Dejando de lado las consolas de nueva generación, las gráficas más recientes y la Steam Deck, el mundo del hardware para jugar ha estado un poquito… parado. No ha habido grandes innovaciones como pudieron ser, por ejemplo, la Nintendo DS en su momento, pero Panic quiere cambiar esta situación con un dispositivo de lo más peculiar: una "Game Boy"... con manivela. ¿Su nombre? Playdate.
Esta consola se anunció en 2019 y estaba programada para salir en 2020, pero seguramente Panic no contaba con la llegada de un virus que a día de hoy sigue presente en la calle y con los problemas de baterías que a finales de 2021 acabaron por retrasar la consola hasta ahora. Pero ya ha pasado la tormenta y Playdate por fin está entre nosotros.
A falta de poder probarla más a fondo para traer un análisis más detallado, estas han sido nuestras primeras impresiones con esta peculiar consola y su manivela. Sin más dilación, vamos a ello. Y sí, contad con la review para los próximos días.
Ficha técnica de Playdate
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playdate |
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dimensiones |
76 x 76 x 9 mm 86 gramos |
pantalla |
Sharp Memory LCD de 2,7 pulgadas 400 x 240 píxeles 1-bit 30 FPS (por defecto) 50 FPS (máximo) |
procesador |
180 MHz Cortex M7 |
memoria ram |
16 MB |
l1 Caché |
32 KB |
almacenamiento |
4 GB |
conectividad |
WiFi 2,4 GHz Bluetooth (no activado por ahora) |
batería |
14 días en standby 8 horas de juego |
sistema operativo |
PlayDate OS 1.9.3 |
controles |
D-Pad A+B Manivela |
sonido |
Altavoz mono Jack de auriculares Micrófono |
otros |
Acelerómetro de tres ejes Puerto USB tipo C |
precio |
Lo más interesante que ha pasado en consolas desde la Nintendo Switch
Playdate es una consola portátil enana, una especie de Game Boy en miniatura resucitada a la que se ha añadido una manivela y un peculiar sistema de distribución de juegos. La consola ha sido desarrollada por Panic (distribuidora de juegos como ‘Untitled Goose Game’) y Teenage Enginering (que son los mismos que han trabajado con Nothing en el acabado transparente de los Nothing Ear (1)).
En las fotos ya lo parece, pero en mano se confirma por completo. Es una consola pequeña, completamente cuadrada y con las esquinas redondeadas. Su llamativo color amarillo recuerda a la Game Boy Color amarilla que muchos habremos tenido por casa. Es muy ligera, tanto que apenas se nota cuando la llevamos en el bolsillo o la sujetamos en las manos.
A la izquierda tenemos la cruceta, mientras que a la derecha tenemos los botones AB, el altavoz (que poca broma lo alto que se escucha), el botón de inicio y la manivela, que usaremos para interactuar con algunos juegos (no con todos). También son curiosas las perforaciones de las esquinas, que tienen toda la pinta de estar pensadas para poder atar la consola con una cuerda para, por ejemplo, llevarla colgada del cuello.
En la parte inferior tenemos el puerto USB tipo C, el jack de auriculares y el micrófono, mientras que en el canto derecho tenemos la ranura en la que guardamos la manivela. De esa forma, se evita que quede suelta y se rompa. Cuando sacamos o guardamos la manivela, la consola nos devuelve feedback en forma de audio.
Los botones se notan bien rematados. Clickean ligeramente, pero nada fuera de lo normal. Tienen buen recorrido y la pulsación es agradable. Lo cierto es que, en un mundo de pantallas táctiles, volver a los botones analógicos me retrae a esa época de clonar Pokémon en mi Game Boy Color mientras merendaba un Cola-Cao. Porque otra cosa no, pero nostalgia hay por un tubo en la Playdate.
Y luego tenemos la pantalla. Abril de 2022 y aquí estamos, hablando de una pantalla monocromática sin retroiluminación, pero muy reflectante, con 400 x 240 píxeles de resolución. Evidentemente, no tiene la resolución de una Switch o una Steam Deck (que tampoco es la más alta del mercado), pero se ve sorprendentemente bien. Es más, la pantalla ha sido una muy grata sorpresa.
El problema es que, al no tener retroluminación, vamos a depender de la luz ambiente. Por ello, si queremos jugar de noche, tendremos que tener alguna luz encendida (Game Boy Color vibes). Por el contrario, lo que perdemos en retroiluminación lo ganamos en visibilidad a plena luz del día, algo que agradeceremos al jugar en exteriores.
A falta de probarla más a fondo y ver cómo se comporta en el día a día (tengo ganas de sacarla fuera de casa y jugar en una parada de bus, por ejemplo), la consola me parece preciosa, compacta, bien rematada y muy divertida. Y la manivela, ay dios la manivela, qué maravilla de invento. Hablemos de ella y, de paso, de los juegos.
Vamos a jugar
En el interior de la PlayDate tenemos un procesador a 180 MHz Cortex M7, 16 MB de memoria RAM, 32 KB de caché L1 y 4 GB de almacenamiento flash. Las cifras no llaman particularmente la atención, sobre todo teniendo el hardware que tenemos actualmente en el mercado, pero no necesita más. Los juegos son hipersencillos, muy ligeros y el rendimiento de los mismos es correcto con este hardware. Al fin y al cabo, son juegos desarrollados por y para la Playdate, por lo que tiene sentido.
¿Cómo funcionan los juegos? Los compras, los descargas… ¿cómo va este tema? Digamos que lo que sabemos ahora mismo es que la consola se lanza con la Season 1. Durante esta “temporada”, cada semana Panic nos regalará dos juegos gratis cada semana durante 12 semanas. En total, 24 juegos gratis. Habrá de diferentes géneros, algunos más cortos, otros más largos, dependerá.
