Nokia 9 PureView, análisis: todo lo que dan de sí cinco cámaras traseras

Es complicado causar curiosidad a nivel fotográfico en el panorama del móvil ahora que lo habitual son tres y cuatro cámaras traseras, pero a la Nokia de HMD aún le quedaban cartuchos. Retomando un poco aquel espíritu del Lumia 1020 y su joroba tan diferencial, esta vez el recurso ha sido el número de cámaras y en el análisis del Nokia 9 PureView ponemos a prueba las cinco cámaras traseras del terminal.

Un terminal que causó sensaciones en el MWC 2019, donde de hecho lo pudimos probar. Un móvil con diseño diferente a la fuerza y que entremezcla componentes de varias generaciones, centrado en dar una experiencia distinta a nivel de fotografía. Darla, la da, pero hay mucha puntualización en lo “distinta” que llega a ser, os lo contamos a fondo.

Ficha técnica del Nokia 9 PureView

Nokia 9 PureView

Pantalla

pOLED de 5,99 pulgadas
QHD+ 18:9
Panel PureDisplay

Procesador

Snapdragon 845
GPU Adreno 630
Co-procesador Light

RAM y almacenamiento

6 GB/12 8GB

Cámara frontal

20 megapíxeles

Cámaras traseras

12 megapíxeles RGB f/1.8
12 megapíxeles RGB f/1.8
12 megapíxeles BN f/1.8
12 megapíxeles BN f/1.8
12 megapíxeles BN f/1.8

Conectividad

Dual SIM 4G
WiFi 5
Bluetooth 5.0
GPS
NFC
ANT+
USB tipo C

Batería

3.320 mAh
Carga rápida

Otros

Cuerpo metálico
Lector de huellas trasero
IP 67
Android Pie

Dimensiones y peso

155 x 75 x 8 milímetros
172 gramos

Precio

599 euros en la web de Nokia, desde 565 euros en PcComponentes

Nokia 9 PureView 6/128GB Dual Sim Azul Libre

Diseño: cuando cinco cámaras se insertan con más gusto que algunas triples

La estética se democratiza antes que hace unos años e innovaciones como el notch, el agujero en pantalla o las superficies curvadas dejan de ser pronto exclusivas para los móviles de primera línea. La pregunta es: ¿es el Nokia 9 PureView uno de éstos?

Si hablamos de procesador no debería encajar ahí: la marca ha decidido repetir la jugada que vimos en el Nokia 8 Sirocco y colocar un procesador de alta gama pero de la generación anterior asociado a características de alta gama como puede ser cierto diseño o el esquema fotográfico, como es éste el caso. Y a nivel estético lo que vemos es más bien una evolución del Nokia 3.1, con similares formas pero mejorando en aprovechamiento del frontal.

La marca mantiene ese renovado ADN desde que cual Ave Fénix renació con HMD, expresado en un marco metálico biselado y una trasera de cristal ligeramente curvada a medida que cae en dicho borde. De color añil, mantenido en todas las superficies incluso en el notable marco de la pantalla, de modo que en un primer vistazo logra disimularse al mimetizarse ligeramente con el negro de la pantalla apagada.

A la trasera hay que darle de comer a parte y no es para menos. ¿Cómo colocar siete agujeros (para las cámaras, el sensor de profundidad y el flash) si ya debe ser complejo incrustar cuatro cámaras en la parte trasera y en ocasiones tres ya deja una estética bastante cuestionable? La solución de Nokia ha sido bastante discreta, dentro de lo posible.

¿Cómo colocar siete agujeros si en ocasiones incrustar tres cámaras ya deja una estética bastante cuestionable? La solución de Nokia ha sido bastante discreta, dentro de lo posible.

Cuatro de las cinco cámaras dibujan esquinas de un hexágono que corona el flash en la superior izquierda, dejando el centro para la sexta cámara y sin olvidar la firma Zeiss, muy discretamente encajada dentro del hexágono. En realidad, viendo la colocación relativa del flash, el sensor de profundidad y la disposición de sensores de color y blanco y negro se trata de una disposición en forma de doble rombo, como detallaremos más adelante.

Lo que también llama la atención es que no hay saliente, protuberancia ni reborde: están completamente integradas en la carcasa trasera (claro que tampoco tenemos ningún zoom “óptico”) y esto favorece que al final todo ese equipamiento pase más desapercibido que otros menos complejos. Otra manera de diferenciarse con otros móviles de la marca, que suelen tener una joroba para las cámaras.

Pese a esto, sí recuerda mucho a anteriores móviles de la marca en proporciones, formas y acabados. Quizás alguna otra solución para la parte frontal hubiese ayudado a que nos diese menos déjà vu y a darle un toque más actual, por ejemplo como lo visto en el Nokia X71 y viendo que la marca ha coqueteado discretamente con la muesca con algunos modelos ya (sin tampoco destacar en aprovechamiento).

