OPPO Band, análisis: aroma a premium en una pulsera cuantificadora con asuntos pendientes

OPPO no es una empresa que tenga una amplia trayectoria en el mundillo de los wearables. Es más, hasta el momento los dos únicos dispositivos que ha lanzado la compañía, además de auriculares, son el OPPO Watch y la OPPO Band. El primero ya hemos tenido ocasión de analizarlo y la segunda, que llegó hace poco a España de forma oficial, es la que vamos a analizar hoy.

La OPPO Band se lanzó en dos versiones, Sport y Style. La que nosotros hemos analizado es la Style y la diferencia con respecto a su hermana Sport es el diseño de la correa. Por lo demás, es exactamente el mismo dispositivo. Dicho lo cual, ¿qué tal se comporta esta pulsera de 70 euros en el día a día? Salgamos de dudas.

Ficha técnica de la OPPO Band

OPPO BAND

DIMENSIONES Y PESO

40,4 x 17,6 x 11,45
10,3 gramos

PANTALLA

AMOLED de 1,1 pulgadas a color
126 x 294 píxeles

CORREA

TPU de 14/15 mm
130-205 mm

RESISTENCIA

5 ATM

SENSORES

Frecuencia cardíaca
SPo2

MODOS DE DEPORTE

12 modos

SISTEMA OPERATIVO

Propio
Compatible con Android 6+

CONEXIÓN

Bluetooth 5.0

BATERÍA

100 mAh
Hasta 12 días

PRECIO

OPPO Band Sport: 49 euros
OPPO Band Style: 69 euros

OPPO - Band Sport, Pantalla AMOLED, 12 Modos Deportivos, Sensor óptico de frecuencia Cardiaca y Sensor óptico de oxígeno en Sangre, 12 días de autonomía, Black

OPPO - Band Elegant, Pantalla AMOLED, 12 Modos Deportivos, Sensor óptico de frecuencia Cardiaca y Sensor óptico de oxígeno en Sangre, 12 días de autonomía, Black

Diseño: pequeñita y cómoda

Comenzamos el análisis hablando del diseño. La OPPO Band tiene un peso de 10,3 gramos sin la correa y está hecha de cristal 2,5D en la parte delantera y de plástico en la zona inferior. La sensación que transmite es relativamente premium y, a pesar de su ligereza, el feeling en muñeca es de una pulsera robusta. Además, es bastante pequeñita, por lo que no se nota que la llevamos puesta y queda bien en todas las muñecas, incluso en las más pequeñas.

La OPPO Band Style tiene una correa un tanto peculiar. En lugar de incrustar la pastilla en una banda de silicona, se incrusta en un marco metálico gracias a unas pequeñas patillas situadas en los laterales. Esta correa es bastante elegante y lo cierto es que le sienta realmente bien. La silicona es buena, mucho mejor que la de otras pulseras más baratas, y es suave y gomosa. OPPO ha hecho un buen trabajo con ella.

Su anchura es de 14 milímetros y su longitud es de 130-205 milímetros, por lo que, salvo casos excepcionales, no habrá problema a la hora de ponerlas en muñecas grandes o pequeñas. El cierre es de aleación de aluminio y recuerda al mecanismo del Apple Watch. Es resistente y no hemos tenido problema de ningún tipo durante el análisis.

Repasando lo que es la pastilla en sí, la OPPO Band no tiene ningún botón en el chasis. Tampoco tiene micrófono ni altavoz. Lo único llamativo que encontramos está en la parte inferior, donde se ubica el sensor de ritmo cardíaco con sus LEDs verdes y el sensor SpO2 con su sensor rojo, así como los dos pines de carga POGO que deberemos hacer coincidir con la base de carga para recargar la batería.

Y eso es, literalmente, todo. Es una pulsera muy sencilla, minimalista y elegante. Apenas pesa y es pequeñita, por lo que es cómoda de llevar durante todo el día, por la noche (porque sí, la pulsera detecta el sueño) e incluso si hacemos natación, ya que tiene resistencia IP54.

