Tras dos años en que la denominación Ryzen ha hecho que Intel vea comprometido su cómodo liderazgo en procesadores para equipos de sobremesa, AMD regresa al punto de mira con sus soluciones APU bajo Ryzen de la serie 2000. En Xataka hemos probado el nuevo AMD Ryzen 5 2400G, procesador de sobremesa con 4 núcleos y 8 hilos que incluye GPU Radeon Vega 11.
Así son las APU Ryzen 5 2400G y Ryzen 3 2200G “Raven Ridge”
Anunciadas hace pocas semanas, las nuevas APU Ryzen 5 2400G y Ryzen 3 2200G llegan hoy al mercado. Lo hacen como soluciones asequibles, por debajo de 170 y 100 euros respectivamente, para una gama de entrada de PCs gaming, es decir, aquellos que dedicaríamos a juegos actuales con resoluciones y configuraciones medias/bajas, así como los esports y derivados. Los equivalentes por precio de estos procesadores + GPU en el ecosistema Intel serían los Intel Core i5 8400 y 7400, así como los Core i3 8100 y 7100, en todos los casos con gráficos integrados del gigante americano.
De los apartados técnicos de estos nuevos procesadores, dos apuntes importantes, en ambos casos y según AMD, enfocados a que se le pueda sacar mayor aprovechamiento a estos nuevos chips en el entorno gaming. Por un lado nos encontramos con unas frecuencias de funcionamiento, tanto la base como la máxima Boost, superiores a las de la serie 1000 y que encajan mejor con la arquitectura VEGA de la GPU integrada.
En segundo lugar, la configuración CCX es 4+0 para reducir el tamaño del die, por lo que se pierde tamaño de caché L3 (pasa de 8 a 4 MB en el caso del Ryzen 5 1400 del año pasado) aunque a cambio, el problema de latencia de la memoria y caché que ha soportado Ryzen podría verse reducido.
Otra modificación respecto a la serie 1000 es la bajada del número de líneas PCIe, que pasan de 16 a solo 8, lo que debería simplificar el proceso de fabricación y reducir costes. Todo esto ha de tenerse en consideración pese a la gama en que pretende competir AMD con estos nuevos procesadores.
Y es que el lugar de estos dos procesadores está justo donde ahora se sitúan los chips Ryzen 5 1400 y Ryzen 3 1200, a los cuales AMD ya ha confirmado que sustituirán. Tiene sentido cuando estamos hablando de nuevos procesadores con más frecuencia base de partida, que integran GPU y cuyo precio es prácticamente idéntico al de los actuales procesadores de AMD citados.
Ryzen 5 2400G | Ryzen 3 2200G | |
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Tecnología | Zen 14 nm | Zen 14 nm |
Núcleos/Hilos | 4/8 | 4/4 |
Frecuencia base | 3,6 GHz | 3,5 GHz |
Frecuencia máxima Boost | 3,9 GHz | 3,7 Ghz |
GPU | Radeon 11 (704 SPs) | Radeon 8 (512 SPs) |
Frecuencia GPU | 1250 GHz | 1100 GHz |
Caché L3 | 4 MB | 4 MB |
TDP | 65 W | 65 W |
RAM | DDR4-2933 (Dual Channel) | DDR4-2933 (Dual Channel) |
Precio | 99 euros |
De la tecnología SenseMI habría que destacar que estos nuevos procesadores con gráficos Radeon cuentan con Precision Boost 2, que mantiene los saltos en frecuencia en pasos de 25 Mhz pero no limita el incremento total en caso de que lo soliciten más de dos núcleos, sino solo por las especificaciones finales y lo que los sensores integrados le vayan indicando que es posible.
Como ya prometió AMD y citamos como uno de los argumentos a favor de sus chips, el socket AM4 que estrenó la familia Zen se mantiene compatible con los nuevos chips. Y esto ocurre con todas las gamas. Por lo tanto, los nuevos Ryzen 5 2400G y Ryzen 3 2200G no requieren más que una actualización de la BIOS de las placas base AM4 que ya se encuentran en el mercado, que según AMD son ya más de 120 diferentes.
Tampoco falta en estos nuevos modelos la posibilidad de realizar overclocking, que recordemos que es común a toda la familia Ryzen, independientemente de la gama. Para gestionarlo AMD incluye la plataforma AMD Ryzen master 1.2, actualizada en este caso para conseguir gestionar de manera individual las frecuencias y voltaje de los núcleos, la de la memoria RAM así como la de la GPU.
En la caja de los nuevos AMD Ryzen 5 2400G viene de serie, además del procesador, el sistema disipador AMD Wraith Stealth preparado para los 65 W de estos chips. Es un elemento que ya no necesitamos comprar por separado.
Equipo y configuración de prueba
Para la prueba de los nuevos procesadores Ryzen de la serie 2000 hemos usado una placa base ya compatible gracias a una actualización de la BIOS. Se trata de una MSI B350I Pro AC. Como memoria RAM hemos usado dos módulos DDR4 de 16 GB configurada a 2933 MHz, que es la máxima compatibilidad de los nuevos procesadores.
Como sistema operativo hemos usado Windows 10 desde una instalación limpia con las últimas actualizaciones disponibles en el momento de la prueba, instalado en una unidad SSD M.2 de Samsung. De la refrigeración se ha encargado el propio disipador AMD Wraith Stealth que viene con cada uno de los procesadores de este serie de AMD.