Así, se mantiene la simetría en los marcos de la pantalla con una barbilla de la misma extensión que el borde superior, en el que posa el logo de Nokia y se insertan el auricular y la cámara frontal. Alineados en el eje central del borde inferior están el puerto USB tipo C, el micrófono y el altavoz principal, desplazando la bandeja de la SIM al opuesto y sin la presencia de jack de audio y de lector de huellas tradicional, dado que éste último se encuentra integrado en la pantalla.

Sin ser estrictamente ligero no resulta pesado y la sensación en mano a este respecto encaja por lo esperado en cuanto a volumen y diagonal de pantalla. Siendo algo grande para tener 6 pulgadas, es más compacto que el LG G8s ThinQ (6,21 pulgadas) pero no que el Huawei P30 o el Samsung Galaxy S10 (6,1 pulgadas ambos), siendo también más pesado que éstos aunque más ligero que el Honor 20 Pro (6,26 pulgadas).

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Nokia 9 Pureview 155 75 8 172 5,99 3.320 116,25 93
LG G8s ThinQ 155,3 76,6 8,09 180 6,21 3.550 118,958 96,24
Huawei P30 149,1 71,4 7,6 165 6,1 3.655 106,46 80,91
Samsung Galaxy S10 149,9 70,4 7,8 157 6,1 3.400 105,53 82,31
iPhone XS 143,6 70,9 7,7 177 5,8 2.658 101.81 78,39
Pixel 3 145,6 68,2 7,9 148 5,5 2.915 99,29 78,45
Honor 20 Pro 154,6 74 8,4 184 6,26 4.000 114,4 96,1

Es bastante cómodo, ayudado por la ligera curvatura que experimenta el borde lateral en toda su extensión. Aunque eso sí, no es un smartphone pequeño y es bastante resbaladizo, así que más vale asirlo con firmeza.

Como ocurre con otros Nokia de HMD, los materiales transmiten sensación de calidad. Cierto es que no le hemos dado ningún golpe ni se nos ha caído, pero no parece arañarse con facilidad y la trasera ha resistido al apoyarlo en las distintas superficies, sin haber tampoco arañazos en la parte de las cámaras.

Pantalla: sin notch ni agujeros, pero con QHD+

Hablando de esa mezcla de características que citábamos en la introducción, la pantalla añade peso en el plato de la alta gama. Se trata de un panel p-OLED de 5,99 pulgadas con resolución QHD+, desmarcándose de aquellos que mantienen sus topes de gama en el FHD+ como el OnePlus 7 o el Xiaomi Mi 9.

A nivel de nitidez y resolución la pantalla cumple. La visualización de cualquier contenido es adecuada, ya sea un texto, fotografías o un vídeo, sin echar en falta densidad o un detalle mayor.

Bien también a nivel de contraste y ángulos de visión, podemos forzar la inclinación con respecto a nuestros ojos tanto vertical como lateralmente sin perderse detalle o apreciar los habituales tintes de color que se observan en paneles de este tipo normalmente. Correcta también a nivel de brillo, aunque el máximo queda un poco justo para ver bien el contenido cuanto más iluminado está el entorno.

Hilando con esto, el ajuste de brillo automático actúa bien habitualmente, sólo notando que en pocas ocasiones es un poco lento al pasar de un ambiente oscuro a otro con más luz (sobre todo si estamos viendo vídeo).

Si hablamos de Nokia, hablamos de Android puro. Esa bandera sigue ondeando en el mástil de estos móviles de HMD para lo bueno y para lo malo, y en cuanto a ajustes de pantalla podremos echar en falta ese plus que habitualmente encontramos en muchas de las capas de personalización de otros fabricantes.

En Android stock encontramos las opciones de configuración básicas para poder activar el modo de luz nocturna o el ajuste de brillo automático, así como el tiempo de espera antes de suspender o que se active la pantalla con un doble toque (veremos que esto nos acaba resultando más útil de lo habitual al hablar de los métodos biométricos de desbloqueo). Como añadido encontramos el apartado PureDisplay, que dispone de cuatro opciones de configuración a nivel de color, contraste y brillo.

Se queda bastante corto frente a menús como el de EMUI o MIUI por citar un par de ejemplos, ya que en este caso tendremos que conformarnos con una de estas cuatro propuestas sin la posibilidad de ajustar manualmente parámetros como la temperatura de los blancos. El intenso ofrece el mayor nivel de saturación, en contraposición al básico, el de “cine” es muy cálido y el dinámico se ajusta automáticamente según el entorno, siendo ésta la opción que al final más nos ha convencido (aunque el nivel de saturación suele ser bastante alto).

Encontramos opciones para configurar la pantalla ambiente, en este caso denominada Glance. Podemos elegir el estilo y cuando queremos que se active, funcionando bien el levantar para activar y pudiendo desactivarla durante la carga, pero nada en relación a widgets, estética u otras posibilidades de personalización.

Lo que no hemos logrado que funcione es la activación del tema oscuro, que ya vemos en la última opción del menú de pantalla, pero que no se activa ni manual ni automáticamente (probablemente sea algo que pueda arreglarse con una actualización). Tenemos el truco de invertir colores en las opciones de accesibilidad, pero al uso esto no es exactamente un tema oscuro.

