El equipo que os traemos hoy es muy goloso. Presentado hace unos pocos días, el Mountain F-11 Ivy guarda algunos de los últimos componentes del mercado que proporcionarán al portátil un rendimiento verdaderamente interesante. Pero no sólo eso.
El Mountain F-11 Ivy es pequeño en comparación con los ordenadores más clásicos pensados para jugar. No hablo sólo de sobremesas, si no también de portátiles a partir de las 17 pulgadas. Es diminuto: 11 pulgadas y 1.7 kilogramos de peso. Sí, es algo gordito, pero es que almacena un hardware sobresaliente que es lo primero que describiremos en nuestro análisis, el cual comienza ya.
Mountain F-11 Ivy, características técnicas
Lo primero de todo son las características técnicas de nuestro equipo de pruebas, que coinciden con las del modelo más básico ofrecido por Mountain:
-
CPU Intel Core i7-3610QM, cuatro núcleos con ocho hilos a 2.30 GHz., Turbo Boost hasta los 3.30 GHz.
-
GPU integrada en el procesador, Intel HD Graphics 4000 a 650 MHz. con Turbo hasta 1.1 GHz.
-
GPU dedicada NVidia GeForce GT 650M con 2 GB de memoria DDR3 a 835 MHz. y NVidia Optimus
-
Memoria RAM 8 GB Kingston HyperX a 1.600 MHz.
-
SSD Kingston HyperX 3K de 120 GB
-
Pantalla LED de 11.6 pulgadas, 1.366×768 píxeles de resolución
-
Carcasa Clevo W110ER con dos USB 3.0, USB 2.0 de carga HDMI, VGA, Ethernet, audio/micro y lector de tarjetas.
A continuación algunas capturas con más información sobre CPU, GPU y almacenamiento:
Benchmarks sintéticos
Para las pruebas del Mountain F-11 Ivy hemos decidido comparar el rendimiento aportado por la NVidia GeForce GT 650M y la integrada Intel HD Graphics 4000. Los benchmarks se han medido en la resolución nativa del sistema (1366×768 píxeles) con el ordenador conectado a la corriente y en configuración de energía “equilibrada”.
La barra verde muestra el resultado utilizando la GPU NVidia, mientras que la azul lo hace con la Intel. En todos los casos cuanto mayor sea la puntuación, mejor.
Unigine 3.0 DirectX 11
Unigine 3.0 OpenGL
3DMark 11
PCMark 7
Luxmark CPU
Luxmark CPU+GPU
Luxmark GPU
Cinebench R11.5
Pruebas en videojuegos
Con estas pruebas iniciamos una nueva forma de analizar los ordenadores aquí en Xataka. En esta ocasión hemos elegido cuatro videojuegos modernos para realizar las comparativas, de los cuales para dos de ellos se utilizarán dos configuraciones con la finalidad de poder ampliar el espectro de requisitos hardware.
La resolución utilizaba es la nativa del equipo, 1366×768 píxeles, y la configuración es la más alta en cada videojuego, salvo que indique lo contrario.
Battlefield 3, configuración “ultra”
Battlefield 3, configuración “Low”
Mafia 2, configuración “ultra”
Mafia 2, configuración “low”
Portal 2
Diablo 3
Rendimiento del dispositivo de almacenamiento
En este caso un Kingston HyperX SSD 3K, uno de los últimos SSD lanzados al mercado y que ha demostrado un rendimiento excepcional. Las siguientes gráficas representan los resultados de los programas CrystalDiskMark y ATTO Disk Benchmark medidos en MB/s en lectura y escritura:
Temperaturas de funcionamiento de la CPU
Una última gráfica representando el par de temperaturas Full e Idle del procesador central Intel Core i7-3610QM:
Otros aspectos a tener en cuenta
En este apartado trataremos, principalmente, el ruido y el calor generado más allá de las temperaturas de la CPU indicadas en la anterior gráfica.
El ruido del Mountain F-11 Ivy depende, lógicamente, del uso que le demos. Siempre que no usemos juegos se muestra muy silencioso, casi inadvertido. El calor generado es comedido, aunque se nota si ponemos la mano en el lateral izquierdo o en la parte inferior, donde tiene algunas ranuras de ventilación.