Temperatura de funcionamiento y consumo
En la ficha técnica del Ryzen 5 2400G podemos leer su TDP: 65 W. No se trata como sabemos del consumo máximo pero sí una orientación que está a la par que los procesadores de su gama tanto de AMD como de Intel.
Como solemos hacer en nuestros test hardware, toca comprobar el consumo real de este procesador en nuestra configuración. Para ello procedemos siempre de la misma manera. En primer lugar realizamos mediciones de consumo en modo reposo (PC solo encendido y realizando las tareas en segundo plano de Windows 10), uso ofimático y de navegación con un 30-40% de carga de CPU, y por último, una intensiva donde realizamos una conversión de vídeo 4K con Handbrake poniendo la CPU cerca del 100% de carga de trabajo.
Otra medición que realizamos de manera idéntica (salvo por los cambios en la temperatura ambiente) con nuestros componentes a prueba es la que tiene relación con la temperatura de funcionamiento. En el caso del Ryzen 5 2400G, en reposo, su temperatura de funcionamiento se situaba alrededor de los 23 grados centígrados, subiendo hasta 42 grados como máximo con un 100% de carga del procesador. La temperatura ambiente era de unos 15 grados.
Si comparamos con otros Ryzen probados en Xataka con anterioridad:
Pruebas de rendimiento del Ryzen 5 2400G
Tras repasar cómo es el Ryzen 5 2400G y comprobar las temperaturas de funcionamiento y su consumo en diferentes escenarios, pasamos a los test sintéticos y pruebas con juegos para conocer el rendimiento real de este nuevo APU de AMD.
A la espera de poder realizar las mismas pruebas simultáneamente con sus rivales en las mismas condiciones, los resultados se corresponden exclusivamente con el rendimiento del Ryzen 5 2400G, excepto en algunas pruebas donde indicamos de forma orientativa cifras de los procesadores Intel en base a datos de AMD con una configuración idéntica a la que nosotros hemos usado. Iremos actualizando los datos según vayamos completando los test comparativos en nuestro equipo de prueba.
Pruebas sintéticas y con aplicaciones
El primer test que pasamos al Ryzen 5 2400G es PCMark 8, en sus tres variantes: Home, Creative y Work. Aquí hay que tener en cuenta que en la tercera prueba destaca la frecuencia del procesador, mientras que en los otros dos son los núcleos e hilos que puede poner en funcionamiento lo que prima en el resultado.
El segundo test que realizamos a esta plataforma es el de 3DMark. Estos son los resultados comparados con los Core i5 8400 y Core i3 8100 de Intel. Las diferencias son considerables en cuando entra en juego el factor gráfico, la baza de las APU de AMD frente a los procesadores de Intel, que requerirían de una gráfica básica para competir en estas pruebas.
Por último tenemos datos de dos pruebas más. La primera tiene a Handbrake como protagonista, con nuestro test para convertir un vídeo UHD de 12 minutos a MKV 1080p. El Ryzen 5 2400G consiguió una media de 21,7 fps.
En cuanto a Cinebench, en la prueba OpenGL obtuvimos 66,53 fps, mientras que en el test de CPU el valor fue de 824 cb.
Si nos centramos en el ancho de banda y latencia de la memoria, algo que ha preocupado en la primera generación de los Ryzen, en SiSoftware Sandra el ancho de banda nos marcó 41332 Mbps en lectura y 42003 Mbps en escritura. En cuanto a la latencia, muy buenos resultados: menos de 10 nanosegundos en L3.
Rendimiento de la APU Ryzen 5 2400G con juegos
Para comprobar el rendimiento con diferentes configuraciones, hemos usado en primer lugar el juego The División como punto de partida. Con él hemos realizado las pruebas de rendimiento con dos configuraciones diferentes de resolución de pantalla así como en los cuatro modos posibles.
La primera batería de pruebas la realizamos con una resolución de pantalla de 1080p, que nos parece la más interesante incluso en esta gama de equipos para gaming. A partir de una calidad Media es cuando empezamos a rozar los 30 fps.
Si quisiéramos sacar más fps reduciendo la resolución de la pantalla (es una opción a considerar), no hay una mejora muy grande cuando optamos por configuraciones Superior o Alta. Estos son los resultados obtenidos al reducir la resolución hasta 1440x900 píxeles.
Pasando a centrarnos en diversos títulos, hemos recogidos dos cifras medias de fps, tomadas tras jugar a los títulos en sus correspondientes modos Ultra y Medio. Estos son los resultados, donde los 30 fps solo los podemos alcanzar a a 1080p descendiendo hasta el modo Medio en los diferentes títulos, al menos en los de referencia.
Si redujéramos la resolución a 720p, las cifras de AMD en comparación con los gráficos integrados de Intel en sus Core i5 de octava generación, son bastante mejores. Rondan el triple de fps en juegos exigentes pero con perfiles bajos, y esa diferencia se reduce a un 50% cuando hablamos de esports.
En los próximos días seguiremos realizando pruebas con diferentes configuraciones, más modelos de nueva generación Ryzen con GPU integrada comparativas directas.
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de AMD. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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