Pantalla: luces y sombras

Visto el dispositivo por fuera, hablemos de la pantalla. La OPPO Band tiene una pantalla AMOLED de 1,1 pulgadas con una resolución de 126 x 294 píxeles. Es, para ponerla en contexto, una pantalla de exactamente el mismo tamaño y resolución que la de la Xiaomi Mi Smart Band 5. De hecho, no solo comparte especificaciones, sino también la falta de aprovechamiento del frontal.

Esto es algo que Xiaomi ha conseguid resolver en la Mi Smart Band 6, pero la OPPO Band, aunque haya llegado a España ahora, se lanzó a mediados de 2020, por lo que podemos decir que es un diseño propio del año pasado. Y es que la pantalla tiene un tamaño de 1,1 pulgadas, sí, pero el frontal mide 40,4 x 17,6 milímetros, por lo que tenemos un generoso marco tanto arriba como abajo.

La parte positiva es que la pantalla AMOLED ayuda a disimular esos marcos. Dado que son completamente negros y que la mayoría de carátulas tienen el fondo oscuro, la pulsera consigue dar esa sensación de "inmersión", por llamarlo de alguna forma. En cualquier caso, sería de agradecer que en siguientes iteraciones se aprovechase mejor el frontal y se estirase más la pantalla.

Dicho lo cual, el panel se ve perfectamente. Los colores están bien definidos, la resolución es suficiente para no apreciar los píxeles a una distancia prudencial y la interfaz está adaptada para que, aún teniendo una pantalla pequeña, podamos ver los iconos sin problema. No ocurre lo mismo con el texto de las notificaciones, que sí se nos antoja algo más pequeño de la cuenta.

El nivel de brillo, por su parte, es suficiente para usar la pulsera a plena luz del día, pero habríamos agradecido que OPPO hubiese implementado un sensor de luz ambiente. La pulsera no tiene brillo automático y, si bien es cierto que para estar en casa vale con un 40% de brillo, fuera se agradece subir el nivel al 80-100%. Desgraciadamente, es algo que tendremos que hacer nosotros manualmente.

La pantalla responde correctamente a los toques y no nos ha dado problemas de ningún tipo. Los gestos se detectan perfectamente a la primera, así que nada más que añadir al respecto. Podemos encender la pantalla haciendo el gesto de la muñeca (minipunto porque se puede programar para que se desactive por la noche) y para apagarla simplemente habrá que tapar la pantalla con la palma de la mano. Es, en definitiva, una pantalla solvente, pero con margen de mejora en ciertos aspectos.

En cuanto a las opciones de personalización, podemos elegir entre las cinco carátulas que hay preinstaladas por defecto en la pulsera o, si lo preferimos, elegir una de las que OPPO nos ofrece en la app (ya dependerá de nuestros gustos personales) o elegir una foto de nuestra propia galería. Las opciones son variadas, como podemos comprobar.

Rendimiento: un primer paso

Pasamos así a hablar del rendimiento. Lo primero de todo es que la OPPO Band es compatible con Android y, desde hace poco, con iOS. Para enlazar al móvil tenemos que usar la app HeyTap Health, que no debemos confundir con HeyMelody, que es la que se usa para enlazar los auriculares. Esta app está disponible en App Store y Google Play.

Dicho esto, para interactuar con el dispositivo nos tendremos que valer por completo de los gestos. Afortunadamente, la navegación es fluida e intuitiva. A diferencia de otras pulseras cuantificadoras, la OPPO Band no tiene un botón lateral para lanzar apps rápidas o volver atrás, algo que quizá no habría estado de más, pero que tampoco se puede implementar si tenemos en cuenta su diseño. Los gestos que tenemos disponibles son los siguientes

  • Deslizar hacia arriba o abajo: nos movemos por las apps y sus menús.
  • Deslizando hacia la derecha o izquierda: alternamos entre las diferentes watchfaces. Deslizando hacia la derecha también volveremos a la pantalla anterior al acceder a una app.
  • Un toque en la pantalla principal: abrimos el panel de información rápida con los pasos, las calorías, la hora y la batería.

Las aplicaciones que tenemos disponibles son actividad diaria, deporte, frecuencia cardíaca, SpO2, dormir, respiración, tiempo, herramientas (con control de música, cronómetro, temporizador, reloj despertador y buscar mi teléfono), ajustes y mensajes (a.k.a. registro de notificaciones), en ese orden por defecto.

