Comprar una tarjeta gráfica no es fácil. Tenemos muchos modelos y varios rangos de precios a los que atenernos, decenas de diferentes características a tener en cuenta y un objeto: buscar el mejor producto para nuestras exigencias.
Hoy vamos a echar una mano con esta nueva Guía de compras: tarjetas gráficas. Vamos a estudiar las gamas que existen, los muchos modelos que podemos comprar y los usos y utilidades para cada una de ellas. ¿Que quieres jugar sin gastar un euro? Es posible. ¿Quieres apostar por un modelo potente pero comedido en precio? También. ¿Ir a por lo mejor de lo mejor? Sí, también. Empezamos.
Las regaladas, tal cual: gráficas integradas
Siempre han existido, pero en los últimos años han proliferado las tarjetas gráficas integradas en los equipos de escritorio. Su rendimiento es ahora más que suficiente para las tareas básicas e incluso algunos juegos sencillos que ya no necesariamente tienen que estar basados en el navegador: muchos como los indies tan de moda últimamente, los retro o alguna bala perdida como Hearthstone funcionarán perfectamente en una integrada, sea cual sea.
Y es que integradas hay muchas, y de varios perfiles. Podemos decir que Intel está ligeramente por encima de AMD en rendimiento y además también en disponibilidad, y es que al fin y al cabo se venden muchos más PCs con micros Intel que con AMD.
Los gráficos integrados Intel más potentes son los Intel Iris Pro Graphics 6200, disponibles en los últimos modelos presentados pertenecientes a la quinta generación (Core i5, Core i7) de chips Intel Core. Gráficos potentes que muchos equiparan con un rendimiento de una gráfica dedicada de gama baja, pero con un bajo consumo y menor ruido.
El resto de gamas de integradas Intel de las pasadas generaciones suponen una apuesta más limitada, pero igualmente interesante para un uso básico: principalmente Intel HD Graphics 4600 e inferiores. Es muy sencillo determinar la gama y su rendimiento si prestamos atención al nombre del modelo: 4600 > 4400 > 4000
, etc.
AMD tiene en el mercado también múltiples modelos, y de hecho durante varias generaciones las integradas de AMD fueron superiores a las de Intel. Salvo su familia AMD FX, en escritorio todos los A10 e inferiores guardan gráficos integrados de la marca Radeon que igualmente pueden ser interesantes para juegos de gráficos sencillos, o incluso alguno un poco más complejo con bajas configuraciones.
Gráficas de gama baja, por menos de 100 euros
Si estamos pensando en una tarjeta gráfica de gama baja - típicamente por debajo de 100 euros - deberemos hacernos varias preguntas. En primer lugar, si merece la pena.
Con el crecimiento en el rendimiento de las integradas durante los últimos años, las tarjetas gráficas dedicadas de gama baja han perdido parte del sentido que tenían hace unos pocos años. De hecho, NVidia prácticamente las ha desechado y AMD está en ese proceso; tanto uno como otro no tienen productos verdaderamente serios en las gamas bajas.
AMD está, de hecho, mejor posicionada que NVidia en esta categoría de producto destacando dos modelos de la pasada generación: R7 240 y R7 250, por 70 y 90 euros respectivamente, que pueden proporcionar un rendimiento superior a algunas integradas sencillas.
En estos casos es mejor realizar un desembolso ligeramente superior y por unos 130 o 150 euros ya hay modelos que merecen la pena. Y de ellos son precisamente de los siguientes que vamos a hablar.
Nota: como decimos, las tarjetas gráficas de gama baja tienden a desaparecer debido al auge de las integradas. Siempre existirán algunas excepciones (HTPCs que requieran gráficos dedicados y sencillos, tarjetas de pequeño tamaño, etc.), pero para la mayoría de usuarios una integrada será una mejor opción en este rango de precios.
La gama media, por menos de 200 euros
Y entramos en un tipo de producto que empieza a ser realmente interesante para jugar, así como para otros usos que describiremos más adelante. Hablamos de tarjetas gráficas entre 100 y 200 euros.
Modelos muy económicos y que son una excelente opción para los que quieran un nuevo equipo y estén limitados en precio. La diferencia de estas tarjetas respecto de las integradas ya es sustancial, y se nota hasta tal punto que pueden ejecutar juegos a buenas calidades y altas resoluciones. No, no pidas 4K, pero sí un juego recién estrenado a FullHD y calidad media. Desde luego que sí.
En este rango de precios hay un rey, NVidia GTX 750 por unos 120 euros (Gigabyte en PCComponentes) o la ligeramente superior GTX 750 Ti por 140 euros (Gigabyte en Amazon). A mayores, tanto una como otra proporcionan compatibilidad con CUDA, la tecnología propietaria de NVidia que permite procesar información en la tarjeta gráfica de forma mucho más rápida a como lo hace la CPU. Aquí tenéis un listado de algunas aplicaciones compatibles, y donde se incluyen editores de vídeo, imágenes, renderizado 3D, y muchas más. Si vas a realizar alguna tarea de estas aunque sea a nivel doméstico y vas a utilizar software compatible con CUDA, merece la pena una gráfica NVidia.
