Aunque es fácil asociar Realme a móviles, lo cierto es que la compañía tiene planes para crear un ecosistema de productos IoT con televisores, pulseras y, por supuesto, relojes. Y es que hace relativamente poco Realme trajo a España su primer reloj, el Realme Watch, un dispositivo que ya lleva un buen tiempo en nuestra muñeca y del que hoy os traemos su correspondiente análisis.
La principal apuesta del Realme Watch es el precio, y es que el dispositivo aterriza en nuestro país por tan solo 54,99 euros, una cifra que lo deja por debajo de alternativas tan populares como el Amazfit Bip S. La compañía promete batería, monitorización de frecuencia cardíaca y funciones propias de los smartwatches como recibir notificaciones. ¿Cómo se comporta en el día a día? ¿Qué ofrece Realme-nte la marca por este precio? Salgamos de dudas y perdón por el chiste malo.
Ficha técnica del Realme Watch
REALME WATCH | |
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Dimensiones y peso | 36.5 x 11.8 x 256 mm |
Pantalla | 1.4 pulgadas |
Sistema operativo | Personalizado por Realme |
Batería | 160mAh |
Conectividad | Bluetooth 5.0 |
Extras | 14 modos deportivos |
Precio |
realme Watch. Smartwatch con Pantalla de 1.4" TFT-LCD. Android 5.0+ y Bluetooth 5.0 (10m). Resistencia IP68, Color Negro.
Diseño: sin grandes alardes
Empezamos, como siempre, repasando el apartado estético. El Realme Watch es un reloj discreto que, de alguna forma, recuerda a los Amazfit Bip, Fitbit Versa y Apple Watch en cuanto a estética. El cuerpo del dispositivo está terminado en plástico con un acabado negro brillante en los cantos laterales que le sienta bien. Pesa tan solo 31 gramos, por lo que es bastante ligero y cómodo de llevar durante todo el día. Es cuadrado, pero las esquinas están un poquito curvadas.
Solo tiene un botón en el canto derecho que, como se puede intuir, sirve para activar el panel y volver a la pantalla principal cuando vamos a alguna app o ajuste. Tiene un pequeño grabado en color amarillo que sirve para localizarlo rápidamente, aunque tampoco es que sea particularmente difícil de alcanzar, ya que es grande. El problema del botón es que clickea demasiado y, en algunas ocasiones, se puede apreciar cierto sonido metálico que, a falta de abrirlo, diría que es el muelle de mecanismo interno.
En la parte inferior tenemos la sensórica, que consta de un sensor de monitorización de ritmo cardíaco con dos LEDs verdes y el sensor SpO2 relativo con dos LEDs rojos e infrarrojos. Este nos servirá para hacernos mediciones del nivel de oxígeno en sangre, aunque en otros dispositivos también se utiliza durante el sueño para detectar mejor las fases del mismo.
En cuanto a la correa, sensaciones encontradas. El Realme Watch usa correas de 20 mm intercambiables con una longitud ajustable de 164-208 mm. Se pueden quitar sin mayor problema usando la pestañita dedicada para limpiarlas o cambiarlas, pero no por cualquier correa, sino por una de 20 mm. Parece una nimiedad, pero no son pocos los relojes que usan correas de 22 milímetros, por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de hacer una compra.
La que Realme incluye en la caja está hecha de silicona y el tacto es muy parecido al de las correas de Amazfit, aunque un poquito mejor. Es una correa dúctil, más bien poco rígida y que no se nota demasiado premium. Tampoco lo estamos pagando, claro está, pero una correa tan blandita unida a un peso tan bajo hace que el conjunto transmita una sensación de menor calidad. No es que la correa sea necesariamente mala y seguramente haya gente que agradezca que el dispositivo sea poco pesado, pero es una cuestión de sensaciones.
La correa tiene una buena cantidad de agujeros para ajustarla a cualquier tamaño de muñeca, algo que se agradece. El cierre es de hebilla de toda la vida y la sujeción es correcta, así que sin quejas en este aspecto. La que nosotros tenemos es de color negro, pero hay más opciones que se puede comprar aparte, tanto por la parte de Realme como de otros fabricantes.