Rendimiento: el procesador más potente (del año anterior)

No es necesario integrar el último procesador para tener un buen rendimiento dado el nivel que han alcanzado chips como los que produce Qualcomm entre otros, a la vista está cuando muchos móviles de gama media ejecutan apps pesadas tan bien como lo hace un buque insignia. Los procesadores de este fabricante estadounidense son los elegidos por HMD para sus móviles, si bien para este llamativo terminal han repetido la táctica que vimos con otro que tampoco iba a encajar en moldes previos, el Nokia 8 Sirocco (como hemos recordado antes).

El 8 Sirocco integró un Snapdragon 835 el año que el Snapdragon 845 componía el cerebro y corazón de los topes de gama del momento, como el Samsung Galaxy S9+ (en su versión asiática). Este procesador es el que vemos en el Nokia 9, el año en el que el Snapdragon 855 es el chip rey en la gama alta de Android de 2019. La misma jugada que vemos en los Mi A de Xiaomi, pero en este caso en los móviles de primera línea (¿por ahorrar costes por eso de que "el mercado high premium no es su prioridad"? Qui sait).

Lo dicho: el móvil no va lento, no hay lags ni se ve incapaz de ejecutar tareas pesadas como la reproducción multimedia o los videojuegos. Pero no deja de significar que tenemos algo ya “desactualizado” sin siquiera que haya salido de la caja, por muchos 6 GB de RAM que tenga (una memoria habitual y suficiente en la alta gama, aunque también en la media).

Dejando a un lado esta salvedad, en el funcionamiento habitual no notaremos este hecho (ya hablaremos de las fotografías, que eso va por otro lado). Cierto es que algunas veces nos hemos encontrado algún “enganchón” (al arrastrar para sacar el cajón de apps), pero viendo que también parece tener problemas en el segundo plano de alguna tarea (el ‘PUBG’, por ejemplo, mantiene la pantalla activa aunque esté minimizado y no pasa con otros juegos) quizás se trate de algo relacionado con el sistema y su optimización para este móvil.

Lo que sí es una constante es el calentamiento, favorecido por los materiales (el cristal y el metal serán más elegantes, pero también conductores). No tarda en incrementar la temperatura en cuanto lo usamos para ver vídeos, jugar y sobre todo para ver o realizar fotografías. Tampoco es que el verano ayude en este sentido, pero incluso en ambientes frescos el Nokia 9 alcanza temperaturas externas que sin comprobar con apps ya hacen adivinar que las internas son considerablemente altas.

A la izquierda la temperatura en reposo o con un uso que no supone ningún calentamiento, a la izquierda cuando lo notamos bastante caliente (juegos, fotografía, etc.).

Dada la facilidad en alcanzar esas cifras, lo cual en otros casos pasa más puntualmente o sólo durante ciertas actividades, salta un poco más la alarma de cara a la fiabilidad a largo plazo. El calor es un factor a tener en cuenta en la degradación de los componentes (como la gráfica o la batería) a largo plazo, y que sea relativamente habitual una temperatura alta no nos deja demasiado tranquilos a este nivel.

Las altas temperaturas también se notan en la reproducción de vídeo.

Para quienes tomáis los benchmarks como referencia, os dejamos aquí los números en comparación con smartphones de la temporada pasada (pero con configuración similar) así como alguno más reciente (coetáneo, pero con procesador superior), para que podáis contrastar los resultados tanto con unos como con otros.

Nokia 9 PureView Xiaomi Mi 8 Huawei Mate 20 Pro OPPO Find X iPhone XS Samsung Galaxy Note 9 Xiaomi Mi 9 LG G8s ThinQ
Procesador Snapdragon 845 Snapdragon 845 Kirin 980 Snapdragon 845 Apple A12 Bionic Exynos 9810 Snapdragon 855 Snapdragon 855
RAM 6 GB 6 GB 6 GB 8 GB 4 GB 6 GB 6 GB 6 GB
Antutu 256.298 268.966 270.728 282.324 313.341 237.723 374.570 279.879
Geekbench 4 (single/multi) 2.331 / 8.019 2.413 / 9.075 3.328 / 9.735 3.308 / 7.915 4.803 / 11.178 3.767 / 9.032 3.539 / 11.164 3.482 / 9.881
PCMark Work 8.291 7.834 7.618 9.803 - 5.174 9.036 9.200
3DMark (Ice Storm Unlimited) 56.786 57.365 37.416 63.702 - 42.558 61.089 61.106

Ver galería completa » Nokia 9 PureView, benchmarks (5 fotos)

Software: Nokia sigue izando la bandera de Android "limpio"

Lo hemos ya comentado al hablar de los ajustes de pantalla: los smartphones de Nokia siguen manteniendo su apuesta por un software puro tal cual lo saca Google del horno, y en este Nokia 9 PureView encontramos Android One 9. La personalización por parte del fabricante del móvil está prácticamente ausente, salvando esas opciones PureDisplay que veíamos también antes.

El teléfono viene sin bloatware o apps de utilidades propias de Nokia o HMD (salvo una de asistencia), encontrando así las que insta a colocar Google en cualquier móvil. Podemos desinstalar o deshabilitar las que no nos interesen, pudiendo no instalar Play Libros y Play Juegos así como Lightroom, la que sí propone Nokia en la pre-instalación.

