En cierto modo es sorprendente, pero los robots aspiradores llevan ya más de una década y media conviviendo con nosotros. Esta categoría de electrodomésticos nació en 2002 coincidiendo con el lanzamiento del primer robot Roomba, y desde entonces la tecnología que los ha hecho posibles se ha desarrollado muchísimo. Aun así, todavía queda mucho por hacer para que sean capaces de «entender» nuestros hogares a la perfección.
Una manera interesante de averiguar en qué estado de desarrollo se encuentran actualmente los robots aspiradores desde el punto de vista de la innovación tecnológica pasa por analizar a fondo uno de los modelos más sofisticados que podamos encontrar. Eso es justo lo que vamos a hacer en este artículo: probar el Roomba 980, que es la propuesta más avanzada que nos ofrece el catálogo de iRobot. Y, por supuesto, no pasaremos por alto lo más importante: comprobar con qué eficacia lleva a cabo la limpieza de los suelos de nuestra casa.
Roomba 980: especificaciones técnicas
Desde el día en el que recibí la unidad del robot Roomba 980 en mi casa hasta el momento en el que me he sentado delante del ordenador para escribir el texto de este análisis han pasado algo más de tres meses, tiempo más que suficiente no solo para familiarizarme con su uso, sino también para comprobar con precisión con qué eficacia es capaz de limpiar un espacio real: un piso de 90 metros cuadrados que representa todo un reto porque no es muy diferente a una yincana.
Además, las trece semanas durante las que he convivido con Paquito, que es el nombre cariñoso que le puse cuando me di cuenta de que la app que nos permite interactuar con él nos obliga a «bautizarlo», me han permitido averiguar con mucha precisión hasta dónde llega la inteligencia artificial (IA) desarrollada por los ingenieros de iRobot para ayudar a este Roomba a «entender» nuestras casas. Un poco más adelante veremos que es lo suficientemente avanzada para sortear muchos de los retos que plantean nuestros hogares, pero hay algunos desafíos de los que aún no consigue salir airosa.
Para cumplir su cometido este robot aspirador Roomba recurre a la inteligencia artificial, la robótica, la ingeniería electromecánica y la ingeniería del software
No cabe ninguna duda de que la IA es uno de los elementos más importantes y sofisticados de este robot aspirador, pero no es en absoluto el único componente relevante. Otro apartado que lo diferencia tanto de buena parte de sus competidores como de los demás modelos de la propia iRobot es su dotación de sensores.
Christian Cerda, el Director de Operaciones de esta compañía, me confirmó durante mi visita a sus oficinas centrales en Boston para entrevistar a los ingenieros de la marca que el más importante de todos ellos es la cámara alojada en la parte superior del robot. ¿Por qué? Sencillamente, porque es el sensor que hace posible la navegación inteligente, que es una de las características que aspiran a marcar la diferencia en Roomba 980.
No obstante, la cámara está arropada por otros sensores que también son cruciales cuando se trata de conseguir que el robot aspirador obtenga información acerca del entorno en el que lleva a cabo su trabajo.
Este modelo de Roomba cuenta con sensores mecánicos de presión que le ayudan a percibir el contacto con objetos y paredes, un sensor óptico que hace posible la comunicación con la base de carga, sensores infrarrojos para medir la distancia que le separa de un obstáculo, un sensor óptico de digitalización similar al que incorporan los ratones de nuestros ordenadores para analizar con precisión el movimiento del robot tomando como referencia el suelo, y, por último, sensores luminosos para percibir los escalones y desniveles.
Un SoC muy parecido al que podemos encontrar en nuestros smartphones se responsabiliza de ejecutar los algoritmos de inteligencia artificial que se encargan de interpretar la información que recoge esta amplia dotación de sensores. Y también de tomar las decisiones oportunas para que el robot aspirador consiga limpiar nuestros suelos con eficacia mientras sortea las «trampas» que le tienden nuestros hogares, que no suelen ser pocas.
El mayor reto para estos electrodomésticos consiste en «entender» nuestros hogares. Y es que esta es la forma más eficaz no solo de incrementar la eficiencia de la limpieza, sino también de reducir la posibilidad de que se produzcan atascos y otros accidentes que pueden impedirles terminar su trabajo y volver a la base de carga con éxito.