En cuanto al frontal, la sensación es la misma que con los Fitbit y los Amazfit. Cuando el reloj está apagado parece que el frontal es todo pantalla, pero no. Hay unos generosos marcos por todos los lados y, curiosamente, uno más pronunciado en la zona inferior. La pantalla es de 1,4 pulgadas y, si bien es cierto que es generosa en tamaño, que haya tanto marco hace que parezca más pequeña.
Habría estado bien aprovechar el frontal un poquito mejor o, al menos, reducir el tamaño del marco inferior. Y es que los marcos ocupan un buen porcentaje del frontal. El dispositivo tiene unos nueve centímetros cuadrados de superficie y la pantalla unos 6,5, por lo que más o menos el 30% del frontal es marco.
En líneas generales, el reloj se siente como cabría esperar de un reloj de 55 euros. No tiene unos acabados premium, aunque el plástico lateral se nota bien trabajado y el acabado glossy luce bien. Es ligero, para bien y para mal, y no molesta cuando lo llevamos puesto durante largas sesiones (realmente lo llevaremos todo el día si queremos que nos analice el sueño). Finalmente, un detalle a tener en cuenta es que tiene certificación IP68, así que minipunto para Realme.
Pantalla: 1,4 pulgadas y visualización mejorable
Pasamos así a hablar de la pantalla. El Realme Watch no tiene un panel OLED, sino que usa un LCD convencional, por lo que tiene retroiluminación trasera y no cuenta con un modo Always On. El tamaño es de 1,4 pulgadas con resolución 320 x 320 píxeles y, como decíamos, se ve más pequeña de lo que realmente es. Para que nos hagamos una idea, el Apple Watch Series 5 tiene una pantalla de 1,57 pulgadas, poco más grande que esta.
La pantalla, evidentemente, es táctil y a color. Se ve bien de día y de noche, aunque cuando el sol le da de frente ver la información es más complicado. La respuesta táctil también es correcta, sorprendentemente correcta, así que el panel responde rápido a nuestros gestos. Eso, unido a un buen rendimiento (ahora hablaremos de eso) hace que la experiencia global con la pantalla sea positiva, pero no tanto como nos habría gustado.
Y las huellas, ay, las huellas. Se quedan bastante marcadas en el cristal frontal, algo que puede sacar de quicio a aquellos que sea un poquito maniáticos con la limpieza, entre los que me incluyo. Siempre es de agradecer que la capa oleofóbica del cristal repela bien las huellas o, en su defecto, las disimule, pero en el Realme Watch se aprecian mucho, sobre todo cuando la luz incide de forma directa. Tampoco es que vayamos a estar mirando el reloj todo el día, no es como el móvil, pero es un detalle a tener en cuenta en un dispositivo que, por cómo está diseñado, tenemos que tocar para usar.
Como indicábamos antes, el Realme Watch no tiene modo Always On, así que para hacer alto tan sencillo como ver la hora tendremos que encender la pantalla. Se puede hacer de tres formas: pulsando el botón, la pantalla y haciendo el gesto de mirar la hora con la muñeca. ¿Cuál es el problema? Que el gesto venía desactivado por defecto y sin posibilidad de activarse. Por fortuna, durante los últimos días de la review recibimos una actualización que lo implementaba y ahora sí funciona.
En cuanto a la personalización, Realme nos ofrece 12 watchfaces dedicadas al reloj que se pueden instalar desde la app para Android (quédate con la idea de "para Android") o desde el propio reloj dejando pulsada la pantalla. De hecho, en el reloj podemos instalar hasta seis. La mayoría de ellas son interactivas, en tanto que muestran nuestro estado en forma real, pero son las que son y son las que hay. No se puede instalar más desde fuentes de terceros como sí puede hacerse en los Amazfit.