Así, las apps se organizan en un cajón que es accesible al tirar de la pequeña barra central que sustituye a los botones tradicionales de navegación (queramos o no). En Android stock seguimos sin ver gestos como tal (como el MIUI, OxygenOS o iOS) teniendo esta barra que permite ir atrás o a la app anterior con un sólo gesto, y que comparte swipe para la multitarea (más corto) o para dicho cajón (más largo), lo cual no es lo más cómodo, la verdad.

Con este cajón de apps viene el Nokia 9 PureView de fábrica.
Las apps de Google pueden inhabilitarse.
El escritorio como se presenta al iniciar por primera vez el Nokia 9 PureView.

Los ajustes se muestran estructurados de manera ordenada y deductiva, con los apartados genéricos que solemos encontrar habitualmente. La sencilla y minimalista estética ayuda a que la navegación por ellos sea bastante intuitiva, y si no tenemos la casilla de búsqueda como también solemos ver en las capas de personalización.

La pureza en el software tiene una serie de ventajas: actualizaciones al día sin depender de otros servicios y un almacenamiento menos cargado, lo cual favorece una fluidez que vemos en cada transición (salvando ocasiones muy, muy contadas). No obstante, la cara B es que el sistema queda corto en añadidos en cuanto a la configuración de pantalla, sonido y consumo energético.

Lo que sí tenemos es el Bienestar digital, ese “chivato” que nos muestra en qué hemos pasado el rato con el móvil, las veces que lo hemos desbloqueado y las notificaciones recibidas. Si nos preocupa el tiempo que pasamos usando el dispositivo y/o nos viene bien establecer tiempos de descanso (con cierta obligación), podemos establecerlos por apps o en un modo descanso propiamente dicho que actuará con todo el software (poniendo el móvil en blanco y negro, pero las capturas salen a color).

Algunas de las opciones de Bienestar digital y la pantalla principal (izquierda). Si se quiere desconectar (y no se "puede" por uno mismo), es posible y muy fácil con esto y con el Tiempo de descanso.
El tiempo de descanso se activa de manera automática salvo que lo configuremos. Lo veremos por la notificación y el icono que queda en la barra de tareas (lo señalamos en la captura de la derecha), y si no tocamos nada por defecto está activada la escala de grises (para todos los contenidos).

Desde luego, Android One se convierte en una alternativa más que válida para quien prefiere la sencillez y la fluidez como constantes. Si no se van a echar de menos ciertos añadidos de configuración, funciones propias o quizás algo relativo a la app de cámara se convierte fácilmente en un software suficiente.

Eso sí, en caso contrario (o si venimos de capas más invasivas y nutridas de extras) podremos echar en falta los aspectos que hemos comentado en referencia a tener más opciones para la configuración de la pantalla o el audio, así como a nivel de seguridad y consumo como es ejemplo MIUI (que da bastantes posibilidades a este nivel).

Biometría

Saltamos de nuevo a características más propias (que no exclusivas ni mucho menos) de topes de gama al hablar de biometría, aunque con comillas, muchas comillas. Mientras los lectores de huellas físicos siguen dando buenos resultados (siendo rápidos, seguros y eficaces), los integrados en la pantalla se abren paso con su “liberación” a nivel de superficie del chasis y su comodidad en cuanto a la posición que adopta el pulgar, sobre todo hablando de interesantes variantes como el lector ultrasónico del Samsung Galaxy S10+ entre otros.

No es el caso del del Nokia 9. El móvil de seis cámaras deja sitio a las cinco traseras en su espalda gracias a integrar el lector en la pantalla, pero es óptico y su desempeño no sólo dista del de los ultrasónicos, sino que también queda atrás con respecto a los otros ópticos que hemos probado en otros móviles como los OnePlus o los Xiaomi.

Nos ha faltado hacer una estadística rigurosa al 100%, pero a grandes rasgos podemos decir que un 95% de las veces nos ha fallado la lectura. Pero no el fallo por poner parcialmente la huella o que en una recolocación/segundo intento se soluciona, hablamos de darnos por vencidos ante él y optar por un método tradicional.

Normalmente nos dirá que apliquemos más fuerza (lo cual será conveniente siempre, a este nivel es bastante exigente), pero en muchas ocasiones la lectura no será efectiva aunque lo hagamos y procuremos que la máxima superficie de la huella ocupe el área de escaneo. Algo que está en parte pensado para ser cómodo y mejorar la experiencia de usuario en este caso se aleja bastante de esa idea inicial.

Una imagen puede valer más que mil palabras, y ésta captura la tónica habitual al intentar desbloquear el Nokia 9 PureView: 1) El reconocimiento facial falla. 2) Imposible desbloquearlo por huella. 3) Se activa el método tradicional alternativo.

Tampoco es una alternativa válida el reconocimiento facial. Se trata de una tecnología básica, basada en la cámara frontal y alejada de esas complejas maquinarias que hemos visto en el Face ID de Apple y en otros sistemas avanzados de reconocimiento facial. El registro del rostro se produce de manera rápida y sencilla, pero rara vez logramos tener un reconocimiento válido cuando este sistema se pone en marcha necesariamente con pantalla activa (lo veremos con el icono sobre la hora).

