Cuatro años hace desde que Razer lanzase su Razer Kiyo, esa peculiar webcam para streamers con aro de luz integrado. Ahora la compañía vuelve a la carga con un nuevo modelo, la Razer Kiyo Pro, una webcam que se deshace del anillo de luz y que, en su lugar, apuesta por un sensor Sony IMX327 con tecnología STARVIS. Por si acaso no ponemos el sensor en contexto, se trata de un sensor que fue lanzado en 2017 y que se usa en cámaras de videovigilancia debido a su alta sensibilidad a la luz.
Sus bazas, por lo tanto, son claras: grabación en FullHD a 60 FPS, buena sensibilidad a la luz (algo interesante para los streamers), enfoque manual o automático, un micrófono en condiciones, soporte para HDR y, en este caso, conectividad USB 3.0 mediante USB tipo C. En Xataka ya hemos tenido ocasión de probar la nueva webcam de Razer, cuyo precio supera los 200 euros, y esta ha sido nuestra experiencia.
Ficha técnica de la Razer Kiyo Pro
RAZER KIYO PRO | |
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CÁMARA | Sony IMX327 con STARVIS |
CONEXIÓN | USB 3.0 |
RESOLUCIÓN DE IMAGEN | 1.920 x 1.080 píxeles |
RESOLUCIÓN DE VÍDEO | 1.080p@60/30/24 FPS |
CAMPO DE VISIÓN | 103º, 90º, 80º |
ENFOQUE | Manual y automático |
MONTURA | Forma de L |
MICRÓFONO | Omnidireccional
Estéreo |
SOFTWARE | Razer Synapse |
OTROS | Cable de 1,5 metros |
PRECIO |
RAZER KIYO PRO
Como montar un objetivo en el monitor
La Razer Kiyo Pro es una webcam realmente grande, sorprendentemente grande de hecho. Su estética es muy similar a la de un objetivo de una cámara réflex y el dispositivo es bastante pesado. No obstante, se siente robusta y no nos ha dado problemas al hacer videollamadas o probar los software de streaming. A pesar de su peso, el soporte con forma de L que viene incluido en la caja es muy duro y agarra bien la cámara al marco del monitor.
En cualquier caso, algo que nos ha gustado mucho es que la Kiyo Pro no nos ata a la montura que viene incluida en la caja. En la parte inferior de la webcam hay una rosca compatible con cualquier trípode, por lo que podemos colocarla en el monitor o, si lo preferimos, en un trípode en cualquier posición, siempre y cuando el cable USB, que mide metro y medio, esté lo suficientemente cerca de la torre.
Es más, la propia montura con forma de L tiene una rosca en la parte inferior para poner la cámara sobre un trípode y, a su vez, sobre su montura, lo que nos permite inclinarla a placer para conseguir un plano que nos guste. En pocas palabras, la webcam es muy versátil.
Finalmente, cabe destacar que la cámara tiene un LED que indica cuándo grabando imagen, que en la caja se incluye una tapa (similar a la de un objetivo de una DSLR) para tapar la lente y que la lente está protegida por Gorilla Glass 3, algo que sobre el papel la hace más resistente a rayones y golpes. En cualquier caso, y salvo que la manipulemos mucho, no es un dispositivo que sea muy proclive a caerse y golpearse.
Esta es la calidad de imagen de la Razer Kiyo Pro
Pero vayamos a lo importante, ¿cómo se ve la Razer Kiyo Pro? ¿Qué calidad de imagen nos da? Como decíamos antes, en el interior de la webcam encontramos un sensor Sony IMX327 con tecnología STARVIS. Los sensores STARVIS se basan en píxeles retroiluminados que consiguen capturar luz en condiciones poco propicias, algo a lo que debemos sumar la apertura f/2.0 de la lente, los píxeles de 2,9 micrómetros y el tamaño del sensor, que es de 1/2,8 pulgadas.
La webcam tiene una resolución máxima de 1.080p a 60 fotogramas por segundo, y tiene sentido. Raro será el streamer o la videoconferencia que se emita en resolución 4K. Normalmente, los streams de videojuegos se emiten en FullHD a 60 FPS porque es una calidad equilibrada, que permite al ordenador grabar la imagen y emitirla sin provocar problemas de rendimiento ni lag. Que Razer apueste por esta resolución y se haya volcado en mejorar la recogida de luz nos ha parecido una decisión sensata.
Como todos los periféricos de Razer, podemos conectar la webcam al software Razer Synapse. Desde él podemos controlar algunos parámetros, como el brillo, el balance de blancos, el nivel de zoom y el enfoque, que puede ser manual o automático. La calibración por defecto es más que correcta y el enfoque automático es relativamente preciso, por lo que no hemos tenido necesidad de hacer ajustes. No obstante, si usáis OBS o xSplit, podréis hacer los ajustes desde allí.
¿Y qué tal se comporta? Para el caso, hemos probado la cámara en diferentes escenarios de luz: a contraluz, con luz frontal, con luz lateral, a oscuras con la luz del monitor (para simular estar jugando) y completamente a oscuras. También hemos añadido al fondo algunas luces para ver cómo se comporta recogiendo la luz que podríamos encontrar en un setup de streaming. Para grabar hemos usado OBS y para capturar el audio hemos usado el micrófono de la webcam.
Como podemos ver en los vídeos superiores, la webcam es capaz de conseguir una calidad de imagen más que correcta en casi todas las situaciones, aunque su rendimiento cae en las situaciones más complejas, como luz lateral, contraluz y completamente a oscuras. También tenemos algún que otro problema de flickeo con las luces de colores de fondo que, todo sea dicho, se reduce (aunque no se elimina) al añadir luz frontal.
En lo que respecta al audio, la cámara se comporta perfectamente. En ningún momento hemos echado en falta un micrófono de mayor calidad, ya que el sonido de nuestra voz es, sencillamente, sobresaliente. Tiene rotundidad, está bien representado y no se satura. Razer, en ese sentido, ha hecho un trabajo excepcional.
Razer Kiyo Pro, la opinión de Xataka
En conclusión, nuestra experiencia con la nueva Razer Kiyo Pro ha sido muy positiva. El rendimiento del sensor es muy correcto y es capaz de conseguir una calidad de imagen más que decente en casi cualquier contexto, aunque eso no quita que no agradezca añadir una fuente de luz frontal que nos ilumine mejor la cara, ya que es así como conseguimos la mejor calidad de imagen.
La Razer Kiyo Pro nos parece una webcam muy solvente para darle un punto de calidad adicional a nuestros streamings sin hacer el desembolso que supone comprar una cámara réflex. Cierto es que estas cámaras nos dan una calidad de imagen muy superior, pero la Razer Kiyo Pro, que vale 209,99 euros, se queda en una buena posición.
Y dicho lo cual, ¿es necesario que el usuario de a pie se gaste esa cantidad de dinero en una webcam? En absoluto. Por menos dinero podemos encontrar una webcam solvente para hacer alguna que otra videollamada puntual, sin duda. No obstante, si queremos hacer streaming o valoramos la calidad de imagen de cara a videoconferencias importantes, quizá sí sea una buena idea gastar un poquito más en un producto más capaz, y la Razer Kiyo Pro lo es, sin duda.
Esta webcam han sido cedida para la prueba por parte de Razer. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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