En las áreas de la mecánica y la robótica aún existe cierto margen de mejora, pero es mucho más pequeño que el desarrollo que sin duda experimentará la IA de los robots aspiradores durante los próximos diez años, que es el período de tiempo en el que, según Christian Cerda, los robots Roomba conseguirán «comprender» totalmente el espacio de nuestros hogares.
iRobot Roomba 980 | |
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Diámetro | 35 cm |
Altura | 9 cm |
Peso | 3,9 Kg |
Capacidad del depósito | 0,6 litros |
Conectividad | WiFi, compatible con Amazon Alexa y Google Assistant (pero aún no en España) |
App | Sí |
Programable | Sí |
Navegación inteligente con mapeo | Sí (iAdapt 2.0) |
Otros accesorios | Dos módulos de barrera virtual, estación de carga Home Base y recambios |
Batería | Sin datos del fabricante |
Autonomía | Aproximadamente 2 horas |
Tiempo de carga | Aproximadamente 2 horas |
Precio |
Estas son sus bazas tecnológicas: los cepillos y la cámara
El sistema de cepillos AeroForce, en realidad, no es nuevo. iRobot lo introdujo en 2014 en los modelos más avanzados que tenía en aquel momento, pero aún hoy, cuatro años después, sigue siendo unas de las tecnologías diferenciadoras de los Roomba más sofisticados. En la imagen que tenéis debajo de estas líneas podéis ver que los rodillos que se encargan de extraer la suciedad del suelo y las alfombras son de goma. No se trata de cepillos convencionales, como en otros Roomba más sencillos.
Su diseño ha sido pensado para incrementar la eficacia con la que consiguen arrancar las partículas de suciedad de las superficies que tenemos habitualmente en nuestras casas, pero, al mismo tiempo, sin provocar que los pelos que con tanta frecuencia acaban depositándose en los suelos se enreden. Estos extractores de goma trabajan junto a un sistema de succión más potente que en anteriores Roomba de gama alta con el propósito de que la limpieza sea más profunda incluso en superficies complicadas, como las alfombras de lana más gruesas.
Este Roomba 980 me sorprendió por la eficacia con la que limpia una alfombra de lana muy tupida y gruesa que tengo en el salón de mi casa. De hecho, lo hizo mejor que mi aspirador manual de 2.200 vatios
iRobot asegura que la tecnología AeroForce de este Roomba 980 alcanza una potencia de succión diez veces mayor que la de los sistemas AeroVac que usa esta marca en las familias 600 y 700 de Roomba. Otro dato interesante es que, al parecer, su filtro captura partículas con un tamaño mínimo de 10 micrones, lo que, en teoría, debería permitirle retener muchos de los alérgenos que pueden pulular por nuestras casas, como, por ejemplo, el polen.
Estos datos que nos ofrece iRobot son muy difíciles de comprobar en el contexto de nuestras casas, pero una prueba que me ha demostrado que, efectivamente, la potencia de succión de Roomba 980 es notable, fue permitirle que limpiase una alfombra de lana muy gruesa y tupida que tengo en el salón de mi casa. ¿El resultado? Extrajo muchos más residuos que cuando la limpio yo a mano con mi aspirador Rowenta Silence Force tradicional, que tiene una potencia máxima de 2.200 vatios.
Eso sí, estoy convencido de que el mérito de Roomba 980 en esta prueba reside más en la eficacia de los rodillos de goma que en su capacidad de succión, aunque es la combinación de ambos factores lo que le ha permitido arrojar este buen resultado. Honestamente, no esperaba que fuese capaz de limpiar esa alfombra en particular de una manera tan convincente.
En la fotografía de detalle que tenéis debajo de estas líneas podéis ver la cámara de la que os hablé antes: la que actúa como sensor principal de navegación. Un dato muy curioso acerca de este componente es que físicamente es la misma que utilizan algunos smartphones debido a que ofrece una calidad lo suficientemente alta para permitir a la IA interpretar la información recogida por el sensor de la cámara.
Otros fabricantes se decantan por utilizar sensores ultrasónicos y láser como dispositivos principales de navegación, pero los ingenieros de iRobot se han decantado por utilizar esta cámara porque están convencidos de que les permite recuperar mucha más información del entorno en el que el robot aspirador lleva a cabo su función que otros sensores, como los láser. Pero para hacerlo posible es necesario desarrollar un software de inteligencia artificial que sea capaz de analizar las imágenes recogidas por la cámara con mucha precisión.
Qué retos supera, y con cuáles fracasa, este robot Roomba
Ha llegado la hora de ponérselo difícil a Paquito. Nuestros hogares representan un «campo de batalla» inhóspito para los robots aspiradores porque están repletos de muebles, cables, suelos de distinto tipo, irregularidades y muchas otras trampas que todos podemos imaginar sin esfuerzo. Durante las primeras semanas de prueba no me anduve con contemplaciones y dejé que el robot aspirador se enfrentase a mi casa tal y como es, sin retirar apenas nada. Sin duda, era la forma de comprobar el grado de desarrollo de la inteligencia artificial. Lo único que hacía era dejar abiertas las puertas de las habitaciones que quería que limpiase.