Se pueden configurar diferentes niveles de brillo de forma manual, desde el 0% al 100%. A mayor brillo, mayor consumo de batería, evidentemente. El punto dulce lo hemos encontrado en el 60%, pero es una cuestión que dependerá de las condiciones lumínicas de escena. Lo malo es que no tiene brillo automático, así que el brillo que establezcamos es que el tendremos siempre. También se puede alternar rápidamente entre diferentes niveles mediante unos accesos directos en una de las pantallas. Sea como fuere, ni con el brillo máximo se consigue una buena visualización cuando la luz ambiental es fuerte.
Resumiendo, la pantalla ofrece una experiencia suficiente, sin más. No es la mejor pantalla del mercado (aunque su resolución es bastante alta), pero cumple con su objetivo. Habría estado bien tener brillo automático y una capa antihuellas más efectiva. La sensación final es que se echa en falta un poquito más.
Rendimiento: sí, pero...
Vamos al meollo del asunto: el rendimiento, y aquí tenemos dos problemas bastante serios que no podemos dejar pasar por alto. El primero es que el Realme Watch, al menos por ahora, solo funciona en móviles Android. Estamos de acuerdo en que España la presencia de iOS poco o nada se compara con la de Android, pero que la aplicación Realme Link, que necesitaremos para enlazar el reloj y configurarlo, no esté en App Store no es algo menor. Está en desarrollo pero, por ahora, si tienes iPhone olvídate del Realme Watch.
Lo segundo es que Realme Link está en Google Play, pero a medias. Cuando empecé este análisis Realme Link no era compatible con ningún dispositivo de los que tengo configurados en mi cuenta, que van desde un Pixel a un Motorola Edge pasando por una lista interminable de dispositivos. Al fin y al cabo, meto mi cuenta de Google en cada móvil que analizo, así que la lista es generosa. Actualmente sí es compatible con unos cuantos, pero lo cuento porque fue parte de la experiencia inicial. La solución en mi caso fue descargar el APK desde la web de Realme.
¿Recordáis que dije antes que uno de los últimos días de la review recibimos una actualización? Pues esta no solo añadió el gesto de la muñeca, sino también el español. Durante el tiempo que hemos estado analizando el reloj lo hemos tenido siempre en inglés porque el español no estaba disponible. Las fotos que ilustran el post son posteriores a esta actualización, por eso salen en español. No es un detalle de mayor importancia, ya que cuando el Realme Watch salga a la venta estará en nuestro idioma, pero tampoco queríamos dejar de comentarlo.
Dicho lo cual, el reloj tiene un rendimiento bastante bueno, algo que cuadra con el hecho de que el sistema operativo es bastante sencillo. Como casi todo reloj sin WearOS, Tizen o WatchOS, no se le pueden instalar aplicaciones adicionales a las que trae preinstaladas de fábrica, que son las justas y necesarias para desarrollar las funciones más básicas.
El desplazamiento entre pantallas es fluido, pero no tiene animación, simplemente se cargan y ya está. Deslizando hacia la derecha tendremos el tiempo, un resumen del sueño, un resumen del ritmo cardíaco, un resumen de nuestra actividad de hoy y los ajustes rápidos, como el brillo o el modo no molestar. Deslizando hacia abajo abriremos la cortina de notificaciones y hacia arriba abriremos el menú con todas las apps. En estos dos últimos casos sí hay una sutil transición.
Nos centraremos en el apartado deportivo más adelante, así que ahora vamos a hablar del resto de funciones. Por un lado, el reloj nos permite controlar la reproducción de música de nuestro móvil, algo que siempre es de agradecer a la hora de salir a correr. Funciona bien y la interfaz no podría ser más sencilla: botón de pausa/play, canción anterior y siguiente y control de volumen. Simple, sencilla y funcional, no se le puede pedir más.
Otra función interesante, aunque poco explotada, es el control remoto de la cámara. Esta nos permite hacer una foto desde la distancia, siempre y cuando hayamos abierto nosotros la app de cámara en el móvil. Funciona muy bien y rápido, pero habría sido un puntazo poder ver la imagen que está captando la cámara en tiempo real, ya que así sería más fácil encuadrar, ver la luz y reposicionar a los sujetos. Sea como fuere, para un uso puntual está bien.