No funciona en la oscuridad (ya es milagro que lo haga con una iluminación adecuada), ni al añadir gafas de vista. No hay tampoco muchas opciones de configuración (no encontramos dos niveles de lectura de modo que podamos dejar una menos exigente), así que poca alternativa nos queda en este sentido.

Al final, pese a tener todo activado, la mayor parte de las veces hemos tirado de desbloqueo no biométrico por comodidad, tras cansarnos de intentarlo con las huellas y de que la lectura facial correcta sea algo anecdótico. Aquí hay mucho, pero que mucho margen de mejora, HMD, tratándose de algo que casi es “de cajón” desde hace años para gran parte de la competencia (y más tratándose de un móvil “especial”).

Cámaras: la unión hace la fuerza, pero no la supremacía

La combinación estrella en las cámaras traseras de los móviles en 2018 y 2019 es la triple cámara con la lente estándar, el zoom y un gran angular. Tanto lo es que incluso se rumorea dicha combinación para los Pixel y los iPhone, que hasta ahora han aguantado estoicos con dos e incluso con una sola cámara trasera.

De manera contrapuesta a esto último está este Nokia 9 PureView, aunque no todo es el número de cámaras traseras en este caso. De hecho, como ya dijimos la aproximación de Nokia es distinta a los que han montado múltiples cámaras traseras al hacerlo con cinco cámaras idénticas.

La óptica de las cinco cámaras (diseñada y fabricada por el fabricante Carl Zeiss) es la misma, compartiendo resolución y tamaño de píxeles de los sensores y la apertura f/1.8

De este modo, la óptica de las cinco cámaras (diseñada y fabricada por el fabricante Carl Zeiss) es la misma, compartiendo resolución y tamaño de píxeles de los sensores y la apertura f/1.8. Eso sí, se trata de tres sensores a color (RGB) y dos monocromo, recordando a la apuesta que en su momento hizo Huawei (pero combinando dos sensores, y no cinco).

Las cámaras trabajan a la vez y la clave la han puesto en la fotografía computacional, con un algoritmo encargado de recoger la información que proporcionan los cinco sensores y procesarla para crear una única imagen. De ahí que en la toma de contacto el proceso de realizar y visualizar una foto fuese llamativamente lento (y ahora veremos en la actualidad).

La promesa: gran nitidez, recuperación alta de detalle, profundidad de campo y alto rango dinámico. De hecho, una muestra de la confianza a este nivel la veremos en la app a continuación (spoiler: no hay control manual del HDR).

Como decíamos al principio, las cámaras están colocadas en doble rombo, de modo que en el vértice superior se coloca una de las cámaras monocromas y el resto está justo en el extremo contrario, ocupando los huecos restantes las RGB y el flash LED de doble tono, así como el sensor de profundidad. Por otro lado, para la cámara frontal han optado por un sensor RGB de 20 megapíxeles.

App de cámara

En ocasiones la expectación juega en nuestra contra, y en este caso esperábamos una de esas apps de cámara que requieren sentarse un rato a inspeccionar cada apartado, cada función, cada icono, cada sección. Pero lo que nos encontramos es la app de Nokia ligeramente rediseñada para este terminal, y aunque tiene aspectos interesantes y necesarios en cierto modo podría haber sido una mejor compañera de tanta cámara.

La interfaz cumple con el esquema ya tradicional de navegación por swipes entre secciones, estando por defecto las de disparo estándar, modo pro, vídeo, modo retrato, modo manual, modo monocromo, panorámica, cuadrado, cámara lenta y cámara rápida. Pero, como ofrecen en Samsung, aquí también podemos reordenar y activar o no los modos (salvo los fijos), de modo que podemos hacer algo más rápido el flujo de trabajo.

Dentro de cada modo las opciones son más bien limitadas. En el modo pro no podemos jugar con el enfoque manual y el tiempo de exposición es algo corto si hablamos de intentar disparos con largas exposiciones, el monocromo y el retrato tampoco disponen de opciones y el HDR se sobreentiende; en el modo automático podremos elegir la aplicación o no del mapa de profundidad (y sus 1.200 capas, según el fabricante), pero lo del rango dinámico nos tendrá que gustar tal cual se aplica.

En los ajustes encontramos algo interesante para aquellos más interesados en las posibilidades fotográficas avanzadas de este móvil: podremos activar el guardado de los RAW en formato DNG, con lo cual podremos editar las fotos tal cual se toman (sin el procesado automático) desde el móvil con apps como Lightroom de Adobe, o bien exportándolas a otro equipo. También vemos ahí la posibilidad de silenciar el obturador (gracias), ajustar el tamaño de fotografías y vídeos o añadir cuadrícula en la interfaz.