Cuando se activa la GPU NVidia las cosas cambian bastante. Los ventiladores se ponen en marcha y sí, hace ruido aunque tampoco en exceso bajo mi punto de vista. Lo que sí es cierto es que disipa mucho más calor y se nota que el hardware está funcionando a la máxima potencia.
Mountain F-11 Ivy, conclusiones del análisis
Vayamos ya con el último punto, nuestras conclusiones tras haber tenido este Mountain F-11 Ivy durante algo más de una semana.
La primera sensación es muy positiva: un ordenador portátil pequeño con un gran rendimiento y por un precio que, a mi parecer, es bastante acertado. El modelo que probamos es el más básico que tiene en catálogo Mountain y tiene un precio final de 955 euros, IVA incluído, con dos años de garantía y soporte técnico pero sin sistema operativo (adicionalmente se puede comprar una licencia para Windows 7).
El equipo es pequeño y perfecto para llevar encima, y aunque se notan sus 1.8 kilogramos de peso no son molestos en absoluto. No es un Ultrabook ni en peso ni tampoco en altura, donde llega a los 3.7 centímetros frente al par de los equipos más delgados.
El rendimiento del Mountain F-11 Ivy es excelente y puede incluso con juegos como Battlefield 3 a máximas configuraciones, aunque llega por los pelos. Por poder puede moverlo con una media de veintitantos fps, pero lo ideal es bajarle un poco la configuración para conseguir medias en unos 50 o 60 fps. Aún así incluso la GPU integrada Intel HD Graphics 4000 funciona correctamente en títulos modernos como Portal 2 o el más novedoso Diablo 3, recuerdo que en sus máximas configuraciones posibles. A nada que le quitemos el antialiasing o reduzcamos sensiblemente la calidad de las texturas conseguiremos tasas de imágenes mucho mejores.
En el uso más cotidiano se nota y mucho el SSD Kingston HyperX 3K, gracias al cual las aplicaciones se abren al instante y el tiempo de inicio total (desde que el ordenador está completamente apagado hasta que el escritorio de Windows 7 está disponible) es de unos 25 segundos. Por supuesto para este tipo de ordenadores lo ideal es suspender el sistema operativo, estado en el que la vuelta a la normalidad consiste en sólo un par de segundos. El SSD también ayuda a que el ruido emitido sea tan reducido e incluso a que el portátil pueda moverse sin peligro a dañar los datos.
Dado que el modelo que hemos probado es un prototipo el teclado venía en inglés, pero ha mostrado una excelente calidad al tacto y un tamaño que, si bien es pequeño, resulta bastante cómodo. Estoy acostumbrado a usar un Macbook y todos los teclados me parecen peores, pero reconozco que el del F-11 Ivy está entre los de mayor calidad, al menos entre sus equivalentes en dimensiones.
Mención aparte merece el trackpad, con un tacto rugoso y muy eficiente, que a pesar de ser relativamente pequeño es muy cómodo de utilizar. Uno de los mejores trackpads que he podido probar, un completo acierto para Clevo.
Por último, la autonomía proporcionada por el Mountain F-11 Ivy alcanza entre 4 y 5 horas en un uso normal (navegación web a través de la red Wifi) que se ve disminuida muy notablemente si usamos la gráfica dedicada hasta una hora y pico.
Pocas notas negativas podemos ponerle a este equipo si tenemos en cuenta su precio y la enorme calidad que ofrece. Sí es cierto que tiene algunos puntos a mejorar, como por ejemplo una batería de mayor duración (pasar de las 6 celdas de la actual a 9 o incluso 12) para así poder disfrutar del equipo durante lo que se considera una jornada completa de trabajo, es decir 8 horas. También sería ideal un teclado retroiluminado así como tener un equipo similar al F-11 Ivy pero sin la tarjeta gráfica dedicada, útil para juegos pero poco más. Si un usuario quiere un ordenador potente en este tamaño y no va a jugar, la integrada Intel ha demostrado tener un rendimiento sobresaliente para todo excepto para los juegos más punteros.
Mountain F-11 Ivy ha sido cedido para la prueba por parte de Mountain. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Más información | Mountain.
Ver 40 comentarios