Lo primero que me llamó la atención fue el hecho de que la navegación inteligente funciona sorprendentemente bien. Este modelo no recurre a patrones aleatorios, sino que va recorriendo la casa de forma organizada para no volver a limpiar lo que ya ha limpiado, lo que tiene un impacto directo tanto en el tiempo que invierte en la limpieza como en la autonomía del electrodoméstico. Además, si se le acaba la batería antes de que concluya la limpieza es capaz de regresar a la base de carga para recuperarse y reanudar el proceso en el mismo punto en el que lo dejó. Como veis, su comportamiento hasta aquí es bastante inteligente.
Sin embargo, los primeros contratiempos no tardaron en presentarse. El tercer día de uso recibí un mensaje en mi smartphone a través de HOME, la app de control de iRobot, en el que el robot aspirador me notificaba que no había conseguido terminar el proceso de limpieza de los suelos de mi casa porque se había atascado. Unas horas más tarde llegué a casa y comprobé sorprendido que había logrado meterse debajo de mi silla de despacho, pero no había conseguido salir de ahí. La verdad es que me cuesta entender cómo lo hizo porque el hueco entre las patas supera en solo unos milímetros el diámetro de este Roomba. De hecho, me costó un poco volver a colocarlo de forma manual en la posición en la que lo encontré para tomar esta fotografía:
¿Qué hago desde entonces? Levantar esa silla y colocarla tumbada encima de una cama los días que Roomba tiene que limpiar para impedir que el robot vuelva a atascarse de la misma forma. Pero unos días más tarde se produjo el siguiente percance. De nuevo volví a recibir otro mensaje en mi smartphone indicándome que Paquito se había atascado (siempre lo dejo limpiando cuando no estoy en casa).
Y una vez más comprobé estupefacto lo que había pasado: se había subido a la base metálica de una vitrina que tengo en casa y una de las ruedas había perdido la tracción porque había quedado suspendida en el aire. No tengo la más remota idea acerca de cómo consiguió colocarse así (la fotografía pretende replicar la posición en la que lo encontré):
Afortunadamente, no tardé en encontrar la solución a este segundo problema: podía utilizar una de las barreras virtuales que vienen en el paquete junto al robot aspirador para evitar que se acercase demasiado a este mueble. Así que dicho y hecho, la instalé junto a la base de la vitrina y, desde entonces, el robot no ha vuelto a tener este problema.
Estos dos contratiempos ilustran bastante bien el tipo de desafíos que la IA de Roomba aún no es capaz de resolver correctamente. La solución requiere que los usuarios intervengamos para introducir en su rutina de trabajo las modificaciones necesarias para que pueda completar con éxito el proceso de limpieza. En mi caso particular lo único que tengo que hacer es colocar la silla de despacho con ruedas sobre la cama y activar la barrera virtual que impide que se suba a la base de la vitrina de la que os he hablado.
Hay algunas situaciones que la IA aún no es capaz de resolver y que exigen la intervención del usuario para ponerle las cosas un poco más fáciles al robot aspirador
Desde que he introducido esos pasos en el proceso de preparación previo a la limpieza de los suelos de mi casa el robot aspirador no ha vuelto a tener ningún contratiempo. No se ha vuelto a atascar. Desde entonces siempre concluye con éxito la limpieza de los suelos de toda la casa y regresa a la base de carga correctamente.
Y la verdad es que la calidad con la que aspira tanto mis suelos de tarima flotante como las alfombras no tiene nada que envidiar a la que obtengo cuando me encargo yo mismo de aspirarlos de forma manual con mi aspiradora tradicional. Incluso deja impolutas las esquinas y el punto en el que el rodapié se apoya en el suelo. Es más, gracias a sus rodillos de goma deja las alfombras más limpias que yo cuando las aspiro a mano.
Así funcionan la app y el mantenimiento de Roomba 980
Aunque en la parte superior del robot aspirador tenemos tres botones que nos permiten interactuar con él, lo ideal es administrar su funcionamiento desde HOME, la app para iOS y Android que ha puesto a punto iRobot. Desde este software podemos pedirle que limpie en cualquier momento, definir un programa semanal de limpieza, examinar el historial que refleja cuándo, qué ha limpiado y cuánto tiempo ha invertido, comprobar el estado del filtro y el depósito para saber si ha llegado la hora de limpiarlos, etc.
Desde esta app también podemos actuar sobre nuestro Roomba cuando estamos fuera de casa (no tenemos necesariamente que estar conectados a la misma red WiFi que él para hacerle llegar nuestras órdenes). Y a través de ella recibiremos los mensajes que nos notifican si el robot ha conseguido terminar el proceso de limpieza y ha regresado a su base con éxito, o bien si no lo ha logrado. Como veis, es imprescindible utilizar esta app si queremos sacar el máximo partido a nuestro Roomba 980.