Lo que no se ve es el precio a pagar por el procesado y el mismo peso de activar y accionar cinco y no una, dos o tres cámaras: la lentitud. La app es lenta en su arranque, independientemente de la vía (tanto con el móvil bloqueado desde el acceso directo de la esquina inferior como desde el icono en la pantalla de inicio), de hecho en ocasiones veremos el logotipo de una especie de flor en la pantalla, con el cual nos familiarizaremos pronto al ser el que representa que el móvil está “pensando” por alguna tarea de foto, bien la apertura de la propia app o bien el procesado de una fotografía (lo veremos en la barra de notificaciones).

A este respecto, comentar también que más nos valdrá armarnos de paciencia para revisar las fotografías. El volumen final de éstas dependerá de las condiciones y el tipo (las de modo retrato son muy, muy pesadas, por ejemplo), pero normalmente requerirá unos 10 segundos ver la fotografía que tomemos en la galería (la app Fotos).

Aquí también influye que tengamos activada el guardado en DNG, lo cual siempre será algo más lento. Además, el disparo en sí también se toma su tiempo, y no será raro que en las fotos con la cámara frontal saque la foto cuando ya no estamos posando.

No es un móvil para quien busca inmediatez, no al menos conforme ha llegado al mercado. Pero más allá de las licencias que se toma en forma de segundos pasemos a ver qué tal quedan esas fotografías de tanta capa y prometedor rango dinámico sobre el papel.

Cámaras traseras

En general el fruto de la suma de esfuerzos de las cinco cámaras da fotografías con colores realistas y salvando bien el detalle. Sin milagros en este sentido, pero sin disponer de zoom óptico los fondos se conservan medianamente bien, sin tirar tampoco de acentuación de contornos (un recurso tan “fácil” como poco conveniente que por suerte no vemos aquí).

Fotografía en automático.

Viendo las fotografías en DNG, normalmente sobreexpuestas, de lo que sí peca es de cierta subexposición, pero nada grave que no se arregle con una ligera edición. Se luce especialmente en los contraluces cuando la luz no es demasiado intensa o blanca, con buenos resultados en interiores o atardeceres/amaneceres.

En cuanto al rango dinámico, por suerte el resultado dista mucho de lo que nos muestra la interfaz cuando disparamos (donde muestra una previsualización de un rango bastante reducido). Normalmente recupera bien la información de luces y sombras así como la cromática, con resultados realistas y sin quemar cielos.

Fotografía en automático.

Eso sí, en media-baja luz el detalle se pierde bastante y ojo si estamos fotografiando ítems con tanto contorno como el follaje de un árbol. La neblina es algo que el procesado corrige bastante tomando como referencia los RAW a pelo, pero en estas condiciones podremos ver pérdida de detalle, algún artefacto, ruido y restos de esa neblina sobre todo si se trata de fotografías al anochecer.

De noche el balance de blancos nos la puede jugar, normalmente yéndose a temperaturas muy altas y dejando así fotografías muy anaranjadas. Por suerte está el modo manual para intentar ajustar esto y también la ISO, aunque suele ser muy alta y dejando fotografías invadidas de ruido y sobre expuestas.

Fotografía en automático. Con el manual puede corregirse cuando, como en este caso, el balance de blancos automático no es correcto.
Foto en automático a 2x (ISO 1600) con el mapa de profundidad activado.
Fotografía en modo automático.
Intentando hacer una foto de larga exposición (y fallando en el intento) vemos la diferencia entre "estrujar" la ISO y pasarse. La de arriba está hecha en modo automático, viéndose demasiado ruido y pérdida de detalle, la segunda con el modo manual, demasiado subexpuesta pero acertando más el balance de blancos y sin exceso de ruido.

Es una lástima que el modo manual no disponga de enfoque manual. Este móvil se luce particularmente en las macro al crear un desenfoque natural que pocas veces requiere que editemos a posteriori la profundidad en el editor, pero disparos como éste no son posibles sin un enfoque manual que permita jugar más allá del bloqueo.

Foto en automático. No está editada ni es modo retrato.
Esta foto la hicimos con la app Moment Pro Camera, tirando de ajustes manuales.

Hablando de esto, el modo retrato es espectacular. No es perfecto y en ocasiones hay algún borrón, pero normalmente el recorte es certero y el desenfoque es muy natural y efectista, tirando de ese mapa de profundidad y pudiendo ser editado a posteriori en la app Fotos.

Modo retrato.
Ésta es una de las fotografías que más nos sorprendió para bien. En esta situación muchos modos retrato (basados casi enteramente en el software) fallan mucho, dando resultados bastante poco acertados (echad un ojo a la última comparativa) en el tercer caso para el modo retrato, por ejemplo). Aquí separa de manera excelente las hojas del fondo, con muy poco contraste con éste.

Sale bien parado tanto en situaciones más sencillas, donde el sujeto principal está más alejado del fondo y existe más contraste entre ambos, pero también en aquéllas en los que otros modo retrato ni siquiera se activan como la baja iluminación. Dependemos enteramente de que el enfoque automático haga su función y no sabremos si el modo se ha aplicado con éxito hasta que veamos la foto, lo cual ocurre en casi la totalidad de ocasiones (pero no hay un indicador de que está activado, como en otras interfaces).

Fotografía en modo retrato.