También referente a NVidia, hay rumores sobre el lanzamiento cercano de una NVidia GTX 950, la nueva generación que podría lanzarse en el mes de agosto con unas características muy atractivas a un precio de unos 150 dólares. Desde luego es para estar atentos a ver qué prepara NVidia, porque podría ser una tarjeta brutal en calidad/precio y que encajaría como modelo económico.
En el otro lado del ring AMD también tiene unos cuantos modelos interesantes entre los que destacamos la AMD R7 370, un nuevo modelo que roza la gama media y que se vende por unos 170 euros (MSI, Amazon) siendo un modelo especialmente atractivo ligeramente superior a la 750 Ti y con un precio bastante ajustado.
Gama alta, entre 200 y 400 euros.
Para un uso ciertamente avanzado debemos realizar un desembolso más fuerte, aunque no necesariamente desorbitado. Montar un equipo con un presupuesto de unos 800-1000 euros nos permitirá apostar por gráficas de gama alta, actualmente en el rango de precios entre los 200 y 400 euros.
Es un rango amplio en el que hay modelos de todo tipo y cuyo rendimiento empieza a ser sobresaliente. El estado actual de la tecnología y el rendimiento de las tarjetas gráficas modernas nos permitirá jugar a cualquier juego en resolución FullHD y a las máximas calidades en casi todos los casos. También unos primeros pinitos en un monitor 2K/4K, que ya empiezan a ser habituales en el mercado debido al descenso de precio sufrido en los últimos años.
Además de para juegos, en este tipo de gráficas de gama alta es habitual encontrar auténticas bestias en procesamiento CUDA/OpenCL que proporcionan una diferencia muy significativa respecto de modelos inferiores, así como por supuesto también de las integradas.
NVidia apuesta fuerte con la GTX 960 por 225 euros (ASUS, Amazon) como entrada en esta categoría, aunque mucho más interesante es la NVidia GTX 970 por 350 euros (Gigabyte, Amazon) que para muchos está entre las mejores de la actual generación en calidad/precio. La 970 es una tarjeta brutal por un precio que es alto, pero no exagerado y que es una inversión justa para un equipo de juegos.
Pero no sólo de juegos. A nivel técnico esta 970 proporciona 1664 núcleos CUDA frente a los 1024 de la 960, o los 512 y 640 de 750 y 750 Ti, respectivamente. El rendimiento de esos 1.664 núcleos harán las delicias de los usuarios que puedan aprovecharlos, por ejemplo con Adobe Premiere:
AMD se mueve en una línea parecida, aunque sus grandes innovaciones vendrán después. Las AMD R9 300 son popurrís de la pasada generación, con los mismos núcleos y tecnologías sin cambios importantes, aunque bajando el precio de algunos de sus productos. De interés encontramos la AMD R9 380 pòr unos 240 euros (XFX, Amazon) o ya la más avanzada R9 390 por 345 euros (XFX, Amazon) y que quiere estar a la altura de la GTX 970, aunque para muchos el problema con la estabilidad de los drivers de AMD facilitaría la decisión a favor de la de NVidia.
A partir de 400 euros, lo más de lo más
Entramos en la categoría reina, las tarjetas gráficas de gama alta. Esas que fueron las protagonistas de nuestro especial de hace unos días.
En este rango de precios tradicionalmente NVidia ha sido el rey, y ha campado a sus anchas durante generaciones. Su mejor producto es la NVidia GTX 980 Ti, una gráfica brutal tanto en rendimiento como en precio, 740 euros (MSI, PCComponentes) que ya está pensada en el juego en 4K.
Por debajo de ella, más limitada - aproximadamente un rendimiento un 20% menor - y económica está su melliza, la NVidia GTX 980 (sin 'Ti') sale por unos 550 euros (Gigabyte, Amazon). Esta tiene 2048 núcleos CUDA (la Ti llega hasta los 2816) y 4 GB de memoria GDDR5 (la Ti llega a 6 GB), estando claramente enfocada a las texturas en altas resoluciones.
Si tenemos en cuenta la memoria, AMD ha conseguido un muy importante empujón a su tecnología gracias al uso de memorias HBM en sus AMD R9 Fury, competencia muy interesante para las NVidia que como decíamos antes siempre han caminado solitarias en esta gama del mercado.
Las Fury se dividen en dos modelos: en primer lugar el modelo 'estándar' llamado simplemente AMD R9 Fury y que sale por 619 euros (Sapphire, PCComponentes); sin embargo, merece mucho más la pena la AMD R9 Fury X tope de gama que es aún más potente que el modelo original, incorpora 4 GB de memoria HBM y además trae refrigeración líquida de fábrica. Su precio, 720 euros (XFX, PCComponentes).
