una salida HDMI 2.0. En cualquier caso, en mi opinión su mayor hándicap es su precio. Y es que los 4.150 euros que cuesta la versión más asequible representarán una barrera difícil de sortear para muchos usuarios. Incluso para muchas empresas. Así que a quien quiera hacerse con uno no le quedará más remedio que ahorrar.
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