Como casi todo reloj inteligente, el Realme Watch es capaz de medir el sueño y lo hace con una precisión que nos parece correcta. Detecta bien la hora a la que nos dormimos y despertamos y nos permite consultar el tiempo que hemos pasado en cada fase, tanto desde el propio reloj como desde la app para Android. No es un informe muy detallado como los de Fitbit, por ejemplo, pero es suficiente para hacerse una idea.
Por otro lado, podemos hacernos una medición del ritmo cardíaco cuando queramos, aunque la precisión del sensor no parece ser la más alta. De hecho, puede verse cómo a lo largo del día hay picos demasiado exagerados en momentos en los que estaba en reposo, pasando de 80-90 PPM a 120 PPM en cuestión de minutos, e incluso durmiendo, cuando el reloj dice que he pasado de 50 PPM a 90 PPM.
De la misma forma, podemos hacer lo mismo con el nivel de oxígeno en sangre. Esta es una función interesante por el mero hecho de no ser frecuente. Muchos relojes y pulseras tienen sensor SpO2 relativo y no permiten acceder a él en todo momento, pero el Realme Watch sí. Así, desde los ajustes podemos hacer un test para comprobar qué tal vamos. Lo ideal, para el que le interese, es tenerlo del 95% para arriba, pero mis compañeros de Vitónica lo explican mucho mejor que yo. A falta de compararlo con un pulsioxímetro profesional, la medición, en este caso, sí parece precisa.
Pasamos así al tema notificaciones. Podemos recibir notificaciones en la muñeca de las apps que tengamos instaladas en el móvil, pero solo podremos consultar el contenido y borrarlas, no responderlas. Configurarlas, aunque es sencillo, requiere más pasos de la cuenta, pero se reciben bien y sin un retardo notable. Lo mismo con las llamadas, que podemos recibir un aviso de que nos están entrando pero no contestarlas. Es algo típico de relojes de este rango de precios.
En cuanto a la aplicación, es bastante básica. Desde ella podremos acceder a un resumen del día, semana, mes o año, conocer las estadísticas de sueño, pasos y frecuencia cardíaca y hacer algunos ajustes al reloj, como activar los recordatorios de beber agua o de moverse (si trabajáis sentados, desactivadlos, como consejo personal). Los informes no no demasiado detallados, pero van en la línea de lo que ofrece el reloj.
En definitiva, si bien el terminal nos convence en cuanto a fluidez, puede que sea demasiado básico y que, por lo tanto, no satisfaga las necesidades de los usuarios que busquen algo un poquito más avanzado. Rompo una lanza a su favor porque por el precio que tiene no se puede pedir más, pero hemos de ser conscientes de que un precio bajo suele ir de la mano de funciones poco avanzadas o escasas.
Hacer deporte con el Realme Watch
¿Qué tal se comporta este Realme Watch cuando queremos salir a echarnos una carrera o dar una vuelta? Vamos a verlo. El reloj nos ofrece 14 modos deportivos, a saber: correr al aire libre, caminar, correr en interiores, ciclismo al aire libre, capacidad aeróbica, entrenamiento de fuerza, fútbol, baloncesto, tenis de mesa, bádminton, ciclismo en interiores, elíptica, yoga y grillo (sí, han traducido "cricket" literalmente).
El listado es un poquito escaso y, además, se echa en falta un modo libre que permite registrar cualquier tipo de sesión deportiva que no se encuentre en el mismo, digamos baloncesto, tenis, etc. Más allá de eso, acceder a los modos deportivos es tan sencillo como deslizar hacia arriba en la pantalla principal y elegir el que queramos.
Hecho esto, el reloj se conectará con el móvil para usar el GPS del mismo y registrar la ruta, porque no, el Realme Watch no tiene GPS. Eso significa que si quieres conservar la ruta que has seguido tendrás que llevar el teléfono encima todo el rato, algo que puede no terminar de gustar a todos los usuarios. Desde la pantalla principal podremos ver las pulsaciones, la cantidad de pasos, la distancia, la duración, la frecuencia de pasos, el consumo calórico, etc.