AMD tiene a su favor que en procesamiento de datos proporcionan un rendimiento genial. No son compatibles con CUDA - es una tecnología propietaria de NVidia - pero sí con OpenCL, su contrapartida 'abierta'; manejan 3584 y 4096 núcleos de procesamiento (Fury y Fury X, respectivamente) y una capacidad muy por encima de otros modelos. En AnandTech tienen un apartado dedicado al análisis de esta capacidad de la Fury X, por si os interesa especialmente esta característica.
Si buscamos la utilidad de las tarjetas gráficas en esta categoría de precios en usos más allá de videojuegos, por supuesto que los hay. Seguiremos refiriéndonos a las posibilidades del GPGPU en software de edición de vídeo, imágenes, renderizado de vídeo, 3D y demás pero con usos que van más allá del doméstico. No se trata de - por ejemplo - convertir un vídeo de 5 minutos de nuestras vacaciones de un formato u otro, o hacer un renderizado 3D de una escena que hemos visto en un tutorial y cuya duración es de 30 segundos. Estas tarjetas, tanto las NVidia como las AMD, son geniales para usos de aficionados exigentes o incluso profesionales, que quieran un producto relativamente económico frente a otras opciones aún más 'pro', pero también enormemente más caras.
Las opciones SLI/CrossFireX
Cuando estamos hablando de gráficas de 600 y 700 euros no sólo tenemos abierta la puerta de las configuraciones de una única tarjeta. Desde hace unos años las configuraciones de dos o más tarjetas gráficas son muy interesantes en el mercado, y cada vez más elegidas por los usuarios.
Puestos a dejarnos 700 euros por una 980 Ti podemos comprar dos NVidia GTX 970, y nos saldrá incluso algo más económico. A favor tendremos un mayor rendimiento; en contra, un mayor consumo energético, mayor ruido, y que hay veces que las configuraciones multinúcleo no terminan de ser bien aprovechadas por el software. Ocurre algo similar con los CrossfireX de AMD.
A la hora de decidir si es más interesante un SLI/CrossFireX o una configuración mononúcleo debemos tener en cuenta varios aspectos. En primer lugar están los requisitos energéticos y que tengamos una buena fuente de alimentación capaz de proporcionar la energía suficiente al conjunto.
En segundo lugar, la placa base también deberá ser compatible y deberá proporcionar los zócalos PCI-Express suficientes para sacarle el máximo partido a las dos tarjetas. Y ojo, porque aquí entramos en el juego de la elección de la placa base; una placa base con dos PCIe 3.0 x16 es lógicamente más cara que la una que tenga un único PCIe 3.0 x16. Deberemos elegir bien.
Sin embargo, las configuraciones SLI/CrossFireX son cada vez más habituales entre el público, y muchos no necesariamente las eligen en la primera compra. Son una excelente opción como ampliación futura; por ejemplo primero te compras una tarjeta gráfica y a los X
meses compras la segunda. Y a disfrutar de un rendimiento genial.
Y casi lo que queramos
Si nos ponemos serios podemos seguir hablando de tarjetas gráficas aún más caras. De 800, 900 y 1000 euros, o incluso de varios miles de euros. Sin embargo, el límite de la compra 'lógica' está en las GTX 980 Ti y las R9 Fury X.
Más allá están las NVidia Titan X a partir de 1.000 euros, o la Titan Z con doble GPU por unos 3.000 euros. Y hablamos de gráficas supuestamente 'domésticas', pero que con estos precios son consideradas más caprichos que realmente válidas en calidad/precio.
Donde sí tienen sentido es en los modelos más profesionales. Si trabajas con el ordenador y necesitas una máquina excepcionalmente potente para vídeo, 3D, imágenes y demás, tal vez te resulte interesante apostar por gráficas NVidia Quadro o AMD FirePro que están especializadas en el procesamiento masivo de información y en la ejecución paralela de datos. CUDA y OpenCL son sus puntos fuertes.
Será imprescindible trabajar con software compatible, o de lo contrario no servirá de nada. Comprobar si el programa que utilizamos es compatible no sólo con la tecnología que elijamos (CUDA, OpenCL), también con el modelo concreto de tarjeta en la que estemos interesado. No sería la primera vez que una tarjeta recién presentada tarda varias semanas o incluso meses en ser compatible con cierto software. Y eso no mola nada cuando nos dejamos unos cuantos miles en la compra.
Este tipo de tarjetas pueden costar desde unos pocos cientos hasta varios miles, cerca de los 10.000. Y hablamos de una única tarjeta. Evidentemente, para sacarle provecho hay que trabajar mucho y obtener beneficios con el trabajo realizado. No son tarjetas para cualquier persona, ni para cualquier profesional; de hecho, los principiantes o aficionados tendrán de sobra con tarjetas gaming como las que hemos mencionado anteriormente.
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