En cuanto a las diferencias entre una foto en automático y una activando el mapa de profundidad (“capas ON”), sobre todo está en esa edición del desenfoque de fondo que comentábamos. Si no vamos a editar esto (o la foto no se va a prestar), no notaremos diferencias entre un resultado y otro (lo que no quita que no estaría mal que la app lo explicase algo mejor en el inicio).

En el modo automático tendremos el acceso directo para activar o no el mapa de profundidad.
Si la foto se realiza con el mapa de profundidad activado, posteriormente podremos ir a la app Fotos y saldrá la opción de editar profundidad dándole al botón de editar.
La foto del ejemplo anterior, en detalle antes y después de editar la profundidad.

El modo monocromo ofrece el resultado que dan los sensores para blanco y negro y no combina con los RGB. Es una manera de obtener disparos de este tipo de manera genuina e instantánea, pero probablemente tampoco significará una diferencia tan grande a la aplicación de un buen filtro para muchos usuarios.

Cámara frontal

La cámara frontal da buenos resultados a nivel de rango dinámico y colorimetría. En ocasiones se aplica un contraste algo exagerado y un balance de blancos algo frío, eso sí, sobre todo si la iluminación no es uniforme o es demasiado directa.

No hay mucho ajuste disponible para esta cámara: evidentemente no hay capas y sin sensores de blanco y negro no tenemos disparo en monocromo, pero sí modo retrato.

En el retrato es imposible no comparar de manera involuntaria con el resultado de las traseras y es muy distinto, aunque recordamos que éstas usan mucha más información que la que es capaz de recoger la cámara frontal. El recorte suele fallar bastante más, aunque hay que decir a su favor que salva muy bien el detalle en la parte frontal, sin que haya pérdida de nitidez o desenfoque.

En general, la ventaja que tiene sobre el desempeño de las cámaras traseras es que no es tan lenta, si bien como hemos comentado la app en general lo es e igual que cuesta cambiar de un modo a otro el paso de una cámara a otra también es lento (en ocasiones, mucho). Pero como cámara frontal rinde según lo esperado, con margen de mejora en el retrato, las fotos nocturnas y el contraste pero con resultado correcto.

Ver galería completa » Nokia 9 PureView, galería (70 fotos)

Vídeo

El resultado del vídeo dista bastante del que veíamos en fotografía. El rango dinámico es bastante peor, si bien el detalle se conserva bien (sobre todo en 4K) y los colores siguen realistas.

Normalmente la información de luces y sombras se recupera bien, aunque puede darnos algunas tomas subexpuestas en contraluces o cuando la luz va disminuyendo en exteriores. La captura de sonido se produce sin problemas (como siempre, ojo de no tapar el micro), y lo mejor es dejarlo en envolvente porque de ese modo el resultado es más realista.

Lo que no destaca es la estabilización. No parece haber un sistema de estabilización óptica de imagen o bien no actúa como debería, y es habitual que si grabamos andando haya temblores (sobre todo de noche). Las tomas en 1080p suelen ser más estables que las de 4K, aunque perdamos algo de resolución.

De noche la calidad disminuye como es habitual. La nitidez es baja y la estabilización casi está ausente, aunque lo que nos puede pasar es que aparezcan bloques verdes en la toma (quizás relacionados con los sistemas de enfoque por diferencia de contraste), pero es algo muy aleatorio y no es habitual.

La cámara frontal da unos resultados dentro de lo que cabría esperar. También muy contrastados y con un balance de blancos algo frío, y sobre todo de noche veremos esos temblores al andar tal y como los veíamos en las traseras.

Autonomía

En el cuerpo del Nokia 9 PureView hay espacio para una batería de 3.320 miliamperios/hora. Una cifra que queda en ese rango entre 3.000 y 3.500 mAh que preludia un rendimiento medio, sin sorpresas, pero que como siempre esto es una estimación casi más subjetiva que otra cosa y hay muchos más aspectos que predeterminan la autonomía media en un móvil, como otros componentes y el software.

Los patrones de uso también influyen en la experiencia final con una pila y un móvil determinado, y en este caso hemos podido emular distintos niveles de consumo diario alternando conectividad con wifi, de datos, largas sesiones de fotografía o multimedia y días de menos actividad con algún rato de navegación y redes sociales. El resultado: el Nokia 9 cumple justo, sin quedarse en la cola pero tampoco conquistando a este nivel.

La media que nos da es de unas 20 horas de autonomía media, con unas cuatro horas y media de pantalla activa. Los días que hacemos un uso menos intenso nos aguanta 24 horas, pero si dedicamos algunas horas a fotografía o a reproducción de vídeo normalmente se quedará en esas 20 horas.

No nos obliga a estar pendientes de enchufes o baterías externas (si salimos con el móvil cargado del todo o al menos con un 75%), pero tampoco son cifras que digan mucho de la batería o del rendimiento energético del terminal. A este respecto, con el cargador del pack tarda dos horas y diez minutos en completar una carga de 0 a 100% (móvil apagado), llegando al 50% en 33 minutos.