Salvo la app de ajustes, podemos ocultar todas las apps de la pulsera e incluso reordenarlas desde la app para móvil. Precisamente por ello me parece un poco absurdo que cosas tan útiles como el control musical o el disparador remoto se escondan en una app "Herramientas". Mejor dejarlas todas fuera y dar al usuario la opción de eliminar las que no quiera usar.

En los ajustes podemos activar el modo "No molestar", e incluso usar el modo inteligente, que lo activa automáticamente cuando detecta que nos quedamos dormidos. Desde la app para smartphone también podemos establecer horarios para el gesto de levantar para activar, algo que personalmente agradezco ya que no es nada agradable estar durmiendo y que el brillo de la pantalla te desvele a las cuatro de la mañana por un gesto involuntario.

En cuanto a las apps, me gustaría destacar, además de las relacionadas con la salud, que las veremos ahora, el control musical y el disparador remoto. El control musical se activa automáticamente cuando ponemos música en el móvil y nos permite pausar, reproducir, cambiar de canción y modificar el volumen. Es muy útil, pero también es una pena que no se integre con los modos deportivos. En otras palabras, no podemos cambiar de canción mientras estamos corriendo. El disparador remoto, por su parte, nos sirve para hacer una foto con la cámara del móvil a distancia. No podemos ver el feed de la cámara en tiempo real, pero está bien tenerlo ahí.

¿Y qué tal las métricas de salud? Pues vayamos por partes. Por un lado, podemos elegir que la pulsera lea nuestra frecuencia cardíaca cada segundo, cada dos minutos o cada seis minutos. Nosotros, para el análisis, hemos elegido la primera opción. La detección nos parece precisa y no hemos notado picos o bajones exagerados en las lecturas.

En cuanto a la monitorización de oxígeno en sangre, la pulsera tiene una opción curiosa: la detección continua durante el sueño, aunque también se puede configurar para que lo haga por tramos. La primera opción gasta mucha batería, tenedlo presente. La gráfica puede tener saltos importantes (de hasta un 10% en mi caso), entre otras cosas porque durante el sueño nos movemos. Para que la medición sea precisa (dentro de que la OPPO Band no es un dispositivo médico, ojo) tenemos que estarnos quietos. Si nos hacemos la prueba manualmente y nos quedamos quietos, conseguiremos un mejor resultado.

Y luego tenemos el sueño, que nos parece igual de preciso que las opciones anteriores. Es complicado determinarlo porque, bueno, estamos dormidos, pero los registros casan con nuestro estado anímico a la mañana siguiente. La pulsera detecta bien la hora a la que nos quedamos dormidos y nos despertamos, detecta los cambios en el nivel de oxígeno en sangre y nos ofrece información sobre las fases del sueño, así como recomendaciones de mejora.

En cuanto a las funciones inteligentes, la pulsera nos permite recibir notificaciones y llamadas, pero no responderlas de ninguna forma. No podemos controlar ningún ecosistema IoT ni cuenta con un asistente inteligente, por lo que en ese aspecto se queda algo coja. Está bien para saber cuándo recibimos un WhatsApp en el móvil, pero poco más. En su defensa, decir que estas funciones son más propias de un smartwatch.

Hacer deporte con la OPPO Band

Seguimos este análisis hablando de hacer deporte. La OPPO Band Style es, en pocas palabras, un acompañante bastante básico a la hora de quemar calorías. El dispositivo nos ofrece 12 modos deportivos, a saber carrera al aire libre, carrera en interiores, carrera para quemar grasa, caminata al aire libre, ciclismo al aire libre, ciclismo en interiores, elíptica, remo, críquet, bádminton, natación y yoga. Es un listado un tanto escaso, aunque suficiente para corredores aficionados.

El informe que nos ofrece la aplicación no es particularmente completo. Por ejemplo, si usamos el modo deporte libre, que es el cajón de sastre para todos los deportes que no están en el listado, el informe nos devolverá un par de estadísticas básicas, como la duración, las calorías quemadas y el registro de pulsaciones, pero poco más.

Izquierda y centro: caminata - Derecha: partido de pádel monitorizado con el modo libre.

