Hace algo más de un año algo debió hacer click en Samsung. Tras años maltratando a su gama media con dispositivos que no representaban de lo que era capaz esta compañía, decidieron empezar desde cero y eliminar los Ace y Mini para fundar, entre otras, la línea Galaxy A. Dispositivos potentes que coqueteaban con la gama alta introduciendo algunos elementos de ella como los materiales o la pantalla. El año pasado lo entendieron muy bien y este año redoblan la apuesta con un objetivo muy claro: ser la referencia de la super gama media.
Hace un par de semanas Samsung presentaba en España su nuevo Galaxy A5. Un terminal con una pantalla de algo más de cinco pulgadas que combina buenas especificaciones con una gran selección de diseño y materiales. Ahora, ¿tiene lo que hay que tener para ser un terminal competitivo? Vamos a descubrirlo en nuestro análisis pero ya os adelanto que el talón de Aquiles de este terminal no está en su interior.
Samsung sabe entender la super gama media
Si eres lector habitual de Xataka, habrás leído desde hace tiempo que empleamos el término super gama media. Bien, ¿qué diferencia a uno de estos terminales con un gama media corriente? Los materiales son de mejor calidad (cristal y metal en vez de plástico) además de incluir componentes que si estuvieran en un gama alta no desentonarían, como por ejemplo la pantalla. En vez de competir al precio, las marcas buscan diferenciarse para ofrecer algo diferente y con el Galaxy A5 Samsung lo demuestra.
Samsung Galaxy A5 (2016) Especificaciones técnicas | |
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Pantalla | SuperAMOLED de 5,2 pulgadas |
Resolución | 1.920 x 1.080 píxeles 424 ppp |
Procesador | Exynos 7580 -Octa-core 1,6GHz GHz -GPU Mali T720 |
RAM | 2 GB |
Memoria | 16 GB (ampliable con microSD) |
Versión de Android | Android 5.1.1 |
Cámara | Trasera de 13 MPx, apertura f/1.9 y estabilización óptica (OIS) Frontal de 5MP con flash |
Conectividad | 4G / LTE / HSPA+ 21 Mbps (3G) Wi-Fi 802.11 a,b,g,n Bluetooth 4.1LE USB NFC |
Dimensiones | 144,8 x 71 x 7,3 mm |
Peso | 155 g |
Batería | Li-Ion 2.900 mAh Carga rápida 5V/9V |
Extras | Lector de huellas en el botón Home |
Precio | 429 euros |
Entre la lista de componentes hay unos cuantos elementos que llaman mucho la atención. Por un lado tenemos el panel Super AMOLED de 5,2 pulgadas. Normalmente cuando Samsung apuesta por esta tecnología lo hace con AMOLED a secas reservando sus mejores paneles para los tope de gama. Aquí en lo único que han escatimado ha sido en resolución pero Full HD en ese tamaño es perfecto.
En el procesador nos encontramos con un Exynos 7 que ya pasó por nuestro radar el pasado verano y que apunta a ser el SoC de referencia para Samsung este año en la gama media. 2GB de RAM y 16GB de almacenamiento no son un portento pero son suficientes para garantizar un buen rendimiento. Ojo: tenemos ranura microSD para ampliar memoria.
Samsung ha sabido trasladar muy bien las ideas de diseño de su tope de gama en 2015 a un super gama media en 2016 con especificaciones y diseño notables.
Un detalle que nos ha gustado mucho ha sido la introducción de un lector de huellas, elemento que hasta ahora sólo hemos visto en dispositivos tope de gama y en unos pocos smartphones asequibles venidos de China con marcas como UMI o Xiaomi. La tecnología es la misma que en el S6 por lo que el rendimiento es impecable.
La cámara es un buen sensor, no ponen la mejor tecnología pero la calidad es suficiente para la mayoría de circunstancias. Luego hablaremos más a fondo de ella. El detalle que chirría más en el conjunto es sin duda el software: Android 5.1 Lollipop estando Marshmallow desde hace meses es un gesto feo por parte de Samsung. Habrá actualización en el futuro pero venir así de serie para guardar todas las novedades para el S7 no es la mejor opción.
En conjunto, un buen dispositivo con pocas carencias, algunos aciertos y una pinta muy atractiva. Ahora que hemos hecho las presentaciones dando algunas pinceladas del hardware, entremos en materia hablando con uno de los aspectos que más destaca en este Galaxy A5: el diseño.
Samsung Galaxy A5 2016: nuestro análisis en vídeo
Antes de continuar con nuestro análisis, vamos con el vídeo para que veáis en detalle de qué es capaz este terminal.
Diseño, lo mejor y lo peor del Galaxy S6
Durante años le hemos pedido a Samsung que cuidara las versiones Mini de sus tope de gama. Le ha costado pero con la serie A por fin entendieron que debían cuidar las formas. Este año han redoblado la apuesta en este apartado y nos traen un diseño soberbio. Espera, ¿dices que te suena a algo ese móvil que ves? Claro que sí, los parecidos con el Samsung Galaxy S6 son evidentes.
El color dorado es algo más cobrizo que el tono del año pasado. En mi opinión, esta vez han dado de lleno porque el Galaxy S6 y el Edge+ generaban demasiados reflejos.