Sonido: otra característica que no lo colocaría en gama alta

Como comentábamos en el apartado de diseño, no hay lugar en la estructura del Nokia 9 PureView para el jack de 3,5 milímetros. La conexión física disponible para los auriculares es el USB tipo-C, entregándose con el móvil eso sí un adaptador de jack a USB que permite conectar los auriculares que también se entregan u otros estándar.

El altavoz de la parte inferior será el encargado de sacar el audio cuando se tire de esta salida, sin disponer de audio en estéreo. La verdad es que la parte del sonido es quizás de las que menos brilla en este móvil con acabado charol, emitiendo un sonido muy plano, sin apenas matiz y que es susceptible de perder calidad de manera acusada en cuanto se sobrepasa el 60% del nivel de volumen.

Se echa en falta rango dinámico, mucha potencia en los bajos y sobre todo nitidez

Así, se echa en falta rango dinámico, mucha potencia en los bajos y sobre todo nitidez. De potencia no va mal porque a la salida del altavoz registramos 113 decibelios (que ambientales se diluyen en unos 70-80) poniéndolo al máximo, lo cual da para que pueda servir de centro multimedia en lo referente a nuestro espacio vital (no tanto para ambientar una habitación por la distorsión y la falta de nitidez).

Con auriculares logramos mejorar algo la experiencia al eliminar elementos de por medio y dirigir el sonido más directamente a nuestro canal auditivo, aunque precisamente los que se entregan con el móvil tampoco son de la calidad esperada emitiendo un sonido poco nítido y como encerrado en un bote. Con otros auriculares mejores (por ejemplo, algunos supraurales como unos Corsair HS50 Stereo o unos Sony MDR10RBT) la experiencia es mucho mejor, teniendo un sonido con un rango dinámico más amplio y algo más de matiz.

No encontramos tampoco unos ajustes de audio que permitan gestionar por ejemplo el ecualizador o añadir algún tipo de perfil que mejore la audición, o el Dolby Atmos que normalmente amplía un poco más el rango dinámico y se potencian los graves. Es por ello que a nivel de audio creamos que también hay mucho que mejorar, y que quizás sea uno de esos casos en los que una gran inversión (cámara) canibalice a otras (audio, biometría).

Nokia 9 PureView, la opinión de Xataka

Lo decíamos al inicio y lo volvemos a exponer: el déjà vu con el Nokia Lumia 1020 es inevitable por el carácter que parecer tener este lanzamiento, megapíxeles a parte. Un móvil que no prima la potencia en conjunto o ser una opción asequible para un gran público, sino que se centra en lograr algo a nivel fotográfico que no tenga precedentes (o que los tenga lejos).

El aspecto ya anticipa que al final no sea un móvil para todos los públicos, ni lo sea para el usuario jugón ni el que prima compartir fotos sin pretensiones en redes sociales o mensajería: es un smartphone para quien quiera dedicar tiempo, mucho tiempo, a la fotografía. Casi más por afición que por presentar unos resultados apoteósicos.

No nos parece que la experiencia con cinco cámaras traseras vaya a suponer un antes y un después, ni tampoco consideramos que sea un anticipo de lo que podemos llegar a ver en el futuro en relación al aumento de número de cámaras traseras. Como dijimos en su lanzamiento y hemos recordado tras haberlo probado, la meta aquí no es la versatilidad (ésa que se nos vende -y no siempre se nos da- con la triple/cuádruple cámara trasera), sino apostar por la suma de sensores de un mismo tipo para que en conjunto den posibilidades casi únicas.

Al final la sensación no es tanto ésa; sí es cierto que en las macro y los retratos vemos un nivel que echamos de menos en la mayoría de gamas alta, y aunque los monocromos no sean tan impactantes o diferenciadores es un buen aliciente que además da más utilidad a parte de esos sensores. Pero al final la excesiva lentitud en casi todo lo relacionado con las sesiones de fotos empobrece mucho la experiencia y para un usuario que busca la esencia de la fotografía móvil por definición (inmediatez, comodidad) se llega a hacer pesado tener que esperar para fotografiar o ver las fotos.

De ahí que lo veamos como un producto para un público quizás más reducido, que busque algo distinto en un móvil y casi más cercano al flujo de trabajo con una DLSR. Sobre todo si además hay una preferencia por el software puro sin capas de personalización.

9.0

Diseño 9,25
Pantalla 9,25
Rendimiento 9
Cámara 9
Software 9,25
Autonomía 8,5

A favor

  • Al frontal le falta una actualización, pero la manera en la que se integran las cámaras traseras es muy acertada y "discreta" (sin salientes, etc.).
  • El modo retrato y en general las fotografías macro y primeros planos son muy buenas.
  • La limpieza de Android One tiene su lado positivo: nada de bloatware ni interfaces cargadas.

En contra

  • El audio tiene bastante margen de mejora.
  • La lentitud en los procesados, la app y la carga de imágenes empobrece bastante la experiencia fotográfica.
  • Los métodos de desbloqueo biométricos funcionan bastante mal, al final es mejor prescindir de ellos.

El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de PcComponentes. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

Nokia 9 PureView 6/128GB Dual Sim Azul Libre

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