Si elegimos un deporte que sí esté en el listado, como el de caminata al aire libre, podremos ver la distancia recorrida, las calorías quemadas, la duración, los pasos, la evolución de la frecuencia cardíaca y la cadencia. Si llevamos el móvil encima, podremos guardar un registro de la ruta gracias al GPS del propio móvil, pero si no lo llevamos no será posible, ya que la OPPO Band no tiene chip GPS integrado.

Por 69 euros, habríamos agradecido que la OPPO Band tuviera chip GPS integrado

Tras probarla, la sensación final es que, más allá de hacernos un pequeño resumen de la sesión, no es una pulsera que aporte demasiado en el terreno deportivo. No es algo "preocupante", entre comillas, ya que los informes pueden mejorarse mediante actualizaciones de firmware y de la app, pero por ahora lo referente al deporte se nos queda un poco por debajo de lo esperado.

Por el contrario, sí nos ha convencido la comodidad. Dijimos en apartados anteriores que la pulsera es muy cómoda de llevar en el día a día y haciendo deporte no iba a ser menos. No se nota que la llevamos puesta, el cierre es fuerte y la experiencia es positiva.

Batería: depende

Terminamos este análisis hablando de la batería. La OPPO Band monta en su interior una batería de 100 mAh que, según OPPO, es capaz de ofrecer hasta 12 días de autonomía. El problema es que esa cifra, que viene de un laboratorio, asume que tenemos desactivadas ciertas funciones, como la monitorización de frecuencia cardíaca o el encendido automático de la pantalla. Es decir, que no refleja realmente la autonomía que conseguiríamos exprimiendo la pulsera al máximo.

Con todo activado, es decir, con la monitorización del ritmo cardíaco en tiempo real, monitorización del SpO2 en tiempo real mientras dormimos, el encendido automático de la pantalla, conexión permanente al móvil y un uso normal, la autonomía que nosotros hemos conseguido es de tres días. OPPO ya advierte en su web de que con esta configuración aspiramos a conseguir esa autonomía, así que podemos decir que la OPPO Band cumple con lo prometido.

En cuanto a la carga, tendremos que usar el cargador propietario incluido en la caja. No es necesario sacar la pastilla de la correa, sino que podemos encajarla directamente en el módulo de carga. Es un sistema cómodo y que debo reconocer que me ha gustado. La pulsera se carga al 100% en algo más de una hora, algo que no es un problema si vamos a cargarla de noche.

OPPO Band, la opinión de Xataka

Llegados a este punto, la conclusión que extraemos tras haber usado la pulsera es que la OPPO Band es un primer paso de los tantos que OPPO tiene que dar. La OPPO Band no aporta nada que no aporten otras pulseras significativamente más baratas, como la siempre confiable Xiaomi Mi Band, e incluso en algunos aspectos, como la monitorización del deporte, se queda un poquito por detrás.

Es una buena pulsera, no nos llevemos a engaños, pero tiene varios aspectos de mejora, como el brillo automático, la posibilidad de controlar la música mientras hacemos deporte, la autonomía máxima cuando la explotamos al máximo y el chip GPS integrado. Su principal punto positivo es el diseño y la ergonomía, así como la pantalla, que se ve de escándalo.

Sin embargo, no podemos evitar pensar que la OPPO Band no termina de competir en relación calidad/precio con sus competidores más directos. Es una primera incursión en el mundillo de las pulseras cuantificadoras y, como tal, no está mal, así que estaremos pendientes para ver cómo mejora este dispositivo en siguientes iteraciones.

7,5

Diseño 8,5
Pantalla 8,25
Software 6,5
Autonomía 7
Interfaz 7,5

A favor

  • Diseño muy cuidado.
  • Tiene sensor SpO2.
  • La pantalla se ve muy bien.

En contra

  • No tiene brillo automático.
  • No tiene GPS integrado.
  • Las opciones deportivas no son las más completas.

OPPO - Band Sport, Pantalla AMOLED, 12 Modos Deportivos, Sensor óptico de frecuencia Cardiaca y Sensor óptico de oxígeno en Sangre, 12 días de autonomía, Black

OPPO - Band Elegant, Pantalla AMOLED, 12 Modos Deportivos, Sensor óptico de frecuencia Cardiaca y Sensor óptico de oxígeno en Sangre, 12 días de autonomía, Black

El reloj han sido cedidos para la prueba por parte de OPPO. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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