Con los años la cámara de un smartphone se ha convertido en algo así como una piedra angular sobre la que los fabricantes han tratado de elevar el nivel sus smartphones de gama alta. Si en dimensiones de pantalla, rendimiento o incluso acabado hay prácticamente máxima igualdad, la cámara de un gama alta es donde más diferencias podemos encontrar hoy en día. O al menos más relevantes y objetivas.
A unas semanas de que llegue al mercado, en Xataka hemos podido probar la cámara del Sony Xperia X, el modelo más equilibrado de la nueva familia de terminales de gama alta de los japoneses. Como en generaciones anteriores, la compañía nipona pone mucho interés en el componente fotográfico, que este año llega con las novedades de la interfaz, un mejor procesamiento y el enfoque predictivo híbrido. Estas son nuestras primeras impresiones con la cámara del Sony Xperia X.
La base teórica de la cámara del Xperia X
Antes de que nos pongamos manos a la obra y os contemos cómo ha sido ir de paseo por Tokyo con el Xperia X para poder probar su cámara, repasemos los argumentos técnicos de su cámara.
El sensor del nuevo Xperia X no reduce resolución como están haciendo sus rivales más poderosos sino que mantiene los 23 megapíxeles que ya son casi un clásico de sus teléfonos franquicia. Esta resolución prácticamente es el doble que la que se está colocando como estándar (12 megapíxeles).
Aquí la ventaja competitiva de Sony está en el tamaño del sensor que monta, de 1/2.3 pulgadas, el mayor de todos sus rivales directos, por lo que compensa en parte que la luz que es capaz de captar (su apertura es de f2.0, más reducida que los f1.8 que ya estamos viendo en rivales) debe repartirse en más fotodiodos. La sensibilidad máxima, que sube hasta los 12800 ISO, también compensa algo este hándicap.
Disponer de más resolución en su sensor permite a Sony ofrecer un zoom digital de hasta 5 aumentos y la teórica mayor capacidad para el detalle en las escenas cuando nos queremos acercar. También cuenta a su favor con un objetivo de 24 mm que es de los más amplios del sector. Hay que tener en cuenta que la máxima resolución se obtiene cuando mantenemos el formato nativo del sensor, que es de 4/3. Si optamos por uno más tradicional, el 16/9, la resolución ya se reduce.
En cuanto a la cámara secundaria, queda también sobre el papel a un gran nivel. Su sensor no se queda corto en nada: 13 MP, tamaño de 1/3 pulgadas y apertura f2.0, además de óptica de 22 mm para abarcar de forma sencilla nuestro rostro. La sensibilidad máxima alcanza los 6400 ISO.
Hasta aquí lo que nos ofrece la cámara del Xperia X nos era conocido. La principal evolución se llama enfoque híbrido predictivo, el cual recurre a tecnología de seguimiento de objetos y algoritmos que determinan el probable recorrido de un objeto por la escena. Para usarlo hay que pulsar sobre la pantalla en el objeto a "perseguir" y se mantendrá enfocado para cuando queramos disparar. Con este modo Sony busca mejorar uno de los problemas que detectamos en la prueba del Xperia Z5, y que ocurría cuando usábamos el modo automático y la escena quedaba desenfocada en algunos objetos en movimiento que deberían haber quedado bien definidos.
La cámara del Xperia X a prueba
Vista la teoría, toca ponerse manos a la obra con la cámara del Xperia X. En Xataka la sacamos a paseo por Tokyo para comprobar qué tal se comporta en diferentes escenarios, tanto de día como de noche.
En escenas con luz y generales, la cámara del Xperia X realiza una exposición correcta, sin problemas de sobreexposición y lo que más nos ha gustado, una reproducción de los colores más intensa que en generaciones anteriores sin dejar de ser fiel y realista.
En la siguiente escena podemos diferenciar y apreciar perfectamente la amplia gama cromática de verdes de los diferentes árboles. En cuanto al detalle, los 23 megapíxeles hacen que tengamos mucho, con un procesado correcto aunque mejorable en los bordes de la imagen, donde perdemos definición y las ramas de los árboles se empastan bastante.
En la siguiente escena, la cámara del Xperia X vuelve a dejarnos con un gran nivel de detalle sin excesivo procesamiento al tiempo que es capaz de equilibrar un fondo donde ni las zonas fuertemente iluminadas se queman ni perdemos información en las sombras. Este más que correcto trabajo en una escena con bastante rango dinámico es una de las mejoras que valoramos especialmente en la cámara del Xperia X, pues en anteriores generaciones el procesado no era capaz de mantenerlas a flote.
Una de las novedades de la cámara del Xperia X también paso por nuestras manos. En nuestra prueba pudimos comprobar que el sistema realiza un seguimiento correcto de los objetos, los mantiene enfocados, pero no nos parece por ahora una función diferenciadora del terminal. En escenas nocturnas, lógicamente, ese seguimiento sufre más.
Cuando pasamos a las escenas de interior y poca luz es cuando la cámara del Xperia X comienza a tener más problemas, aunque los resultados son también más consistentes que en generaciones anteriores. Sony no consigue todavía un equilibrio que nos garantice siempre buenas tomas, y es ahí donde seguimos echando de menos una estabilización óptica que no haga que el terminal tenga que subir la ISO para no trepidar la imagen y haya que aplicar por ello más procesamiento para reducir el ruido que se generará.
En general la cámara del Xperia X recoge menos luz que rivales directos como el Galaxy S7, pero el procesado parece más controlado y mejor gestionado y no introduce excesivo ruido. En la siguiente escena hemos comparado los resultados entre el Xperia X (izquierda) y el Galaxy S7 (derecha).
El balance de blancos es completamente diferente en ambos casos, con el Galaxy S7 tirando a lo cálido mientras que el Xperia X se desplaza hasta una tonalidad más fría. El procesado es similar en la introducción de ruido pero nos parece que la escena queda mejor representada en la toma de Sony.
Cuando la escena es excesivamente deficiente en luminosidad, el Sony Xperia X acusa el exceso de píxeles y apertura f2.0, quedando la escena menos luminosa, aunque resuelve mejor que en ediciones anteriores, con bastante detalle sin que procesado o ruido excesivo echen por tierra la posibilidad teórica de la cámara. La mejora podría ser todavía mejor con la ayuda de la estabilización óptica. El sistema SteadyShot nos parece adecuado para el modo de vídeo pero se hace cada vez más necesario subir la apuesta en el modo fotográfico ahora que los rivales han mejorado tanto en escenas nocturnas.
En cuanto a la experiencia de uso, notamos un buen paso adelante pero sigue teniendo esa tendencia ya detectada a tardar entre el disparo y la disponibilidad de la imagen para verla en la galería, aunque este retraso no aplica a cuando queremos seguir disparando sin revisar la imagen anterior tomada. Es cierto que ahora son más rápidos que antes pero no tanto como la competencia. Aquí seguramente estemos ante las consecuencias de una resolución bastante grande y un procesado trabajado.
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En el modo de grabación de vídeo, que también hemos podido probar, el Sony Xperia X no se lanza a por el vídeo 4K, algo extraño siendo Sony (que dispone en su catálogo de dispositivos UHD como sus televisores donde tiene sentido poder generar contenido propio a esa resolución) y se queda en 1080p. A continuación una muestra.
Tras esta primera toma de contacto con la cámara del Xperia X, ya estamos deseando poder tener el terminal más tiempo para realizar tanto el análisis completo como la comparativa con los grandes terminales fotográficos del año.
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