¿Habrá más temporadas? Panic dice que todavía están dándole vueltas, por lo que poco más se puede decir al respecto. Ahora bien, cualquier persona puede desarrollar juegos con las herramientas ofrecidas por la empresa, y dichos juegos se pueden agregar a la consola vía side-loading. ¿Punto positivo? Si la consola funciona y genera comunidad, cabe esperar que haya juegos a patadas de terceros. ¿Punto negativo? Si la consola no funciona y no se desarrollan muchos juegos de terceros, dependeremos de unos planes todavía por anunciar.
Otro aspecto interesante es que habrá juegos que se podrán comprar. Los desarrolladores pueden distribuir y vender sus juegos como quieran, ergo cobrar por ellos. El primero que lo hará será 'Bloom', desarrollado y publicado por RNG Party Games, que se podrá comprar por 9,99 dólares en itch.io.
Dicho lo cual, los juegos que hay en la consola ahora mismo son ‘Casual Birder’ y ‘Whitewater Wipeout’. En el primero, que es un juego más de “historia”, encarnamos a un fotógrafo de pájaros amateur, mientras que el segundo es el típico juego arcade de surf. En ambos juegos la manivela tiene un papel especial.
En ‘Casual Birder’ nos movemos con la cruceta, interactuamos con las cosas con AB y enfocamos la cámara (ojo) con la manivela. En el segundo tenemos que hacer trucos con la tabla de surf y, para ello, tenemos que mover la manivela en ambos sentidos para movernos e intentar hacerlo de forma que caigamos bien sobre la ola y ganemos puntos. Es complicado, creedme.
Los juegos tienen su intríngulis y analizarlos uno a uno sería una locura. Sin embargo, dejan claro el potencial de esta consola: lo mismo puedes jugar a un título de historia más largo, que a un juego hipercasual como el de surf. Aquellos interesados en la lista de juegos venideros pueden consultarla en la web de la compañía. Habrá que ver qué tal están, pero de lo más ganas tengo, sin lugar a dudas, es de ver qué es capaz de hacer la comunidad y, por supuesto, cuánto tardará algún desarrollador en crear un port de ‘DOOM’.
El uso de la manivela es buenísimo. Me encanta cómo está implementado, lo suave que es y lo aparentemente resistente que parece. El problema es que la consola es pequeña, por lo que en aquellos juegos que requieran mover mucho la manivela notaremos que la consola se menea muchísimo en mano y hace que la experiencia de juego sea más pobre. Pero en cualquier caso, me encanta el concepto y su implementación.
Ambos juegos se mueven sin problema y el sonido es excepcional. Si habéis jugado en consolas antiguas, seguramente os resulte familiar y hasta nostálgica. Aprovecho para recordar que el volumen es sorprendentemente alto, por lo que recomiendo bajarlo un poquito, al menos hasta el 75%.
Finalmente, me gustaría destacar tres aspectos importantes. El primero: cuando bloqueamos la consola se pone en pantalla un reloj (analógico, digital o mundial). Dado el tipo de pantalla, cabe esperar que no consuma demasiada energía y que no suponga un problema mayor en la autonomía, pero se puede desactivar si así lo queremos. El segundo: ni la interfaz, los menús y los juegos están en español ni sabemos si lo llegarán a estar en algún momento.
El tercero y último es que la consola tiene cuatro gigas de almacenamiento no ampliables. Cada juego pesa alrededor de 20 MB, por lo que hay espacio de sobra. Sin embargo, a la larga tocará gestionar el almacenamiento para hacerle hueco a los que vayan llegando. Es algo a tener en cuenta.
Playdate no es para todos, pero el concepto es increíble
Todavía nos queda mucha Playdate por explorar, pero lo cierto es que con unas primeras impresiones podemos tener una idea bastante clara de por dónde van los tiros. La Playdate no es, ni de lejos, una consola para todos como puede ser, por ejemplo, la Nintendo Switch o una PlayStation. No es una consola que vaya a enamorar a todos los usuarios y, de hecho, me atrevo a pensar que habrá usuarios a los que la idea de una consola con esta idiosincrasia les genere rechazo.
Y es que es así. A falta de saber qué harán los desarrolladores de terceros y hasta dónde se podrá llevar la consola, lo que sí sabemos es que hay juegos que están por venir que no sabemos si nos van a gustar. Es parte de la gracia, evidentemente, pero puede darse el caso de que de 24 juegos que sabremos que habrá, solo nos gusten dos, tres o cinco. O puede que nos gusten todos, en cuyo caso, perfecto.
Sin embargo, eso no quita que la idea de la consola sea buena, interesante y esté bien ejecutada. Es una consola portátil y ligera, pensada para partidas cortas en tiempos muertos, con buen sonido y buena pantalla. La manivela brilla enormemente en los juegos que la saben explotar y no, no gustará a todos los usuarios, pero hará las delicias de aquellos a los que sí.
Playdate no es el futuro de los videojuegos, ni de lejos, pero sí supone un concepto interesante, una vuelta de tuerca a cómo jugamos y a qué jugamos. En un mundo de juegos gratuitos, con micropagos y anuncios, Panic nos propone juegos sencillos, casuales, gratuitos y con la posibilidad de hacer side-loading de aquellos que estén por llegar. ¿Qué tal funcionará en su lanzamiento? Solo el tiempo lo dirá, pero tiene todas las papeletas para, sin ser una consola de masas, conquistar a aquellos usuarios que busquen una experiencia jugable familiar, pero diferente.
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