Los coreanos no lo ocultan: han cogido todo lo que aprendieron de diseño con su último buque insignia y lo traducen en un dispositivo que mantiene materiales y casi todos los esquemas. El cambio más significativo lo encontramos en la eliminación del perfil curvo en los laterales haciendo que el móvil sea más recto. Un cambio que le hace perder un poco de agarre pero que gracias a unas pequeñas curvas hacen que podamos apoyar el dedo y así evitar que resbale.
En la parte de frontal no hay dudas de que es un móvil de Samsung: marcos bien apurados, buen aprovechamiento del espacio para colocar la pantalla y el botón físico acompañado de dos táctiles a los lados. Sin sorpresas, muy sobrio pero funcional. Para la parte trasera es como si hubieran cogido el S6 y lo hubieran pegado tal cual. Eso es un cumplido ya que el cristal funciona muy bien y el resultado final es atractivo. Ahora, no es perfecto ya que la cámara sigue sobresaliendo ligeramente.
A la izquierda, Galaxy A5. A la derecha, Galaxy S6 Edge+. Cuesta diferenciarles.
La proporción tamaño/peso es correcta. No es un móvil ligero pero tampoco pesado. Equilibrado, cae bien en mano y el cristal no le quita agarre. Preparad una gamuza eso sí porque la trasera del móvil tiende a acumular grasa de los dedos y otro tipo de suciedades con mucha facilidad. Los botones físicos son robustos, tienen poco recorrido y la sensación al tacto es perfecta, gran trabajo con estos pequeños detalles.
En el apartado de sonido nos encontramos un pequeño altavoz en el marco inferior del terminal. Sonido mono, poca potencia y una colocación que hace muy fácil que lo tapemos sin querer cuando estamos viendo vídeo en formato apaisado. La ranura para meter la tarjeta nanoSIM y la microSD es combinada por lo que tendremos una bandeja algo más ancha. Llama la atención esta decisión ya que lo normal suele ser una bandeja doble con mayor profundidad.
Una vez más, la cámara sobresale un poco. Lo suficiente para que se arañe pero no tanto como para que el teléfono "baile" sobre una superficie plana. Nada que no se arregle con una funda.
Sin duda alguna, este Samsung Galaxy A5 es el mejor gama media que los coreanos han diseñado hasta la fecha. Si este va ser el estándar para 2016, el resto de fabricantes lo van a tener difícil. Han puesto el listón muy alto y aunque tiene alguna que otra pega, la combinación funciona muy bien en el día a día.
Un Super AMOLED excelente
La tecnología AMOLED a día de hoy no es una tómbola donde todo puede salir muy bien o ser un auténtico desastre. Samsung ha entendido que este apartado debe tener protagonismo y que una buena pantalla no debe ser exclusivo algo de un tope de gama. El panel Super AMOLED que monta este A5 es una elección acertada y que al igual que el diseño sabe entrar muy bien por los ojos.
5,2 pulgadas de tamaño y una resolución Full HD 1080p para darnos una densidad de algo más de 400 píxeles por pulgadas. La nitidez de la pantalla es tremenda, tan solo hace falta ponerse a leer una página o ver una foto con muchos detalles para darnos cuenta de que el panel elegido por Samsung es una buena decisión.
El ángulo de visión es de casi 180 grados, el espacio de color es muy amplio y el contraste, al ser AMOLED, es infinito por lo que disfrutaremos de una gran profundidad de color cuando veamos vídeo. En días soleados, en exteriores ofrece suficiente luminosidad para que podamos ver la pantalla sin muchas dificultades. El cristal frontal no es muy grueso por lo que apenas se generan reflejos.
Con el brillo al mínimo tenemos suficiente luz para poder leer de noche y descansar la vista. Donde notamos que flaquea un poco es en la temperatura de color: el panel tiende a ser un poco frío, algo que notaremos cuando intentemos poner un blanco puro en la pantalla. Un pequeño detalle que solo notaremos cuando comparemos con pantallas mejor calibradas y que en el día a día no supone ningún problema.
Lo único que echo de menos en las pantallas AMOLED es que los fabricantes le saquen más de provecho con el software. Se rumorea que con el Galaxy S7 habrá una tecnología de pantalla parecida al Ambient Display que tienen los Nexus. Haber metido esa función en el A5 para ver notificaciones sin apenas consumir energía habría sido todo un acuerdo. Con un poco de suerte llegará (si el rumor es cierto, claro) en esa futura actualización a Marshmallow 6.0.
Exynos afina en la gama media pero tiene margen de mejora todavía
Tras varios a la sombra de Qualcomm, en 2015 Samsung demostró con su Exynos 7 que podía hacer un buen procesador para móviles tope de gama. El siguiente paso es la gama media y eliminar así la dependencia con los chips de Snapdragon. Exynos 7580 es el elegido y los resultados en los benchmark nos demuestra que no lo hace nada mal.
Galaxy A5 2016 (Exynos 7) | LG G4 (Snapdragon 808) | Nexus 5X (Snapdragon 808) | |
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Antutu | 43.203 | 45.866 | 45.463 |
Geekbench (Single/Multi) | 989 / 2.593 | 1.109 / 3.468 | 1.215 / 3.461 |
Quadrant | 18.721 | 24.983 | 19.139 |