Una prestación muy interesante de esta app, que es posible gracias a la navegación inteligente de este modelo, consiste en que después de cada proceso de limpieza podemos consultar un mapa generado por el robot en tiempo real que refleja exactamente qué es lo que ha limpiado. De esta forma si por error nos hemos dejado una puerta cerrada y no ha podido acceder a esa habitación, lo sabremos. O si se ha quedado atascado, sabremos dónde está exactamente sin necesidad de buscarlo.
Otra funcionalidad útil que contempla la app consiste en permitirnos conocer el estado del depósito, el núcleo del robot y los extractores de residuos para que sepamos cuándo han acumulado demasiada suciedad y es necesario que los limpiemos. De todas formas, si no consultamos esta sección de la app expresamente no pasará nada porque la propia herramienta mostrará un mensaje avisándonos cuando llegue el momento de hacer algún tipo de mantenimiento del robot aspirador.
El mantenimiento que debemos llevar a cabo con más frecuencia en cualquier robot aspirador, y este Roomba no es una excepción, no es otro que vaciar el depósito en el que se acumula la suciedad que va recogiendo durante el proceso de limpieza. Afortunadamente para extraer el depósito solo tenemos que presionar una pestaña y tirar de él. En un par de minutos a lo sumo lo tendremos vacío y listo para seguir acumulando residuos. Una nota curiosa: iRobot ha presentado hace unos días su nuevo Roomba i7+, un modelo que es capaz de vaciar su depósito él solo, pero todavía no está disponible fuera de Estados Unidos.
Las siguientes tareas de mantenimiento que deberemos acometer con más frecuencia consisten en limpiar el núcleo del robot, el filtro HEPA y los extractores de residuos, pero todo está explicado de una forma bastante didáctica en la sección 'Mantenimiento' de la app, por lo que no creo que nadie tenga ningún problema con estas tareas. Y, como es lógico, cuando el robot acumule muchas horas de uso será necesario cambiar los componentes que son propensos al desgaste, como el cepillo lateral, los extractores de goma y el filtro.
Roomba 980, la opinión de Xataka
Creo que la mejor forma de describir el impacto que ha tenido este robot aspirador en mi rutina doméstica requiere que os cuente cuáles eran mis hábitos antes de su llegada. Siempre me ha gustado tener el suelo lo más limpio posible, por lo que todas las semanas aspiraba toda la casa dos veces. No tengo mascotas que suelten pelo, por lo que esas dos veces eran suficientes para mantenerlo limpio siempre y cuando fregase entre cuatro y cinco veces a la semana los suelos de la cocina y el baño.
Lo interesante es que durante los últimos tres meses solo he tenido que aspirar la casa de forma manual una vez al mes, y no ocho. Para mí es una ventaja enorme porque ahorro muchísimo tiempo y esfuerzo. El robot se encarga de aspirar la casa cuatro días a la semana cuando yo no estoy presente, y así consigo mantenerla incluso mejor que antes. Es más, desde que está Paquito conmigo he notado que en los muebles se acumula menos polvo sencillamente porque los suelos están más limpios y acaban depositándose menos partículas sobre ellos.
Aun así, si somos medianamente exigentes con la limpieza de nuestra casa es preferible que nuestras expectativas sean razonables: de vez en cuando vamos a tener que seguir recurriendo a la aspiradora tradicional para limpiar aquellas zonas a las que el robot aspirador no puede llegar, como los sofás o los huecos en los que Roomba no cabe. Pero incluso teniendo esto en cuenta ahorraremos muchísimo tiempo y esfuerzo gracias al robot aspirador. Y, como os he explicado antes, limpia realmente bien tanto las superficies duras, como el gres o la tarima flotante, como las alfombras.
Obviamente el robot aspirador no es un electrodoméstico tan esencial hoy en día como pueden serlo la nevera o la lavadora, pero yo ya no imagino mi día a día sin él. ¿Tiene margen de mejora? Por supuesto que sí. Como hemos visto hay situaciones que la IA aún no es capaz de resolver correctamente, por lo que en la práctica iremos descubriendo qué debemos hacer para ponérselo un poco más fácil e impedir que el robot se atasque y no pueda completar el proceso de limpieza.
En mi opinión, el principal hándicap de este robot aspirador es su precio. Cumple estupendamente su función y nuestra relación con él a través de la app es bastante placentera, pero cuesta oficialmente 1.000 euros. Y es mucho dinero, sobre todo si tenemos presente que hay marcas chinas con modelos interesantes sensiblemente más económicos.
iRobot tiene otros Roomba mucho más baratos que pueden encajar mejor en el presupuesto de algunas personas, pero, como es lógico, sacrifican algunas de las prestaciones con las que cuenta este Roomba 980. En cualquier caso, si su precio no es un problema este robot aspirador es una opción que merece la pena tener en cuenta por lo bien que hace su trabajo. Y por el esfuerzo y el tiempo que nos ahorra. Yo, desde luego, ya no puedo prescindir de él.
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