Uno de los problemas que me he encontrado usando el Realme Watch para hacer deporte es que no se puede controlar la música. Cuando iniciamos una sesión no podemos salir de la pantalla de deporte, ya que entonces se parará la sesión. Es un poco absurdo tener la opción de controlar la música y no poder usarla cuando más sentido tiene, que es mientras corremos. No es nada que no pueda solucionarse mediante actualizaciones, pero ahí está.
Haciendo deporte nos ha gustado lo cómodo que es llevarlo puesto, ya que pesa poco, pero se nos queda un poco cojo. Las métricas mostradas durante la carrera pueden ser suficientes para un usuario menos avanzado, pero para deportistas un poco más experimentados seguramente falten datos. Los informes de la app tampoco es que sean particularmente completos. Para muestra la captura superior, que es el informe de un paseo de 15 minutos.
Batería: no defrauda, pero tampoco destaca
Existe cierto patrón en el mundo de los relojes inteligentes, y es que cuanto más avanzado o potente es un reloj, menos le suele durar la batería. En este caso esta "norma" se cumple a rajatabla. En el interior del Realme Watch encontramos una batería de 160 mAh que es capaz de ofrecernos una semana de uso registrando la frecuencia cardíaca una vez cada cinco segundos, lo máximo permitido. Realme afirma que entre siete y nueve días, así que está dentro de los parámetros.
Si lo mantenemos desconectado del móvil y no forzamos su uso, digamos que no hacemos mucho deporte, o simplemente lo llevamos con las notificaciones desactivadas como si fuera un accesorio más, es relativamente sencillo alcanzar las dos semanas de autonomía. En términos de duración, no es la cifra más alta del mercado (véanse los Amazfit o los Huawei Watch GT), pero tampoco la más baja. Se colocaría en la parte media de la tabla.
La carga se debe realizar usando un cargador propietario que debemos conectar a los pines POGO de la zona inferior. Es bastante rápida y la carga completa se ejecuta en alrededor de una hora y media, que no está mal. Si tuviéramos que destacar un punto del Realme Watch sería, con diferencia, el de la autonomía.
Realme Watch, la opinión de Xataka
Tras haber probado el Realme Watch durante un buen tiempo, la sensación final es que es un producto con mucho margen de mejora. De reloj inteligente lo único que tiene es el tamaño y formato de la pantalla, pero ciertamente no ofrece nada que no ofrezcan las pulseras cuantificadoras (en algunos casos más baratas que el Realme Watch).
Que no sea compatible con iOS es perdonable en tanto que sabemos que están trabajando para que lo sea, no es un problema de mayor calado, pero no lo es que los modos deportivos sean escasos, que las opciones de personalización consistan en 12 esferas y que las métricas, en según qué momentos, sean poco precisas. La aplicación tampoco aporta grandes novedades y no es tan detallada como la de algunos competidores.
A favor del dispositivo podemos destacar su batería, que sin ser la más alta dentro del rango de relojes asequibles, es suficiente para aguantar una semana sin mayor problema, y su precio, de tan solo 54,99 euros. Sin embargo, ante la duda de gastar 60 euros en el reloj, surge la duda de si no será mejor idea comprar una pulsera cuantificadora más asequible o gastarse un poco más e ir a por un smartwatch más potente.
7,5
A favor
- La batería aguanta una semana tranquilamente.
- La pantalla responde bien.
- Tiene sensor Sp02 y se puede usar manualmente.
En contra
- El frontal se podría haber aprovechado mejor.
- La pantalla no se ve demasiado bien cuando la luz incide directamente.
- No aporta nada realmente interesante al hacer deporte.
realme Watch. Smartwatch con Pantalla de 1.4" TFT-LCD. Android 5.0+ y Bluetooth 5.0 (10m). Resistencia IP68, Color Negro.
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Realme. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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