Tras pasar revista a las especificaciones generales del Motorola Atrix y al comportamiento de sus baterías y de su cámara, seguimos con nuestro análisis abordando cuestiones más técnicas, como el rendimiento de su procesador de doble núcleo, o cómo se porta como plataforma de videojuegos.
Hasta ahora, no hemos visto en el Atrix nada que nos disguste. Por el contrario, el doble núcleo de Motorola ha sido una grata sorpresa en un mercado en el que ya hay modelos con las mismas prestaciones pero más modernos. Pasemos a esta penúltima entrega en la que ya os adelantamos que sí que hemos encontrado algunas pegas al nuevo terminal de Motorola
El interfaz Motoblur
Hace bien poco que Motorola ha comenzado a actualizar el Atrix a la versión 2.3 (Gingerbread) de Android. Nuestro período de prueba con el terminal ha terminado antes de que pudieramos dar buena cuenta de esta actualización que, a buen seguro, mejorará algunos aspectos de rendimiento de Froyo.
Sobre el sistema operativo, Motorola ha instalado su interfaz de capa Motoblur. El primer cambio de los terminales con Motoiblur, para los que no lo conozcan, está en los botones físicos de la parte inferior, que cambian el diseño de los iconos. Este aspecto sólo es molesto si vienes de un terminal Android convencional, ya que tendrás que acostumbrarte a la nueva disposición.
En lo que a menús se refiere, Motoblur no se diferencia mucho del Android convencional. La disposición de los botones virtuales inferiores cambia, pero es cómoda. El Atrix cuenta con siete escritorios marcados por una curiosa retícula de puntos.
La mayor particularidad de Motoblur son sus widgets, un entorno parecido a los interfaces de capa de Sony o Samsung que sirven de agregadores para redes sociales, para las funciones de la cámara, o para ver la información meteorológica en pantalla.
Ya he comentado en más de una ocasión que no me gustan los maquillajes de Android. Salvo el eficaz HTC Sense, los demás equivalen a instalar una docena de programas para cambiar la estética de Windows. Quedan bonitos, pero empeoran el rendimiento sobre el sistema operativo tal cual llega de fábrica. El Atrix no se salva de este defecto.
En este caso, los widgets de Motorola adolecen del mismo problema que los de Samsung: son más o menos prácticos para un usuario convencional, pero a poco que necesites más opciones en, por ejemplo, Twitter o Facebook, es mejor instalar aplicaciones de terceros más robustas y, sobre todo, más versátiles y que no consuman recursos continuamente.
En líneas generales, el sistema operativo responde de manera rápida y ágil, pero sí que hemos detectado algunas lagunas en momentos específicos. A igualdad de hardware y sistema operativo con otros doble núcleo, sólo nos queda pensar que estos pequeños atragantamientos son cosa de Motoblur. Confiamos en que la compañía los vaya solventando con nuevas versiones.
Rendimiento y sonido
Equipado con un Procesador Nvidia Tegra 2 de doble núcleo sobre la plataforma ARM Cortex A9, nada menos que 1GB de memoria RAM y 16MB para almacenamiento apoyados en tarjetas MicroSD de hsta 32GB, el Atrix tiene lo que hay que tener para entrar en el selecto club de los superphones.
Aunque el terminal se ha portado valientemente en los test de rendimiento general, si que hay que decir que sus puntuaciones quedan lejos de las de móviles más recientes. En, por ejemplo, el benchmark Quadrant, que mide el rendimiento general del equipo, el Atrix ha conseguido una puntuación global de 2523 bastante alejada de los 3381 de, por ejemplo el Samsung Galaxy S II. Lo mismo ocurre en el LinPack, con 38.193 frente a 47.257 del SII.
¿Significa esto que el Atrix es un mal móvil? En absoluto, pero todo depende de con qué lo comparemos. En los test es superior a, por ejemplo, el Google Nexus Two. Nuestra sensación al respecto es que Motorola se comporta sutilmente por debajo de otros doble núcleo, pero también cuenta con encantos que otros terminales no tienen, lo que lo equilibra bastante de cara a darle una nota final.
Como nota al pie, el sonido del terminal es excelente, tanto en volumen general de audio como en la claridad de reproducción o de conversación en llamas. No será la primera vez que vemos un supermóvil con un sonido mediocre en comparación con el resto de especificaciones y el Atrix no es de esos.
Resolución versus potencia
Nuestras pruebas con el apartado gráfico del Atrix comienzan con el veterano Benchmark Neocore de Qualcomm que mide el rendimiento de la plataforma OpenGL Es 1.1. En este test, la puntuación del Atrix ha sido de 54.2, lo que la deja por debajo del Samsung Galaxy S II (59.8) y más por debajo todavía respecto al LG Optimus 2X (77.2).
En realidad, hay que matizar esa puntuación, ya que el Atrix tiene mayor resolución de pantalla (recordemos los 960 × 540 píxeles que comentábamos en anteriores entregas), lo que también hace que a la GPU le cueste más mover los gráficos. De hecho, el benchmark NenaMark que mide OpenGL ES 2.0 eleva un poco la puntuación del Atrix con 42.9 Fps de media.
Independientemente de los test que le hagamos, el Atrix se comporta bien en lo que videojuegos se refiere, al menos casi tan bien como lo hacen el resto de móviles de doble núcleo. La única excepción a esto es el LG Optimus 2X, cuya arquitectura de doble memoria y doble canal parecen haberle dado una buena ventaja sobre la competencia, al menos en lo que a procesado gráfico se refiere.
Poco más podemos decir en este sentido salvo que la experiencia de jugar al Need For Speed Shift en el Atrix ofrece buena calidad de renderizado y que mucho nos extrañaría que el terminal de problemas con juegos que incorporan aceleración. No es mejor que otros doble núcleo, pero hace bien su trabajo.
Motorola Atrix, partes del análisis
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Motorola Atrix, análisis (I). El Smartphone que quería ser portátil
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Motorola Atrix, análisis (III). Imagen, sonido y rendimiento
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